Nombre del Inmueble
San José
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000623
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000623
Contenidos
1.-ANTECEDENTES.
El descubrimiento de lo que hoy es la ciudad y puerto de Campeche ocurrió un domingo, 20 de marzo de 1517, cuando Francisco Hernández de Córdoba fondeo las naves de su expedición frente a una población que llamóles grademente la atención por su numeroso caserío y bello aspecto (1); siendo ese día el dedicado a San Lázaro, así denominaron al lugar. Era la población de Kim-Pech, Ah-Kim-Pech o Ca-Pech, que son los nombres mayas que le atribuyen diversos autores, como diversos son los significados que los mismos le atribuyen a dicho vocablo.
Lindaba al norte con el cacicazgo de Ah-Canul, al Oriente con los de Tutul Xiu o Maní y eh-Ache, al sur con el de Chakán-Putún (2). Funda la primitiva Villa Don Francisco de Montejo, hijo del Adelantado homónimo, dándole, el nombre de San Francisco de Campeche por corresponder a tal santo el día de su fundación, 4 de octubre de 1540. La villa recibe de Carlos III de España el título de ciudad y escudo de armas respectivo en el año de 1777.
Según Piña Chán, y de acuerdo con la crónica de Chac-Xulub Chen (Chixxulub, Yucatán), comenzó el cristianismo por los padres de la Orden de San Francisco (3), quienes inician el bautismo en regla y la enseñanza del catecismo, a leer y escribir en 1546. Fundan conventos de su orden entre 1546 y 1579 y efectúan una amplia labor evangelizadora.
Durante el siglo XVII, ya en su final, Campeche sufre diversos y frecuentes ataques de piratas, siendo ocupada y saqueada en varias ocasiones, por lo que en 1680 e gobernador Layseca envía al Rey un proyecto de fortificación de la ciudad, cuyo autor fue el ingeniero militar Martín de la Torre. Tal proyecto, de forma de hexágono irregular, proponía ocho baluartes y cinco puertas. En 1705, Luis Bouchard levantó el plano de la ciudad amurallada, y menciona que la muralla carecía de camino de ronda y parapetos, no había gantas en los baluartes; y dentro del recinto estaban la Iglesia Mayor, el Hospital de San Juan de Dios, la iglesia de San José y los otros edificios principales (4). El último amago de los piratas sobre Campeche se efectuó en 1738, por el corsario inglés Vernón, el cual merodeo con sus navios frente a la costa de la villa. De las fortificaciones quedan actualmente restos de la muralla, algunos fortines y dos puertas, la de mar y la de tierra, que evocan con cierto romanticismo la época de esplendor de la ciudad y las incursiones corsarias.
La península de Yucatán, a cuya jurisdicción pertenecía Campeche, se separó de la República Mexicana en varias ocasiones después de consumada la independencia del país, a la cual se reintegra definitivamente el año de 1847, y en 1862 el presidente Benito Juárez expide el decreto que constituye a Campeche, hasta entonces distrito, en estado de la federación.
2.-EMPLAZAMIENTO.
La ciudad y puerto de Campeche es capital del estado del mismo nombre al cual limitan, al norte, el Estado de Yucatán, al este, el de Quintana Roo, al sur el de Tabasco y la República de Guatemala y al oriente las azules aguas del Golfo de México. Situado al sur del Trópico de Cáncer, es caluroso y húmedo la mayor parte del año, y su vegetación corresponde a lo tropical del clima. Se puede considerar ubicado en una gran meseta, ya que los accidentes orográficos son de poca relevancia. La ciudad se encuentra a 1,301 Km. de la ciudad de México, con la cual se comunica por carretera, y su atmósfera es apacible y evocadora de un pasado histórico por la riqueza de su arquitectura y sus playas y fortificaciones.
El Templo de San José se encuentra localizado dentro del que fuera recinto amurallado, en la parte más antigua de la ciudad, al sur de la plaza principal y sobre la esquina que forman las calles 63 y Callejo, en una tranquila zona en la que predominan las altas construcciones antiguas, y cuyo principal destino es el de habitación, aunque el comercio pequeño y mediano hace ya acto de presencia en forma importante dentro de esta área.
