Imagen principal
Nombre del Inmueble
Santa Prisca
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001084
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001084
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
En el México prehispánico tenemos bastante información sobre la región donde se funda y hoy se encuentra la ciudad de Taxco, el nombre de esta proviene del idioma mexica que es Tlachco, que quiere decir lugar para jugar a la pelota, el jeroglífico de Tlachco representa un frontón, o sea un espacio con forma de I colocado horizontalmente; existe una descripción de estos espacios en la Historia de las Indias de Fray Diego Durán; los habitantes el lugar eran de raza nahoa y fueron conquistados por los mexicas bajo el reinado de Moctezuma Ilhuicamina. De toda la región se enviaban abundantes tributos a Tenochtitlan, como sabemos por el códice Tachco; los principales productos de la región eran agrícolas, mantas y básicamente metales como: el estaño, el cobre, el oro y la plata. Durante la conquista de México enterado Hernán Cortés de estos últimos, requiriendo del estaño con fines bélicos y atraido por la posibilidad de conseguir grandes cantidades de oro y plata, envió a sus capitanes junto con algunos mineros con el fin de explotar las minas de la región.
La palabra Tlachco, se convierte en la española Tasco y la S, se cambia por una X cuando por decreto de la legislatura del estado de Guerrero en 1872, se modifica oficialmente el nombre de Tasco a Taxco, en algunos documentos antiguos muy ocasionalmente lo encontramos escrito con Z.
Durante el siglo XIX, se registran varios hechos históricos relacionados con Taxco, como es el paso por esta ciudad del Barón Alejandro Von Humboldt, en su camino de Acapulco a México. También es un hecho relevante, la toma de esta ciudad por Don José María Morelos y la estancia de Iturbide en la localidad.
El Real de Minas de Taxco, se forma en 1570, consta a su vez de tres reales que son: Tetelcingo Cantarranas y Tenango, estos tienen seis cabeceras; tasco el viejo, Hueitzaca, Tenango, Acamixtlahuaca y Tlamacazapan, estas últimas eran poblaciones de indios; los reales en cambio eran villas o poblados españoles; de los reales el más importante era el de Tetelcingo. Este sitio era el del clima más benigno y ahí se asentaron las autoridades consistentes en un consejo o cabildo bajo la autoridad de un alcalde mayor que dependía de la provincia de México en esta población se congregan los edificios símbolo de los poderes de España y de la región católica, por su importancia se erigió ahí una parroquia que desde esta época tuvo la advocación de la Inmaculada Concepción las cofradías de los mineros que eran siete, tenían cada una, una capilla y además había dos ermitas, de la de Santa Veracruz y la de San Sebastián.
La parroquia primitiva del Real de Tetelcingo, fue en su inicio a finales del siglo XVI como la mayoría de las ermitas levantadas en esta época en los reales mineros. No se tiene una historia precisa de ella que sirva como antecedente y parece ser, que desde su fundación hasta el último tercio del siglo XVIII, no sufre mayor modificación, siendo en la época que de la Borda pide permiso para construir el nuevo templo, una construcción muy austera de muros de cal y canto, con techumbre de tejamanil y una sola torre existen antecedentes de este templo hasta 1730 y se sabe que aunque la construcción siempre fue muy pobre, las donaciones de los mineros hicieron que se reuniera una apreciable cantidad de joyas que integraban el tesoro de la parroquia. Así pues se formó a mediados del siglo XVIII un marcado contraste entre la riqueza de la iglesia en el aspecto de joyas y trabajos en oro y plata y la pobreza de la construcción, que como decía el apoderado de Don José de la Borda, el templo estaba muy maltratado y que incluso rayaba en lo indecente.
Se sabe que la zona minera donde se encontraba Tetelcingo, experimentó un auge extraordinario a mediados del siglo XVIII, en la capital de la Nueva España se supo que las vetas de Nicola, Xitinga y García de la Vega continuaban en bonanza; esta última pertenecía a Tehuilotepec y está íntimamente relacionada con Taxco, pues además de su cercanía, fue inspeccionada por Don José de la Borda en 1729. Cabe en estos antecedentes el mencionar que el Real de Minas de Taxco y su zona de influencia, fue junto con Zacatecas, Real del Monte y Tlalpujahua de los más importantes de la Nueva España.
