Nombre del Inmueble
Sangre de Cristo
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000481
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000481
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Cuando llegaron los españoles a Tlaxcallan, Hueyotlipan quedaba dentro de la jurisdicción del señorío de Quiahuistlán, que fué la cuarta y última cabecera en que se subdividió la república Tlaxcalteca. A Mixquitl primer señor de ella la sucedieron varios más, y en el momento en que entró Hernán Cortés reinaba Citlalpopocatzin. (1)
Hueyotlipan es un nombre náhuatl que significa en el camino grande (2). Tal como lo indica la traducción, se encuentra en la ruta que aun se utiliza para ir a Texcoco, pasando por los pueblos que entonces se conocían como Coauhtepetl y Ocelotepetl, que junto con Hueyotlipan y Tlalpechco constituían la frontera poniente de Tlaxcallan. (3)
De acuerdo con el Historiador Muñoz Camargo el pueblo que nos atañe era tributario de Tlaxcallan (4), esta afirmación resulta un tanto contradictoria ya que Hueyotlipan siempre formó parte del territorio Tlaxcalteca. Lo anterior se comprende cuando Fray Alonso Ponce menciona que Hueyotlipan estaba habitado por un alto porcentaje de otomíes, que pidieron refugio en Tlaxcallan para escapar de la dominación azteca (5). Herrera lo complementa al mencionar que los otomíes a cambio de las tierras que les dieron para poblar y cultivar, tenían que defender las fronteras de los frecuentes ataques de los ejercitos mexicas y Culhuas. (6)
La ubicación y resistencia de Hueyotlipan resultaba vital para los Tlaxcaltecas, puesto que a partir del momento en que Moctezuma II decide pasar de las Guerras floridas a la lucha formal por la conquista, dirige a sus huestes por el corredor natural de Texcoco para tratar de penetrar y sojuzgar a Tlaxcallan. Sin embargo, de acuerdo con los datos existentes en las diferentes fuentes históricas, se sabe que la milicia azteca, nunca pudo llegar a Hueyotlipan pues fueron rechazados en numerosas ocasiones en los campos que están entre los cerros Coauhtepetl y Ocelotepetl, los cuales aún conservan su nombre y son mudos testigos de aquellas batallas.
Fue esta misma ruta la que utilizó Hernán Cortés para regresar a Tlaxcala, después de la derrota sufrida en Tenochtitlan a manos de los Aztecas, en la memorable Noche Triste.
Para 1556 la población de Hueyotlipan estaba dividida en barrios y no sobrepasaba los quinientos habitantes. (7)
2.-EMPLAZAMIENTO
Hueyotlipan pertenece al distrito de Ocampo y su cabecera es la ciudad de Calpulalpan; se puede llegar por la carretera Texcoco - Veracruz, así como por la carretera México - Apizaco.
Se encuentra en el Valle de Pie Grande, que está formado por una serie de pequeños lomeríos. El lugar donde se estableció la población está a 2581 metros sobre el nivel del mar, el clima es templado y el terreno es regado por el río Zahuapan.
El convento que nos atañe se ubica entre las calles Morelos y Reforma y prácticamente sigue formando parte del centro de la población pues se localiza a sólo dos cuadras de la plaza cívica, que está rodeada por la parroquia, el palacio municipal y las oficinas respectivas para el teléfono y telégrafo.
Actualmente las ruinas del convento están completamente abandonadas y los espacios que originalmente se encontraban ocupados por el atrio y la iglesia, ahora se hallan invadidos por casas particulares hechas de adobe y adocreto.
La traza urbana de Hueyotlipan es reticular, una buena parte de sus casas aun está construída con materiales autóctonos (adobe, piedra, madera, teja y aplanados de cal - arena), sin embargo el tabique y el concreto armado son usados cada vez con mayor frecuencia. Originalmente estuvo dividido en barrios pero hoy en día no existe ninguno.
Aquí como en otros pueblos casi no hay industrias, por lo que la gente económicamente activa se dedica por lo general a la agricultura ya que poseen tierras fértiles; los cereales que más cultivan son maíz, frijol y trigo, pero también poseen arboles frutales. Mención aparte merece el cultivo del maguey que aunque ya no se aprovecha totalmente como en la época prehispánica, sigue siendo muy apreciado por el pulque que produce.
