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Nombre del Inmueble
San Juan Bautista
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000676
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000676
Contenidos
1.-ANTECEDENTES.
El topónimo de Cuauhtinchan es de origen azteca, forma de Cuauhtli, águila e In - plural posesivo; I-suyo que hace sus, la final Chan, es de apócope de Chantli, casa o madriguera. Cuautli-in chan, que por alteración se pronuncia Cuautinchan, dado el significado sus casas del águila. El pueblo tuvo en el patio del convento un águila hecha de piedra y colocada en el centro de una fuente, que los indígenas labraron quizás para simbolizar así el origen azteca del lugar de quienes edificaron allí sus casas quedando como súbditos del águila de Anahuac 1/.
Cuauhtinchan estaba comprendido en la Provincia Indígena de Tepeaca, habiéndose fijado sus linderos de tierras desde el año de 1467.
Entre 1527 y 1528 se inició la conversión religiosa de los habitantes de Cuauhtinchan, bajo la dirección de Fray Juan de Rivas, de la Orden de San Francisco, desde Tepeaca. Hasta el año de 1554 permaneció como visita de doctrina del Convento de Tepeaca, y no debe haber tenido mayor importancia, toda vez que no aparece relacionado como parte del Obispado de Puebla según la Real Cédula de 1550. En esa época los dominicos pidieron la autorización a los franciscanos para establecerse en Cuauhtinchan, pero los indígenas se opusieron a tal transferencia. A fines del siglo XVI, siendo Obispo Diego Romano (1578-1606) ya es doctrina franciscana.
En las Jurisdicciones del Obispado de Puebla hacia 1750 aparece como pueblo sujeto a la Alcaldía de Puebla. En la Integración Territorial del Estado de Puebla, entre 1824 y 1849 es cabecera de Municipio del ex-Distrito de Tecali 2/.
Cuauhtinchan se encuentra ubicado al sureste de la Ciudad de Puebla y al poniente de Tepeaca, con la que tiene su acceso vía Tecali.
El paisaje general de la zona es árido con arbustos; sin embargo, el poblado se ubica en el extremo de una vega poblada de árboles y de buenas tierras que producen trigo, cebada y otros cereales. Pertenece a la Cuenca Hidrológica del Río Atoyac y uno de sus afluentes, que llega a la Presa de Valsequillo, drena el valle en donde se asienta Cuauhtinchan.
El centro urbano se asienta al sur de un lomerío en el que destaca el Cerro Itzcuaye en el cual, en un mapa de 1698-1704, está representada un águila devorando una serpiente, tradición muy semejante al del antiguo Aztlán.
La traza es regular típica de los asentamientos hispánicos de tablero de ajedrez; la tradición atribuye su trazo a Fray Jerónimo de Mendieta, una vez nombrado guardián del convento hacia 1558, también constructor de la Rectoría o Casa Cural.
El solar de proporción rectangular que se asienta en la antigua huerta, el convento, el templo y el atrio norte, el atrio cuenta con sólo dos accesos, norte y sur, este último con una gran escalinata que continúa en una calle que desemboca a la principal del poblado. Hacia el poniente no hay acceso ya que una pequeña barraca lo interrumpe.
Al oriente del convento se encuentra la Parroquia y la Casa Cural con sus accesos desde el sur. En frente de éstas s ubica la Plaza de la Constitución.
Comercialmente, Cuauhtinchan se encuentra bajo la influencia de dos centros, la Ciudad de Puebla y Tepeaca, uno de los tianguis más importantes del Estado de Puebla. Por otra parte, Amozoc también ha ejercido una gran influencia en la vida comercial del poblado aun cuando sus relaciones no fueron del todo deseables, ya que sus gobernadores y alcaldes indios aprovechaban la circunstancia de la compra y venta para exigirles servicios personale s en su provecho. Sin embargo, desde principios del siglo XVII pensaron en celebrar su propio tianguis en unos solares de los principales de Cuauhtinchan y de don Tomás Rojas que dio motivo a un litigio en el año de 1607 3/.