Lo angosto de las calles de Callejo, a la que se abre su fachada principal, apenas se amplía frente al templo en virtud del pequeñísimo espacio atrial que lo vestibula, y sólo la altura de sus torres y de la magnífica cúpula lo hace resaltar del conjunto de edificios que le prestan digno marco con su tradicional arquitectura. Cerca de él se encuentran edificaciones de gran interés histórico y turístico, tales como la puerta de mar, que fuera demolida a fines del siglo pasado y reconstruida hace tres décadas, resto de la muralla y baluartes como el de Santa Catalina; Templos como el de Jesús y la Catedral de la ciudad, y a menos de un kilómetro, las aguas del Golfo de México acarician las playas de la ciudad, la cual le ha ganado al mar en los últimos años una considerable franja de terreno a través de obras de relleno para ampliar su casco urbano.
3.-HISTORIA
A instancia de fray Pedro Reyes de la Madrid, vicario de la villa de San Francisco de Campeche, por cédula real del 30 de diciembre de 1714, se dispuso que del convento de jesuitas de Mérida se trasladaran a la mencionada villa tres religiosos, para enseñar en un colegio doctrina cristiana, gramática, lectura y escritura. En la misma cédula se otorgaban al colegio para su sostenimiento varias propiedades urbanas, entre ellas una pequeña iglesia consagrada a San José, cuya fecha exacta de construcción se ignora, pero que se supone es posterior a 1649, probablemente a fines del siglo XVII. El templo fue construido con limosnas y donativos de carpinteros y calafates.
Apenas llegados a Campeche los tres jesuitas provenientes de Mérida, se hicieron cargo de los bienes concedidos en la cédula real y procedieron a construir el colegio en el cual habría de educarse la juventud campechana de la época. La originaria iglesia de San José pronto resultó insuficiente y se le destruyó para dar paso a otra. El nuevo templo se comenzó a construir probablemente hacia 1716. Tanto el templo como el colegio anexo quedaron al cuidado de un seglar en 1767, al ser expulsados los jesuitas de los territorios gobernados por la Corona española. Esta situación prevaleció hasta 1771 en que los edificios fueron abandonados.
A la partida de los jesuitas la iglesia había quedado inconclusa, por lo que, cuando por acuerdo del virrey en 1799 los franciscanos se hicieron cargo de los bienes de los expulsados, procuraron terminar las obras.
Decoraron el interior del convento con escenas de la vida de San Francisco, pintadas al fresco. De las torres de la iglesia sólo la de la izquierda estaba acabada y la otra apenas tenía levantado el primer tramo, sin cubierta, dejando el campanario a la intemperie. En el interior del templo se hallaba un cancel, colocado entre el crucero y lo demás de él, ya que estaba sin cúpula.
Así pues, se pensó edificar primero la cúpula, y para tal fin los franciscanos hicieron venir de Mérida al arquitecto Sanitelli, con quien no se llegó a un acuerdo por cuanto al precio de los trabajos. Posteriormente entraron en tratos con el arquitecto Catalán Santiago Castells, apodado Roche, quien logró terminar la cúpula en 1808, la cual se destaca del tipo común en la región que es achatado e insignificante. El templo de San José..... fue inaugurado el año de 1809, tan luego que el arquitecto..... concluyó de cerrar la cúpula de la media naranja (5).
Entre 1829 y 1830, el Rector del Colegio de San Miguel de Estrada, Pbro. Gregorio Jiménez, hizo construir sobre la torre izquierda hasta entonces truncada un tercer cuerpo, desfigurando en primitiva forma, y como si se tratara de protestar contra ese procedimiento, una bala de cañón disparada ala ciudad..... en la guerra del año de 1840..... destrozó el remate de la cúpula, y la cruz de piedra que la terminaba, en cuyo estado permanece (6). La torre izquierda, de menores dimensiones y hasta entonces inclusa, fue ocupada por el faro que aun sostiene en el año de 1858.
