Imagen principal
Nombre del Inmueble
San Mateo
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000162
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000162
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La población de Atlatlahucan conserva valiosos testimonios históricos entre los que destaca, naturalmente, su magnífico convento. En torno a éste es que se desarrolló el poblado, después de su fundación urbana actual se encuentran otros edificios de valor histórico que hoy en día sólo se conservan en ruinas.
A un costado del convento, sobre una de sus calles empedradas, se alcanza a ver la fachada de estilo barroco de una capilla más, al parecer estas capillas fueron fundadas sobre el territorio ocupado inicialmente por el calpulli o barrio prehispánico, ya que fue una de las normas que siguieron los religiosos encargados de la evangelización y catequización en el territorio de la Nueva España.
Al parecer, la construcción del convento de San Mateo fue anterior a la construcción del templo. Para poder entender un poco mejor el por qué de este tipo de construcciones, es necesario conocer un poco de la historia de la orden agustina.
La última orden en llegar a Nueva España es la de los agustinos, que desembarcaron en Veracruz el 22 de mayo de 1533, llegando a la actual Ciudad de México el 7 de junio del mismo año. Apenas llegados los primeros agustinos, se dedicaron al estudio de la lengua náhuatl y en sus casos llegó a ser obligatorio el estudio de las lenguas existentes en el nuevo territorio, cada agustino tenía que hablar por lo menos una de las diez siguientes lenguas: náhuatl, otomí, tarasco, huasteco, pirinda o matlatzinca, totonaca, mixteco chichimeca, tlapaneca y ocuilteca, las dos últimas sólo eran comprendidas por los agustinos, ya que ninguna otra orden religiosa las hablaba.
Siendo los agustinos los últimos en llegar , y no quedando libres grandes regiones para la labor evangélica, tuvieron que limitarse a aquellas zonas aún no abarcadas por franciscanos y dominicos, y es por esta razón que el territorio ocupado por los agustinos tenga un trazo caprichoso y a veces confuso.
Hasta 1545 la misión agustina de México dependió de la provincia de Castilla, en esta fecha fue erigida como provincia autónoma, (que fue confirmada por Clemente VIII hasta 1592) bajo la advocación del dulce nombre de Jesús.
Los agustinos desarrollaron su misión sobre tres líneas de acción: misión de ocupación, misión de penetración y misión de enlace. Las casas agustinas del Estado de Morelos corresponden a las misiones de enlace.
2.-EMPLAZAMIENTO
El pueblo de Atlatlahucan es la cabecera del municipio del mismo nombre, en la zona norte central del Estado de Morelos. Llegar a él desde la Ciudad de México es sencillo, pues se halla cerca de la carretera federal 115 México-Cuautla. Tomando este camino, en el Km. 88 encontramos una desviación hacia Totolapan, y kilómetro y medio más adelante se encuentra Atlatlahucan. La región circundante presenta una topografía accidentada, porque pertenece a la Sierra de Jumiltepec. El clima es semiseco y semicálido, con invierno poco definido y sequía en otoño.
Es por la altura un lugar de transición entre la montaña y el llano morelense. No hay en los alrededores ríos de importancia pero sí pozos o manantiales. La misma etimología del sito, pues Atlatlahucan significa lugar de agua colorada en náhuatl, lengua de los antiguos pobladores, ofrece noticias acerca de su geografía.
En la actualidad el poblado cuenta con unos dos mil habitantes que en su mayoría se dedican a faenas de campo, principalmente el cultivo del jitomate y el cacahuate. Otros trabajan en la producción alfarera, considerada de excelente calidad. La localidad presenta rasgos arquitectónicos tradicionales, como son las casas de adobe cubiertas con techumbre de tejas. Sin embargo, también encontramos inmuebles de características más modernas, siendo el ejemplo de mayor importancia el palacio municipal. Además existen en el pueblo varios monumentos coloniales, tales como casas habitación, edificios en ruinas y un par de capillas barrocas que parecen datar del siglo XVIII.
El templo y exconvento de San Mateo se halla en el centro del poblado. El atrio limita al norte con la calle de Independencia, al poniente con la de Hidalgo, al sur con una calle sin nombre, y al oriente con la plaza principal de Atlatlahucan.
El conjunto arquitectónico destaca dentro del contexto urbano, pues se halla sobre una explanada que le confiere una altura muy superior a la del resto de las construcciones del lugar. Por otra parte, el mercado del pueblo se emplaza los días domingos en la citada plaza, sobre la que se abre la entrada al atrio.
