Nombre del Inmueble
San Felipe
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001061
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001061
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
En tiempos prehispánicos, y aún pocos decenios después de la conquista, el sitio donde ahora se encuentra San Felipe pertenecía al territorio de los indios guamares,una rama de la familia chichimeca. (1)
La política de Luis de Velasco de establecer pueblos para contener el avance y las agresiones de los chichimecas se ejemplifica en el caso de San Felipe, que fue fundado el 21 de Enero de 1562 por 9 familias de españoles, acompañados de indios mexicas y tlaxcaltecas. Las calles y ejidos de esa fundación fueron trazados por Francisco de Velasco, pariente del virrey, (2) y la comunidad debe haber contado con bastantes terrenos para sus tierras, pastos y dehesas para las bestias de trabajo, pues en lugar del cuadrado de 4 leguas por lado que Chevalier considera frecuente en estos casos, se le asignó un extenso cuadrado de 10 leguas por lado reservado a las labores y estancias de ovejas, en cuyo interior había otro cuadrado de 4 leguas donde sólo debía haber huertas y cultivos. Para cerciorarse del cumplimiento de esta disposición, en 1605 llegó un oidor para poner las mojoneras de dos leguas a cada viento a partir de la plaza. (3)
La dotación era de tal magnitud, que no pudo conservarse sin invasiones de particulares, por lo que en 1748 el virrey marqués de Casa Fuerte redujo el área de ejidos a un cuadro de 2 leguas. (4) Todavía en un plano de 1873 se alcanza a distinguir la cuadrícula original con que se trazaron los ejidos entorno a San Felipe.
El primer cura de San Felipe y fundador del convento de San Francisco fue fray Francisco Doncel, nombrado por el obispo Vasco de Quiroga a poco tiempo de haberse fundado la villa. Doncel tuvo a su cargo las labores de evangelización en la zona, pero en uno de sus trayectos regresando de Pátzcuaro fue alcanzado por un grupo de chichimecas al cruzar el río del Fraile cerca de Chamacuero. La leyenda dice que el padre Doncel había ido a traer dos imágenes de Cristo, y que murió abrazado a una de ellas, que es la que se venera en la capilla del Señor de la Conquista en San Felipe. La otra también se conoce con ese nombre y se venera en un retablo lateral de la Parroquia de San Miguel Allende.
La atención que desde un principio brindaron los franciscanos a San Felipe se extendió hasta la época de la secularización de 1757, en que dejaron de administrar el curato. Esta política del virreinato anunciaba ya los cambios que vendrían al iniciarse el siguiente siglo, pero no fue acatada siempre al pie de la letra, y en muchos casos la autoridad de clero regular encontraba resistencia de los frailes.
Al comenzar la última década del siglo XVIII ése era el caso de San Felipe, y tal vez por esa circunstancia el obispo de Michoacán, fray Antonio de San Miguel, nombró párroco de Torresmochas a don Miguel Hidalgo, quien se hizo cargo de la parroquia que le entregó el último cura franciscano fray Diego de Bear, en 1793. En la década en que estuvo al frente de la parrquia, el padre Hidalgo se ocupó de los asuntos de los indios, formó una orquesta para el servicio de la parroquia, desplegó una vida social inusitada, con tertulias y saraos en la casa cural, llegándose a representar en ella algunas comedias como el Tartufo de Moliere, traducida por él. También reunió una selecta biblioteca propia y ganó para el curato el mote que el pueblo le puso: la Francia Chiquita. (5)
En 1852 se logró que el camino de Guanajuato a Tampico pasase por el centro de la población o que fomentó el comercio y el mejor sercicio a los viajeros. San Felipe incrementó su población, y ya para el último tercio del siglo XIX se había vuelto un centro productor de trigo.
Al mismo ingenio popular antes aludido se debe el nombre que tuvo el poblado desde el siglo XVII: San Felipe Torresmochas, debido a que durante mucho tiempo, su única torre, así como probablemente también las de otras iglesias y capillas, quedaron sin terminar. Otros patronímicos impuestos por las autoridades no han arraigado tanto. Durante los últimos años del porfiriato y bien entrado el período de los gobiernos postrevolucionarios, se le intentó llamar Ciudad Obregón González, en honor a algún gobernador guanajuatense con esos apellidos. Más tarde, en 1943, tuvo el efímero nombre de Ciudad Hernández Alvarez. Hoy todos lo conocen simplemente como San Felipe.
2.-EMPLAZAMIENTO
El poblado presenta una traza reticular en la que encontramos una plaza cuadrangular al centro, la parroquia no se encuentra situada directamente en ésta sino en la contraesquina situada al sureste.
