Nombre del Inmueble
Santiago Apóstol (Catedral)
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001020
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
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MX-SC-DGSMPC-EM-001020
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
El actual territorio de Coahuila estuvo poblado por diferentes comunidades indígenas a las que se conoce generalmente como chichimecas. La región de Saltillo la ocuparon los cuachichiles cuyas costumbres y dialecto eran muy primitivos. Vivían de lo que la tierra les ofrecía pues eran recolectores y cazadores. No conocían la cerámica ni vivían en un lugar fijo (1). La aridez de la región no propició ni aumentó el desarrollo de la población en ningún aspecto. Las herramientas y utensilios de los nativos de la región eran muy rudimentarios y no permitían ninguna evolución para satisfacer sus necesidades (2). Cerca de Torreón, en la cueva de la Candelaria y en otras aún no estudiadas, se encontraron restos de armas y vestimentas; al parecer se refugiaban ahí de las inclemencias del tiempo (3).
Desafortunadamente no se cuenta con las fuentes suficientes para conocer exactamente los primeros asentamientos de los peninsulares en esta zona. Pero se sabe que una vez conquistada la ciudad de México y dominada la parte central de la Nueva España, fueron extendiéndose las exploraciones a territorios desconocidos, en su afán de conquistar ricas tierras, sobre todo mineras y buscaban el sometimiento de los indígenas para evangelizarlos.
Una vez instalados en Guadalajara, Nueva Galicia, los españoles hicieron expediciones al noroeste y norte. Desde la ciudad de Durango, capital de la recién fundada Provincia del Reino de la Nueva Vizcaya, era más fácil explorar regiones que parecían inhóspitas. Para esto, con la riqueza descubierta de las minas de Zacatecas se despertó el entusiasmo por buscar tierras con yacimientos argentíferos; así, adentrándose más y más al norte establecieron una pequeña villa llamada Mazapil, de donde podían desplazarse con más facilidad.
El Alcalde Mayor de las minas de San Gregorio y del Valle de Nueva Extremadura, bajo la jurisdicción del Reino de la Nueva Vizcaya era el capitán Alberto del Canto; en el año de 1577 con autorización del gobernador de ese reino, Martín López de Ibarra, fundó la Villa de Santiago del Saltillo. Llegaron al lugar que después sería villa, un 25 de julio, día en que se celebra a Santiago Apóstol. Es muy probable que el capitán Alberto del Canto y Francisco de Urdiñola conocieran ya la situación y condiciones del valle, pues era ahí donde brotaba agua abundante de un ojo de agua que formaba una pequeña cascada o salto, de ahí se cree que se deriva el nombre de el Salto, el Saltillo (4); así pues, las condiciones fueron sumamente favorables para establecer un presidio, para estar alerta a las invasiones de los indígenas.
Los primeros colonos que acompañaron a Del Canto, reconocido como fundador y primer Alcalde de Saltillo, fueron Urdiñola, Baldo Cortéz, primer cura de Saltillo, Diego de Montemayor, Juan Alonso, Juan Navarro y Santos Rojo entre otros (5).
De esta manera, empezaron a traer familias y a establecerse edificando y trazando la nueva villa. Los primeros años de vida en Saltillo fueron precarios, los ataques de los indígenas eran frecuentes. Los colonos trataban de integrarlos a la vida pacífica, a través de los frailes cuya tarea era dura, pues se enfrentaban a grandes peligros al tratar de catequizarlos. Se buscó la ayuda del virrey don Luis de Velasco y éste propuso que se trajeran indios tlaxcaltecas con objeto de atraer a los nativos y hacerlos sedentarios y cristianos. Llegaron numerosas familias que se asentaron a un lado de la colonia española (6), se dedicaron a la ag ricultura y su población empezó a aumentar considerablemente; al barrio que formaron se le designó el nombre de San Esteban de la Nueva Tlaxcala (7).
A medida que pasaba el tiempo, Saltillo se volvía estratégico pues de allí se partía a varios puntos, sobre todo al norte, es decir, era un camino obligado para desplazarse a tierras lejanas como Texas o la Florida. Sin embargo, el peligro de los indígenas impedía su desarrollo total. Se fundaban pueblos y al poco tiempo los abandonaban por sus circunstancias desfavorables. La Audiencia de Guadalajara ejerció jurisdicción desde un principio hasta 1643. Don Antonio Balcárcel Rivadeneira y Sotomayor, Gobernador del nuevo Reino de León (hoy Nuevo León) hace una petición al virrey para que se incorporen las poblaciones de Saltillo y Parras, pertenecientes a la Provincia de Nueva Vizcaya y Nueva Extremadura por estar más relacionadas con aquéllas que con ésta. Varios hechos trágicos ocurrieron en el siglo XVII en la nueva villa, como el incendio del archivo del Ayuntamiento y la epidemia de viruela que abatió a gran número de habitantes en dos ocasiones.
Por medio de la gestión del gobernador del Nuevo Reino de León, Nicolás de Azcárraga, se creó la Provincia de Coahuila ó Nueva Extremadura de Coahuila, dependiendo directamente de la Audiencia de México (8).
Las haciendas alrededor de Saltillo eran prósperas, sembraban maíz, trigo, manzana, nuez y otros. También había grandes centros ganaderos que obtenían fabulosas ganancias. La ciudad se iba estableciendo adecuadamente a sus necesidades, trazaban la calle de acuerdo a como corrían las acequias y los acueductos.
El primer templo que se construyó en Saltillo fue el de San Esteban que perteneció originalmente a la orden de los franciscanos, fue construido bajo la dirección del padre Lorenzo de Gavira, a finales del siglo XVI y principios del XVII. También está la capilla anexa a la catedral, más antigua que ésta, dedicada al Santo Cristo y construida con donativos de los mineros de la Iguana y con la herencia de doña Josefa Báez Treviño (9).