Al decretarse en 1816 la devolución de sus bienes a los jesuitas los franciscanos abandonaron el templo de San José y el colegio contiguo. Este último se transformó en el colegio de San Miguel de Estrada en 1823. La institución, de carácter confesional, mantuvo abiertas sus puertas del 23 de diciembre de 1823 a 1859, año en que, por efecto de las Leyes de Reforma, el local pasó a manos del gobierno y en su lugar se inauguró el Instituto Campechano. Radicalmente modificado en su exterior, probablemente en 1860, el antiguo colegio sólo conserva, en la parte posterior, una portada en chaflán.
Por lo que se refiere al templo, durante la Revolución se destruyó su altar mayor y el sagrario de la capilla lateral derecha, famoso este último por ser de mármol. El edificio fue devuelto al culto en enero de 1924. Se levantaron entonces nuevos altares, una tribuna sustituyendo al púlpito y volvieron a colocarse en la torre oriental dos pequeñas campanas, así como la mayor, en la que se lee San Francisco. Año de 1800, en recuerdo del paso de los franciscanos por la iglesia de fundación jesuita.
En 1934, el templo se retiró nuevamente del culto y en el local se instaló una bodega del Banco de Crédito Ejidal. En 1941, por iniciativa del Club Ah Kin Pech, el inmueble pasó a poder de Estado y el 7 de agosto de ese mismo año se inauguró el Museo arqueológico, etnográfico e histórico. Actualmente aloja un museo de arte popular, función acorde en sus espacios y dignidad.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El actual aspecto que presenta el templo de San José no corresponde, en cuanto a su alineamiento al conjunto que originalmente formaron el Templo y seminario clerical adjunto, ya que ambos tenían sus fachadas en un mismo paño. Al efecto, se sabe que en la época de la Reforma uno de sus hijos preclaros..... Modernizó el viejo seminario, al que llamó Instituto Campechano, y al reconstruir su frente prolongándolo cuatro metros tan sólo por espaciar un tanto una sala, tomó estos cuantos metros precisamente del atrio del templo, que quedó así pospuesto humildemente, afeado, empequeñecido, arrinconado y humillado para todo el resto de su vida (7). Así, sus dos únicas fachadas aparecen en el marco de angostas calles, teniendo como único espacio libre el pequeñísimo atrio al frente y una banqueta que sobrepasa apenas el ancho del crucero en la fachada lateral.
A pesar de la robustez del edificio, la fachada principal es esbelta de proporciones, merced a su altura y al hecho de dividirse en tres elementos; la torre izquierda, de alto cubo de planta cuadrada y amplia base, sobre el cual descansa, separado por sencilla cornisa el segundo cuerpo de planta octogonal y lados desiguales, truncada según ya hemos visto y con cuatro ventanas cerradas por arco de medio punto en sus caras mayores. La torre izquierda, de mucho menores dimensiones y similar altura, de planta cuadrada remata con un gracioso cuerpo octogonal también, semejante al de su robusta hermana, sobre el cual se asienta un aro que sirvió de guía a los marinos. Su primera construcción fue alrededor de 1865 en los talleres Chance Brothers en Birmigham, con luz visible a 28 Kms. de distancia (8). Este elemento, cilíndrico y rematado por ligera cruz de metal, da singular aspecto a la torre, y al encontrarse la base de la torre remetida en la ya citada ampliación del seminario, reduce el ancho visual de la fachada, haciéndola aparecer mas esbelta.
