Nombre del Inmueble
San Ignacio
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001950
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001950
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La misión de San Ignacio se localiza a ciento treinta y cuatro kilómetros de la de Mulegé, este sitio fue descubierto por el padre Francisco María Piccolo el 16 de noviembre de 1716, la misión fue dotada para su establecimiento por el padre Juan Bautista Luyando el 20 de enero de 1728 (1) junto con el padre Sebastian de Sistiaga. El sitio que hoy conocemos como San Ignacio, originalmente fue llamado Valle de San Vicente (2) por el padre Piccolo durante su descubrimiento en uno de los viajes que éste realizó por la zona, saliendo de la misión de Santa Rosalía de Mulegé, que desde entonces mostraba gran vocación para la agricultura, así como los indígenas hacia el evangelio.
Actualmente existen vestigios sobre algunas pinturas rupestres en la falda de un cerro al oeste del actual poblado; sin embargo los antecedentes de la población indígena que existía en este valle son poco precisos, dadas las formas de vida y la ignorancia que prevalecía en cuanto al cultivo de la tierra, y contamos sólo con datos tales como la docilidad que demostraban a los misioneros y su interés por el evangelio. Lógicamente ellos habitaban en el lugar por la existencia del ojo de agua que se localiza sobre el arroyo aguas arriba; existía una ranchería, nombre que le daban los misioneros a los grupos indígenas que descubrían, a los cuales iban evangelizando conforme el paso del tiempo, en especial el grupo de indígenas que el padre Piccolo conoció en San Ignacio tenía una costumbre la cual le tocó presenciar; se trataba de la fiesta Cochimí (3) en la que se repartían pieles a las mujeres una vez al año, esto sucedió en su primer incursión al valle de San Vicente (hoy San Ignacio).
También es importante mencionar que el área donde se ubica el actual poblado es una de las zonas más ricas en pinturas rupestres y petróglifos de lo cual poco se sabe en cuanto a sus antecedentes aún hoy en día; sin embargo, el Padre Miguel del Barco realizó una serie de pláticas durante su gestión como jefe de los padres misioneros con los hombres más viejos de Mulegé y San Ignacio a los cuales consultó para conocer el origen de las mismas, y en ambos sitios se coincidió en decir que los naturales de aquí no las habían realizado y que estos vestigios fueron hechos por otra raza con caracteristicas diferentes ya que eran bastante más altos que los nativos y que los mismos colonizadores (4). Miguel del Barco no dio crédito a sus encuestas, aúnque poco después recibio un informe de la misión de San Borja sobre el bautismo de un nativo que medía 2.20 m. de altura, medida poco común en el mundo en aquella época.
En aquella época llamaban al sitio Kadda-Kaaman (5). Por falta de recursos económicos la inquietud de los misioneros no fue posible, hasta que el padre Juan Bautista Luyano aportó los recursos necesarios y se ofreció el mismo para llevar a cabo dicha empresa. Poco después de cubrir los requisitos necesarios y obtener la autorización se trasladó al sitio a donde llegó el 20 de enero de 1728.
La fundación no presentó obstáculo alguno ya que fue recibido por los indios Kadda-Kaaman con regocijo pues anteriormente el padre Piccolo y Sistiaga habían ya introducido el cristianismo a los nativos, hecho que aportó una gran satisfacción al sacerdote facilitando su labor en el establecimiento de la misión de San Ignacio.
2.-EMPLAZAMIENTO
La misión de San Ignacio Kadda-Kaaman se encuentra en el centro de la población del mismo nombre a 300 kms. al norte de la de Loreto sobre la carretera transpeninsular al centro de la península, fuera del paso de la carretera a dos kilómetros de la misma enclavada en una cañada de un pequeño valle de palmeras de dátil, en la orilla oriente del desierto de Vizcaíno y del valle agrícola del mismo nombre dispuesto al centro de dos sierras, la de San Ignacio y la de Santa Lucía, formando el clásico oasis contrastando de manera singular las palmeras con el desierto; sin embargo, su condición aislada y agreste no han sido obstáculo para que éste sea el corazón del desierto de Vizcaíno desde la época de la colonia, cuando los jesuitas la llamaban fronteras de la gentilidad, con un clima caluroso pero agradable, clasificado como de tipo desértico con régimen de lluvias de verano, y con una flora también propia del desierto compuesta por mezquitales, cardones, bisnagas y otros.