3.-HISTORIA
Las casas agustinas de Morelos pertenecen a las llamadas misiones de enlace, es decir, aquellas que en lugar de presentarse en forma concéntrica alrededor de una casa principal forman una línea más o menos directa que liga a un grupo cualquiera con la Ciudad de México. De esta manera se evitaban los roces con otras órdenes, consolidando el poder de cada una en su zona, además de facilitar la tarea de catequización indígena.
La primera casa que fundaron los agustinos a su salida de la Ciudad de México fue precisamente en el Estado de Morelos, en el pueblo de Ocuituco, donde Fray Jerónimo de San Esteban y Fray Jorge de Avila iniciaron la construcción de un magnífico convento. Sin embargo, para proveerse de mano de obra y materiales en aquella región relativamente pobre, tuvieron que recurrir al reclutamiento forzoso y causaron graves problemas en la comarca. Habiendo recibido noticias de los abusos cometidos por los religiosos de San Agustín, el entonces obispo Fray Juan de Zumárraga optó por dar parte a las autoridades civiles, quienes les retiran la encomienda a los agustinos al negarse éstos a cambiar su conducta. Los frailes, molestos porque le es entregada poco después de Zumárraga, a fin de que con las rentas de Ocuituco mantuviera el Hospital de Dios en la capital, levantan otra casa en Totolapan, al noroeste de Atlatlahucan.
En este punto surge una contradicción en cuanto al establecimiento de la fecha de fundación del convento que ocupa nuestra atención. Por un lado, George Kubler (1) sostiene que esta casa está dedicada a la Virgen de la Concepción y que comenzó a construirse hacia 1570. Por otra parte, Plancarte y Navarrete escribe que el patrón es San Mateo -dato aceptado oficialmente- y que la fábrica se inició desde 1533, terminándose hacia 1570 (2). Aunque no podemos asentar ningún juicio a falta de documentos que corroboren cualquiera de las dos opciones, creemos con base en consideraciones histórico-artísticas que Plancarte y Navarrete podría estar en lo correcto (sin menoscabar por ello la excelencia como historiador del arte de Kubler).
A favor de esta suposición hablan las fechas aceptadas para la fábrica de los conventos que rodean al de Atlatlahucan. Al noroeste se localizan las fundaciones agustinas de Totolapan (1530's) y Tlayacapan (1550's), mientras que al sur están los conventos de Ocuituco (1530's), Yecapixtla (1540's) y Pazulco.
A partir de lo anterior parece difícil que se levantara una casa de gran tamaño hasta 1570, pues en la década de 1550 la Orden de San Agustín avanzaba hacia el sur. Por otro lado, la semejanza arquitectónica de este convento con el de Yecapixtla (macizo y con carácter medieval por la profusa colocación de las almenas que a la vez le confieren apariencia de fortaleza),aunque de menor calidad en la talla de los ornamentos, hace suponer una cierta correspondencia en las fechas de construcción.
Por lo que respecta a la contradicción existente entre los historiadores respecto a la advocación actual del templo, hemos dicho que oficialmente pertenece a San Mateo. En el espacio dedicado a la descripción de las obras artísticas de la presente monografía se indica la presencia de una escultura estofada más antigua que las otras, que representa a un santo no identificado, pero que pensamos podría tratarse de San Mateo. La imagen de la Virgen de la Purísima es bastante más reciente y se halla dentro del ciprés, lugar reservado a la figura tutelar de un templo, por lo que parece ser que hubo un cambio de advocación de San Mateo a la Virgen mencionada. Sin embargo, desconocemos las razones que conservan oficial la advocación a San Mateo (aunque no es imposible que sea una decisión posterior). Habiendo aceptado las fechas propuestas por Plancarte y Navarrete, seguiremos la descripción de la historia del convento con base en su relato. En 1534, en pleno desarrollo de las obras constructivas, administraban doctrina en el pueblo Fray Francisco de la Cruz y Fray Juan de Oseguera, quienes evangelizaron con ahínco la región circundante (3). Tomando en cuenta los documentos empleados por Kubler, parece ser que las obras aun continuaban en la década de 1570, datando las magníficas pinturas murales del claustro de la misma época.
Quizás poco después fueron acabados los trabajos de la iglesia, porque el convento es anterior.
