Nombre del Inmueble
San Felipe Neri (Catedral)
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001468
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001468
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Durante el siglo XVII en la ciudad de Querétaro, se organizaron y establecieron definitivamente las órdenes religiosas y el clero secular. Las tres órdenes que cimentaron la vida religiosa de la nueva ciudad fueron, en orden de importancia: los franciscanos, los agustinos y los dominicos; sin embargo, la primacía política correspondió a los primeros, por haber sido los iniciadores de los arduos trabajos de evangelización.
Dicha primacía provocó que, en ocasiones, muchas órdenes ajenas a su rama se vieran envueltas en encarnizados litigios ante las autoridades eclesiásticas de la capital.
Por haberse verificado su arriba bien avanzado el siglo XVIII atenuado ya el poder de los franciscanos, los felipenses vieron avanzar la fundación de su convento e iglesia sin mayores problemas. Su creación (Oratorio de San Felipe Neri) fue iniciativa de don Martín de San Cayetano y Jorganes, originario de Patzcuaro, Presbítero que fue de la congregación del Oratorio de San Felipe Neri de San Miguel el Grande (1). Las diligencias habían sido hechas en España por recomendación del virrey Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, quien las despachó al erudito bibliógrafo Juan José de Eguiara y Eguren, por entonces canónigo de la catedral de México y obispo electo de Yucatán.
El presbítero Ignacio Cabrera, capellán de las madres capuchinas de Querétaro, recibió a su vez el encargo de avisar al padre Marcos de Ortega para que viniese a verificar la fundación, ya que para esa época había muerto San Cayetano Jorganes, iniciador de la fundación. El felipense Marcos de Ortega vino a esta población a efecto de hacer la fundación y desde luego hizo una pequeña iglesia y una sala muy estrecha que inauguró el 21 de noviembre de 1763. Ahí estuvieron los padres felipenses haciendo sus ejercicios hasta mayo de 1800 (2). Precisamente en este año se mudaron al convento e iglesia definitivos.
2.-EMPLAZAMIENTO
El templo y exconvento de San Felipe Neri, convertido en catedral, se encuentra localizado dentro del Centro Histórico, delimitado, y enclavado en un perímetro de alta densidad de edificios comerciales y administrativos. El lugar se encuentra a 1800 metros sobre el nivel del mar, en un valle situado al sureste del estado; cuenta con una temperatura promedio de 20º C y una población de 300,000 habitantes.
El predio que ocupa actualmente el monumento se encuentra localizado en la esquina sureste de la manzana, que forman las calles de Ocampo con la Avenida Francisco I. Madero. Los edificios circundantes son en su mayoría comerciales y de oficinas, aunque hay algunas casas habitación; todas de uno o tres niveles haciendo una variedad de alturas.
La imagen urbana es media: no existe contraste entre alturas, colores y texturas de los edificios del entorno inmediato, resaltando ligeramente el monumento por lo angosto de las calles.
La portada del templo se puede apreciar gracias a una pequeña plaza con escalinata, ubicada frente a su fachada principal.
El predio que originalmente ocupó el monumento se extendía hacia al norte de la manzana ocupado por la huerta y jardines; sin embargo al paso del tiempo fue alterando su magnitud, y las ocupaciones de los predios de la manzana fueron invadiendo al monumento hasta dejarlo en el estado en que se encuentra actualmente, cercado por todo tipo de edificios y usos, quedando solamente como conjunto el propio templo y exconvento.
3.-HISTORIA
Se reconoce al menos dos etapas en el proceso de edificación de este monumento. La primera -ésto es, el Oratorio de San Felipe Neri- fue empezada a iniciativa de don Martín de San Cayetano y Jorgantes, a quien su muerte no le permitió ver finalizado su proyecto.
Poco después de la fundación, se le agregaron al oratorio un pequeño templo y una sala muy estrecha que se inauguró el 21 de noviembre de 1763. Fue éste el centro de trabajo de los padres felipenses hasta el 6 de mayo de 1800, fecha en que se mudaron al nuevo conjunto, tal y como lo conocemos en la actualidad ya como catedral.
Esta obra se comenzó en 1786 y los gastos fueron cubiertos por don Melchor de Noriega y Cobielles, vecino prominente de la ciudad, quien gastó la cantidad de $20,000 pesos. Su muerte vino nuevamente a interrumpir la construcción, que durante algunos años quedó suspendida hasta que doña María Cornelia Codallos dejó una cuantiosa herencia para que el conjunto fuera terminado. Esta construcción tuvo la buena fortuna de haber contado con donadores generosos, de ahí lo magnificente de sus detalles, entre los cuales sobresale la sacristía, con una cúpula compuesta de siete ventanas que, sin duda, embellecen al templo con su iluminación.
Toda la obra estuvo a cargo de don Dimas Díez de Lara, quien además agregó un tabernáculo de alabastro y piedra jaspe para el altar mayor, y algunas viviendas para habitación de los religiosos.
Algo de la imporancia de este momento en la vida civil de la ciudad puede comprobarse en la siguiente anécdota: En 1813 los padres Toral y Estrada vinieron a esta ciudad con motivo de la guerra de Independencia y no encontrando ecos sus prédicas en favor del trono español, hicieron un escrito acusando a todo el clero y especialmente al padre Dimas Díez de Lara, acusación que no tuvo ninguna consecuencia (3). Con ésto, los padres felipenses fueron acusados de colaboración con la causa independista, acusación que puede reforzarse ahora si agregamos que el curo de Dolores Hidalgo, Guanajuato, don Miguel Hidalgo y Costilla, iniciador del movimiento de independencia, había estado anteriormente alojado en el convento, a invitación expresa, para bendecir el oratorio y el nuevo convento, acto en el que participó el 19 de septiembre del año de 1805, regresando al poco tiempo a su parroquia en Guanajuato.