San Ignacio se protege del desierto, con la pendiente desnuda y pedregosa del último declive de la sierra de Santa Lucía, ubicado al centro de varias colonias pedregosas y rodeado de un bosque de palmeras, de aquí que el poblado no se distingue a su llegada por la carretera sino hasta estar dentro del mismo y bajo la sombra de sus palmas.
Su localización le permite recibir del Océano Pacífico su viento fresco del noroeste, y del Golfo de California el reflejo cálido atenuado por la distancia dándole un clima ideal sólo superado por otro oasis meridional como lo es el de San José de Comondú, más al sur, podemos considerar en un conjunto al centro de población, como un sistema de comunidades, que según los habitantes, son pueblos vecinos del propio San Ignacio; sin embargo aparecen como barrios, unos más alejados que otros del asentamiento principal: éstos son Guamuchil, San Lino, Paredones, Piedras Negras, La Isla, Pueblo Nuevo y San Borjita; algunos de éstos fueron visitas en la época colonial y en el caso de Pueblo Nuevo éste cuenta con una serie de pinturas rupestres bastante deterioradas.
La misión de San Ignacio se localiza en el asentamiento principal precisamente frente a la plaza del pueblo, típicamente mexicana, y que ha sufrido una serie de remodelaciones, entre ésta y la misión existe un desnivel de aproximadamente metro y medio que hace resaltar majestuosamente el conjunto y la portada principal de la iglesia que se encuentra orientada de este a oeste. Es evidente el origen del trazo urbano de San Ignacio al igual que todos los centros de población del estado: de raíces coloniales y en particular San Ignacio no es la excepción, ya que dispuesto al centro del sistema de comunidades o barrios se localiza el asentamiento principal y dentro de éste el edificio misional, el cual abarca toda una manzana con un solo frente a la plaza principal; otros dos dan a huertas de particulares situadas en colindancia y el tercero o sea al norte, colinda con varias edificaciones particulares.
La evolución del primer cuadro no ha variado demasiado con respecto a su origen colonial, ya que la mayoría de las edificaciones que lo rodean son del siglo pasado y principios del presente, construidos básicamente de adobe; se compone de aproximadamente ocho manzanas que incluyen dentro de éstas la plaza pública y la misión que nos ocupa.
Adicionalmente podemos comentar que la evolución se inicia con las edificaciones misionales, las cuales en una primera fase fueron provi sionales, posteriormente se edificó la misión actual de piedra determinando el centro de la población y posterior a éste, la fase de consolidación con edificaciones que datan de los últimos tres siglos.
En cuanto a las características formales, la misión destaca por su posición pero armoniza con el contexto inmediato, el cual es conformado por edificaciones que como dijimos anteriormente, tienen características antiguas alternando sus fachadas con detalles comerciales en unos casos y en otros con construcción de uso habitacional exclusivamente.
San Ignacio y su misión son de los pocos sitios que contextualmente mantienen aún una relación armónica, tanto en su imagen propiamente urbana como con el medio físico; no obstante el deterioro sigue su marcha, debido fundamentalmente a la negligencia en algunos casos cuando se ha deseado remodelar y restaurar, y por otro lado la falta de un adecuado mantenimiento.
Hoy en día, el ambiente del poblado de San Ignacio, es uno de los más típicos y agradables de los pueblos que en torno a la carretera transpeninsular se ubica, quizás su distancia a ésta, le ha permitido conservar sus características formales.
3.-HISTORIA
El conjunto misional del centro de la población de San Ignacio es precisamente el origen el asentamiento actual que en un tiempo figuró como frontera de los gentiles con el norte de la península; ésto quiere decir que más al norte ya no existía misión alguna y la de San Ignacio era la más alejada de la cabecera que se ubicaba en Loreto, como se menciona en los antecedentes, Kadda-Kaaman (Arroyo de Carrizos) era el nombre que dentro de la lengua Cochimí se le daba al paraje por el ojo de agua que aún existe y el arroyo, siendo éstas las razones por las cuales se decide fundar la misión en 1706, pero por razones económicas esta empresa no se realiza sino hasta 1728, al llegar al sitio el padre Juan Bautista Luyando (6), quien sin mayor obstáculo pues los naturales ya antes conocían al padre Piccolo que fue descubridor de San Ignacio y el padre Sistiaga que anteriormente ya habían visitado el lugar, saliendo de la misión de Mulegé y predicando las cosas religiosas.