La siguiente noticia con que contamos se refiere a una de las campanas de la torre, la cual cuenta Plancarte y Navarrete fue llevada a la ciudad de México y colocada en la Catedral Metropolitana debido a sus características sonoras. Este suceso ocurrió, según el historiador, en el año de 1651 (4). Los cambios políticos que sufrió la Nueva España motivaron que en 1745 fuera secularizado el convento, nombrándose primer cura clérigo al brigadier Don Jacinto Varela. En aquella época dependían de la parroquia los pueblos de Texcalpan y San Miguel (5). Su último cura propio fue el también brigadier Mariano Estrada.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
Este conjunto religioso cuenta con atrio, templo, convento, capilla abierta y capillas posas. La fachada principal del templo es bastante sencilla, está compuesta por un gran plano vertical enmarcado por largos contrafuertes que sobresalen en diagonal, en cada uno de los extremos. Un arco de medio punto enmarca la puerta de acceso; un poco más arriba se encuentra la ventana del coro alto del templo, flanqueada por dos pilastras de fuste muy esbelto y un frontón triangular; sobre este elemento se presenta un nicho poco ornamentado y a sus lados dos medallones circulares. Remata el plano central un macizo horizontal con cuatro vanos en los que se encuentran colocadas las campanas. Por último, sobre este macizo, se ubica, en el centro de la fachada, un reloj que en su base señala como fecha de colocación el año de 1903.
El templo es de una sola nave, terminada en ábside semihexagonal y con bóveda de cañón corrido. En el sotocoro destacan los trabajos de talla, en cantera gris, que presentan las pilastras que apoyan el arco, también trabajado en cantera, del coro alto. Son interesantes además, dos pequeñas pilas de agua bendita, fabricadas en barro cocido vidriado, que se encuentran adosadas al fuste de las pilastras mencionadas.
A todo lo largo de los muros en el interior del templo, se observa un guardapolvo y un friso poco decorado, ambos en color rojo y delineados con negro, resalta también, en el altar mayor, un ciprés de estilo neoclásico, construido en mármol y cantera.
En el sotocoro encontramos la puerta que comunica al templo con la parte baja del claustro del convento. Es el claustro posiblemente uno de los espacios más interesantes del conjunto no sólo por su arquitectura, sino también por la pintura mural que presentan sus bóvedas, decoración que recuerda el geometrismo mudéjar heredado a los españoles y traído por ellos a la Nueva España. Dicha decoración, realizada en tonos de rojo y blanco, es manejada en forma de casetones en los que se combinan motivos vegetales y otros de representaciones religiosas.
La construcción en sí del claustro resulta importante por el manejo de elementos que son característicos de los conventos agustinos, principalmente el uso de la bóveda, presenta también una fisonomía particular la arquería, cuyos vanos presentan una diferencia en su dimensión (los del claustro alto son menores) de acuerdo a la incidencia de luz que se requiere. Estos elementos se conjugan en la sobriedad y masividad de las fachadas del patio del claustro, en las que aparecen grandes contrafuertes que le dan a éstas una sensación de verticalidad. Pueden notarse también sobre la arquería del claustro alto, los restos de medallones circulares trabajados en pintura mural.
El portal de peregrinos o portería, está colocada del lado derecho del templo y a través de él se llega al claustro bajo. Este portal cuenta con dos arcos de medio punto y bóveda de cañón corrido. Supuestamente en ese lugar descansaban y dormían los peregrinos que asistían a las festividades. En el muro sur, podemos observar una pintura mural que abarca casi todo el muro, representando a San Agustín, acostado con un libro y maqueta de la iglesia, de la cual sale el tronco de un gran árbol que tiene sus ramas a lo alto y ancho del muro, las ramas sostienen nidos con personajes de importancia relevante que pertenecieron a la orden de San Agustín, tanto frailes como monjas. Al centro de la composición el escudo agustino y más arriba una crucifixión. La pintura es policromada.
En el muro norte, y frente al descrito anteriormente, tenemos otra pintura, la cual ocupa la parte del medio punto y que presenta en el centro una escena desafortunadamente perdida, y a cada lado en medallones circulares el escudo agustino. Toda la bóveda vuelve a aparecer con casetones geométricos de influencia mudéjar, que al entrelazarse forman estrellas de ocho picos que contienen en su interior a un ángel. Está pintada en color azul para el fondo y los personajes, fajas y frisos en color rojo y rosa. En el lado contrario a la portería, o sea del lado izquierdo del templo, tenemos la capilla abierta, modalidad novohispana del siglo XVI. Esta capilla se empleaba para poder oficiar la misa al aire libre y que la cantidad de naturales pudieran asistir ocupando el espacioso atrio.
La capilla abierta consta de tres arcos de medio punto siendo el central más alto que los otros dos y teniendo en su parte superior una pequeña espadaña (campanario) de tres vanos. Atravesando la primera arcada encontramos una segunda interior, éste es el lugar que ocupaba la mesa del altar. La bóveda de este cuerpo muestra una de las decoraciones más ricas y delicadas de este género de ornamentos. La decoración es similar a la de la bóveda de la portería.