2.-EMPLAZAMIENTO
La parroquia de Santa Prisca, está localizada en el centro de Taxco; desde el punto de vista de la mancha urbana ocupa también una posición central cargada un poco hacia el sur. En la descripción del emplazamiento de la parroquia dentro del contexto urbano, o sea dentro de la volumetría y tratamiento cromático de la ciudad es necesario el mencionar en primer lugar, su ubicación desde el punto de vista de integración de paisaje, la ciudad de Taxco se caracteriza por sus techos a dos aguas del color de la teja, que hacen contraste con el verde de las montañas circundantes y en el centro se destaca desde cualquier punto de la ciudad la silueta color rosa de la parroquia. Viniendo por la carretera que va de México-Acapulco, que se convierte en la Avenida John F. Kenedy; en la parte que cruza la traza, puede tomarse por la calle Miguel Hidalgo, hacia el poniente y dobla a la derecha hasta llegar a la altura de la plaza principal o plaza Borda.
Este espacio constituye el eje social de la población, en ella se congregan los principales comercios y edificios civiles de la localidad, restaurantes, hoteles y tiendas de artesanías. En el terraplén o explanada que se construyó para nivelar el terreno donde se desplantaría la parroquia, se utilizó parte de él para la creación de una plaza pública o parque, el cual está bellamente arbolado a base de enormes laureles de la India.
La ciudad de Taxco, debido a su topografía no fue trazada en forma regular sino que sus principales calles aprovechan los desniveles naturales del terreno, esto nos da un tejido urbano irregular muy propio de los reales mineros, los cuales por las condiciones topográficas del terreno montañoso donde se desarrollan, no siguen las características de traza regular de otras ciudades novohispanas.
Sin embargo, al analizar el sistema vial, nos damos cuenta de que éste es un sistema articulado, que tiene como centro la plaza Borda; si trazáramos una retícula hipotética y colocáramos su centro en la parroquia, veríamos fácilmente identificados una serie de lugares muy importantes dentro de la ciudad, coincidiendo con los cuatro puntos cardinales.
Al norte aproximadamente a 100 metros, en línea recta la plazuela de Bernal; al sur a 200 metros San Nicolás; al oriente la Santa Veracruz a una distancia de más o menos 200 metros, casi equidistantes; al sur y el norponiente, las plazuelas de San Juan y Guadalupe, que son prácticamente los puntos que marcan los límites del casco urbano en la parte más alta de su conglomerado.
La Parroquia de Santa Prisca, está delimitada al oriente por la cale de la Santa Veracruz; al poniente por la plaza Borda; al sur por la calle del Arco y el norte por la calle de la Muerte; estas dos últimas bastante estrechas y con interesantes perspectivas. También es procedente el llamar la atención sobre la articulación de espacios destinados a centros de barrio que presenta la traza; si estableciéramos un circuito imaginario que partiera de la carretera México-Acapulco, subiendo por la calle de la Garita, pasando por el barrio del mismo nombre, llegaremos a la colonia conocida como Chavarrieta que tiene también su plaza y su capilla prosiguiendo hacia el sur-poniente, pasamos junto al exconvento de San Bernardino, que junto con el templo del mismo nombre es otro de los puntos de señalamiento urbano más importante de la ciudad, a pocos metros de este conjunto, sobre la calle de Juan Ruíz de Alarcón llega a la plazuela de Bernal a la que una manzana de casas separan de la plaza principal o plaza Borda, a ella accedemos por el lado poniente y nos topamos con la fachada de la parroquia, aquí hay que recalcar que este espacio urbano funciona como un eje o pivote de todo el sistema, ya que a partir de él se siguen desarrollando pequeños centros de barrio, hacia el sur por la calle Cuauhtémoc localizaremos la plazuela de San Juan, de la cual se desprende la calle de San Nicolás que bajando hacia el oriente llega a la plazuela del mismo nombre, en la que se localiza el templo dedicado a este santo y junto a él la Santísima Trinidad, continuando hacia el oriente pasamos por la calle de San Miguel, al final de la cual se localiza su capilla con su respectiva plaza, que está a unos cuantos metros de la carretera México-Acapulco. De esta manera, se cierra un circuito de centros de barrio perfectamente integrados con su plaza y su capilla o iglesia y en su centro como principal punto de referencia urbana destaca la plaza Borda y la Parroquia de Santa Prisca.
