Nombre del Inmueble
Santiago Apóstol
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000401
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000401
Contenidos
1.-CONTEXTO URBANO
El conjunto parroquial de Santiago Apóstol se encuentra en el centro del barrio del mismo nombre, frente al jardin Luis Haro, que ocupa la cabecera de manzana entre las calles de 17 Poniente, 15 Sur y 19 Poniente.
Parte del jardín formaba parte del atrio de la iglesia, como lo atestigua la portada atrial que hoy se encuentra en su centro. Si el la hermosa fuente octogonal frente a ella está en su posición original, debe haber adornado la plazuela que ahí se formaba. Es un ejemplo sencillo pero muy bien ejecutado de mobiliario urbano virreinal. Los bordes de la pileta llevan una molduración con elegante franja almohadillada, mientras en el centro se yergue un soporte abalaustrado sobre el que descansa la copa, con caras labradas en los surtidores.
De la arquitectura doméstica del barrio de indios queda poco, quizá una que se encuentra en la calle 19 Poniente, casi en la esquina con 14 Sur, y que muestra rasgos del siglo XVIII. Hay mas del siglo XIX y de las primeras décadas de la centuria que está por terminar. Una de ellas, en el número 1305 de la misma calle 19 Poniente, es un exponente interesante, ya que cuenta con un remate escultórico. Otras son más utilitarias, como el portal en la acera opuesta a la fachada del templo, donde ahora funciona un expendio de alimentos y bebidas.
En realidad, la mayor parte del barrio se transformó hace cosa de un siglo, no solamente con casas de calidad, sino con algunos equipamientos importantes como la Casa Asilo de Ancianos u Hospital del Sagrado Corazón de Jesús, construída a base de pabellones ligados por pasillos cubiertos en lo que fuera el convento agustino y su huerta. Es el tipo de arquitectura que respondía a las nociones y métodos preventivos de la medicina positivista, que le daba gran importancia al riesgo de infecciones y contagios.
A excepción de esa institución y algunos comercios frente al templo y sobre la calle 17 Poniente, la gran mayoría de los predios circunvecinos tiene un uso predominantemente habitacional, unifamiliar o plurifamiliar de pocas viviendas.
2.-ANTECEDENTES E HISTORIA
Poco tiempo despúes de la segunda fundación de Puebla comenzaron a establecerse algunos grupos indígenas de la vecina Cholula en el barrio de Santiago Cholultecapan.1 El establecimiento debe ser anterior a 1550, ya que en esa fecha los habitantes del barrio solicitaron al ayuntamiento poblano el terreno necesario para la edificación de su templo. El cabildo les concedió cuatro solares para ese propósito.2
De inmediato se inició la construcción de la iglesia como centro de la doctrina administrada por los religiosos agustinos, quienes también construyeron un pequeño claustro donde pudieran habitar los religiosos encargados. Alrededor de 1640, las doctrinas de indios fueron secularizadas, y la sede de la la parroquia de los barrios occidentales se erigió en el vecino barrio de San Sebastián Huejotzingocapan.
La iglesia definitiva bajo la advocación del apóstol Santiago se bendijó en 1644, cuando ya los agustinos no tenían más a su cargo la cura de almas en el barrio. La barda que rodeaba el atrio se fabricó, posiblemente, en 1689, ya que esta última fecha se halla inscrita en el arco de ingreso. Los agustinos conservaron el pequeño convento hasta 1690, hasta que perdieron las esperanzas de recobrar su predominio entre los indios.
En 1726 se colocó en el atrio la fina cruz salomónica que aún se admira en ese sitio. Ya para 1780, la iglesia se había decorado con retablos dorados y relieves de argamasa en las bóvedas. Además, tenía una mesa con la imagen del apóstol titular para sacarla en la procesiones. Del lado del Evangelio, había una capilla dedicada a San José, con su retablo dorado en el altar principal. Esta capilla sirve, en la actualidad, como bautisterio, totalmente modificada. Al otro costado de la iglesia, se encontraba la capilla correspondiente al tránsito de la Virgen. La imagen titular, de bulto, estaba situada en una urna de plata, al centro de su retablo dorado, hecho en 1774 y que, en su segundo cuerpo, tenía una representación de Jesús Nazareno con la cruz al hombro. La advocación de la capilla cambió y actualmente se venera en ella a la Virgen de Guadalupe.
Como el barrio estaba aislado de la ciudad, en sus inicios ejemplificó la diferencia existente entre los niveles de vida de los establecimientos indígenas y los españoles. Sin embargo, andando el tiempo se caracterizó por una creciente prosperidad: como tenía plantíos de maguey, pronto se hizo famoso por el pulque que ahí se producía; además, hacia fines del siglo XVIII se establecieron en ahí gran cantidad de albañiles, ensambladores y carniceros, entre otros oficios.