El pueblo aún conserva algunas tradiciones que forman parte importante de su folklore, por ejemplo cada que se avecina un aguacero que consideran amenaza con echar a perder los cultivos, el sacristán repica las campanas y lanza varios cuetones que estallan en el aire, para espantar la lluvia.
3.-HISTORIA
Posteriormente a la construcción de los conventos de Tepeyanco y Atlihuetzia, la iniciativa de erigir más monasterior, provino de los mismos indígenas. Por ello en la sesión de Cabildo de 1554, se votó por el establecimiento de frailes en Hueyotlipan, con lo cual se pretendía abarcar una gran área y distribuír a los frailes en todo el territorio, sobre todo al norte de Tlaxcala, que hasta ese momento había permanecido un tanto descuidado.
Fué hasta 1560 que se aprueba esta petición y se inician los trabajos en Hueyotlipan, del que se tiene noticia que para el año de 1569, ya había frailes habitando este lugar. (8)
Cuando en 1585 llegó al padre Ponce que era el visitador de la orden de los franciscanos, el convento no tenía más que un sólo cuarto que hacía de curato y por iglesia había una capilla abierta, donde residían dos frailes. (9)
Fué hasta el siglo XVII cuando alcanzó su mayor auge, pues dependían de él cuatro pueblos: La Asunción, Nativitas, San Francisco y La Magdalena.
La popularidad y la autoridad de que gozaron los franciscanos durante el siglo XVI y principios del XVII, estaba llegando a tal grado que el clero secular se vió en la necesidad de contrarrestarla, interviniendo debilmente en 1640 y de manera rotunda a partir de 1753.
Los argumentos que manejaron fueron entre otros, el de que las facultades especiales que les otorgó el Papa Gregorio VII por medio de la bula omnímoda, les permitía demaiadas libertades, entre ellas la de administrar el bautismo y los sacramentos que eran funciones que correspondian por derecho, según las normas eclesiásticas, a los religiosos del clero secular.
Una segunda razón y quizá la más importante era, que además de cumplir con su labor evangelizadora se habían convertido en los defensores incondicionales de los indígenas, protegiéndolos de los frecuentes abusos de los encomenderos (10). Esto podía tener como consecuencia una rebelión masiva, lo cual sería totalmente contraproducente para los intereses de la corona española.
Por éstas y otras razones, para 1772 los franciscanos debieron entregar al clero secular no sólo la jurisdicción parroquial, sino también sus iglesias y conventos respectivos (entre ellos el de Hueyotlipan), que pasaron a ser
curatos. (11)
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
Si en Nativitas e Ixtacuixtla no quedan vestigios de los conventos, en Hueyotlipan sucede lo contrario pues se conserva una buena parte del convento y el templo ha desaparecido, quedando como única huella de su existencia pequeñas partes de su cimentación, la cual es muy difícil apreciar ya que actualmente hay algunas casas sobre sus escasos restos.
Los franciscanos antes de construír la iglesia definitiva por lo general erigían la capilla abierta, llamada entonces capilla de Indios, la cual a los principios no era sino una enramada bajo la cual se colocaban el altar y el púlpito o ambón (12). Seguramente por esta razón aunque se menciona la existencia de una capilla abierta, de ésta no se conserva ningún resto.
El siguiente paso a seguir era levantar una modesta casa para habitación de los hermanos y algunos salones, que por lo general consistían en varias cabañas amplias, donde se impartían las primera letras y la catéquesis. Todo ésto estaba dispuesto en torno al terreno escogido para la futura iglesia definitiva que por razones litúrgicas quedaba orientada de oriente a poniente, con el altar mayor ubicado en el primer punto cardinal (13).
El convento siguiendo con las normas de los franciscanos, se construyó al sur del templo siendo originalmente de dos niveles, tal como e puede apreciar en los muros altos donde se observan los huecos dejados por las vigas que sostenian el entrepiso.
El acceso se realizaba a través de un vestíbulo que se conoce como anteporteria, la cual tiene dos nichos en cada uno de sus muros; seguramente estuvo precedida por una portería, pero de ésta no queda ningún vestigio.