3.-HISTORIA
Al hablar de la Parroquia de Santa Prisca en Taxco, no se puede desligar su historia del personaje que pagó su construcción, don José de la Borda al que Taxco debe agradecerle además de la iglesia parroquial, una serie de obras materiales en beneficio de la población.
Borda puso como condición libertad absoluta para llevar a cabo la construcción de la parroquia y las autoridades aceptaron sus requerimientos exigiendo a cambio que el rico minero quedara obligado con sus bienes a concluir perfectamente la iglesia, a lo cual éste se obligó mediante la hipoteca de los mismos.
Respecto a la paternidad del proyecto arquitectónico y dirección de la obra, durante mucho tiempo se atribuyó ésta al arquitecto don Diego Durán Berruecos, según don Manuel Toussaint, pero últimas investigaciones hechas por el Dr. Efraín Castro que localizó en 1973 en el Archivo de Notarías un contrato al respecto, dan la certeza de que el autor fue un arquitecto llamado Cayetano de Sigüenza y el autor de los retablos, Isidoro Vicente de Balbás.
Se sabe con bastante certeza y en esto concuerdan varios autores que la iglesia se terminó de construir en 1758, tal como se indica en el lavabo de la sacristía.
Una vez terminado el templo, se procedió a los preparativos para su dedicación y advocación; ésta tiene como todo lo referente a él, una aurea de romanticismo; debido al constante peligro que representaban los rayos que producían los fuertes temporales que caían continuamente sobre la población, se buscó la protección de un santo contra estos fenómenos, esta recayó sobre Santa Prisca quien tenía devoción en Taxco para este efecto desde la antigua parroquia, y se dice que por sorteo repetido tres veces cayó la suerte sobre esta santa, mártir romana del siglo II, a quien se buscó un santo que le hiciera compañía escogiéndose para ello también a San Sebastián que ya tenía culto y devoción desde antes en la región.
La advocación del templo se respetó la que tenía desde la primitiva parroquia a la Inmaculada Concepción.
La consagración definitiva del templo fue hecha el 15 de marzo de 1759, por el arzobispo de Manila, don Manuel Antonio Rojo del Río Lubián y Vieyra; siendo el párroco de la misma el hijo de don José de la Borda, don Manuel; de esta forma se cumplió la promesa del primero de terminar íntegramente de su peculio una soberbia iglesia en el Real de Minas, que patrocinó durante toda su vida y que ha servido para inmortalizar junto con la majestad y belleza intrínseca del templo, el nombre de Taxco y Borda en un histórico binomio. Oficialmente Santa Prisca fue declarada monumento colonial en 1935.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La parte más sobresaliente de la Parroquia de Santa Prisca, es la portada principal la cual es una de las más notables obras maestras de cantería del siglo XVIII mexicano, en ella las columnas clasicistas del primer cuerpo con capiteles compuestos sostienen una peana sobre la que se apoya un cornisamiento, estas columnas se apoyan sobre zócalos moldurados y a su vez sostienen a las del segundo cuerpo. Este está separado del primero por una singular cornisa que corona los capiteles y que afecta una forma de frontón curvo, sobre ésta hay un zócalo con ornamentación vegetal que se complementa con una especie de frontón roto con querubines y angelitos; sobre éstos emerge otro zócalo sobre el que se levantan las columnas, los intercolumnios constan de pilastras ornamentales tipo peana sobre las cuales están las esculturas de los apóstoles.