Hasta mediados del siglo XIX, el templo, su atrio y lo que había sido la huerta de los agustinos ocupaban toda una manzana, pero los cambios de la época de la Reforma pronto se hicieron sentir. En 1880 se clausuró en cementario en el atrio, mientras que entre 1903 y 1905, en lo que había sido el claustro y la huerta de los agustinos se construyó el Hospital del Sagrado Corazón de Jesús, hoy asilo de ancianos.
Al término de la Revolución, en 1919, el gobierno federal autorizó al ayuntamiento a tomar posesión del gran atrio y de su plazuela frontera para hacer ahí el jardín municipal Luis Haro, dejándole al templo sólo una fracción de 240 m2 libres frente al acceso principal.3 Con ese motivo, se destruyó la barda atrial, dejando sólo la portada en el centro del jardín.
En 1922, Santiago recuperó su función parroquial.4 La actividad de los vecinos para rehabilitar el templo habia comenzado desde antes, ya que en 1921, cuando se trató de hacer una barda en el nuevo atrio, la Secretaría de Hacienda denegó el permiso basándose en una opinión adversa de la Universidad Nacional, que propuso un proyecto alternativo a base de arcos invertidos. La cosa no progresó, porque en 1929 la junta de vecinos insistía en pedir permiso para construír una barda con enrejado para impedir que se cometan actos inmorales dentro del atrio.
Lo peor vino despúes, cuando al Pbro. J. de la Mora solicitó en 1933 permiso para retirar los altares laterales y subsituírlos por ...hornacinas artísticas y unas mesas o planchas de granito, dado que los actuales altares ocupan demasiado espacio...5
Las modificaciones a la fachada y las torres son posteriores,puesto que se reportan en 1943, sin que el sacerdote encargado atendiera los llamamientos para suspenderlas. La portada,que era de argamasa, fué rehecha en cantera siguiendo supuestamente el diseño original. Por esos años, el INAH recomendaba que las esculturas que adornan la portada no fueran reesculpidas, sino tan solo limpiadas con cepillo de alambre.6 Luego siguieron otras modificaciones interiores alrededor de 1946, como resultado de las cuales el templo perdió algunas de las yeserías del siglo XVIII que aún le quedaban. Los pocos restos de ellas en las bóvedas pasan desapercibidas entre la nueva decoración.
1 Marín Tamayo, La división racial..., p. 31.
2 López de Villaseñor, Cartilla vieja..., p. 439.
3 SEDUE, Exp. 114-0003-38
4 Toussaint, La catedral y las iglesias..., p. 94.
5 Ibid.
6 Ibid.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
Aunque desligada del conjunto, la antigua portada atrial en el jardín frontero sigue siendo una de las mejores en Puebla. Sus rasgos son los de una arquitectura relativamente culta, pero con el toque popular que se encuentra en el margen de libertad que tenían los artesanos de la argamasa para interpretar las instrucciones del alarife. El vano de ingreso ostenta sus jambas y su arco de medio punto, con enjutas ricamente decoradas por entrelazos manieristas. Un par de pilastras estriadas de capitel toscano, cada una con sus traspilastras, y un entablamento cuyo friso lleva triglifos y anchas metopas decoradas con más entrelazos, enmarca lo anterior. Encima se alza un frontón quebrado, sobre cuyos arranques sobresale un par de flameros a guisa de pináculos, mientras que en el centro surge un ancho remate, formado por banco liso, nicho central aconchado con la escultura del Apóstol Santiago, dos pares de piastrillas jónicas con entrecalles decoradas, entablamento con friso decorado, y frontón quebrado de perfil ondulado, con un medallón al centro cuya insignia, ya borrada, era probablemente de la Orden agustina. En las mochetas, bajan sendos róleos del primer entablamento hasta lo que posiblemente era el coronamiento de la barda atrial.
El nuevo atrio está delimitado por pretiles y pilares revestidos de cantera, con tramos de reja entre ellos. Sobre los pilares hay jarrones labrados. El ingreso central está flanqueado por mochetas que ascienden hacia las jambas donde se abren las hojas de la reja de hierro forjado, de buena factura reciente.
El templo consta de una sola nave llana, con capillas anexas por ambos lados. La nave principal es de nueve tramos con dirección de poniente a oriente. Los primeros dos están cubiertos, tanto en el coro como en el sotocoro, por bóvedas de cañón con lunetos, al igual que el tercero y el cuarto en lo alto de la nave. En el quinto tramo hay una primera cúpula con cuatro lucarnas orientadas hacia los puntos cardinales. El sexto y el séptimo también llevan cañon con lunetos, mientras que en el séptimo está la segunda cúpula, también con cuatro lucarnas, pero giradas 45° respecto al eje de la nave. Cortísimos recesos en los muros laterales de este tramo, pretenden dar la impresión visual de que aquí hay un transepto. Finalmente, el ábside está cubierto por un cañón corrido de escasa profundidad.
