Nombre del Inmueble
San Francisco de Asís
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000570
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000570
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La localidad de Calixtlahuaca es uno de los sitios con mayor riqueza histórica en el Estado de México por que, según lo han demostrado las exploraciones de su zona arqueológica, fue la población más importante de cuantas erigieron los matlatzincas. Muchas de las tradiciones sobre la procedencia de ese grupo social, y su establecimiento en lo que hoy es la porción central del valle de Toluca, señalaron sólo rasgos aislados y a Toluca como el asentamiento principal de aquella cultura. Los estudios de José García Payón y Gustavo G. Velázquez, entre los más importantes, así como la labor editorial de Mario Colín, han demostrado la relevancia de Calixtlahuaca como capital de los matlatzincas.
Hay informaciones que señalan que el área estuvo ocupada desde principios de nuestra era (1) y que comunidades de diversos linajes contribuyeron a conservar la vocación ceremonial del conjunto aplicando las varias incluencias de que fueron objeto en los siglos anteriores a la aparición de los matlatzincas (2) que, según los relatos recogidos en las tradiciones chichimecas y toltecas, llegaron al valle de Toluca entre los siglos III y VII (3). Las noticias que se manejaron en las fuentes aztecas indican que su arribo a la zona tuvo lugar en 1060, que fundaron Toluca, cuando ya vivían en Calixtlahuaca, en 1120 y, finalmente, que en 1179 cobraron una cierta notoriedad en ocasión de la rebelión de algunos de sus grupos afines contra los culhuas (4). Es probable, sin embargo, que quienes realmente participaron en la última y más importante etapa constructiva del sitio hayan sido los matlatzincas que Xólotl, el emperador de los chichimecas, ubicó en los alrededores del valle de México hacia la primera mitad del siglo XIII (5) pues según se advierte en la conclusión de las descripciones de los varios edificios, las estructuras estaban totalmente terminadas, y acaso en un incipiente estado de abandono, cuando por fin Axayácatl, a fines del siglo XV, logró incorporar a Calixtlahuaca a la lista de sus dominios. Algunas de las investigaciones sobre este lugar afirman que su denominación antigua fue Tenismó, como el cerro en que se asienta la ahora zona arqueológica: esas versiones, empero, no han sido confirmadas y lo que sí se sabe es que el nombre de Calixtlahuaca es una voz del náhuatl impuesta por los aztecas y que significa llanura de casas, de calli, casa, e ixtlahuacan, llanura o gran extensión (6). Sobre la arquitectura matlatzinca que ha dado justificada fama a Calixtlahuaca, conviene subrayar que una de las principales características de los edificios consiste en la utilización de recursos formales que comparten parcialmente las obras de los toltecas y los tarascos y que, en conjunto, los emplazamientos de los distintos volúmenes obedeció a una serie de relaciones logradas entre las terrazas y las plataformas (7).
Las localidades cercanas a Toluca se cuentan entre las que más temprano fueron sometidas por los conquistadores españoles habida cuenta de que ya en 1521, incluso antes de que se lograra la caída de México-Tenochtitlan, Hernán Cortés había enviado a varios observadores, entre quienes se encontraba Gonzalo de Saldoval, para verificar el estado en que se hallaban las guarniciones y otros dispositivos de defensa de los aztecas en los alrededores del valle de México. Más tarde, al comenzar a consolidarse la dominación española, las tierras de Toluca y sus alrededores se repartieron entre el propio Cortés y su primo Juan Altamirano, quien, como otros conquistadores, recibió una enorme extensión de terreno para que fuera manejada como encomienda. La cercanía de Calixtlahuaca y de muchos más asentamientos prehispánicos a la Ciudad de México, les significó someterse a regímenes especiales que se expresaron en mayor control aunque también en cierto tipo de atenciones; Calixtlahuaca estaba adscrita a Toluca cuando a ésta, en 1535 (8), se le designó como corregimiento del Marquesado del valle de Oaxaca.