2.-II. EMPLAZAMIENTO URBANO
Cuauhtinchan se encuentra ubicado al sureste de la Ciudad de Puebla y al poniente de Tepeaca, con la que tiene un acceso vía Tecali. El otro, más corto desde Puebla, es siguiendo la Carretera a Valsequillo hasta el kilómetro 20 y posteriormente una terracería de 12 kilómetros.
El paisaje general de la zona es árido de selva baja caducifolia, pero la localidad se ubica en el extremo de una vega poblada de árboles y de buenas tierras que producen trigo, cebada y otros cereales.
Pertenece a la Cuenca Hidrológica del río Atoyac y uno de sus afluentes, que llega a la Presa de Valsequillo, drena el valle donde se asienta Cuauhtinchan.
Las coordenadas geográficas corresponden a los 18°57' de Latitud Norte y 98°01' de Longitud Oeste del Meridiano de Greenwich. Su altura sobre el nivel del mar es de 2200 metros.
El clima es templado con una temperatura media anual de 16°8C; su régimen de lluvias es del orden de 784.6 milímetros en un año, en los meses de mayo a septiembre.
El centro urbano se asienta al sur de un lomerío en el que destaca el Cerro Itzcuaye en el cual, en un plano de 1698-1704, está representada un águila devorando una serpiente, tradición muy semejante al del antiguo Aztlán.
La traza es regular, típica de los asentamientos hispánicos de tablero de ajedrez; la tradición atribuye a Fray Jerónimo de Mendieta, su trazo, una vez nombrado guardián del convento hacia 1558, también constructor de la Rectoría o Casa Cural.
El solar en donde se asienta la antigua huerta, el convento, el templo y el atrio norte es un gran rectángulo; el atrio es otro rectángulo con sólo dos accesos, norte y sur, este último con una gran escalinata que continúa en una calle que desemboca a la principal del poblado. Hacia el poniente no hay acceso ya que se encuentra una pequeña barranca.
Al oriente del convento se encuentra la manzana en donde se asienta la Parroquia y la Casa Cural con sus accesos desde el
3.-HISTORIA.
Iniciada la conversión religiosa de los habitantes de Cuauhtinchan en 1527, dirigida por Fray Juan de Rivas, residente de Tepeaca, se levantó una primera iglesia de pobres materiales de adobes y cubiertas de palma puesta en uso en 1534, como visita de la Casa de Tepeaca hasta 1554 4/. Un año más tarde se pensó en cambiar de sitio el asentamiento primitivo como la doctrina con los dominicos; sin embargo, ni una cosa ni otra se llevó a efecto.
En el año de 1558 el Capítulo de la Orden Franciscana, establecido en Huejotzingo, envió a Fray Jerónimo Mendieta al pueblo, el cual ayuntó, lo puso en traza por sus calles y policía, así la cabecera como los sujetos y edificó un gracioso monasterio... y este presente año de 1569 se comenzó a edificar una buena iglesia de bóveda 5/.
En el archivo de la Notaría 4 de Puebla, se encuentra el concierto entre los indios principales de Cuauhtinchan y el maestro de cantería Francisco Becerra para que visite y dé la traza e industria para hacer la iglesia que estaba haciendo en Cuauhtinchan con todas sus capillas de bodega que se ha de hacer en ella 6/. Francisco Becerra fue el arquitecto que sacó los cimientos de la Catedral de Puebla e intervino en muchos otros templos y colegios de la Nueva España y del Perú.
Probablemente el templo fue terminado en 1593, el archivo data de 1541 y el Libro I de Cordilleras se inicia en 1792. Por otra parte el Archivo Parroquial de Matrimonios, Bautizos y Defunciones data de 1641.
No se conoce la fecha exacta de la secularización del Convento de Cuauhtinchan, se sabe que el primer convento secularizado por el Obispo Palafox y Mendoza fue el de Calpan en 1641, pero un plano anónimo, a color, que conserva el Archivo General de la Nación indica ya terminada en 1704 la Parroquia, al oriente del Convento.
Probablemente la crujía, ahora en ruinas, que se ubica al sureste del convento fue la Escuela para la Casa Consistorial, según el expediente que se conserva en el Archivo Municipal, sobra la venta de los solares que eran del convento franciscano para la edificación de... 7/.
