Nombre del Inmueble
Santa Rosalía
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001955
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001955
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
El sitio de la Misión de Santa Rosalía, fue explicada por primera vez por el padre Juan María Salvatierra en 1701 (1); posteriormente en agosto de 1703 visitan el sitio los padres Francisco María Piccolo y Juan María Basaldúa, este último funda allí en noviembre de 1705 (2) la misión de la cual fue benefactor Don Nicolas de Arteaga. En 1766 el padre Francisco Escalante inicia la construcción de la actual iglesia de piedra (3).
La misión de Mulegé, fue la cuarta misión estable en Baja California.
La fundación de Mulegé, tiene como antecedentes coloniales los esfuerzos realizados por el Padre Salvatierra, para impulsar el desarrollo de las misiones y ampliar los horizontes de la evangelización a todo el Estado de Baja California (4).
Para 1701 el padre Piccolo realiza un viaje al interior de México con el mismo propósito: obtener ayuda pero es devuelto en dos ocasiones, aún con el cambio que la Corona Real de España había tenido al morir Carlos II y subir al trono Felipe V (5).
Finalmente el Padre Piccolo hace un nuevo intento partiendo de Loreto el 26 de diciembre de 1701, a cumplir su tarea vía Sinaloa, después Guadalajara donde le informaron de las cédulas reales en favor de California, entre las cuales se encontraba una que disponía de seis mil pesos (6) que obtuvo después de varias gestiones y negativas de la burocracia virreynal, reservando otras peticiones que consigo llevaba para ser remitida al Rey de manera directa. Piccolo va a la ciudad de México y emprende su regreso a California no solo con las aportaciones oficiales, sino que traía consigo también la cooperación del Marqués de Villapuente, quien ofreció apoyo inmediato para la fundación de tres misiones, así como con la promesa de aportar lo necesario para una misión a Don Nicolas de Arteaga y su esposa Doña Josefina Vallejo (7), por lo que el Padre Piccolo se dirigió al Provincial solicitando más sacerdotes para cubrir las nuevas fundaciones misionales, logrando únicamente que se concedieran a dos: el Padre Juan Manuel de Basaldúa, originario de Michoacan y el Padre Jerónimo Minutili, de Cardeña, Italia (8). Para ésto se compró el barco llamado El Rosario, llevándolo a Loreto junto con los nuevos misioneros y desembarcando en Mulegé el 28 de octubre de 1702 después de toda una odisea y la pérdida de más de la mitad de la carga, aún asi fueron recibidos con júbilo pues se puede decir que la misión estaba en agonía y su llegada significaba nuevo aliento para todo el mundo y además mayor impulso a la conquista.
Salvatierra inicia una serie de exploraciones para los sitios más propicios para establecer las nuevas misiones, recorriendo las costas del Pacífico, arroyo abajo de San Javier, sin éxito alguno en mayo de 1703; en este mismo mes intenta encontrar el camino hacia el norte del riachuelo de Mulegé por tierra, del cual ya tenía noticias por mar, lo que no pudo hacer por lo accidentado del terreno, después de algún tiempo se eligen dos sitios para establecerse con las nuevas misiones, los cuales fueron: uno Ligüi o Malibat al sur de Loreto y otro el riachuelo de Mulegé, el cual aún no había explorado a detalle por lo que se enviaron a los Padres Piccolo y Basaldúa por mar, y al entrar al riachuelo localizado cerca de la Boca de Bahía Concepción, fueron guiados por los indígenas hasta el lugar donde posteriormente se fincó la misión de Santa Rosalía de Mulegé el 5 de noviembre de 1705, como ya se había mencionado. Posteriormente fue alcanzado el propósito de viajar por tierra a Loreto al abrir un nuevo camino que permitiera establecer la misión proyectada.
Posteriormente este propósito se logró simultáneamente a las nuevas perspectivas que presentaba la Misión de Mulege, por sus características los problemas aumentaban en el resto de los establecimientos, muestra de ello era el hecho de que la misión de San Juan Bautista Malibat, mejor conocida como la Misión de Ligüi, de la cual solo existen vestigios actualmente, solo duró hasta 1705 ya que el donante retuvo los fondos y dejó en el aire dicha misión.
Sin embargo y pese a todo la misión de Mulegé siguió adelante y de aquí se hicieron nuevas exploraciones que sirvieron de punto de partida tanto para abrir nuevos establecimientos misionales como aportaciones al desarrollo de la compañía de Jesús, como lo fue el primer barco hecho en la península, me refiero a El Triunfo de la Cruz, botado en Mulegé el 14 de septiembre de 1719, construido por el Padre Ugarte y bendecido por el entonces Padre Rector Francisco María Piccolo.