2.-EMPLAZAMIENTO
El cerro de Tenismó, asiento principal de la ciudad prehispánica de los matlatzincas, se encuentra a la mitad del camino entre los espacios de los pueblos de Tecaxic y de Calixtlahuaca; esas dos localidades, que han estado vinculadas desde muy antiguo, hoy se comunican por medio de un camino que, en ambos casos, se convierte en la calle principal de los respectivos contextos urbanos. El poblado de Calixtlahuaca, como algunos otros situados en esa misma zona, conserva con el cerro mencionado y con el de San Marcos varios tipos de relaciones espaciales que no se han modificado por más que la carretera que va de Toluca a Almoloya de Juárez ha contribuido al desarrollo de diversos asentamientos y al fortalecimiento de los nexos entre las distintas comunidades. Los autores de la traza de Calixtlalhuaca no conocieron a fondo las estructuras que dejaron los matlatzincas y tanto por evitar las pendientes del cerro cuanto por aprovechar ls aguas del río Tejalpa, decidieron disponer el nuevo conjunto en terrenos mas bien planos y próximos, desde luego, a las áreas en las que se cuidaban los cultivos. Esa circunstancia, y la calidad que con el tiempo adquirieron varios de los edificios del pueblo, le confieren a la zona poblada, todavía ahora, una buena parte de los rasgos que le son distintivos y entre los que se destacan las excelentes relaciones que se observan entre la arquitectura y el medio físico. La mayor parte de las calles conducen hacia los campos de labranza, hacia la eminencia de Tenismó o hacia perspectivas más amplias en las que el valle de Toluca y hasta el Xinantécatl desempeñan papeles relevantes.
Unas de las construcciones de Calixtlahuaca en las que mejor puede advertirse la decisión de sus pobladores por vincular sus espacios con el campo es la antigua capilla que hoy forma parte del cementerio y que durante largo tiempo fue el edificio religioso de mayor importancia en el sitio. Esa obra mantiene también cierto tipo de nexos con las casas ubicadas en sus proximidades y hasta con la parroquia de San Francisco toda vez que, por las alturas de sus elementos, ambos conjuntos colaboran a definir los perfiles del poblado.
El centro de la población sufrió diversas modificaciones en ocasión de la edificación de la parroquia; no se dispone de datos que permitan establecer cómo fue la zona en la que se dispuso la plaza, pero es evidente que los predios que hoy rodean a la iglesia se adaptaron a las circunstancias que impuso la erección de una obra tan destacada. El grupo de trabajos al que debe el sitio su apariencia procede, como el templo, de los últimos años del siglo XIX y de los primeros del XX, aunque, como ha sido frecuente en otros lugares, se han ejecutado trabajos de remozamiento y revitalización en diversos momentos de los últimos lustros.
Los edificios que se alzan frente a los límites de la plaza y por lo menos en dos de los costados del atrio de la parroquia no se cuentan entre lo más representativo de la arquitectura local porque se deben, casi sin excepción, a períodos constructivos recientes sobre los que ha influido la intención de recrear formas del pasado.
La parroquia incluye entre sus espacios a un atrio que parece más grande de lo que es en realidad, pues no presenta sino una pequeña barda que se integra visualmente a los arreglos de la plaza; el área abierta del centro del poblado se diseñó sin intentar incorporar a los volúmenes de los edificios públicos o a las casas destacadas, todo lo cual colabora a sub rayar la importancia del templo a pesar de que el entorno en que se ubica haya sido tan modificado en distintas ocasiones. Las fachadas laterales y posterior de la iglesia son los únicos paramentos del inmueble a los que se puede advertir una cierta influencia sobre las casas y las calles que los rodean.
