Nombre del Inmueble
San Miguel Arcángel
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000664
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000664
Contenidos
1.-CONTEXTO URBANO
La capilla de San Miguel Arcángel se levanta en las inmediaciones de lo que hasta hace pocos lustros fue la estación ferrocarrilera de Puebla. Desaparecidas sus instalaciones, el barrio de San Miguel muestra aún muchas industrias y almacenes que se habían establecido cerca de las instalaciones ferroviarias.
El barrio mismo tiene indudable arraigo popular y está habitado por familias de obreros y empleados. Casas unifamiliares, vecindades, talleres artesanales y pequeños comercios rodean al recinto religioso, que en otros tiempos llegaron a ocupar casi toda la manzana. Predominan las construcciones de uno o dos pisos, aunque algunos edificios sobresalen de ese promedio. Aún queda un buen número de sencillas construcciones tradicionales de muros de adobe aplanados, pero la mayoría está en malas condiciones de conservación, o bien muestra trasformaciones y adiciones con materiales más modernos. Las construcciones recientes son de escaso interés.
El barrio ha perdido casi por completo la vegetación que alguna vez le dio su carácter suburbano. Cuesta trabajo imaginar otra época en la que las calles empedradas y de tierra cruzaban entre casas y huertas. Los dos árboles que aún se conservan en el atrio de la capilla son vestigios de ese verdor perdido.
2.-ANTECEDENTES E HISTORIA
El barrio de San Miguel fue uno de los que dependieron, desde el punto de vista religioso, primero de la doctrina de Santiago y después de la parroquia de San Sebastián. Este último asentamiento, al igual que el propio San Miguel, fueron poblados por indígenas huejotzingas. El barrio ya contaba con alguna capilla en 1595, puesto que en esa fecha se menciona la calle de San Sebastián a San Miguel 1 Tanto el barrio como el templo respondían al nombre de San Miguel de los Naturales, aunque popularmente se les conoció como San Miguelito. Las advocaciones de cada uno de los tres arcángeles santos: Miguel, Rafael y Gabriel, fueron muy populares entre los siglos XVI y XVIII. La del primero tenía atributos que la hacían atractiva tanto a la mentalidad religiosa de los españoles y criollos como al sincretismo con que los indígenas hacían suyas las devociones cristianas: capitán general de las cohortes celestes, vencedor del demonio y mensajero divino que anuncia a la Virgen su muerte. 2 Se desconoce la fecha en que fue edificada la iglesia y otros datos sobre su construcción. Sólo se sabe que, en 1657, el ensamblador Diego de los Santos labró, contratado por los indios principales del barrio, un altar dedicado al arcángel titular que fue substituido por otro retablo a fines del siglo XVIII. El templo tuvo una capilla dedicada a Jesús Nazareno, con la imagen de esta advocación de Cristo en el centro de su retablo principal.
A pesar de su relativa modestia y de su ubicación en un barrio de indios, o tal vez por eso mismo, el recinto religioso jugaba un papel importante en la vida ceremonial de la ciudad durante la época virreinal, porque hasta él llegaba la procesión del pendón que encabezaban anualmente los cabildos civil y eclesiástico, en la víspera de la fiesta de San Miguel.
Se carece de noticias sobre la iglesia a lo largo del siglo XIX, pero se sabe que, a principios del siglo XX, el templo había decaído y no era muy frecuentado. Hacia 1929, cayó un rayo sobre la linternilla de su cúpula y fue necesario reconstruirlo. Actualmente, la iglesia sigue dedicada al culto católico. El interior ha sido renovado y el retablo principal se conserva, aunque mal restaurado. La capilla que originalmente fue de Jesús Nazareno, se dedicó más tarde a la Virgen de Guadalupe y conserva algunas pinturas de valor firmadas por Diego Borgraf y Antonio de Santander. 3 El capellán del templo en la actualidad, el padre Joaquín Hidalgo, es valioso testimonio oral de los cambios que han sufrido el barrio y el templo, ya que los conoció desde su infancia. Recuerda las milpas y los baldíos que aún existían en el primer tercio de este siglo, y cómo fueron ocupándose con fábricas y viviendas para sectores populares, atraídas por la cercanía a las instalaciones ferroviarias. También sabe de los arreglos más recientes que se han hecho a la iglesia, como la reparación de las goteras que tenía la cúpula, el remozamiento de la capilla de Guadalupe y la restauración y dorado de los altares de San Juan Bosco y María Auxiliadora.
En el anexo que se utiliza como sacristía se estableció provisionalmente un jardín de niños llamado Lorenzo Filho. El templo está sujeto ahora a la administración religiosa de la parroquia del Sagrado Corazón. 4
1 Leicht, Las calles de Puebla, p. 95.
2 E. Vargas Lugo, Juan Correa..., T. II, p. 45
3 Castro Morales, n. 191, en F. de E. y Veytia, Historia de la fundación..., t. II, p., 244.
4 Entrevista realizada por Aurelia Hernández al capellán Joaquín Hidalgo.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El atrio de San Miguelito, aún disminuido respecto a su tamaño original, deja ver la importancia que alguna vez tuvieron los espacios abiertos de este conjunto. Subsiste un tramo de barda atrial que parece remontarse al siglo XVI, por la sucesión regular de los pocos pináculos que lograron salvarse.