La primer incursión realizada en San Ignacio con fines misionales fue financiada por el padre Bautista Luyando en 1724 y él mismo llevó a cabo su fundación junto con el padre Sebastián de Sistiaga en la fecha antes mencionada.
La actual construcción no corresponde a la época del padre Luyando ya que éste sale en 1738 de San Ignacio por razones de salud, y para entonces todas las actividades misionales se realizaban con calma, aunque en un tiempo tuvo cierta oposición por parte de algunos indígenas de la región; lo que hace suponer que la iglesia que utilizó el padre Luyando fue como en las demás misiones una construcción endeble y fabricada de manera provisional. Posteriormente a él fueron los padres (7) Sistiaga, Sigmundo Taraval y Fernando Consag. Este último inicia la construcción de piedra que actualmente conocemos y permaneció en el sitio de 1733 a 1759 (8) año de su muerte. Adicionalmente podemos decir que en San Ignacio anteriormente a la llegada de Consag, había muerto el padre Juan de Ugarte, que fue gran precursor de las misiones jesuitas el 20 de diciembre de 1739. (9)
La misión sufrió varios altibajos hasta su abandono en 1840 por falta de personal, pues en 1745 contaba con 750 habitantes y 130 en 1800; sin embargo durante este período las misiones tuvieron cambio de administración y los dominios pasaron de los jesuitas a los franciscanos y dominicos, y son éstos últimos quienen terminan el conjunto misional en 1786, tarea realizada por el padre dominico Juan Crisóstomo Gómez.
Al ser abandonada la misión en 1840 por falta de personal, la iglesia permaneció en uso casi continuo desde aquel año, conservando su estado original así como los demás edificios que conforman el conjunto misional, que en particular es el más grande de los que actualmente existen, y que consiste en el templo principal, los recintos de los misioneros y otras dependencias de la misma.
Actualmente preserva su campana, una estatua de San Ignacio de Loyola, cuatro estatuas colocadas en los nichos de la fachada principal, un púlpito de madera y un retablo dorado con ocho óleos fabricados en el siglo XVII. En el interior se han integrado algunos cambios consecuencia del deterioro, así como aportaciones hechas por la misma comunidad, como lo son los cuadros que cuelgan de los cuatro puntos de apoyo de la cúpula intermedia, aportación del presente siglo. Se presume que en cuanto a la piedra utilizada en su construcción, ésta fue traída de canteras cercanas aún explotadas en la actualid ad.
Por otro lado, la tradición de las fiestas de San Ignacio a fines de junio y principios de julio actualmente se conservan y son de las fiestas más famosas del estado.
Podemos sintetizar la historia constructiva de la misión de San Ignacio a manera de períodos y éstos fueron los siguientes: en la época jesuita el Padre Luyando que es el precursor y fundador de la misma construyó una iglesia paralelamente a su trabajo espiritual en la cual celebró la dedicación de la pascua en la navidad de 1728, junto con la casa del misionero; y en las comunidades de los indígenas vecinos realizó capillas donde el papel del Padre no solo fue de arquitecto, sino también de albañil y de peón como ejemplo a otros misioneros (10). Estas primeras edificaciones, tanto capillas como casas fueron enramadas, posteriormente el Padre Luyando en el asiento de la misión de San Ignacio construyó la iglesia de adobe, casa de dos recámaras y un almacén de materiales, todas estas construcciones con techo de enramada (11). Posteriormente dentro del mismo período jesuita el Padre José Mariano Rotea, quien llegó en 1759, inicia la construcción de piedra, este Padre venía destinado a la fundación de la misión de San Francisco de Borja, pero a la muerte del Padre Fernando Consag, quien ya había estado trabajando en la misión, fue empleado en San Ignacio (12). Rotea construyó también una capilla y una residencia en cada una de las seis visitas de la misión de San Ignacio (14), para 1768, la iglesia aún no era terminada cuando pasó a poder de los franciscanos por un espacio de tiempo muy corto, y en 1773 a los dominicos, según describe el Padre Francisco Palóu.