La puerta tiene un arco de medio punto que arranca de pilastras entableradas, quizá lo más valioso de esta portada sean los tallados que localizamos en la entrecalle central, o sea entre los dos pares de columnas salomónicas. En el recuadro de la puerta está esculpido el escudo pontificio y sobre él un medallón que representa el bautismo de Cristo ejecutado con el mayor detalle y preciosísimo que es indudablemente el punto central, tanto óptico como simbólico de la fachada. Sobre este medallón se encuentra la ventana coral y toda la composición es rematada por el cubo del reloj que está incorporado a la balaustrada que une ambas torres ahí sobre dos peanas se levantan del lado norte San Juan y del sur San Mateo.
Sobre el copete del reloj que le sirve de base se desplanta la imagen de la Purísima Concepción, un dato importante de la parroquia es su colorido ya que está manejado en ella el color como un elemento de ornato, tanto en las cúpulas y linternillas como en la misma estructura de piedra, toda ella pintada de un pálido color rosa. En general la fachada de la Parroquia de Santa Prisca es sin lugar a duda por su composición y su delicada talla de cantera, una de las expresiones más valiosas de las últimas manifestaciones del barroco del siglo XVIII.
La fachada está flanqueada por dos torres simétricas, cuyos basamentos se elevan prácticamente hasta una línea tangente al arco de remate de la portada, su acabado es de un aparejo pulido de piedra y en la cara que da al oriente tiene cuatro claraboyas equidistantes de forma elíptica, que están rodeadas con un borde moldurado a base de follajes y conchas.
De los cuatro óculos o claraboyas de cada torre dos tienen un diseño distinto a los otros, los cubos o base de estas últimas rematan en un cornisamiento con ménsulas, entre las cuales hay complicados tallados de formas vegetales que a su vez descansan sobre una cornisa más pequeña. De este nivel arrancan los primeros cuerpos de las torres, a los que siguen un segundo que remata en una peana coronada por una esfera, los primeros cuerpos tienen un campanario por cada lado en forma de balcón, cuyo piso tiene un mascarón que hace las veces de ménsula, las jambas de estos balcones están ricamente talladas, los arcos son de medio punto con copetes y frontones. Los campanarios están flanqueados por pilastras que tienen tres distintos tallados y entre ellas otras que se asemejan por su forma a una estípite; estas últimas están adosadas sobre las estructuras de la torre. En el último cuerpo también se repiten los balcones campanarios, flanqueados por pilastras de complicado diseño con capiteles corintios y fustes estriados, sobre los que se enrollan en forma ascendente unas filacterias. En las esquinas ochavadas de estos cuerpos de torre existen unas pilastras en forma de peana que sostienen las imágenes de los apóstoles, una característica notable de estas torres es la impresión que dan su primero y segundo cuerpo de ser más anchos que los basamentos, lo que se debe a los cornisamientos que vuelan sobre los paños.
La planta de la Parroquia de Santa Prisca, sigue el patrón de muchas iglesias del siglo XVIII en México, tiene forma de cruz latina y a ella se adosan varios elementos como parte integral de la primera concepción del edificio. Al lado norte está la capilla de Jesús Nazareno, que como no tiene comunicación con el exterior forma parte de la planta general, a que ocupa todo el espacio comprendido entre el basamento de la torre y el brazo del crucero. Continuando el paño norte del mismo se prolonga hacia el poniente lo que corresponde actualmente a una bodega y la sacristía para los presbíteros, lo más probable es que originalmente estos dos espacios hayan servido como bodega ya que en todo el espacio que queda detrás del ábside están la sacristía y la antesacristía, que por su importancia estética y arquitectónica se han dejado libres en la actualidad y sin uso litúrgico, más que eventualmente para funciones episcopales. En el lado sur de la nave, ocupando también el espacio que va del basamento de la torre al brazo del crucero, pero separados por un área de atrio, se encuentran el baptisterio y los archivos parroquiales. En la esquina sur-poniente del conjunto, se localizan las áreas destinadas a la casa cural, la cual tiene dos niveles, el segundo está a la misma altura que la parroquia y tiene tres habitaciones, una de las cuales es sala capitular, la cual se comunica con la iglesia por la antesacristía por medio de una salita que se liga con el resto de la parroquia por medio de un corredor exterior, como una peculiar solución este espacio se apoya en un nivel inferior en un arco de medio punto a través del que corre una calle.
