Imagen principal
Nombre del Inmueble
San Ildefonso
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000534
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000534
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La fundación del poblado de Taretan se remonta mas allá de la llegada de los conquistadores a la región purépecha, ya que fue asiento de un núcleo indígena al que encontraron éstos a su arribo a la región. Su nombre viene del Tarasco, y según Fray Diego de Basalenque, en Español significa sementera, en tanto que en Nahuatl quiere decir milpa. Coincidente con esta interpretación, Oviedo Mota dice que Taretan (proviene de ) Tareta, sementera. (R). (1)
Fue evangelizado Taretan por el padre Franciscano, venerable Fr. Juan de San Miguel el año de 1541; el de 1575 se asignó a los padres agustinos en calidad de doctrina, dependiente de Santa Ana Tzirosto (2). A modo de referencia, recordaremos que la antigua villa de Valladolid, hoy Morelia, fue fundada hacia el año de 1541, en tanto que la orden franciscana había arribado a Tzintzuntzan en 1526 para iniciar su labor evangelizadora, un año después de que Sinsicha, rey o Calzontzin de Michoacán, se sometiera a la soberanía de la corona española. Hacia 1581, Taretan se separa de Tzirosto y es agregado al curato de Tingambato, siempre perteneciendo a la Provincia Agustiniana de San Nicolás Tolentino de Michoacán. Por último, en fines del siglo pasado (refiriéndose al XVIII) se erigió en curato secular. (3)
En el siglo XIX se dice que la población del curato que había disminuido considerablemente durante la revolución del año de 1810, se ha aumentado con rapidez por los ingenios de azúcar, fábricas de aguardiente y otros varios giros que facilitan cómoda subsistencia a los vecinos: hoy asciende a 7,600 habitantes (4). En 1822 es un pueblo, Cabecera del pequeño Partido o Subdelegación de este mismo nombre, en la Provincia de Michoacán, con Ayuntamiento Constitucional que comprende los cuatro pueblos de su demarcación. (5)
Situado en una región bien irrigada, calurosa hacia su parte sur, la región se presta a la explotación de los cultivos tropicales, incluyendo mango, café, plátano, mamey y caña de azúcar, la cual fue objeto de explotación por las haciendas, habiendo sido introducido su cultivo en el siglo XVI por los frailes agustinos, quienes fundaron las primeras haciendas y trapiches para la producción de azúcar y piloncillo. Los mismos frailes fueron seguramente los introductores de la ganadería en la región, en la que la explotación de los indígenas en las haciendas llegó a tal grado que se vió reducido su número, haciendo necesaria la importación de esclavos negros para mantener la producción.
2.-EMPLAZAMIENTO
La región de Taretan se encuentra situada en la zona templada que hace transición entre la fría sierra Tarasca y las tierras calientes de la costa y valles del sur michoacano. Su terreno forma una pendiente que corre desde el sur del municipio de Uruapan y los límites de los de Santa Clara y Ario hasta los de Gabriel Zamora, la Huacana y otros de tierra caliente. Dista la población de Taretan, actual cabecera municipal, 22 Km. de la ciudad de Uruapan, a la que se comunica por carretera pavimentada, y se encuentra asentada en una loma con calles en pendiente, a pesar de lo cual su traza corresponde a la clásica retícula del siglo XVI, en lo que a su estructura original se refiere.
El pueblo está hermosamente situado en el declive de una loma no muy elevada y de un fertilidad asombrosa. Sus casas son las mas de madera; pero cómodas y esterior bastante agradable; tiene gran número de calles formadas de plátanos de todas clases y de otros árboles que embellecen la población (6). De esta imagen, correspondiente al último tercio del siglo XIX, rescata el estado actual de la población gran parte de la belleza que poseía; si bien la mayor parte de las casas son actualmente de adobe y no de madera, la gran calidad de su diseño regional y una sombrosa unidad urbana caracteriza al poblado, a pesar de que ya se inicia un proceso de degradación en aras del progreso que derriba bellas casonas para construir modernos edificios.