El barco El Triunfo de la Cruz sirvió para realizar exploraciones tanto al sur como al norte de la península por mar, siguiendo los propósitos que al morir el Padre Salvatierra había dejado truncados, como lo fue la unión de las Misiones de California con las de Sonora.
Ya en el siglo pasado, Mulegé se hizo notar por su participación en la defensa de la nación ante la invasión norteamericana dentro de las acciones de guerra decretadas por el Presidente Polk, estas fuerzas invasoras fueron rechazadas or el pueblo de Mulegé, comandado por el General Manuel Pineda el 2 de octubre de 1847.
2.-EMPLAZAMIENTO
El centro de la población de Mulegé se localiza en la parte central de la península, a ciento cincuenta kilómetros aproximadamente al norte de la Misión de Loreto sobre las costas del Golfo de California, precisamente donde empieza la Bahía Concepción circulando de norte a sur.
La disposición del poblado con el medio natural de la región le dan las características de un oasis, oculto sobre montañas desérticas y enclavadas en un arroyo que no se percibe por lo espeso del bosque de palmeras y árboles frutales; el contraste con la flora del desierto compuesta de cardones, torote, viznaga y pithayas entre otros, bastante marcado. En cuanto a clima podemos decir que es desértico muy cálido con un régimen de lluvias en verano.
Al llegar a Mulegé por la carretera transpeninsular tanto viniendo del norte como del sur, destacan elementos que le dan una identidad propia al lugar como lo son la Antigua Cárcel Estatal, en el asentamiento principal, el faro en el Cerro del Sombrerito localizado en la desembocadura del estero o río de Mulegé, y la Misión de Nuestra Señora de Mulegé. Aunque estos elementos son distintivos del poblado, no permiten al viajero darse una idea de la forma del mismo, de tal manera que a Mulegé para conocerlo se necesita estar en él.
Mulegé está compuesto por un sistema de barrios o zonas dispuestas en ambos lados del río, que nace al noroeste y desemboca al sureste mezclándose con las aguas del Golfo de California formando el estero y santuario de procreación de diversas especies de la fauna marina.
Este sistema de comunidades son: la zona centro o asentamiento principal al centro del río en la margen norte; en esta misma del lado este se localiza el barrio de Loma Azul y al oeste los barrios de Punta de Agua y La Calera´en la margen sur del río los barrios de El Rebaje y La Misión. En este sitio al juntarse con el río se encuentra la Misión de Nuestra Señora de Santa Rosalía.
Entre cada zona o barrio se encuentran huertos de palmeras de dátil y árboles frutales y en algunos casos tableros de cultivo de hortalizas en ambas márgenes, las cuales terminan en el estero por donde pasan dos caminos que los comunican entre sí; en sentido contrario chocan con el desierto dando el contraste con lo verde del oasis y los colores secos y apagados de la flora del desierto.
Como se ha dicho, el origen de este asentamiento es fundamentalmente colonial en cuanto a las construcciones arquitectónicas, aunque por la existencia de agua, habitaban grupos Cochimíes en el lugar cuando llegaron los jesuitas. La conformación actual del poblado no es similar al resto de los asentamientos, ya que en torno a la misión no existe nada excepto una serie de tumbas frente a éste; también el terreno presenta problemas ya que es una loma la que divide el barrio de La Misión con El Rebaje, precisamente junto a la presa localizada al noroeste del poblado.
Este sitio cuenta con una panorámica general del oasis bastante agradable, por otro lado la magestuosidad de la edificación destaca por su posición con respecto al resto de las edificaciones y del contexto en general.
Lo que los habitantes consideran el asentamiento principal, se localiza al otro lado del estero con respecto a la misión y totalmente alejado de ésta; con una traza caprichosa formada por dos calles paralelas al río en un nivel intermedio entre el río y la misión, dentro de este asentamiento se concentran las edificaciones más antiguas del lugar, contand o con tres plazas públicas donde la gente se reune diariamente.
La Misión de Santa Rosalía, como se ha dicho, está desvinculada totalmente del resto del asentamiento, destacando por su ubicación de manera preponderante dentro del paisaje del poblado, y contextualmente solo compite con el desierto y el oasis, ofreciendo un contraste de singular belleza, demostrando el testimonio histórico de las obras colosales realizadas por los misioneros jesuitas.