La nave viéndola desde el sotocoro al presbiterio está dividida virtualmente en tres tramos por pilastras con capiteles del orden corintio, en los espacios entre éstas se alojan los retablos. Al llegar al crucero sobre los pilastrones en esquina rematados por el mismo orden se desplantan los arcos torales, sobre los cuales se levanta el tambor octagonal de la cúpula, tanto los fustes de las pilastras como el intrados de los arcos está ornamentado con un almohadillado. Al llegar al crucero en las cabeceras de éste se alojan sendos retablos que sirven como remates visuales, y el punto focal de mayor importancia del templo lo constituye el retablo del ábside. Un cornisamiento profusamente moldurado recorre toda la extensión de la nave, la cúpula sobre el crucero es octogonal y la cubierta general es de bóvedas de cañón corrido con lunetos, misma estructura que se repite en los brazos del crucero.
La iglesia se ilumina por seis ventanales en la boca de los lunetos y una ventana coral en el eje longitudinal del templo, en los lunetos de las bóvedas del crucero existen óculos, el ábside de planta rectangular está cubierto con igual bóveda e iluminado con el mismo tipo de vanos.
El cimborrio de la cúpula es octagonal y está clareado por ventanales rectangulares rematados con arcos rebajados, en el anillo superior de la cúpula se levanta una linternilla que completa la iluminación natural, toda la bóveda descansa sobre pechinas y éstas a su vez sobre los arcos torales.
En la parroquia de Santa Prisca es muy importante su ornamentación interior, en este caso la lograda en cantera como son los medallones mixtilíneos que se aprecian bajo las ventanas, cada uno de estos medallones es por sí mismo una obra de arte en la que se aprecia la figura de los distintos arcángeles, uno por cada medallón. Son de hacerse notar los relieves que están sobre las pechinas y el entablamento que recorre toda la nave con una importante cornisa denticulada y tallados en formas vegetales en las enjutas de los medios puntos que contienen los retablos.
La sacristía es una obra extraordinaria de arquitectura interior con sus pilastras almohadilladas entre los cuales se destacan las pinturas que enriquecen notablemente el contexto.
Parte integrada a la arquitectura del templo son sus nueve retablos que en este caso no pueden considerarse como bienes muebles, ya que forman parte del proyecto de la iglesia desde sus inicios, estos elementos de gran importancia están dedicados en el sentido de las manecillas del reloj a partir del ingreso de la nave a: San Isidro Labrador, San Juan Nepomuceno y San José. En el lado norte del crucero a la virgen de Guadalupe, en el altar mayor la Purísima Concepción acompañada de Santa Prisca y San Sebastián, en el lado sur del crucero la virgen del Rosario y en la nave la virgen de los Dolores, la virgen del Pilar y por último Santa Lucía. También en la capilla de Jesús Nazareno existen tres importantes retablos, a Nuestro Señor Jesucristo, el de las Animas y el de la virgen María. Volteando la vista desde el presbiterio hasta el coro, este se apoya sobre un arco de tres puntos y se cierra en la parte superior con uno de medio punto de todo el claro que sostiene la bóveda; enmedio de él se destaca el órgano que en sí viene siendo un retablo más, por su ornamentación a base de estatuaria policromada y motivos simbólicos del mismo acabado.
5.-OBRAS DE ARTE
La Parroquia de Santa Prisca es sumamente rica en lo que respecta a obras artísticas, las cuales podemos considerar en dos grandes rubros. Aquellos que son parte integrante del edificio como es el caso de los retablos y la escultórica exterior y las que son realmente bienes muebles como es el caso de las pinturas, candelabros, mesas de ornamentos y objetos de uso litúrgico.
Los retablos y la escultórica exterior.