El templo parroquial de San Ildefonso se localiza en el centro de la población, en la parte más plana de la misma y frente a la plaza principal. Con su eje principal orientado de Sur a Norte, y su portada viendo al sur, se ubica en la manzana limitada al sur por la calle de Reforma y plaza principal, al oriente por la Primero de Mayo, al poniente la Revolución y al norte por la calle Nervo. Su vecindad con la bella plaza ornada de rica vegetación y tradicional kiosko, a la cual enmarcan los frescos portales de las tradicionales construcciones con techo de teja, prestan al templo su digna arquitectura para, junto con el resto de las construcciones del poblado, dar realce al destacado volumen de su gran nave y alta torre.
3.-HISTORIA
La parroquia de Taretan se construyó durante el siglo XVII, sin que podamos fijar con exactitud el año de su fundación y consagración. Es su patrono San Ildefonso y la celebración que se realiza en su honor el 23 de enero tiene una rica y antigua tradición en la región, a la que acuden visitantes de zonas alejadas, especialmente de tierra caliente, a venerar al santo y participar en las fiestas que acompañan a la celebración.
José Guadalupe Romero nos refiere, hacia el siglo XIX, que La parroquia es triste y desaseada; fue construida en el siglo XVII y renovada conforme al gusto moderno en estos últimos años: (1860-1862) está dedicada a San Ildefonso que es el patrón del lugar: su sacristía está provista de muy buenos paramentos y todo lo necesario para el culto (7). Esta renovación se manifiesta claramente en la torre y actuales portadas, tanto principal como laterales, que corresponden al estilo neoclásico, vigente durante el siglo XIX, y que no corresponden históricamente a la época de construcción de la estructura original.
No obstante lo anotado por el citado autor, podemos aventurar algunas dudas respecto a las fechas que menciona, ya que si como mencionamos al inicio de este trabajo, Taretan fué evangelizado por los Franciscanos en 1541 y asignado a los frailes Agustinos en 1575 en calidad de doctrina, existe la posibilidad de que la fundación se efectuara en pleno siglo XVI y ya existiera una primera construcción para la realización del culto. Por otra parte, en una de las piedras de la portada lateral, aparece la fecha de 1823, lo que nos indica que en ese año debió realizarse la renovación del templo, que seguramente incluyó el cambio de los altares existentes, de los cuales no tenemos datos pero a los que cabe imaginar de tipo barroco, por los actuales neoclásicos. Esta suposición se basa en la descripción que del Templo de la hacienda de Taretan, cercana al poblado, se hace en el siglo XIX, y en la que se afirma que en se hicieron pues muy buenas construcciones, (en 1676) tapizada la iglesia de siete retablos churriguerescos del mejor estilo, el mayor y los seis colaterales (8). Estos retablos sufrieron, a principios del XVIII, el cambio de su imaginería pictórica por otros de talla completa y hagiografía estatuaria, es decir, santos e imágenes de bulto, más acordes con el gusto de la época. Cabe suponer entonces que, si en el templo de la hacienda existieron ricos retablos de estilo churrigueresco, en la parroquia de Taretan debieron construirse otros similares e época anterior a la de éstos.
Del original predio perteneciente al Templo de San Ildefonso se ha perdido gran parte, seguramente a raiz de las Leyes de Reforma, y actualmente se encuentra con adosamentos de construcciones civiles, las que se integran a este gracias a su característica construcción dentro de la tradición regional.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La gran masa del templo de San Ildefonso se encuentra inscrita dentro de un atrio que debió ocupar el total de la manzana originalmente, encontrándose en la actualidad invadido por distintas construcciones tanto en el lado noreste al frente, como al sur, en la zona absidal. Limita al actual atrio una sencilla reja desplantada sobre un murete de buen espesor, misma que se abre en tres puertas, la principal y dos laterales, que corresponden a las del templo. Enmarcan a estas puertas ricas pilastras de cantera, bien proporcionadas y de estilo neoclásico, jerarquizando por su dimensión y diseño la entrada principal de las laterales. En la primera, las pilastras son entableradas, con roleos que simulan pequeños contrafuertes en su cara externa, capiteles de gran volado y sobre éstos, remates en forma de jarrón. Las pilastras de las puertas laterales, en cambio, son de cuerpo rectangular con entrecalles horizontales, capitel menos volado y remates de menor tamaño.