Atribuida la traza original de este convento a Fray Jerónimo de Mendieta, OFM., las obras realizadas en sus inicios son de un primitivismo que refleja falta de seguridad en el arte de construir, y que se observa en la robustez de muros y contrafuertes; por otra parte, los balbuceos en el sistema seleccionados para las cubiertas, como fueron las bóvedas de medio cañón que se aprecian en el templo y en el claustro. Sistema constructivo sencillo que a la postre ha preservado la mayor parte del edificio; las partes en donde usaron viguerías y terrado, en la actualidad son las más dañadas.
Probablemente la intervención del maestro Francisco Becerra en 1576, se refiere al quinto tramo de la nave, en el presbiterio y ábside del templo, únicas partes cubiertas con bóveda de crucería o de nervios, en la que Becerra era un especialista, particularmente en el difícil problema de los coros. En este caso la solución fue un coro de viguerías recibido con arcadas.
Sin embargo, el conjunto es notable por su primitivismo, por su aspecto de fortaleza y por la influencia tan decisiva de la mano de obra indígena.
4.-DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA
El atrio, templo, convento, portal de peregrinos y huerta, se desplantan sobre una gran plataforma, seguramente recuerdo de un centro ceremonial prehispánico.
El atrio es un gran espacio rectangular al poniente del templo y convento. Originalmente, el atrio tuvo como función congregar gran número de personas para su evangelización, posteriormente adquirió la función de cementerio, pero las Leyes de Reforma lo proscribieron y recuperó su destino original, conservando algunas lápidas significativas para la historia del inmueble y del poblado.
La barda confina el atrio en tres de sus fuentes, con arcos de ingreso, tiene un muro almenado calado por una serie de arcos.
La fachada poniente y principal del templo es muy sencilla, a un nivel superior del atrio se desplanta sobre un gran descanso que se alcanza mediante tres escaleras a diferentes orientaciones. Se compone de una portada flanqueada por dos cuerpos de torre.
La portada es una superficie rectangular, lisa construida con una mampostería de pequeñas piedras aparentes. Su interés se concentra en la puerta de acceso, en su orden renacentista toscano enmarcando el vano con dos jambas, impostas y arquivolta. Las dos columnas se desplantan sobre dados y terminan abajo del entablemento con dos remates sobre el eje de éstas. La ventana del coro, cierra con arco abocinado.
Todos ellos son elementos bien trabajados en cantera, así como la cornisa que remata la portada.
Los primeros cuerpos de las torres son rectangulares, masivos sólo con aspilleras o pequeñas ventanas; la torre sur es la única completa y termina en el campanario propiamente, con un arco en cada frente, cornisa y capitel, o cubierta de forma piramidal, con su cruz. El campanario de la torre norte está semiderruido.
Las fachadas norte, sur y cabecera del templo presentan su mampostería aparente. Dominan los robustos contrafuertes, que a nivel del desplante de las ventanas están atravesados por un pasadizo que es parte del camino de ronda o vigilancia, que corre a todo lo largo de estos muros, característica de las llamadas iglesias fortificadas de los franciscanos. Esta particularidad se acentúa notablemente en el muro semicircular del testero o cabecera del templo, que incluye tres contrafuertes radiales.
La puerta lateral se abre entre dos robustos contrafuertes del tercer tramo de la iglesia; tiene un arco dovelado compuesto por arquivolta moldurada, impostas y jambas entre dos pilastras dóricas, en la parte superior se ven dos pilastrillas muy cortas rematado en imposta corrida. En la parte superior hay un recuadro vacío perfilado por un cordón moldurado.
El templo es de una sola nave dividida en cinco tramos de diferentes medidas de largo y un ábside de planta semicircular que aloja la capilla mayor. La cubierta de la nave en los cuatro primeros tramos es una bóveda de medio cañón; en el quinto tramo y ábside las bóvedas son de crucería, tipo estrella. Cada tramo de la nave está separado por un arco transversal, que llega a sus respectivos capiteles, incluidos en cornisas a todo lo largo de los muros. Solamente en el quinto tramo hay pilastras para recibir sus arcos; se conservan restos de arranques de nervaduras de bóvedas de crucería que ya no construyeron, y que fueron sustituidas por las de medio cañón.