La plaza presenta en tres de sus lados fragmentos de arcadas que indican que en alguna época formaron arcadas completas. Al centro se localiza un kiosko de hierro forjado y en uno de los lados, un monumento al Padre Hidalgo.
Frente al atrio de la parroquia, encontramos una plazuela de aproximadamente 15 metros en la que se sitúa una fuente. El atrio, delimitado por una reja, rodea la parroquia por el norte y poniente.
Sobre la calle Allende, encontramos algunas casas del siglo XIX de muy buena calidad. La calle Juárez, se encuentra provista de un camellón con palmeras y un enorme tibor de cerámica sobre pedestal, esta pieza es interesante por su valor artesanal.
3.-HISTORIA DEL EDIFICIO
Son pocos los datos con que se cuenta para integrar la historia del edificio. La primera iglesia parroquial, así como la capilla del Señor de la Conquista, deben haber sido de muros de adobe y cubiertas de tejas, y duraron en ese estado más de un siglo y medio, hasta que se dio comienzo a la obra del templo actual.
De acuerdo con una vieja lápida en el interior del templo señalada por De la Maza, esto ocurrió en la segunda década del siglo XVIII, ya que en la inscripción se lee lo siguiente:
En 25 días de marzo de 1724 / años comenzaron a romper / los simientos desta igle/cia y se dedico el dia 3 del presente / año de 1741. (6)
Seguramente tuvo retablos dorados, como muchas otras iglesias de esa época, pero a consecuencia de la guerra de Independencia el templo y el poblado fueron incendiados y abandonados durante varios años. Al concluirse la gesta libertaria, el cura Manuel Tiburcio Orozco encargó la reposición de los interiores nada menos que a Francisco Eduardo Tresguerras. Más tarde, en 1852, el cura José Guadalupe Romero, conocido historiador guanajuatense, consideró que los interiores y especialmente la capilla, era sumamente aseada. En cambio hizo asear la fachada y construir el balaustrado de cantera y fierro que decora el atrio, para cuya obra cooperó con mil pesos el vecindario. Don Sixto Benabente también repuso el órgano y las campanas. (7)
La ornamentación interior de cantera que se ve en la actualidad se ejecutó a iniciativa del párroco D. Antonio Morales en 1907, a semejanza de la parroquia de Guanajuato.
Finnalmente, el 18 de mayo de 1953, don Manuel Toussaint, en su calidad de director de Monumentos Coloniales, justifico la declaración de la parroquia como monumento Nacional. (8)
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La planta adopta una disposición de cruz latina, cuyo eje longitudinal corre de poniente a oriente. La nave se desarrolla a lo largo de seis tramos. En el primero se localizan el coro y sotocoro, ambos se encuentran cubiertos por bóvedas de arista, siendo la de este último escarzana. El segundo, tercer y cuarto tramos de la nave se encuentran cubiertos con bóvedas de arista. Las bóvedas descargan su peso sobre los muros laterales y los arcos fajones, que a su vez se apoyan en pilastras ligadas entre sí por un sencillo entablamento. Los tímpanos entre el entablamento y el arranque de las bóvedas tienen vanos que permiten el paso de la luz a la nave.
El crucero en el quinto tramo, parte de cuatro pilastras en las esquinas en donde surgen los arcos torales. Entre los últimos y las pechinas soportan un tambor cilíndrico con ocho óculos. Más arriba se localiza la cúpula hemisférica con linternilla.
Los brazos del transepto y el último tramo correspondiente al presbiterio se encuentran cubiertos con bóvedas de arista.
A la izquierda del sotocoro se localiza el cubo de la torre. En el segundo tramo, del lado izquierdo, encontramos una entrada lateral al templo y, en el tercer tramo del mismo lado se localiza el ingreso a la capilla del Señor de la Conquista. Esta capilla consta de dos tramos, el primero de ellos está cubierto por una bóveda de arista y el segundo por una cúpula octagonal sobre tambor y pechinas.
La portadita de ingreso a la capilla es muy sencilla, pero bien proporcionada, el acceso cuenta con un arco de medio punto y un espacio amplio encima donde hay una cartela con inscripción. A los lados se localizan las pilastras y el entablamento arriba. Cuenta, al centro, con un frontón decorado con motivos vegetales.
Desde el interior de esta capilla se pasa a otra, esta es de construcción más reciente y su cubierta es plana. A los lados del presbiterio hay puertas muy bien diseñadas con marco y frontón, por las que se ingresa a locales anexos cubiertos con bóvedas de arista.