3.-ASPECTO HISTORICO
Los datos sobre los primeros trabajos en el primitivo edificio religioso de la localidad son escasos e inconexos pues se trata, como fue habitual en algunas poblaciones durante los siglos del virreinato de una obra de carácter popular a la que se han agregado aportaciones de índole diversa a lo largo de muchos años. Aquella primera capilla hoy forma parte del cementerio del pueblo y la parroquia de San Francisco, de la que se tiene más información por ser un conjunto más reciente, ha transformado el centro e influido sobre el ulterior desarrollo de toda la comunidad.
No se sabe a ciencia cierta si en el predio que ahora ocupa la parroquia se intentó antes una construcción; las evidencias en los muros y en otros componentes del templo sugieren que esta es la primera edificación de un volumen de ese género aunque por la localización y comunicaciones del terreno queda en duda una posible utilización anterior. El archivo notarial procede de 1952 (9), año en que se dió a la iglesia la categoría de parroquia, de manera que ni en los testimonios escritos se conservan menciones sobre el antecedente inmediato anterior del edificio.
La mayor parte de las investigaciones que se han realizado acerca del patrimonio cultural del municipio de Toluca sólo mencionan algunos de los datos relativos a Calixtlahuaca pero no profundizan en el análisis de la arquitectura religiosa: los constructores de la parroquia y quienes han intervenido en ella en los últimos años han ofrecido una serie de informaciones que permiten fechar con alguna precisión el desarrollo y la integración de este conjunto. En el ábside, por el lado de afuera, es decir, por la calle, se encuentra una placa que informa, entre otras cosas, que se ...comenzó este templo el día 22 de abril de 1872...; más adelante, esa misma inscripción da fe de un segundo momento constructivo durante el cual fueron colocados algunos de los componentes de la fábrica en el mes de abril de 1881.
La obra, pues, se inició durante el último tercio del siglo XIX, en una época en la que las soluciones compositivas estaban influidas por una vasta serie de corrientes y tendencias entre las que se encontraban el neoclasicismo y el romanticismo como se les había interpretado en las provincias, al imitar los modelos que se consagraron en las ciudades de importancia. El proyecto del actual templo parroquial tiene mucho de original pero no podría negarse que utilizó recursos ya ensayados en otros sitios y hasta en épocas sensiblemente anteriores, como el esquema de la planta, la organización de las cubiertas o la disposición de la capilla lateral. Entre sus rasgos peculiares pueden destacarse la orientación y el distinto dimensionamiento de los cubos y de las torres del campanario y del reloj; otra placa, colocada en el volumen de apoyo en la torre poniente revela que ese elemento formó parte del cuerpo principal del templo y que la obra lo incluyó desde siempre pues señala que se terminó esta iglesia el 3 de octubre de 1911. La torre que aloja al reloj, y que se alza al oriente de la portada, se agregó un poco después cuando el edificio ya funcionaba, pues según otra inscripción, ésta situada en el cubo correspondiente, los trabajos de ese componente fueron concluidos el 29 de enero de 1922.
El establecimiento funcionó como capilla de visita durante 30 años, pero es probable que desde un poco antes de su promoción a parroquia haya comenzado a recibir los objetos y las piezas de arte que se encontraban, hasta ent onces, en la capilla del cementerio.
La historia de un edificio como este no termina cuando se le abre y se le utiliza pues en la medida en que se integra a la vida de la comunidad se desarrolla con ella y se adapta a los cambios y a los arreglos que suelen presentarse al ritmo mismo de la sociedad.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El volumen de la parroquia de San Francisco es notable tanto por las alturas como por las calidades de sus distintos componentes lo mismo que por la continuidad visual que resulta de la integración de su atrio con la plaza principal del pueblo: las torres, las cúpulas y, en general, los paramentos de la iglesia se cuentan entre lo más notable de la composición espacial de la localidad.