La fachada principal consta de portada neoclásica de cantera, construida con seguridad en el siglo XIX, al igual que la torre. Esta portada, de dos cuerpos, destaca junto con la cornisa que remata al imafronte sobre el blanco aplanado del muro. Su primer cuerpo se compone alrededor de la puerta, con arco de medio punto sobre sencillas pilastras lisas, enmarcada por pilastras estriadas pareadas, con un nicho entre cada par de éstas enmarcado en cantera. Un grueso entablamento une este primer cuerpo con el segundo, que consta de dos pilastras similares a las estriadas del primer cuerpo pero sin basamento, que se unen con discreta cornisa moldurada. Al centro del espacio así creado, se encuentra ventana del coro, de forma ovalada y enmarcada en bella molduración de piedra que simula apoyarse en la cornisa del entablamento gracias a un ingenioso elemento de piedra que semeja soportarla.
La cornisa que remata la fachada, y que une a la torre con esta, adopta la forma de dos pendientes que, con suave curva, suben de los extremos al centro, donde se unen en un tramo horizontal, que rematara una cruz de hierro hoy desaparecida. Este arteficio oculta a la vista del observador la techumbre de teja, que en hermosa pendiente de cuatro aguas, cubre al templo.
La torre, cuya planta cuadrada sobresale de la traza del templo, consta de alto cubo liso, cubierto de aplanado, y dos esbeltos cuerpos de piedra labrada de planta ochavada, en los cuales se puede admirar la ingeniosa solución de tres columnillas exentas en las cuatro esquinas de los ochavos, sobre basamentos entablerados y capiteles de gran volado que, al unirse sobre los cuatro vanos que con arco de medio punto alojan las campanas, forman un cornisa quebrada que ayuda al juego de luces y sombras que la torre produce. El remate de ésta es un cilindro estriado con remate de perlas, reforzado por cuatro roleos en forma de contrafuerte, sobre el cual se asienta un bello remate cónico que recibe una cruz forjada en hierro. El efecto de la torre en el conjunto es notable, y dentro de las existentes en la región ocupa indudablemente un importante sitio, dada la calidad de su diseño y fábrica.
Las fachadas laterales muestran la planta de cruz latina del templo, y la techumbre de teja cobra mayor belleza en la intersección de los brazos de tal cruz. La puerta lateral, con sencillo marco de cantera, es cerrada por arco de medio punto, y las altas y esbeltas ventanas, sin marco alguno, fueron modificadas para cerrarlas con arcos apuntados u ojiv ales en época posterior a la construcción de la portada y torre. Algunas construcciones correspondientes a diversas dependencias del templo se adosan a este, sin lograr disminuir su gran belleza y dignidad.
En su interior el templo muestra su planta de cruz latina, y la decoración de sus muros, típica de fines del siglo XIX, le presta su simetría y colorido. El plafón de grandes vigas con ménsulas labradas y tablón, oculta la estructura de madera que recibe la teja de la techumbre. Medallones dorados fijos en la viguería servirían de soporte a los candiles hoy inexistentes. El coro, inmediato al acceso principal, es de viguería y tablón de madera, con modesto barandal del mismo material.
Dos capillas anexas al templo se dedican a la Inmaculada Concepción y Cristo Rey respectivamente, en tanto que en el altar principal, de mampostería y pasta y de estilo neoclásico, está la imagen del Patrono, San Ildefonso en la parte superior, en tanto que en el ciprés de la parte baja se encuentra un bello Cristo en la Cruz. En los brazos de la cruz se alojan sendos altares que corresponden, en material y estilo al principal.
Llama la atención el diseño de las mamparas situadas en las puertas laterales las que, al igual que los confesionarios situados en los muros laterales, son de estilo flamígero, y corresponden a la época en que se modificaron las ventanas.