La iglesia aún estaba inconclusa en esa fecha pues los servicios religiosos todavía se impartían en la antigua iglesia de adobe, el mismo Palóu describe el conjunto en su inventario como una iglesia de cal y canto, con dos torres y bajo estas dos capillas de bóvedas cerradas, las paredes por partes tienen ya la altura de seis varas, dos sacristías que son lo más atrasado de la iglesia, una de ellas es un cuarto octagonal que debió haber sido vestuario, adicionalmente una casa de adobe y techo de cal con diversas piezas y dos trojes, bodega, carpintería, albañilería y fragua.
En los años 1972-73, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (15) efectuó algunas obras de restauración las cuales eliminaron gran parte del aplanado de mezcla con dibujos simulados que no eran originales, dándole el aspecto inicial a la portada. También se realizaron obras en la azotea y patios exteriores; sin embargo pese a ésto la misión se encuentra en la actualidad en un total estado de abandono y descuido.
En síntesis podemos decir que todo el conjunto está construído con muros de piedra junteada con argamasa de cal de concha.
Las descargas de agua pluviales de los cuerpos de la iglesia son de cantera; en cuanto a los anexos, por desgracia se han venido utilizando como bodegas y casas particulares.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La misión de San Ignacio es de todas las de Baja California Sur la más grande en cuanto a su conjunto arquitectónico, éste ocupa una gran franja de terreno justamente frente a la plaza del pueblo y está formado por los siguientes elementos: el templo principal, los recintos de los misioneros a mano izquierda de la iglesia (comunicados con ésta a través de la sacristía), otra serie de habitaciones a la derecha, dos grandes patios que vestibulan las habitaciones, el atrio del templo, la barda de piedra y el muro de contención en la parte superior que cierra el conjunto y lo proteje de las aguas broncas del arroyo de San Ignacio. Por la importancia arquitectónica que presenta la iglesia, iniciaremos con la descripción de ésta.
Su fachada principal destaca como volumen al estar desplantada casi dos metros sobre el nivel de la plaza que se ubica precisamente frente al templo. Una escalera de piedra nos comunica con el atrio desde la calle, la barda atrial escuadra la escalera de piedra formando dos protecciones que a la vista parecen brazos de ésta. El atrio nos permite observar la fachada en toda su magnitud, ésta es sobria y armoniosa y la podemos dividir en tres secciones verticales que se encuentran separadas por pilastras, siendo pareadas las ubicadas a los costados de la puerta en la sección central; la puerta de acceso está construída con madera entablerada y enmarcada por unas jambas de cantera estriada que rematan en la parte superior con un arco mixtilíneo, sobre éste un escudo de cantera de la orden de los dominicos ya que éstos fueron los que concluyeron el templo; separado por un entablamento que une en forma horizontal las pilastras, encontramos unas ventanas rectangulares que dan iluminación y ventilación al coro, enmarcadas en cantera labrada, tienen a los lados unas columnillas también del mismo material, sobre de éstas corren tres cornisas en forma horizontal que unen en la parte superior a las pilastras. Las otras secciones laterales son semejantes, en una tiene dos nichos que albergan esculturas de santos no identificados labrados en cantera, en la otra, dos óculos abocinados, sobre los óculos inferiores se observan diferentes escudos de armas de los Reyes Católicos de España labrados en cantera, en los óculos de la parte superior podemos observar en sus extremos unos rombos de cantera divididos en cuatro secciones, en la última sección del lado izquierdo continúa la torre del campanario que tiene vanos rectangulares por los cuatro lados rematados en arcos de medio punto, enmarcan estos vanos unas columnillas y sobre de éstas una cornisa de cantera, la torre remata en la parte superior con un techo octagonal en forma piramidal; continuando las pilastras en la parte superior, rematan en unos pináculos de base cuadrada y fabricados de tabique aplanado.
La fachada sur del templo es sencilla, se aprecian los volúmenes salientes de la torre y el crucero y un acceso a la nave principal por medio de una puerta de madera enmarcada con jambas y dintel de arco de medio punto en cantera labrada y en la parte superior una ventana rectangular con marco de piedra, arriba de ésta y entre dos cornisas se forma un nicho con una escultura de un santo no identificado tallada en piedra, enmarcan el acceso dos pilastras adosadas al muro de la nave; a la izquierda se aprecian tres ventanas iguales y al mismo nivel de la que está sobre la puerta de acceso; a la derecha (de ésta) tenemos una escalinata de piedra por la cual se tiene acces o al coro y al campanario.