Del lado derecho, entrando por el brazo sur del transepto, se ingresa a la capilla de la Inmaculada; esta consta de dos tramos cubiertos por bóvedas de arista. También desde el mismo brazo se accede a otros anexos parroquiales, donde hay un claustro de reducidas dimensiones y planta escalonada.
Por el exterior nos encontramos con el volumen de la torre, el cual destaca junto con el juego de volúmenes que forman las capillas del crucero y las capillas anexas.
La fachada principal es un paramento de aspecto severo ya que, la portada es muy sencilla y data posiblemente de la primera mitad del siglo XVIII. El vano central se encuentra delimitado por jambas prismáticas con fustes con canaladuras perimetrales y capiteles toscanos, de éstos parte un arco pentagonal el cual está finamente labrado. El lado horizontal de éste lleva ornamentación vegetal. A los lados apoyadas sobre plintos lisos con canaladuras y vigorosas cornisuelas hay pilastras de media caña con fuste salomónico donde suben guirnaldas en espiral, los capiteles de éstas son corintios libremente interpretados. En los extremos se encuentran traspilastras de fuste liso, plano, pero con capiteles similares a los de las salomónicas. Encima pasa el entablamento donde el arquitrabe apenas cuenta. En cambio el friso lleva entrelazos vegetales finamente labrados. Entre el arco poligonal y el entablamento se forman enjutas triangulares con decoración vegetal. Al centro había un escudo de la orden franciscana que se ha retirado, este se encuentra flanqueado por una hilera de medallones que aún subsisten.
La ventana del coro, con marco labrado con cabezas de angelillos y un escudo de la orden es el único elemento del cuerpo superior. Más arriba sólo hay un nicho con la efigie de San Francisco.
El remate del imafronte fue substituido por el Padre Romero a fines del siglo pasado y debió haber tenido algún perfil ascendente. Hoy es un elemento horizontal en forma de balaustrada, el cual cuenta con jarrones en los extremos.
La torre consta de tres cuerpos, y es probablemente una de las más hermosas de la parte norte del Estado. Cada uno de los cuerpos van disminuyendo sus secciones dando como resultado un perfil bastante esbelto. Cada cuerpo cuenta con cuatro caras. En cada una de éstas hay un par de vanos flanqueados por jambas que soportan arcos de medio punto. Las pilastras semicilíndricas de fuste liso rematan con capiteles toscano, jónico y corintio sucesivamente. Las del primer cuerpo cuentan con basas bulbosas, las cuales le dan un toque muy original. Rematando cada cuerpo, encontramos entablamentos con acusados resaltos y cornisas. La ornamentación de los frisos va cambiando de acuerdo con los órdenes de los capiteles. En las esquinas se forman discretas traspilastras, las cuales molduran la transición de un paramento a otro. Más arriba se encuentra un chapitel de cuatro gajos que ascienden y soporta un elegante remate en forma de jarrón que soporta una cruz de hierro.
Al lado de la portada principal se encuentra la portería del exconvento. Esta constaba originalmente de dos arcos de medio punto con molduración vigorosa que, convergían sobre un pilar central de robustas proporciones y escasa altura, actualmente el arco derecho se encuentra cegado.
El retablo mayor de la parroquia, de estilo neoclásico, cuenta con un ciprés o baldaquino central flanqueado por dos entrecalles con figuras de bulto; cada una de éstas, flanqueada por pilastras semicilíndricas de fuste liso y capitel compuesto, que soportan tramos de entablamento de donde surge un acho arco con decoración geométrica y motivos vegetales.
5.-OBRAS DE ARTE
El del Señor de la Conquista es un baldaquino soportado por seis columnas de orden compuesto. El entablamento anular lleva un friso decorado con entrelazos y balaustrada, encima un chapitel liso de vaga forma cónica.
Los retablos del transepto son más sencillos, también de cantera labrada. En cada uno de ellos hay cuatro columnas exentas que separan tres entrecalles. Las columnas rematan con capiteles corintios, entablamento con friso decorado y frontón curvo al centro.
Hay algunas pinturas de buena calidad. En las pechinas, efigies de los evangelistas. Otras buenas a los lados del presbiterio. Las de los muros laterales de la nave son grandes, pero recientes, con escenas de la vida de Cristo. En el muro opuesto al ingreso a la capilla del Señor de la Conquista, hay una con la famosa escena del martirio y muerte del padre Doncel abrazando la imagen venerada.
Las 6 pinturas dentro de la capilla del Señor de la Conquista son más interesantes, algunas antiguas. Hay una de la Asunción de la Virgen, y otra del Señor de la Columna que merecen destacarse.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Felipe