Las capillas posas eran utilizadas para poder posar al Santísimo en su interior y oficiar misa. De estas capillas sólo quedan dos, ostentando en sus bóvedas decoraciones de casetones, fajas y motivos vegetales.
Cabe destacar por último, que todo el edificio presenta en el remate de los muros, un almenado terminado en pirámide triangular, como corresponde a los conventos agustinos. Este elemento arquitectónico, característico de los conventos de esa época, son utilizados en éste, como en la mayoría de los casos como un elemento meramente ornamental.
5.-OBRAS DE ARTE
Definitivamente, el trabajo de mayor valor artístico con que cuenta el conjunto religioso, lo constituye la pintura mural que decora las bóvedas del claustro del convento. Estas pinturas, ya mencionadas anteriormente, constituyen además un valioso testimonio histórico de la labor desarrollada por las órdenes agustinas. El valor artístico de la pintura reside en su alta calidad técnica y de ejecución, así como en su agradable expresión estética.
A pesar de que las bóvedas, en las que se encuentran plasmadas las pinturas, han sufrido algunos daños estructurales, estas se conservan, en general, en buen estado de conservación.
Son también de igual valor, las pinturas murales que se encuentran en la bóveda y los muros del llamado portal de peregrinos.
Pueden mencionarse además, otros objetos de cierto valor que fueron realizados en fechas posteriores, y que no corresponden a la concepción original del edificio. Entre ellos destacan:
El altar mayor.- Realizado en estilo neoclásico, y en el que resaltan los motivos dorados sobre el fondo blanco del cuerpo, sobre un gran basamento escalonado se encuentra un pequeño ciprés dentro del cual está colocado un crucifijo de talla en madera, de pequeñas dimensiones. A los lados del ciprés están colocadas varias esculturas, unas de excelente calidad, talladas en madera; y otras moldeadas en yeso, de menor calidad en su ejecución.
El santo entierro.- Obra del siglo XVIII, elaborada en madera tallada, terminada en hoja de oro y con cristales bicelados. Dentro de la caja puede observarse una escultura en talla de madera policromada y de tamaño natural. La imagen corresponde a un Cristo, y en él se ha logrado un gran realismo en su representación.
Un cuadro sobre la alimentación de las ánimas.- Oleo sobre tela, en el que se representa a Cristo crucificado, alimentando con la sangre de sus heridas a las ánimas del purgatorio, no se tienen datos acerca de su autor y fecha de realización. La obra se encuentra en buen estado de conservación y aunque ha sido restaurada varias veces por manos no calificadas, puede constatarse aún la alta calidad de la ejecución original.
Vitrales.- En un cancel de madera que se encuentra en el acceso del templo pueden observarse algunos emplomados, estos vitrales representan personajes religiosos. La calidad del trabajo es muy buena y data probablemente del siglo pasado, su estado de conservación es bueno.
Entre otros trabajos de menor importancia por su magnitud y su calidad artística, pueden mencionarse el altar de la Virgen de Guadalupe, el altar de la Virgen de los Remedios, ambos de estilo neoclásico; y una serie de esculturas, algunas de las cuales están colocadas en nichos de madera con puerta de cristal.
Por último, cabe mencionar la existencia de pintura mural, al parecer del siglo pasado, en la parte alta de los muros del ábside, la cúpula y en la parte de arriba del arco triunfal. La ejecución de esta obra es de poca calidad y se encuentra en avanzado estado de deterioro.
6.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
ARTIGAS, B. Juan.- Capillas abiertas en México.- Ed- UNAM.- México, 1982.
GUIA ROJI.- Guía Turística Morelos y Cuernavaca.- Impreso en los Talleres Guía Roji.- México, 1981.
KUBLER, George.- Arquitectura Mexicana del Siglo XVI.- Ed. Fondo de Cultura Económica.- México, 1983.
LOYZAGA, Jorge G.- Catálogo parcial de monumentos religiosos coloniales del Estado de Morelos.- Ed. Universidad Iberoamericana.- México, 1973.
PLANCARTE y Navarrete, Francisco.- Apuntes para la Geografía del Estado de Morelos.- Imprenta de José Donaciano Rojas.- México, 1913.
TOUSSAINT, Manuel.- Arte Colonial en México.- Ed. UNAM.- México, 1948.
(1)KUBLER, George.- Arquitectura Mexicana del Siglo XVI.- p-610
(2)PLANCARTE y Navarrete, Francisco.- Apuntes para la Geografía del Estado de Morelos.- p.92
(3)Idem.- p.92
(4)GUIA ROJI.- Guía Turística Morelos y Cuernavaca. p.28
(5)Idem.- p.28
Elaboró: Arq. Jaime Haro, 1984.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Mateo