El atrio, que desde un punto de vista compositivo no es sino una extensión natural de la plaza, se encuentra delimitado por una interpretación de barda que consta de dos secciones, un murete de piedra y una reja de hierro que se apoya, por tramos, en pilares de planta cuadrada que se ostentan tratados y rematados como almenas. El pavimento de ese espacio, como el de la plaza, es de cemento salvo en una pequeña parte de su zona poniente: ese tratamiento de pisos así como la utilización de los mismos materiales y formas en el mobiliario urbano de la plaza es una circunstancia que en mucho contribuye a acentuar la sensación de que ambos espacios integran una sola unidad.
La barda atrial tiene una única interrupción que, sin portada, da lugar a un eje que se apoya en la disposición de un andador para conducir hacia el acceso al templo: la necesidad de subrayar la principal circulación al interior se satisfizo desde el área cívica a base de pequeñas jardineras que, aunque se hallan en estado casi de abandono, sugieren además la intención de aportar un elemento cuyo trazo simétrico colabore a destacar la portada del edificio.
La fachada del inmueble está formada por varios componentes: de ellos las dos torres son los más notables por sus alturas y porque sus distintas dimensiones les atribuyen valores singulares en la composición del paramento: en efecto, las diferencias entre el campanario y la torre del reloj son ostensibles desde la disposición de los cubos que los soportan, que son de anchuras dispares aunque de la misma altura. El diseño de la fachada, sin embargo, equilibra el resultado de esa asimetría mediante la utilización de los mismos acabados en cubos y portada, lo que se subraya, en los basamentos de las torres, con la presencia de cartelas y ventanas iguales que se organizan a partir de la molduración que divide los cuerpos de la portada y que se prolonga sobre los muros laterales.
La torre poniente, es decir, el campanario propiamente dicho, se alza sobre el cubo más grande y consta de dos cuerpos principales y un remate. Las dos secciones inferiores son de planta cuadrangular y, además de los vanos en forma d arcos de medio punto de sus caras, llevan una muy sencilla ornamentación a base de pilastras adosadas, entablamentos y molduras a la altura de las impostas. El remate presenta características no habituales en este tipo de elementos habida cuenta de que afecta diversas formas entre las que se encuentran porciones de prismas y pirámides de base también cuadrangular; termina en una esfera de cantera sobre la que descansa una cruz. La torre oriente, que cumple la misión de alojar un reloj, se compone de un solo cuerpo y un remate ambos de planta cuadrada: el primero es un macizo cerrado y aplanado por tres lados y con un frente resuelto en base a un vano circular dentro del cual aparece la carátula del reloj. La decoración que complementa a ese arreglo está construida por unas molduras abajo y arriba del recuadro principal y varios relieves a modo de guirnaldas que acompañan al reloj. El remate se forma, como el de la otra torre, con la co mbinación de por lo menos dos cuerpos geométricos: un cubo dividido en dos por una moldura y una pirámide en la que las aristas toman una ligera curvatura. El juego de campanas del reloj, una esfera de piedra con su respectiva cruz y una sección del barandal que protege el acceso a la parte alta de la maquinaria completan a este elemento.
La fachada de acceso al templo incluye, por lo menos en algunas perspectivas, a las dos cúpulas principales del conjunto, que se alzan sobre los cruceros de la nave y de la capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe; esos dos volúmenes, que se integran básicamente de sus tambores, sus cubiertas semiesféricas y sus linternillas, colaboran a formar la imagen del inmueble y, además, a destacar la mayor importancia de los componentes con los que se muestra el carácter del edificio, como la portada, que se realizó dividiendo el paramento en dos cuerpos y añadiendo un remate, como pretil, al que se integra un frontón curvo característico de la escuela neoclásica que tanto influyó en la composición del templo. Los dos cuerpos de la portada están definidos por dos pares de pilastras sobre basas adosadas que terminan en capiteles que interpretan el orden compuesto y que soportan los entablamentos que corresponden a cada una de la secciones de la portada. El acceso propiamente se hace a través de un sencillo arco de medio punto que no lleva más ornamentación que los labrados de su clave y de algunas de las piezas de las jambas; las enjutas, inclusive, no muestran más que una pequeña moldura que las define y que apenas las diferencia del fondo del paramento. La ventana del coro es un vano también concebido y tratado utilizando la forma de un arco rebajado sin otra decoración que un marco de cantera. El frontón, por su parte, confiere a la portada un cierto grado de claroscurismo gracias a la profundidad de los elementos que lo forman.