El primer tramo de ingreso a la nave aloja en el segundo nivel el coro, sostenido por un tablero y viguería de madera, recibida por el muro de fachada y una triple arcada, de mayor clar o al centro. Estos arcos son de trazo rebajado que llegan a capiteles e impostas cúbicos de reminiscencias románicas, columnas y pilastras son rectangulares. El arco central tiene inscrita la fecha de 1593.
En el sotocoro o parte baja del coro, de lado izquierdo y correspondiendo al cuerpo de la torre, se abre una pequeña capilla abovedada que se manifiesta por una puerta en arco rebajado con sus elementos de cantera. En el lado derecho existe un sotabanco rectangular, desconociéndose su función.
En el tercer tramo se abre una puerta hacia el norte, que en general existe en los templos franciscanos y se le conoce con el nombre de La Porciúncula. En referencia a las revelaciones que tuvo San Francisco de Asís. En la pequeña capillita de la iglesia de San Francisco, solamente se abría el primero de agosto, a las doce del día, para cerrarse el dos de agosto, a las doce de la noche.
La cabecera del templo es un ábside poligonal cubierto con una bóveda de crucería de cinco triángulos cuyas bases corresponden a los segmentos del muro. En los muros existen dos nichos con sus frentes de cantera moldurada que guardan pinturas.
La fachada principal del convento se abre al atrio mediante una arquería de cuatro vanos; el primero, junto a la torre es el ingreso a la portería; conserva parte de la escalinata y es simplemente un vano abierto en el muro. Los otros tres descansan en columnas de cantera, formados por base, fueste y capitel, son de arco ligeramente rebajados. Probablemente en su origen tuvo la función de capilla abierta y, posteriormente, de portalillo de peregrinos
El ex-convento es de cuatro corredores, está junto al muro de la epístola o sur del templo, con dobles crujías al oriente y al poniente; al sur una crujía completa y otra en estado muy ruinoso de la cual sale una ala de cuatro aposentos hacia el oriente. Este patio lo llaman Casa del Águila 8/.
Sus fachadas corresponden a cuatro arquerías por lado, de trazo rebajado sobre fuertes pilares. La sencillez de la estructura refleja el inicio de la arquitectura del siglo XVI.
Después del portal de ingreso siguen dos crujías, la primera correspondía a la portería y una gran sala que serían las oficinas de la parroquia antes de la secularización del Obispo Palafox y Mendoza en el siglo XVII.
La segunda crujía alojaba el cubo de la escalera para el segundo nivel de celdas de frailes y dos aposentos rectangulares; la crujía sur consta de cuatro aposentos de diferentes tamaños para los refectorios, sala de profundis y servicios.
Al fondo se localiza la sacristía y sus antecámaras con su comunicación al templo. Un pasadizo y escalera, dentro del muro de la epístola facilita el acceso al púlpito. En esta área se conserva parte de otra escalera. Las salas que no fueron cubiertas originalmente con bóvedas
5.-OBRAS DE ARTE.
Este edificio tuvo una gran riqueza en pintura mural que, en ocasiones cubría todo el muro. Toussaint describe los frescos: pinturas someras, a dos o tres colores, sobre la base de un perfil negro... desaparecido en Tonalamatl (pintura indígena) que pintaron los indios en la portería de este convento.. La más importante se conserva en el claustro, arriba de una puerta y debe ser considerada como una de las pinturas murales más afines del arte prehispánico. Representa la Anunciación y a los lados del cuadro aparecen un tigre (ocelótl) y una águila que no desmerecerían en un códice prehispánico 9/.
Toda la pintura mural se encuentra muy deteriorada, los temas son por demás diversos y difíciles de apreciar. Una escena representa a unos franciscanos arrodillados ante un personaje, que bien pudiera ser el tema de la Misa de San Gregorio. En otro aparece un escudo con los símbolos de La Pasión de Cristo. En general, los temas tratados se refieren a cestos con frutas de la tierra, macollas, flores, angelillos y arcángeles, grandes lazos, etc., todo trabajado con gran libertad de trazo.
