Nombre del Inmueble
San Nicolás Tolentino
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000443
Estado, Municipio, Localidad
Chihuahua > Hidalgo del Parral > Hidalgo del Parral (080320001)
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000443
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Las primeras expediciones que se dirigieron hacia el norte, una vez establecido el virreinato de la Nueva España, se organizaron después de oir lo fabulosos relatos de Alvar Núñez Cabeza de Vaca y con la mira puesta en enormes riquezas inexistentes. Por tanto, su resultado fue casi nulo por que si bien, marcaron algunas rutas de acceso a esos territorios, no hicieron una correcta exploración de las grandes extensiones recorridas y menos aún, tomaron medidas para su futura colonización.
Otros fines debían tener los colonizadores de lo que sería el reino de la Nueva Vizcaya (actual estado de Chihuahua y parte de Durango), no diferentes de la búsqueda de oro, pero esta vez mediante el descubrimiento y trabajo de las ricas minas de la región.
Ya para 1567 Don Rodrigo del Río, había descubierto las minas de Santa Bárbara y fundado la población. Otro tanto sucedió con el que llegó a ser Real de Minas de San José de Parral, a cargo de Don Juan Rangel de Viezma, fundación de gran importancia, ya que durante mucho tiempo fue el centro urbano, político, administrativo, etc. más importante de todo el territorio.
La inmigración hacia la próspera Parral fué abundante, ya que sus minas y las de los alrededores eran ricas y requería brazos y servicios, principalmente los de las haciendas que hacían el beneficio del metal, el comercio, el abastecimiento de provisiones y la administración pública de la creciente ciudad.
En una sociedad de las características de la Colonia española, la religión formaba parte de toda la vida diaria y la importancia de la Iglesia se confundía con la de todo el aparato administrativo. Es por tanto natural, que en toda ciudad se procediera de inmediato a la erección de los templos que proporcionaran la atención espiritual de la población, como sucedió a la fundación del Real de Minas de San José de Parral.
2.-EMPLAZAMIENTO
Dentro de la muy irregular traza de la ciudad de Hidalgo del Parral, que evidencia su origen minero el antiguo barrio de San Nicolás que fue generado por este templo, se ubicó en uno de los sectores con terreno sensiblemente plano, muy cercano al río y a la parte más céntrica de la ciudad. Por esta razón, el trazo de las calles circundantes es ortogonal y actualmente presenta la zona un alto porcentaje de locales dedicados a actividades comerciales.
Este entorno conserva dentro del movimiento y modernidad del centro de Parral, algunas reminiscencias de su origen colonial; hacia el sur se extiende aún la tradicional plaza de San Nicolás, cuyo arbolado resulta de gran atractivo como sitio de descanso y reunión. Por otro lado, hacia el norte la calle colindante al templo lleva el nombre del fundador de la ciudad, Rangel de Biezma. Hacia el frente, la calle que limita el pequeño atrio llevó mucho tiempo el nombre de calle de San Nicolás y actualmente el de Flores Magón. Esta última conduce hacia el cercano centro de la ciudad por lo que el tránsito de vehículos en ella es de una gran intensidad, no así en el resto de las calles circundantes en las que se disfruta de una relativa tranquilidad.
La zona puede aún considerarse como habitacional con casas de uno y dos niveles en su mayoría. Algunos edificios de no más de tres niveles alojan oficinas y comercio especializado en planta baja. El resto de la actividad comercial corresponde a un abundante comercio de barrio ubicado generalmente en pequeñas accesorias.
Dentro de este contexto urbano, el templo de San Nicolás de Tolentino no destaca como otros templos notables de la ciudad por la masividad de sus proporciones, sino que su relativa modestia lo lleva a una muy completa integración a su entorno, su barrio, al que confiere un carácter distintivo como uno de los más tradicionales en la ciudad.
3.-HISTORIA
Habiendo sido fundada por mineros, Parral empezó su crecimiento basado en esta actividad y sus primeras construcciones religiosas provienen de la sencilla devoción de aquellos trabajadores. Era pues natural, que los dedicaran a las advocaciones religiosas de más arraigo entonces, ( la Virgen, San José, etc.).
En el caso de San Nicolás de Tolentino, seguramente algunos otros factores debieron intervenir en su fundación.
Es, sin duda, el templo más antiguo de la ciudad, ya que aún cuando no exista evidencia documental de su fundación, se ha encontrado registro de un matrimonio celebrado aquí el 20 de mayo de 1641, a escasos 10 años del descubrimiento del mineral y mucho antes de que fueran edificados el resto de los templos coloniales de la ciudad.
Su estructura constructiva refuerza esta idea. Pertenece al sistema más elemental empleado en la época, a diferencia de sus suntuosos vecinos poseedores de sistemas constructivos que podríamos llamar más profesionales. Difícilmente se hubiera levantado tal construcción, en un punto tan céntrico posteriormente a la edificación de San José o San Juan de Dios.
Por otro lado, la advocación de San Nicolás de Tolentino, aún cuando más popular en el siglo XVII que hoy, no lo era tanto como para dedicarle el primer templo del naciente Real.
Es una advocación de claro carácter agustino cuando esta Orden no había incursionado en la Nueva Vizcaya, probablemente debida a un devoto particular.
De cualquier modo, el templo atendido desde entonces por el clero seglar, tomó tal arraigo en la población que en poco tiempo dió nombre al barrio que se formó a su alrededor y conserva hasta hoy. Este carácter popular se vió reforzado en sus primeros tiempos por su origen humilde, cuando el resto de los templos recibía ricas donaciones de los personajes más acaudalados de la ciudad; San Nicolás atendía al pueblo de su entorno, más identificado con él por su austeridad y su ubicación.