3.-ASPECTO HISTORICO
La Misión fue financiada por don Nicolás de Arteaga y su esposa doña Josefa Vallejo; el Padre Basaldúa inició como ministro en la misión pero posteriormente se enferma y después de atender la misión durante cuatro años, pasa a la Pimería Sonora, sustituyéndolo el Padre Piccolo.
Durante los primeros años del establecimiento misional las construcciones fueron destinadas a la infraestructura que permitiera desarrollar la agricultura y la ganadería para el sustento de sus habitantes, iniciando el cultivo de uva, algodón y dátil, los cuales aún existen.
En cuanto a los edificios religiosos y casa del Padre, eran propiamente chozas y es hasta 1766 cuando el Padre Francisco Escalante (6) inicia la construcción de la misión, fabricada como actualmente se conoce, sin ser él quien la termine.
Posterior al padre Escalante se dan varios cambios en el poder y administración de las misiones, lo cual repercutió en su desarrollo, como muestra de ello tenemos el decrecimiento de la población, ya que Mulegé contaba con 300 habitaciones aproximadamente en 1745 y para 1800 sólo habitaban 90, esta baja de la población y los fenómenos naturales propician que en 1771, como resultado de una fuerte inundación, la misión sea trasladada por instrucciones del Padre Presidente Fray Francisco Palóu a la misión de San José de Magdalena; tiempo después, en 1828, por la falta de población la misión es abandonada y sólo ha sido utilizada ocasionalmente desde ese año hasta nuestros días.
La misión ha sido objeto de diversas restauraciones, conservando una campana y una estatua de Santa Rosalía del siglo XVIII en buen estado.
Podemos afirmar que la iglesia de Mulegé es muy singular, ya que aunque fue de las primeras misiones, ha sido sujeta a varias restauraciones, por lo que ha perdido antecedentes evidentes de su forma original que no ha sido posible descubrir; sin embargo es distinta a todos los demás conjuntos misionales.
A partir de 1828, cuando fue abandonada la edificación, empezó a sufrir las consecuencias de la negligencia y cayó en un total estado de ruina, según el reporte de North (8) en 1910, la misión había sido reparada recientemente y se encontraba en buenas condiciones; sin que esto justifique a sus antiguos restauradores y los posteriores (pues ha sufrido varias intervenciones), de su ignorancia sobre el estilo arquitectónico o autenticidad, pues el testimonio de North en 1910 es una foto que muestra la reconstrucción de la estructura totalmente terminada.
Posteriormente a este testimonio, hubo otras intervenciones que sirvieron para construir la misión, contando con la participación de la comunidad y de los Padres que residían en el lugar, ya que existía una iglesia en la zona centro del poblado, al otro lado del río o estero de Mulegé, hecha de adobe y cimentación de piedra la cual ya no existía a raíz de la introducción de la carretera transpeninsular.
Sobre este proceso de reconstrucción no se tienen datos exactos, lo que sí es posible afirmar es de que se terminó.
El templo en el interior ha sufrido varias modificaciones y reparaciones, habiéndose perdido muchas de sus características originales.
Es de planta rectangular y cubierta por una bóveda de cañón corrido construida en piedra y aplanada en el interior.
El primer entre-eje lo conforma el coro, el cual está sostenido por medio de cuatro pilastas que parecen no ser originales y el último alberga el presbiterio, a través del cual se tiene acceso a la sacristía de planta cuadrada, con techo plano, las cuales nos conducen a la torre y a los recintos misionales.
4.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
(1). MATHES, Michael. Las Misiones de Baja California 1683-1849. Editado por el gobierno del Estado de Baja California Sur, 1977, editorial Aristos, p.65.
(2). MATHES, Michael. op. cit. p.65
(3). MATHES, Michael. op. cit. p.65
(4). MARTINEZ, Pablo. Historia de Baja California. Segunda edición española, 1956, editorial Baja California, México, p.175
(5). MARTINEZ, Pablo. op. cit. p.176
(6). MARTINEZ, Pablo. op. cit. p.176
(7). MARTINEZ, Pablo. op. cit. p.177
(8). MARTINEZ, Pablo. op. cit. p.177
(9). DEL BARCO, Miguel. Historia Natural y Crónica de la Antigua California. Introducción, estudio preliminar, notas y apéndice de Miguel León Portilla, del Instituto de Investigaciones Históricas de la U.N.A.M., México, p.333
(10). MATHES, Michael. op. cit. p.65
(11). MATHES, Michael. La Arquitectura Misional en Baja California Sur. p.86
HINOJOSA, Salvador. Las Misiones en Baja California Sur. documento.
Elaborada por: Arq. Salvador Hinojosa Oliva Junio 30, 1984.
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Santa Rosalía