El episodio aumenta la importancia de este edificio, fue su elevación a la categoría de catedral, hecho que sucedió cuando el 11 de enero de 1911 se iniciaron las funciones pontificales y conventuales para el cambio de sede al templo de San Felipe Neri y que estaba en manos del gobierno eclesiástico diocesano, ejecutándose el traslado el 15 de agosto de 1920, de su última sede el Templo de la Congregación de Guadalupe.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El conjunto arquitectónico de San Felipe Neri se compone actualmetne del templo y exconvento. Se encuentra orientado con relación al eje de la nave en dirección norte-sur. El exconvento se localiza a la izquierda del templo y hacia el norte de éste, se encuentra la sacristía.
La fachada principal del templo ve hacia el sur del conjunto, su portada es de dos cuerpos enriquecidos del estilo barroco; el primero de ellos aloja el vano de la puerta de arco poligonal y jambas molduradas, de cada lado lo flanquean tres columnas corintias, estriadas en su fuste, rematando en el centro un relieve de San Felipe Neri.
El segundo cuerpo presenta la ventana del coro de forma cuadrangular y con arco mixtilíneo, flanqueada por sendas columnas pareadas con medallones en relieve en el centro de ellas. Remata el cuerpo en cada lado un frontón que representan el de la izquierda a San Juan Baustista y el de la derecha a San José y el Niño Jesús. Culmina la portada en un remate piramidal a manera de relieve aluciendo a la Santísima Trinidad.
El cubo de la torre tiene la altura de la nave y el campanario es de un solo cuerpo de planta cuadrada con basamento que termina en frontón curvo quebrado y con dos vanos por costado de arcos de medio punto. En cada una de las esquinas se dispuso una columna del orden corintio. Remata el campanario en cornisa volada.
Al costado este, encontramos el acceso lateral con portada de tres cuerpos. El primero con arco poligonal y jambas, columnas barrocas lo flanquean. El cuerpo remata en cornisa de donde nace un relieve que representa a la Virgen, flanqueada por columnas estriadas sobre base entablerada y capitel corintio. El tercero presenta una ventana rectangular con dos pequeñas esculturas y remate curvo sobre cornisa con adornos en forma de espiral.
El templo se levanta sobre planta de cruz latina, con cúpula octagonal en el crucero, está techado con bóvedas de arista, sostenidas por arcos de medio punto sobre pilastras en el interior, reflejándose en contrafuertes en el exterior. Entre cada una de las pilastras se dispuso un nicho que alberga a diferentes imágenes de santos, un poco más arriba se abren ventanas rectangulares que iluminan el templo.
Hacia la derecha de la nave se dispusieron la torre y las capillas anexas; al fondo el presbiterio, de concepción sencilla y atrás de éste la sacristía, que destaca por su cúpula circular de grandes dimensiones; otra capilla anexa se dispuso del lado izquierdo.
El sotocoro se divide de la nave por un arco escarzano que sostiene losa plana de concreto en la que se desplanta el coro, el cual está limitado por un barandal de hierro forjado.
El exconvento se desarrolló en dos niveles alrededor del patio porticado, el cual encara los corredores de planta baja y alta con arcos de medio punto sobre columnas de cantera. El corredor de planta baja está cubierto con bóvedas de arista, y los locales y las celdas dispuestas circundando el patio, con bóveda de cañón. La planta alta se resolvió con bóveda catalana en su totalidad.
Los edificios poseen retablos, así como detalles en cantera.
5.-OBRAS DE ARTE
En el presbiterio y sobre el muro testero se aprecia un grupo escultórico muy valioso: Santiago el Mayor, con 2 ángeles, uno de los cuales porta un escudo de Querétaro, obra de don Mariano Arce. Del mismo autor, una bella imagen de la Dolorosa, considerada como una de las obras maestras de la escultura queretana. Se encuentran también las esculturas de los santos patronos menos principales de la ciudad, los hermanos mártires San Juan y San Pablo, obras del escultor Mariano Perrusquía. Se conserva una magnífica sillería de los canónigos tallada en madera y construida por iniciativa del obispo Benegas.
En la sacristía pueden observarse siete importantes pinturas, las cuales representan a los obispos de Querétaro; estas pinturas son originales del siglo XIX.
6.-NOTAS
(1) SEPTIEN y Septién, Manuel. Querétaro, descripción. Ediciones Culturales del Gobierno del Estado, 1966. p.161.
(2) SEPTIEN y Septién, Manuel. Op. cit. p.161.
(3) RAMIREZ Alvarez, José Guadalupe. Querétaro: visión de mi ciudad. Editorial Provincia. Querétaro, 1957. p.195.
BIBLIOGRAFIA
ANGULO Iñiguez, Diego. Historia del Arte Hispanoamericano.Salvat Editores, Barcelona, Buenos Aires,1945.
ROJAS, Pedro. Historia General del Arte Mexicano. Editorial Hermes. México, 1959.
TOUSSAINT, Manuel. Arte Colonial en México. Instituto de Investigaciones Específicas. México, 1974.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Felipe Neri (Catedral)