El retablo de la capilla mayor es una pieza de gran valor y uno de los primeros construidos en la región poblana, representativo del estilo plateresco del siglo XVI. En virtud de no amoldarse a las octavas del muro testero, como es característico de otros conventos, presupone que no fue construido originalmente para Cuauhtinchan. Tovar de Teresa describe el retablo, apoyándose en una investigación del Doctor Efraín Castro, como una obra concertada en 1571 entre Diego Serrano y los artistas Nicolás Texeda de Guzmán y Pedro Brizuela, que debían ejecutar para su capilla del convento franciscano de Puebla. Posteriormente, lo adquirió el pintor Juan de Arrúe, lo renovó y trasladó al convento de Tehuacán, más tarde lo instalaron completo en Cuauhtinchan ajustándolo perfectamente en su altura.
Este retablo se asienta sobre un sotabanco de mampostería, se inicia con una predela, dividida en tres tableros, los extremos con pinturas de los apóstoles, el del centro corresponde al sagrario. Tapando éste un gran Cristo en la Cruz con un gran resplandor como fondo.
La parte superior se compone de tres niveles y un remate; verticalmente en tres paños y dos alas con seis pinturas en cada una, con diversos santos, doctores de la iglesia, predicadores y fundadores de órdenes medicantes. El trabajo de ensamblado es una rica talla dorada sobre fondo rojo, los entablamentos tienen un friso con angelillos ligados con guirnaldas. El sistema de columnas que dividen los paños verticales, en el primer nivel tiene cuatro columnas de orden jónico de fuste es triado muy esbelto. En los cuerpos segundo, tercero y el remate las columnas ya son abalaustradas típicas del plateresco que se realizó entre los años de 1560 a 1570, época de Nicolás Texeda en Puebla. El retablo sólo tiene un nicho sobre el sagrario y se supone que originalmente era sitio de una magnífica Virgen con el Niño, policromada, que se encuentra en el corredor oriente del claustro. Sin embargo, en el lado del evangelio o norte, un San Juan Bautista, santo de la advocación del convento, muy completo con todos sus atributos, estofado y policromado lo conservan a la altura del sotabanco, sus medidas también concuerdan con las del nicho central del retablo.
Otro magnífico retablo es el de San Diego de Alcalá, que conserva el templo adosado en el muro del evangelio o norte, quinto tramo; es de factura posterior, manierista por sus columnas y su frontón quebrado. Se asienta sobre un sotabanco y altar de mampostería, al que sigue una predela con sagrario al centro y dos tableros ornamentados con angelillos cuyas alas enmarcan una simple tabla. El gran nicho central, para el santo de la advocación, está enmarcado por dos columnas de capiteles corintios, fustes estriados y su tercio inferior muy ornamentado con relieves en sus tres lados visibles, se apoyan en dos ménsulas sostenidas por angelillos atlantes. En la parte superior un entablamento, dividido en tres secciones, muy ornamentado en su friso y de gran semejanza con el altar mayor. Al centro remata en el frontón quebrado que inscribe un escudo con Pantocrator, en el relieve policromado. En los extremos dos pilastras rematan en dos escudos. Es de buena talla dorada con fondos rojos y azules.
Sobre la pilastra, entre el cuarto y el quinto tramo, se aprecia el púlpito, elevado, cuyo acceso es a través de un pasadizo en el grueso muro, su planta es octagonal y conserva su tornavoz; su acabado es a base de estuco con pintura popular. En ambos lados del púlpito se encuentran, un confesionario de madera tallada al natural y la antigua puerta de la sacristía convertida en un nicho para santos. El retablo de San Antonio de Padua descansa sobre sotabanco y altar, es de madera tallada y dorada con fondo rojo y pintura de San Juan Bautista entre arabescos y filigranas.
En el muro del evangelio, en el sotocoro y sobre un banco, se conserva la magnífica escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño, obra de la escuela andaluza del último tercio del siglo XVI.