Cruzando la anteportería llegamos al claustro, cuyo patio estuvo rodeado por una arquería compuesta con arcos de medio punto, sostenidas por pilastras de sección cuadrada con bases de cantera y el resto a base de ladrillos rojos recocidos, y aun que no se conservan vestigios, debió de estar recubierto con aplanado de cal- arena. De esta arquería se conserva la del lado sur completa y en las otras secciones del claustro sólo se pueden observar sus arranques.
Distribuídos alrededor del claustro (deambulatorio) se encuentran cinco nichos por los cuales se pasaba en las procesiones, empezando el recorrido de derecha a izquierda. En el claustro alto debieron existir otros cuatro nichos ubicados en las esquinas, sólo que aquí el trayecto se realizaba de izquierda a derecha.
De la planta base se deduce la ocupación de las distintas dependencias, que caen dentro del esquema tradicional de las construcciones conventuales franciscanas; junto al acceso o enteporteria, se localiza la sala de Profundis. En la crujía sur se encuentra el antecomedor con el lavamanos y el arranque de la escalera al nivel superior, además del acceso a la cocina y alacenas; en el lado opuesto está el comedor o refectorio con su despensa anexa, sobre su acceso subsisten los únicos restos de pintura mural del convento, en los que apenas se puede apreciar a un Cristo Crucificado, con la Virgen María y la Magdalena a sus lados, y sobre ellos la luna y el sol. Todavía se conserva en buen estado el piso de ladrillo, las bancas corridas que rodean el espacio del refectorio y al fondo el nicho central. Esta sala era iluminada por dos amplias ventanas que se encuentran en la pared sur.
En el costado oriente se localiza la sacristía con dos puertas abiertas al claustro que se corresponden a las originales pues el acceso a la misma se realizaba a través de un antesacristía , que sirve de transición entre el templo y ésta. En el muro oriente tiene tres ventanas, dos de arco de medio punto.
En la planta alta del convento es muy difícil detectar dónde estuvieron las dependencias ya que no se conservan los entrepisos y techumbres de envigados, sin embargo correspondería por analogía a los dormitorios y biblioteca.
5.-BIBLIOGRAFIA
1. Nava, Luis. Historia de Tlaxcala. Tlaxcala, 1983.
Pág. 18.
2. Anaya Monroy, Fernando. La toponimia Indígena en la Historia y la Cultura de Tlaxcala. UNAM. (I.I.H.) México, 1965, Pág. 51.
3. Davies, Claude. Los señorios Independientes del Imperio Azteca. INAH., México, 1968. Pág. 152 (mapa No. 3).
4. Muñoz Camargo Diego, Historia de Tlaxcala. Edit. Innovación, S.A. México, 1982, Pág. 113.
5. Ponce, Fray Alonso. Relación breve y verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al padre Fray Alonso Ponce. Imprenta de la Viuda de Calero, Madrid, 1875 Tomo I, Pág. 114.
6. Herrera, Antonio de. Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas, y tierra firme de el mar oceano Edit. Guarania, Asunción, Paraguay. 1944.
Tomo II, Pág. 168.
7. Trautmann, Wolfang. Catalogo Histórico-crítico de los nombres de lugar relativos a Tlaxcala. Suplemento de comunicaciones. México 1980, Pág. 31.
8. Kubler, George. Arquitectura Mexicana del siglo XVI. Fondo de Cultura Económica. México, 1983.
9. Ciudad Real, Antonio de. Tratado curioso y documentoto de las grandezas de la Nueva España. Relación breve y verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al padre Fray Alonso Ponce en las provincias de la Nueva España siendo comisario general de aquellas partes. UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas,
México, 1976.
10. Encomienda. Se le llamaba así al conjunto de tierras y gente, que se les otorgó a los conquistadores españoles para que lo explotaran, a cambio de evangelizar a los indígenas.
11. Chauvet Fray Fidel de Jesús. Los Franciscanos en México Provincia del Santo Evangelio de México.
México, 1981, Pág. 144.
12. Chauvet, Fray Fidel de Jesús. Op. Cit. Pág. 32.
13. Chauvet, Fray Fidel de Jesús. Op. Cit. Pág. 32.
ELABORO: ARQ. JAVIER VILLALOBOS JARAMILLO.
FECHA: 1984
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Sangre de Cristo