Entre ambas torres se encuentra la portada, que se eleva frente a una escalinata y consta de dos cuerpos, separados por ancho entablamento de cornisa denticulada, el primero se organiza en torno al vano con cerramiento semioctogonal de la puerta, cuya clave es una tarja rococó con el emblema de los jesuitas. Dos pares de columnas lo enmarcan adosadas al muro, y son de orden toscano con los dos tercios superiores estriados. El segundo cuerpo continúa el esquema de columnas pareadas, al eje de las anteriores, cuyos basamentos se adornan con flores en el tablero, siguiendo en el fuste el esquema anterior, uniéndose las columnas con nuevo entablamento, ocupando el paño central del muro un óculo octogonal que ilumina el coro, en el que se destaca una escultura en piedra de San José. Remata la portada con un copete de esquema octogonal, con cornisa y en su parte central una especie de estípites, y sobre la cornisa siete remates extrañamente altos y recubiertos de azulejo de Talavera de Puebla, recubrimiento que se repite en todos los paños de los cuerpos inferiores de la portada, destacándose sobre la vitrea y policromada superficie el sobrio material de la cantera de columnas y molduras.
Caso único en la región es tal uso del azulejo poblano, dado el poco contacto que con el centro del país tenía el puerto y la escasa influencia que en su arquitectura pudo ejercer en la época, pero en este ejemplo la combinación de azulejo, estípites en el copete y la composición general de la portada hacen de ésta un excepcional caso de estilo barroco en C ampeche, obra probablemente de un culto jesuita que conocía bien el barroco mexicano.
La fachada lateral, con sus muros de calcarea piedra desnuda al perder el aplanado original, acusa el brazo izquierdo del crucero y contrafuertes en el muro de la nave, rematados por pináculos escalonados, uniendo cada uno con el siguiente maciza balaustrada de cantera. Hay en el muro altas ventanas con capialzados conchiformes en su cerramento. Una discreta portada de cantera en la que dos pilastras y sobrio entablamento dan marco a la puerta cerrada por arco de medio punto, soportan un nicho con un borrado escudo jesuita, y dos remates en pináculo flanqueando al nicho. La parte inferior del muro de la nave, de gran espesor, se ensancha aun más en la parte baja para reforzarlo y el tercio superior es mas esbelto, creando este escalonamiento singular efecto visual.
El interior es cruciforme y su ábside rectangular. Peculiar es su estructuración en la que se conjugan pilastras doricas y hornacinas conformadas por soporte del mismo estilo. Sobre los soportes mayores se deja ver un entablamento con friso recubierto de azulejos (9), repitiéndose al interior la influencia poblana en la portada. El coro es de madera, cosa poco usual en la zona, pero explicable por su abundancia en el puerto.
La cúpula, que merece especial atención por sus proporciones poco usuales en la zona muestra un elevado peralte en la sección semiesférica, y tiene lucarnas en su parte inferior. Esta cúpula se considera una de las más bellas de la península, junto con la de San Francisco en Umán. La cubierta de la nave esta resuelta a base de bóvedas de arista que se acentúan en la actualidad por franjas de pintura a modo de vivos aplicados en ellas. Cada bóveda se separa de la siguiente por arcos de media punto.
5.-OBRAS DE ARTE.
Poco queda ya de lo que debió ser importante tesoro artístico del templo de San José, cuya destrucción, desaparición o cambio de ubicación se debe a la accidentada historia del edificio, como ya se ha visto. Entre otros datos, se sabe que durante la expulsión del clero católico y la clausura de los templos al culto, se desocupó San José, transladándose a la Catedral todos los cuadros, imágenes, esculturas, ornamentos, trastos y útiles que en el existían. También fueron bajadas las campanas de la torre, bajo la dirección del ingeniero Manuel Castillo, lo que causó destrozos en parte de la cornisa del primer cuerpo de esta torre al bajar la campana mayor. Tal campana contenía en relieve la imagen de San Francisco y la Inscripción San Francisco, año de 1800, como referencia al antiguo nombre de San Francisco de Campeche que la ciudad llevaba.