La portada atrial guarda relación con otras de su género en la cercana región de Cholula. Es de dimensiones apreciables, muestra buenas proporciones y vale la pena observarla con atención Al centro, tres arcos de ingreso, de medio punto, descansan en curiosos pilares toscanos, cuyos fustes de recinto de perfil troncopiramidal apenas perceptible presentan canaladuras perimetrales en cada una de sus caras.5 La herrería que cierra totalmente los tres vanos es de muy buena factura artesanal, especialmente los tímpanos de los medios puntos en los que se alternan radios flamígeros con círculos flordelisados.Sendas mochetas perfiladas con róleos le dan cuerpo a la portada atrial hacia los lados, mientras que encima de los arcos corre un entablamento sobre el que se apoyan dos pináculos y un remate central, con las proporciones de un frontón clásico, pero delineado por molduras apenas onduladas, en el que hay tres marcos despojados de su decoración: dos ovalados y uno pentagonal. Bajo este último, un pequeño óculo circular perfora el remate de la portada. Este detalle formal, aparentemente neutro, adquiere un significado especial tratándose, como en este caso, de una antigua capilla de indios: parecería ser un chalchihuite, el ojo sagrado que vigila el ingreso principal al recinto religioso.
En el atrio se extiende una franja central, embaldosada con mosaico de cemento, mientras que el resto del área se pavimentó con adocreto. Ambos son materiales vulgares, introducidos durante las modernizaciones de épocas recientes.6Lo primero que llama la atención cuando se observa el templo que se levanta al fondo del atrio, es la indudable voluntad formal de otorgarle monumentalidad a una edificación relativamente sencilla. Esto se logró prolongando el perfil superior del imafronte, que es a dos aguas,7 más allá de los cubos de las torres. Ese recurso formal le otorga a la fachada una forma envolvente triangular poco común, de la que sólo emergen, a la derecha, un campanario de dos cuerpos y a la izquierda un cuerpo de espadaña, ambos con rasgos decorativos frecuentes en el siglo XIX. Se buscó, incluso, ubicar simétricamente pequeñas portadas de ingreso a sendas extensiones laterales del atrio. Cada portada lleva más arriba un pequeño vano de medio punto sin función aparente. Todo este tratamiento es suficientemente ambiguo como para dar la impresión de que detrás de las portaditas pudiera haber naves laterales, como las que sí tuvieron otras capillas de indios cercanas, como Santa Anita y El Señor de los Trabajos.
La portada central es relativamente sencilla: de un cuerpo con doble remate. Enmarca el portón de ingreso a la nave un arco de medio punto apoyado en jambas con breves capiteles toscanos, todo labrado en recinto. Pilastras del mismo tipo soportan un entablamento, sobre cuyos extremos se elevan sendos pináculos. De estos últimos parten guirnaldas que ascienden al marco central de la ventana del coro, también labrado en recinto. El segundo remate, más ariba, es de albañilería y argamasa: se trata de un nicho destinado a San Miguel Arcángel, enmarcado por pilastras y entablamento, del que emergen las medias muestras de tres pináculos. Sendos óculos flanquean el nicho, mientras que, en el remate del imafronte, dos molduras sencillas forman róleos de los que emerge una cruz.
El resto de la solución arquitectónica es muy simple y requiere pocos comentarios. El templo es de una sola nave de cinco tramos: el primero lleva el coro, cubierto con cañón corrido, y el sotocoro, que es de cañón con lunetos; el segundo y el tercer tramo también son de cañón corrido, con los arcos fajones claramente destacados; el cuarto tramo es la cúpula de planta octagonal apoyada en arcos y pechinas; y el quinto tramo, nuevamente de cañón corrido, corresponde al presbiterio. Del lado de la Epístola, a la altura del tramo con la cúpula, se encuentra una capilla anexa de dos tramos: el primero es una cúpula desplantada sobre base rectangular, por lo que el octágono que se forma con las pechinas es también alargado; el segundo tramo, de cañón con lunetos, se eleva sobre el altar de la capilla.
5 Este rasgo también se conoce como cajeado, y proviene del barroco andaluz del siglo XVII. En cuanto a los pilares troncopiramidales, sólo se les encuentra en Puebla y en Oaxaca, y su forma se relaciona muy probablemente con su mejor comportamiento antisísmicos.
6 Al menos, la comunidad usa bastante este espacio y lo conserva impecablemente limpio.
7 Este rasgo hace pensar en una nave primitiva cubierta con madera y tejas, característica muy común en capillas de indios durante los siglos XVI y XVII.48
4.-OBRAS DE ARTE
Los elementos muebles y decorativos del templo de San Miguel son escasos y relativamente heterogéneos. El retablo principal del templo es neoclásico, de escaso interés. Son de mayor atractivo, en todo caso, los otros cinco retablos sobre los muros de la nave, que son una interpretación popular del barroco estípite. Son de argamasa, y alternan partes blancas con toques de vivos colores.
Las pechinas sobre las que se eleva la cúpula principal muestran figuras pintadas de los evangelistas. Deben haber sido buenas originalmente, pero han sido repintadas sin acierto. Otro elemento de calidad en la nave es la pila de agua bendita de cantera labrada que se encuentra a la izquierda del ingreso .
Hay, además, cinco óleos en la capilla anexa. Uno con la imagen de la virgen de Guadalupe en el retablo correspondiente; dos, de muy buena calidad, que flanquean al anterior en los muros laterales (uno con una alegoría del Rosario y otro con la Santísima Trinidad y la Dolorosa); los dos últimos algo deteriorados, se encuentran bajo la cúpula y representan a un santo y una santa.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Miguel Arcángel