La fachada norte es simétrica a la sur con la diferencia que no tiene campanario ni igual número de ventanas.
La planta del templo corresponde al tipo de cruz latina, según el inventario con que recibieron los misioneros dominicos de los franciscanos en junio de 1773, se tienen los siguientes datos: con el objeto de poder hacer una comparación de lo que existe como a continuación se desglosa: Una iglesia con techo de jacal; solo tiene un altar cuyo titular es San Ignacio, varios lienzos con sus marcos dorados con temas religiosos, siete campanas grandes. Idem éste Misión principiado una iglesia de cal y canto con torres y bajo de las torres dos capillas de bóveda ya cerradas; las paredes por partes tienen ya la altura de seis varas y por donde menos cuatro; dos sacristías que son lo más atrazado de la iglesia. (16)
La nave principal está orientada de este a oeste y se compone de cinco secciones divididas por medio de pilastras adosadas al muro que sobresalen tanto al interior como al exterior, estas pilastras están unidas por cornisas de cantera a nivel de la base y el capitel, sobre las pilastras descansan arcos de medio punto y sobre éstas, bóvedas de arista; en el cruce con la nave principal se encuentra el sotocoro y al lado izquierdo de éste una pequeña capilla, sobre ella, la torre del campanario. A la derecha del sotocoro se encuentra el bautisterio. El coro se encuentra sostenido por medio de arcos rebajados de cantera empotrados en el muro, arriba de estos arcos hay una balaustrada de madera.
La nave principal tiene dos accesos laterales que desembocan a los patios de la misión; la iluminación de la nave está resuelta por medio de ventanas rectangulares que se encuentran en la parte superior de los muros, entre una cornisa que une los capiteles de las pilastras y los arcos de medio punto que sostienen las bóvedas de arista; en las esquinas en donde rematan los arcos se encuentran unos volúmenes de cantera en forma de copa y sobre de éstos unos querubines también de cantera; en ambos muros laterales de la tercera sección de la nave existen dos nichos idénticos de piedra que se encuentran enmarcados con dos columnillas que arrancan de la cornisa que corre a nivel de la base de las pilastras y que sostienen un entablamento también de cantera labrada a hueso.
En el presbiterio se encuentra el retablo mayor que es de tipo tríptico o sea dividido en tres páneles verticales, rematado en la parte superior en un tímpano de forma de arco de medio punto con tres pinturas elaboradas en óleo; en el pánel central del segundo cuerpo encontramos una imagen de madera policromada de San Ignacio de Loyola, fundador de la orden de los jesuitas; los páneles laterales son semejantes con un cuadro al óleo en cada cuerpo, los altares del crucero son semejantes de tipo tríptico: en el pánel central un nicho en forma rectangular de cantera, en la parte superior una pintura al óleo enmarcada en forma de medallón, los páneles laterales son idénticos con pinturas al óleo en cada uno de los cuatro cuerpos.
A la derecha del sotocoro repegada en una esquina existe una pila de agua bendita labrada en cantera de piedra en forma de copa, sobre de éste y esculpida en cantera observamos una figura de cabeza probablemente indígena porque tiene puesta una especie de emplumado y de la boca sale agua bendita que cae en la copa. En el bautisterio existe un elemento adosado a uno de los muros que sirve para el agua bendita, está compuesto por tres copas de cantera con la misma figura y otra más grande hecha de onix. El acceso al coro es por medio de una escalinata exterior que envuelve a la torre del campanario.
El crucero está cubierto por un casquete esférico que al igual que las bóvedas de arista de la nave son de piedra; sin embargo en la actualidad las han cubierto de mezcla, las pechinas están adornadas con pinturas de temas religiosos enmarcados en dorado y de forma ovalada; del casquete está colgado un querubín.
Los pisos interiores del templo son de piedra. Todos los muros interiores de mampostería de piedra también han sido cubiertos de aplanados de mezcla, los exteriores sufrieron lo mismo, pero se les dibujaron grandes sillares.
Las fachadas de los anexos del templo principal son sencillas a base de puertas y ventanas rectangulares con marcos de cantera labrada.
Los techos son de piedra de bóveda de cañón corrido y las descargas de aguas pluviales al igual que en el templo principal es a base de gárgolas de cantera, estas bóvedas al igual que en la iglesia se encuentran aplanadas con mezcla de cal, el casquete del crucero tiene unos dentiscos de tabique que sirven como escalones para llegar al remate de ésta que es una veleta metálica.