5.-OBRAS DE ARTE
Pobre es en su aspecto pictórico el templo de San Ildefonso, ya que sus pinturas se reducen a dos oleos sobre tela; una imagen de la Virgen de Guadalupe, de poca calidad y posiblemente de principio de este siglo, y un pequeño cuadro con las Animas del Purgatorio sin mayor mérito.
Por lo contrario, las imágenes escultóricas son abundantes y aunque de variada calidad y mérito artístico, presentan mayor riqueza. Son las de más calidad y antiguedad; la imagen de San Ildefonso del altar principal, escultura en madera estofada del siglo XVIII; El crucifijo, del mismo material y quizá del siglo XVII; El grupo que representa a San José, la Virgen María y Cristo Crucificado, conocido como El Señor de la Misericordia, posiblemente del siglo XIX y en el que aparecen rasgos del arte popular, ubicado en el altar del crucero oriente; El Cristo Rey del Bautisterio, La imagen de la Virgen del Carmen del mismo bautisterio, así como una Inmaculada Concepción situada en la capilla anexa, merecen especial mención.
Acompañan a estas esculturas otras de menor calidad, entre ellas un Cristo Negro llamado Señor del Veneno, situado en el altar del crucero Poniente; Una Santísima Trinidad, moldeada en pasta en el muro orinte de la nave; las imágenes de San Antonio de Padua, San Judas Tadeo y San Francisco Javier, esculpidas en madera, sin que falte la muy popular en las décadas de 1950 a 1970 de San Martín de Porres, ésta de menores dimensiones y de pasta, Un Cristo de la Columna, un Señor Santiago, junto con un Nazareno y un Sagrado Corazón de Jesús completan el abundante acervo del templo.
Es importante anotar la existencia, en el coro alto, de un órgano de fuelle semidestruido, seguramente del siglo XIX, cuyas flautas ya no prestan su sonoridad a las funciones religiosas desde hace largos años. Instrumento casi indispensable en la mayor parte de los templos del pais, la incuria y abandono de los custodios de éstos han hecho que desaparezcan o, como en el caso presente, se inutilicen por falta de mantenimiento.
6.-NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1. Oviedo Mota, Alberto. NOMBRES DE ALGUNOS POBLADOS ABORIGENES DEL ESTADO DE MICHOACAN. Pág. 39, T. II.
2. Romero, José Guadalupe. NOTICIAS PARA FORMAR LA HISTORIA Y ESTADISTICA DEL OBISPADO DE MICHOACAN. Pág. 90-91.
3. Romero, José Guadalupe. IBIDEM
4. Romero, José Guadalupe. IBIDEM
5. Martínez de Lejarza, Juan José. ANALISIS ESTADISTICO DE LA PROVINCIA DE MICHOACAN EN 1822. Pág. 135.
6. Romero, José Guadalupe. OP. CIT. Pág. 91.
7. Romero, José Guadalupe. IBIDEM
8. Navarrete, Nicolás P. HISTORIA DE LA PROVINCIA AGUSTINIANA DE SAN NICOLAS TOLENTINO DE MICHOACAN. TOMO I Pág. 717.
7.-BIBLIOGRAFIA
Oviedo Mota, Alberto. NOMBRES DE ALGUNOS POBLADOS ABORIGENES DEL ESTADO DE MICHOACAN, Imprenta Morelos, Jiquilpan de Juárez. 1950. II Tomos.
Romero, José Guadalupe. NOTICIAS PARA FORMAR LA HISTORIA Y ESTADISTICA DEL OBISPADO DE MICHOACAN. Fimax Publicistas. Morelia, 1972.
Martínez Lejarza, Juan José. ANALISIS ESTADISTICOS DE LA PROVINCIA DE MICHOACAN EN 1822. Fimax Publicistas. 2a. Edición. Colección Estudios Michoacanos. Morelia, 1974.
Navarrete, Nicolás P. HISTORIA DE LA PROVINCIA AGUSTINIANA DE SAN NICOLAS TOLENTINO DE MICHOACAN. Editorial Porrua. México, 1978.
ELABORO: ARQ. RAMON M. BONFIL
FECHA: 1985.
Inmueble de pertenencia
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San Ildefonso