Teniendo la parroquia un riquísimo acervo de esculturas exteriores que aún forman parte de la ornamentación del edificio, por sí mismas constituyen obras de arte aisladas, es conveniente enumerarlas: cruz atrial, colocada en la esquina sureste del edificio sobre un pedestal barroco de sección cuadrangular; en el otro extremo del atrio con la misma sección existe una peana que soporta una escultura de San Miguel Arcángel, en un nicho esquinero de la capilla de Jesús Nazareno, está la estatua del arcángel San Gabriel, en otra esquina de la misma capilla otro arcángel, San Rafael.
En los nichos de las esquinas o sea, las que corrresponden al ábside, se encuentra también esculturas; en el lado norte, Santa Ana y la de San Joaquín en el lado sur.
En los segundos cuerpos de las torres existen representaciones de los apóstoles sobre pilastras peana, cuatro por cada torre, de ellos sólo es posible identificar a Santo Tomás.
En la portada principal en los espacios interestípite del lado izquierdo de la puerta de entrada se encuentran: en el lado izquierdo, primer cuerpo San Pablo y en el segundo, Santa Prisca. En el lado derecho en la misma colocación, primero San Pedro y en el cuerpo superior San Sebastián, sobre el remate actual de la balaustrada que sirve de cubo al reloj, del lado izquierdo San Lucas, del derecho San Mateo y coronando el remate la Purísima Concepción.
El interior de la Parroquia de Santa Prisca es sumamente rico en obras de arte como: muebles, pinturas, candelabros y otras piezas de magnífica factura que además aunan a su valor intrínseco el hecho de haber sido hechos en su mayoría especialmente para el templo. Indudablemente el mueble de mayor importancia es el órgano, magnífica pieza barroca que rivaliza en belleza con los retablos, no existe una certeza de su fecha de fabricación, sin embargo la tradición oral dice que fue mandado hacer en Alemania por don José de la Borda. Su época considerando que estos instrumentos tomaban varios años para hacerse lo ubica en la plena etapa de producción de los famosos órganos alemanes del taller de Silberg contemporáneo de Juan Sebastián Bach. El aspecto decorativo del órgano, se debe indudablemente a Balbás al igual que los retablos, ya que son los mismos ángeles, frutos simbólicos y partes iconográficas, el instrumento está dedicado a Santa Cecilia patrona de los músicos y esta imagen corona la ornamentación que envuelve la maquinaria, tubos y cañones que fueron importados de Europa.
Elementos típicos de la época barroca son los estupendos confesionarios, tienen un diseño en forma de hornacina con una cubierta polilobulada y remates tipo candelabro, las puertecillas y laterales están hechas a base de tableros y todo el mueble está ornamentado con roleos y molduras.
En forma de un gigantesco candelabro rematado con un triángulo decorado con una lacería típicamente mudéjar, el llamado tenebrario, o sea el candelabro múltiple que se usa para los oficios de tinieblas en Semana Santa, es otra estupenda muestra de escultura barroca.
Dentro de la liturgia católica, el llamado cirio Pascual se enciende en los oficios del sábado santo y por lo regular es una vela de enormes dimensiones; en Santa Prisca existe un candelabro de gran tamaño que puede asegurarse es también obra de Balbás, ya que tiene todos los elementos de la ornamentación de los retablos, como son las conchas los frutos simbólicos, está terminado en rojo y oro.
Para sostener los libros sagrados en forma de un atril con pedestal se encuentra en Santa Prisca, un gran facistol con tablero trapezoidal rematado con una especie de frontón a base de roleos es un elemento de indudable valor artístico de armónicas proporciones y de muy buena talla.
Situado sobre la pilastra del arco toral, se encuentra el estupendo púlpito de la Parroquia de Santa Prisca; este tiene planta ochavada, en volumen se encuentra dividido en tres partes: la peana, la tribuna y el tornavoz; está adornado con tallados de madera que representan a la Purísima, como detalle central en ambos lados se encuentran los arcángeles San Rafael y San Gabriel, junto a ellos están San Juan y San Marcos. El tornavoz o cubierta del púlpito también está ricamente moldurado; sin temor a equivocarse se puede considerar este mueble como una de las más valiosas piezas de ebanistería barroca y sin duda alguna de los más soberbios de la ornamentación mexicana.