6.-OBRAS DE ARTE
Otro magnífico retablo es el de San Diego de Alcalá, que conserva el templo adosado en el muro del evangelio o norte, quinto tramo; es de factura posterior, manierista por sus columnas y su frontón quebrado. Se asienta sobre un sotabanco y altar de mampostería, al que sigue una predela con sagrario al centro y dos tableros ornamentados con angelillos cuyas alas enmarcan una simple tabla. El gran nicho central, para el santo de la advocación, está enmarcado por dos columnas de capiteles corintios, fustes estriados y su tercio inferior muy ornamentado con relieves en sus tres lados visibles, se apoyan en dos ménsulas sostenidas por angelillos atlantes. En la parte superior un entablamento, dividido en tres secciones, muy ornamentado en su friso y de gran semejanza con el altar mayor. Al centro remata en el frontón quebrado que inscribe un escudo con Pantocrator, en el relieve policromado. En los extremos dos pilastras rematan en dos escudos. Es de buena talla dorada con fondos rojos y azules.
Sobre la pilastra, entre el cuarto y el quinto tramo, se aprecia el púlpito, elevado, cuyo acceso es a través de un pasadizo en el grueso muro, su planta es octagonal y conserva su tornavoz; su acabado es a base de estuco con pintura popular. En ambos lados del púlpito se encuentran, un confesionario de madera tallada al natural y la antigua puerta de la sacristía convertida en un nicho para santos. El retablo de San Antonio de Padua descansa sobre sotabanco y altar, es de madera tallada y dorada con fondo rojo y pintura de San Juan Bautista entre arabescos y filigranas.
En el muro del evangelio, en el sotocoro y sobre un banco, se conserva la magnífica escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño, obra de la escuela andaluza del último tercio del siglo XVI.
7.-NOTAS.
1.- Franco, Felipe, Op. Cit. pág. 97
2.- Commons de la Rosa. Op.Cit. pág. 20.
3.- Reyes García, Luis. Op. Cit. pág. 34
4.- Kubler, George. Op. Cit. pág. 563
5.- Ibidem. pág. 563.
6.- Reyes García, Luis. Op. Cit. pág. 39
7.- Reyes García, Luis Op. Cit. pág. 33
8.- Vera y Zuria, Pedro. Op. Cit. pág. 407
9.- Toussaint, Manuel. Op. Cit. pág. 44.
8.-BIBLIOGRAFÍA.
- Angulo Iñiguez, Diego. Historia del Arte Hispanoamericano. Salvat Editores, S.A. Barcelona, España 1950.
- Archivo General de la Nación. Mapa color 655. Ramo tierras. Vol. 190, exp. 1 t. 188.
- Commons de la Rosa, Aurea. Geohistoria de las Divisiones Territoriales del Estado de Puebla, UNAM. México, 1971.
- Comunicaciones. Fundación Alemana para la Investigación Científica, Puebla, 1973.
- Chauvet, Fidel de J. Fr. O. F. M. Anales de la Provincia del Santo Evangelio de México. Imprenta Mexicana, México XCMXLVII.
- Dahlgren de Jordán, Barbro. La Mixteca su Cultura e Historia Prehispánicas. UNAM. México, 1966.
- Franco, Felipe, Indonimia Geográfica del Estado de Puebla. Edición del Gobierno del Estado de Puebla, Puebla, 1976.
- Jiménez Moreno, Wigberto, Historia de México, Editorial ECLALSA., México, 1975.
- Kubler, George. Arquitectura Mexicana del Siglo XVI. Fondo de Cultura Económica, México 1983.
- Palacios, Enrique J. Puebla su Territorio y sus Habitantes. Secretaría de Fomento, México, 1917.
- Reyes García, Luis. Catálogo sobre Documentos, sobre Cuauhtinchan, Pue. Archivo Municipal de Cuauhtinchan. Exp. IF 104.
- Reyes García, Luis. Obra citada, Exp. 15F. II año 1607.
- Toussaint, Manuel. Arte Colonial en México. UNAM. México, 1948.
- Toussaint, Manuel. Pintura Colonial en México. UNAM, México, 1982.
- Tovar de Teresa, Guillermo. El Renacimiento en México. Artistas y Retablos. SAHOP, México 1979.
- Vera y Zuria, Pedro Arzobispo de Puebla. Cartas a mis Seminaristas en la Primera Visita Pastoral de la Arquidiócesis. Tomo II. Escuela tipo gráfica Salesiana, Puebla, 1926.
- Vocabulario Arquitectónico Ilustrado. SAHOP. México 1980.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Juan Bautista