Los muros de los recintos misionales son de mampostería de piedra y están cubiertos con bóveda de cañón corrido; los accesos de los recintos son vanos rectangulares enmarcados en cantera labrada.
5.-OBRAS DE ARTE
El esquema iconográfico del retablo mayor es de forma tríptica en el pánel central; en el primer cuerpo tiene un sagrario del corazón de Jesús; en el segundo, una escultura de madera policromada representando a San Ignacio y en el remate una pintura al óleo de la Virgen del Pilar enmarcada en forma de medallón; en el pánel izquierdo del primer cuerpo, una pintura al óleo de San Vicente enmarcada en forma de medallón; en el segundo otra pintura al óleo de San José y el niño Jesús y como remate una pequeña pintura de San Pedro y San Pablo; en el pánel derecho encontramos también pinturas al óleo enmarcadas al igual que las del pánel izquierdo, en el primer cuerpo está representado Santo Tomás de Aquino con bonete de pluma y sol, en el segundo San Juan Bautista y como remate un obispo.
En el retablo derecho de la nave del crucero existe una curiosa combinación de nicho de piedra y talla de madera; en el pánel central cobijada en el nicho de piedra, una talla de la Virgen de Guadalupe y como remate una pintura al óleo del nacimiento de Jesús; en el pánel izquierdo, en el primer cuerpo, una pequeña pintura al óleo del papa San Pio V, en el segundo otra pintura con el tema de los desposorios, en el tercer cuerpo una pintura de la Anunciación y como remate otra pequeña pintura de Santiago Apóstol; en el pánel derecho también pinturas al óleo enmarcadas en forma de medallón al igual las del pánel izquierdo, en el primer cuerpo una santa no identificada, en el segundo Jesucristo ante los doctores de la iglesia, en el tercer cuerpo el bautismo de Jesús y el remate tiene la imagen de la Magdalena.
El retablo izquierdo de la nave de crucero es semejante al derecho, con las mismas características materiales y la disposición de los páneles verticales y cuerpos; en el pánel central encontramos una talla del Sagrado Corazón de Jesús y como remate una pintura al óleo sin identificación; en el pánel izquierdo en el primer cuerpo un santo dominico, en el segundo y tercer cuerpo pinturas al óleo no identificadas y como remate una pintura de Santa Bárbara; en el pánel derecho en el primer cuerpo una pintura de Santa Catarina y en el segundo y tercer cuerpo pinturas al óleo no identificadas, como remate tenemos nuevamente otra pintura al óleo, esta vez de Santa Inés.
6.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
(1). MATHES, Michael. Las Misiones de Baja California 1683-1849. Editado por el Gobierno del Estado de Baja California Sur, 1977. Editorial Aristos. p.91
(2). BARCO, Miguel del. Historia Natural de Crónica de la Antigua California. Edición y estudio preliminar de Miguel León Portilla, del Instituto de Investigaciones Históricas de la U.N.A.M., primera edición, 1937. México, p.187
(3). BARCO, Miguel del. op. cit. p.187
(4). BARCO, Miguel del. op. cit. p.204
(5). BARCO, Miguel del. op. cit. p.74
(6). MARTINEZ, Pablo. Historia de Baja California. Segunda edición española, 1956, editorial Baja California. México. p.211
(7). MATHES, Michael. op. cit. p.93
(8). MATHES, Michael. op. cit. p.93
(9). MARTINEZ, Pablo. op. cit. p.193
(10). QUINN, Robert. La Arquitectura Misional en Baja California Sur.
Estudio y edición preliminar. Universidad de Arizona, Tucson, 1980. p.90
(11). QUINN, Robert. op. cit. p.90
(12). QUINN, Robert. op. cit. p.91
(13). QUINN, Robert. op. cit. p.91
(14). QUINN, Robert. op. cit. p.91
(15). HINOJOSA, Salvador. Las Misiones de Baja California Sur.
Documento. B.C.S.
(16). Inventario proporcionado por el prof. y Lic. Eligio Moisés Coronado.
B.C.S.
Elaborada por: Arq. Salvador Hinojosa Oliva 30 junio, 1984
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Ignacio Kadakaamán