Igualmente mencionan los cronistas, catalogándolas como obras de arte hoy desaparecidas, la existencia de un púlpito, construido en 1809 por el mismo arquitecto catalán que realizó la cúpula, el cual siendo de cantera revocada y pulimentada, parecia ser de mármol de una sola pieza. El altar del Sagrario con su mesa, columnas, bases, cornisas y chapiteles de mármol jaspeado en combinación de colores, y un hermoso retablo en el fondo con un grupo de ángeles enmarcando una alegría de la fe, oleo anónimo de gran calidad, es otro de los desaparecidos tesoros. El tercer caso es el retablo del altar de la Virgen de las Angustias, un cuadro en que la Virgen sostiene el cuerpo de Cristo descendido de la cruz, con San Juan a la derecha y la Magdalena a la izquierda, pintura de inapreciable mérito y bellísima composición al decir de las crónicas; todo ello fue destruido a excepción de este retablo.
En la actualidad solo existen en los muros del Templo, uno frente al otro, dos retablos con pinturas; una alegoría de la Virgen de Guadalupe la primera, en la que la imagen de la Guadalupana aparece rodeada de graciosos ángeles, cubriendo la parte alta del muro y acorde al medio punto que la cierra. Bajo el cuadro, un muy modesto retablo de madera muestra vacios los tres paños de su único cuerpo, perdidos los cuadros que contuvo.
Frente a éste el retablo neoclásico patrocinado por el Sr. Domingo Sainz en 1809, de buena factura y dos cuerpos y que ya mencionamos, dedicado a la Virgen de las Angustias; contiene en el centro del primer cuerpo una bella piedad al oleo, a la que acompañan imágenes escultóricas de San Juan, a su derecha y la Magdalena a su izquierda, de mejor calidad ésta que la primera. En el segundo cuerpo, en el medallón que ocupa su único tablero, un oleo de San Francisco recibiendo la gracia de las llagas de Cristo es la única imagen. Dos graciosos ángeles de madera policromada parecen sostener este cuerpo, que se corona con una cruz.
6.-NOTAS BIBLIOGRAFICAS.
(1) García Preciat, José.- CATALOGO DE CONSTRUCCIONES RELIGIOSAS.- P. 9
(2) Rubio Mañé, José Ignacio.- ARCHIVO DE LA HISTORIA DE YUCATAN T.2, P. 110.
(3) Piña Chan, Román.- CAMPECHE DURANTE EL PERIODO COLONIAL.- P. 42.
(4) IBIDEM.- P. 73.
(5) Alvarez Suárez, Francisco.- ANALES HISTORICOS DE CAMPECHE.- P. 79.
(6) IBIDEM. PP. 79 -80.
(7) Lanz Trueba, Joaquín.- CAMPECHE Y SUS RELIQUIAS HISTORICAS EN DIARIO DE YUCATAN. P. 7.
(8) Mijangos, Carlos J.- EL TEMPLO DE SAN JOSE EN LA TRIBUNA, 6 de agosto de 1978.
(9) Diaz, Marco.- LA ARQUITECTURA DE LOS JESUITAS EN NUEVA ESPAÑA.- P. 205.
7.-BIBLIOGRAFIA.
Alvarez Suárez, Francisco.- ANALES HISTORICOS DE CAMPECHE, 3 T. Gobierno del Estado de Campeche, 1977.
Diaz, Marco.- LA ARQUITECTURA DE LOS JESUITAS EN NUEVA ESPAÑA. Editorial U.N.A.M., México, 1980.
García Preciat, José. CATALOGO DE CONSTRUCCIONES RELIGIOSAS, Sria. de Hda. y Crédito Público.
Mijangos, Carlos J.- EL TEMPLO DE SAN JOSE EN DIARIO LA TRIBUNA, Campeche, 6 de agosto de 1978.
Lanz Trueba, Joaquín.- CAMPECHE Y SUS RELIQUIAS HISTORICAS EN DIARIO DE YUCATAN, Mérida, s/fecha.
Piña Chan, Román.- CAMPECHE DURANTE EL PERIODO COLONIAL S.E.P. - I.N.A.H.- México, 1977.
Rubio Mañé, José Ignacio.- ARCHIVO DE LA HISTORIA DE YUCATAN, CAMPECHE Y TABASCO, 3 Vol., Imp. Aldina, México, 1942.
Elaboró: Arq. Ramón M. Bonfil
1984.
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