Desde la nave principal se ingresa a dos capillas latera les. En el primer tramo, del lado del Evangelio, está la que antiguamente se dedicó a San José y que ahora funge como bautisterio, cubierta por dos bóvedas vaídas, la primera más alta que la segunda y provista de linternilla. En el tercer tramo, del lado de la Epístola, se encuentra la capilla otrora dedicada al Tránsito de Nuestra Señora, con nave de cuatro tramos: dos bóvedas de cañón con lunetos (igual en el primer tramo para el sotocoro), seudotransepto con bóveda vaida, y el último tramo con cañón y lunetos. La portada de ingreso a esta capilla tiene jambas y arco de medio punto decoradas con un curioso diseño a base de cuadros y triángulos. La clave muestra enrollamientos manieristas, y las enjutas son fitoformes. Un entablamento de acusada cornisa apoya el voladizo lateral que comunica el coro principal con el de la capilla.
El templo y sus capillas deben haber contado con abundantes superficies cubiertas por yeserías barrocas. Solo quedan algunas, ya que la mayoría son decoraciones modernas, como la vulgar y por desproporcionada concha dorada en el ábside. Sin embargo, las pechinas de la cúpula sobre el presbiterio y las claves de las bóvedas del sotocoro aún muestran vestigios de medallones y figuras antiguas, si bien en un contexto de yeserías recientes, de escasa calidad.
El aspecto exterior del templo también refleja los cambios ocurridos en el interior. Solo las fachadas laterales, carentes de detalles decorativos, mantienen el acabado original a base de aplanados de mezcla. En cambio, en la fachada frontal se buscó el aire de respetabilidad que comúnmente se otorga a la cantera labrada.
Debido a esos cambios de los años cuarenta, la fachada perdió su imafronte aplanado y su portada de argamasa. Si la antigua portada atrial aún muestra su belleza solitaria en el jardín, puede imaginarse lo que habrá sido la portada principal. En cambio, las portadas de cantera del templo y del bautisterio muestran el acartonamiento que sólo da el vano empeño de repetir los signos del pasado desconociendo su lógica. Basta ver las toscas jambas de los vanos, con capiteles del mismo tamaño que los de las pilastras que los flanquean, coronadas por otras pilastras, para reconocer la ineptitud de quien quiso mejorar la modesta pero hermosa fachada de argamasa.
Afortunadamente, quienes deformaron este templo dejaron un testimonio irrefutable que permite comparar lo que antes hubo con lo que hay ahora: se trata de la torre del campanario del lado derecho, al parecer la original, si bien ha perdido buena parte de sus decorados de argamasa. A pesar de su precario estado de conservación, tiene más vigor y calidad plástica que la torre de cantera del campanario izquierdo, aunque seguramente los autores de éste último, y muchos de los vecinos, lo deben haber visto como una mejora, como un progreso frente a la arquitectura de aplanados del antiguo barrio de indios cholultecas. Sea lo que sea, el campanario de argamasa merece restaurarse con todos sus componentes: el zócalo con impostas de las que surgen resaltos curvos; los curiosos vanos en los que el arco avanza frontalmente a medida que remonta el medio punto; las pilastras esquineras; las decoraciones floreadas en el friso y la cornisa del entablamento; los flameros a modo de pináculos en las esquinas del único cuerpo; y el cupulín con tambor de planta mixtilínea en el remate. Una apreciación convencional, o basada en modelos neoclásicos, podría afirmar que este campanario es más bajo y menos esbelto que el contemporáneo, sin advertir que aquel tiene refuerzos de concreto que posibilitan esas proporciones. La obra de cantera es sólo el forro externo de una estructura que no se muestra. En cambio, el campanario antiguo tiene las proporciones que las condiciones telúricas de la región imponían a su fábrica de mampostería y ladrillo.
4.-OBRAS DE ARTE
Hay bastantes imágenes en este templo, pero casi todas ellas son de factura reciente y escasa calidad. No obstante, podrían destacarse el retablo neoclásico y el crucifijo en la capilla dedicada a Ntra. Sra. de Guadalupe, así como algunas obras enel bautisterio: una figura de bulto del apóstol Santiago,y tres pinturas antiguas en los muros laterales en las que se representa a San Jerónimo, la Flagelación y un Arcángel.Otro óleo sobre el tímpano en los pies de esta capilla representa la Anunciación, y probablemente sufrió repintes.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Santiago Apóstol