Actualmente, de acuerdo a la evolución de la ciudad, el templo de San Nicolás ha sido progresivamente mejorado y ornamentado para continuar, de acuerdo a su tradición, el servicio religioso de este céntrico barrio.
5.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
Los espacios exteriores del templo de San Nicolás, han sufrido una serie de modificaciones a causa de la urbanización moderna de la zona, que alteran su función original, como su integración en un conjunto. El atrio original cedió paso desde épocas remotas a la calle de San Nicolás (hoy Flores Magón) y su fachada norte está separada de la calle mediante un muy corto espacio.
Unicamente la fachada lateral sur, se abre al espacio abierto formado por la tradicional plaza de San Nicolás. Esta disposición con desahogo del templo hacia la plaza, permite sin embargo, una cómoda apreciación del edificio en todos sus ángulos. La fachada presenta un paño liso que contiene la portada y dos paños laterales que sobresalen del anterior, formando un conjunto simétrico hasta la cornisa de remate. Sobre ella está colocada en el lado norte la pequeña torre rompiendo así, la simetría.
La portada está tratada en forma tradicional, en cantera sobre fondo de aplanado de mezcla, se compone de pilastras superpuestas laterales, con capitel ornamentado a la altura de la imposta, que sostiene un arco de medio punto con clave ornamentada. Cierran el tímpano dos molduras corridas y remata el conjunto, un par de pináculos adosados al muro en los extremos.
Los paños lisos están rematados en la parte superior por una pequeña cornisa, que en el lado norte recibe directamente la torre de poca altura, con una luz en cada cara de su planta cuadrada y rematada en medio punto, con cornisa perimetral en linea quebrada y macizos pináculos en las esquinas; está cubierta con una bóveda de media naranja peraltada, coronada con un macizo, cuatro pequeños pináculos y una cruz metálica.
Las fachadas laterales están tratadas en forma similar a la principal, con alguna ligera simplificación en el ornamentado de las portadas de los accesos desde la calle Biezma y la plaza de San Nicolás, ambas separadas del espacio público con reja metálica.
La puerta principal abre hacia la nave en el sotocoro, con subida al coro hacia la izquierda y un pequeño receso que exhibe algunos óleos. El espacio descrito toma parte de la nave única, separado de ella por un arco deprimido y se encuentra, como la nave misma, estructurado con el sistema original, ésto es, a base de muros laterales de carga de gran espesor con algunos contrafuertes y una cubierta de vigas de madera, que cubren el claro en sentido transversal. Se dice incluso, que la mayoría de estas vigas proceden de épocas novohispánicas. Las vigas descansan sobre ménsulas de madera con tallado simple, que a su vez están colocadas en una moldura perimetral a modo de cornisa.
Este sistema constructivo varía sobre el presbiterio, separado de la nave con un arco deprimido que descansa en pilastras con pedestal y capitel simple. El espacio del presbiterio contiene una cubierta a base de bóveda vaida de diseño modificado, ya que descansa en entablamentos laterales rectos, mientras que sus lados transversales lo hacen en arcos rebajados, en cuyos tímpanos existe una ventana superior sobre el arco de separación de la nave y un motivo pictórico sobre el muro de remate, que contiene en orden descendente, un entablamento con ornamentación policroma, un fondo con el mismo tipo de ornamentación correspondiente al muro de remate y sobre éste, el altar mayor compuesto por varios nichos con esculturas y motivos de influencia neoclásica y en el que el altar probablemente corresponde a una época anterior. Al centro del presbiterio se ha colocado una ara sencilla para las celebraciones litúrgicas.
En el resto de los muros se ha desarrollado una decoración a base de motivos arquitectónicos, (arcos, pilastras, cenefas, impostas, etc.) la mayor parte en estucado policromo enriquecido con algunos óleos valiosos.
Completa el conjunto, una sacristía con acceso desde el presbiterio y una serie de dependencias parroquiales en la parte posterior.
7.-OBRAS DE ARTE
Con respecto a su acervo artístico, el templo de San Nicolás lo conserva en tres aspectos principales: óleos, esculturas y murales. Los óleos destacan por su número y calidad; diez actualmente en exhibición, la mayoría de grandes dimensiones (hasta 3.50 x 2.50 m.) con diferentes motivos religiosos, casi todas correspondientes a la escuela mexicana del siglo XVIII, aún cuando alguno se remonte al siglo anterior y de una calidad notable, casi todos necesitados de restauración.
Parte de éstos óleos proviene de la recién restaurada capilla de Santo Tomás de Villanueva, en las afueras de la ciudad y depositados aquí en épocas de agitación bélica.
Los murales que cubren la bóveda del presbiterio, su tímpano y algunos muros laterales contienen diseños más o menos convencionales y provienen de principios del siglo XX con una elaboración correcta sin mayor relevancia.
Las tallas corresponden a un crucifijo de tamaño cercano al natural, de gran arraigo en la devoción popular, tanto por su antigüedad (probablemente del siglo XVIII) como por la finura de su elaboración, a la que se incorporó un alto grado de patetismo. La escultura del santo patrón ocupa el sitio de honor en el altar mayor y participa de las mismas características de la figura anterior, ambas policromadas con delicadeza.
El resto de la imaginería está formada por algunas esculturas de yeso convencionales, óleos y cromos sin mayor relieve y accesorios de buena calidad.
El altar mayor está realizado en estucos con algunos toques de color y en su diseño de corte neoclásico, se han incorporado elementos ornamentales de influencia barroca que rompen un tanto su rigidez.
ELABORO: ALBERTO VALENCIA
FECHA: 1984
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Nicolás Tolentino