El esquema de planta utilizado para la organización del espacio interior fue el de forma de cruz latina, de manera que la nave consta de una zona para la feligresía, que está señalada por cuatro tramos estructurales; el crucero, que incluye a la cúpula mencionada antes y que descansa sobre pechinas decoradas; y el presbiterio, resuelto bajo una bóveda de aristas y con un retablo de origen formal neoclásico ejecutado en piedra.
La nave presenta varias pinturas y esculturas de buena calidad entre las que ocupan un lugar relevante las piezas de mayor antigüedad; una de las telas, que interpreta una intercesión de San Francisco de Asís por las ánimas del purgatorio, lleva la siguiente leyenda: se iso este lienzo / a devoción de Dn Max / simo José y Dña / Vicenta María / se iso a / solicitud del MRP / Geronimo Domingo Barros. se acabo en 3 de oct del / año de 1798 / Juan de Dios Juárez f (fecit). Las pilas bautismales que se hallan a los costados del cancel, en el acceso, son objetos probablemente de finales del siglo XVI en los que resultan patentes tanto la guía formal de los franciscanos como la intervención de mano de obra indígena; los lugares que ocupan no parecen ser los más adecuados toda vez que los muros laterales, las bancas y hasta el propio cancel les forman ambientes que bien podrían tomarse como provisionales.
Los espacios de la nave se completan con el recinto de la capilla lateral destinada al culto de la Virgen de Guadalupe. Este anexo también se construyó sobre una planta dispuesta como cruz latina y entre sus elementos más destacados se encuentra la cúpula a la q ue se aludió antes; esa sección de la cubierta tiene el interés adicional de conservar, desde época muy reciente, ocho pinturas que se restauran bajo la dirección del párroco y a las que se dió esa ubicación para protegerlas de eventuales deterioros. La capilla presenta un altar principal, que se apoya visualmente en un retablo de cantera; un altar lateral dedicado al Sagrado Corazón, de calidad francamente notables; y una escultura de San Francisco que, colocada sobre una sencilla peana de piedra, ocupa todo el espacio que proporciona el muro en la cabecera norte del crucero. Los demás objetos de esta sección del templo, que proceden de varias intervenciones practicadas en los últimos años, se limitan a ser trabajos de relativa buena calidad.
5.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
(1) Alvarez Noguera, José Rogelio, El Patrimonio Cultural del Estado de México, primer ensayo, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, tomo CX, México, 1981, pág. 37
(2) Gobierno del Estado de México, Rutas turísticas del Estado de México, Toluca, sin fecha, pág. 23
(3) Enciclopedia de México, tomo 8, segunda edición, México, 1977, pág. 343
(4) Enciclopedia de México, tomo 8, obra citada, pág. 343
(5) Gobierno del Estado de México, Monografía del Municipio de Toluca, Toluca, 1973, pág. 11
(6) García Payón, José, La zona arqueológica de Tecaxic-Calixtlahuaca y los matlatzincas, primera parte, edición facsimilar de la de 1936, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, tomo XXIX, Méico, 1974, pág. 55
(7) García Payón, José, La zona arqueológica de Tecaxic-Calixtlahuaca y los matlatzincas, Etnología y Arqueología, textos de la segunda parte, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, tomo LXXX, México, 1979, pág. 318
(8) Enciclopedia de México, tomo 8, obra citada, págs. 560 y 561
(9) Dato proporcionado por el Pbro. Angel Hernández, párroco de Calixtlahuaca
ELABORO: ARQ. JOSE ROGELIO ALVAREZ
FECHA: 1984
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San Francisco de Asís