Los ambones, especie de púlpitos que se colocaban en ambos lados del altar, son en Santa Prisca dignos de toda la estupenda ornamentación, este tipo de tribuna carece de tornavoz, pero tienen dos atriles ricamente tallados con elementos en forma de concha y representaciones de amorcillos y follajes, en el cuerpo de la tribuna propiamente dicha se encuentran las representaciones de los apóstoles, seis en cada ambón, la talla puede atribuirse al mismo artista o taller que hizo el púlpito principal y es de primerísima calidad.
La pila bautismal de la parroquia es en sí misma una escultura, es del tipo exento o sea separada del muro, emerge de una plataforma octagonal doble, la pila tiene forma de copa formada con gajos decorados con follajes de complicada talla, está cubierta con una media esfera de madera que remata en una peana la que sostiene un crucifijo de excelente calidad escultórica. En la base octogonal luce cuatro esculturas la que da al frente es otra pequeña copa de pedestal estriado que es donde se recoge el agua del bautismo, las otras esculturas son símbolos bíblicos del apocalipsis.
La figura de Jesús Nazareno atado a la columna, que se venera en esta capilla adosada al templo, es distinta por su estilo y talla a las otras esculturas, es de un estilo netamente popular, de talla menos culta y de expresión dramática, pero no por ello de menor fuerza y calidad. De un estilo distinto logrado en una talla de refinamiento pero con gran sabor simbólico, hay un Cristo sobre la cruz hecha de ramas espinosas entrelazadas, esta figura que se encuentra en la sala de presbíteros merece especial mención por la fuerza de su expresión y su gran calidad.
El acervo pictórico de la Parroquia de Santa Prisca, es muy rico y variado, la descripción de cada una de las pinturas, tanto las que se encuentran en los retablos como las murales y las de la sacristía requerirían cada una un pequeño estudio. En este caso por las limitaciones de espacio nos concentramos a enumerarlas, señalando su localización: murales detrás del altar mayor: ejecutados al temple representan la cosecha de trigo y la vendimia. Colocados uno sobre el interior de la portada lateral y otro sobre el arco de entrada a la capilla de Jesús Nazareno, se encuentran dos medios puntos en óleo sobre tela que representan el martirio de Santa Prisca y el de San Sebastián respectivamente, ambas pinturas se atribuyeron al pintor Miguel Cabrera. En la capilla del Padre Jesús Nazareno o de los Naturales también del mismo pintor, está el retablo de ánimas que contiene, la salvación de las almas del purgatorio, la Virgen del Carmen, Cristo sacando ánimas del purgatorio y la Purísima sacando ánimas del purgatorio. En los altares de esta capilla se encuentran una Crucifixión, Jesús llevando la cruz a cuestas, una Purísima y una Santísima Trinidad. La imagen de la virgen es la única que no se atribuye a Cabrera por ser diferente en estilo y época.
En la sacristía para presbíteros, se encuentra la presentación de la Virgen al templo y la Anunciación, que aunque sin firma se atribuye al pintor Miguel Cabrera. Cabe aquí hacer la aclaración que el gran número de pinturas que posee Santa Prisca, tanto en los retablos de la nave, como en los otros locales capillas que se atribuyen a Cabrera, algunos no están firmados, otros son en sí producto del taller del maestro en las cuales muchos de los rostros principalmente si son obra de él y el resto de sus discípulos, pero en general casi toda la obra pictórica de la parroquia puede catalogarse dentro de la producción de este pintor.
Por último y hablando de la riqueza pictórica de la iglesia, no se puede pasar por alto la galería de retratos que se encuentran en la sala capitular en la cual aparecen personajes ligados en una forma u en otra con la vida del templo y de Taxco mismo, hay seis firmados por Cabrera, cuatro por José de Miranda y una por Ramón Torres, el resto se desconoce su autor.
Realizado por: Arq. Ricardo Prado, 1984.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Santa Prisca