Para el siglo XVIII la ciudad ya contaba con construcciones civiles y religiosas importantes. En cuanto a construcciones religiosas, además de las ya mencionadas, se encontraba el nuevo templo de San Francisco, y entre las obras civiles cabe mencionar acueductos como el Navarreño y molinos como el antiquísimo de Santos Rojo, entre otros.
2.-EMPLAZAMIENTO
Saltillo es la capital del estado de Coahuila, se encuentra cerca de la Sierra Madre Oriental en el valle que lleva su nombre, y tiene al norte la Sierra Galana y al poniente una sucesión de cordilleras, de entre ellas, la más próxima, el Cerro del Pueblo o de Tlaxcala; en el centro de la ciudad, la mayoría de sus calles son torcidas, con una pendiente más pronunciada en aquéllas que corren de sur a norte y ninguna es excesivamente ancha, lo que le da un carácter típico virreinal, pues no ha perdido nada de su ambiente y colorido a pesar de las construcciones de diversos estilos que han dejado su huella al paso de los siglos, desde el art noveau hasta altos edificios de carácter moderno.
Al llegar a la ciudad, surge imponente la catedral de Santiago con su esbelta cúpula y su característica torre. El entorno está constituido por casas bajas y una plaza. Es importante hacer mención del casino, gran construcción del siglo XIX, de estilo neoclásico con sus columnas y frontones características. Otro elemento notable es la que fuera casa de Benito Juárez, cuando vivió en esa ciudad, durante la intervención francesa, ahora destinada a museo; tiene un típico sabor provinciano y caracteriza el tipo de habitación de la región, con patio y su pozo al centro, una gran huerta en la parte posterior y las habitaciones con vista a la calle con rejas y ventanas de madera, ambos edificios se encuentran al costado sur de la catedral.
Al poniente se encuentra la Plaza de la Independencia o Plaza Mayor que en un tiempo tuvo árboles y bancas pero ahora, por el uso que tiene en las festividades cívicas se encuentra cubierta por adoquines de concreto de color prensado, está cerrada al paso vehicular por dos de sus costados, el del portal con arcos de medio punto sobre pilastras cuadradas, que fue construido en 1842, y el del Palacio de Gobierno que ocupa el lugar en que ...estuvieron las casas reales a mediados del siglo pasado (y que) fue volado por la explosión de un polvorin y reconstruido. En los últimos años fue construido un tercer piso se le remozó y se le hicieron algunas adaptaciones esta decorado con pinturas de tarazona, comentaba Vito Alesio Robles en 1934; en 1980 fue nuevamente remodelado y se le agregó cantera rosa a la fachada.
El costado de la plaza frente al pórtico tiene una serie de construcciones sencillas de dos plantas dedicadas a comercios, que, separados de la plaza por la calle de Juárez, dan cierre al agradable ambiente de la plaza. Como característica es importante indicar la existencia de una fuente monumental en bronce y cantera con cuatro figuras femeninas medianas entorno a otra mayor, es probable que haya sido realizada durante el porfiriato por su aire afrancesado.
Separado de la plaza por la calle Don Miguel Hidalgo se encuentra el atrio de la catedral, éste es
irregular, más angosto hacia la torre y más ancho hacia la capilla del Santo Cristo, pues este paramento no es paralelo al de la calle; se encuentra cerrado por una reja sostenida por un pequeño pretil y pilastras de cantera rematada con un farol, tiene tres accesos, uno al centro y dos en las esquinas que están cortadas en Pancoupe a cuarenta y cinco grados. Como la calle tiene una ligera pendiente, el acceso hacia la calle de Emilio Castelar, tiene cuatro escalones mientras el que da a la calle de Juárez está casi a nivel.
3.-HISTORIA
Este templo antes de ser catedral era parroquia y fue determinante su erección porque, aunque construida un poco tarde a diferencia de otros lugares, se trazó la ciudad a su alrededor; aunque ésta fue fundada desde el siglo XVI, no estaba bien adaptada, necesitaba un edificio para su Ayuntamiento, una plaza pública donde congregar a la población, una iglesia que fuera más grande y de ser posible, la más hermosa.
Para su construcción hay que situarse dentro del ambiente de la época del siglo XVIII que fue determinante dentro del virreinato por estar cargado de grandes sucesos, de decisiones, de conflictos, de estilos y de modas. Saltillo, por su tardía conquista y colonización, debido a su lejanía de la capital de Nueva España y sus problemas económicos, se desenvolvía lentamente. Cuando en la ciudad de México y su alrededor ya estaba pasando de moda el estilo barroco, apenas iba teniendo influencia en el norte, fue cuando llega Coahuila.
Gracias al Bachiller Pedro Fuentes, cura de Saltillo, se conocen algunos datos de la construcción de la iglesia, pues él era aficionado a la historia y quería dejar testimonio de ella. Hizo las crónicas de ésta en el libro de gobierno de la parroquia en el año de 1800, fecha de la terminación de la misma.
Asienta los siguientes datos: El Bachiller Don Felipe Suárez de Estrada, cura al mitad de este siglo (XVIII), sería el que bendijo la primera piedra, delineó la iglesia e hizo todas las cosas pertenecientes al caso. Así mismo, que el año de cuarenta y cinco a doce de octubre según parece se comenzó esta iglesia, que fue el primer maestro de ella Nicolas Hernández y administrador de los caudales de la fábrica del bachiller D. Martín Sánchez Navarro, y mayordomo de fábrica D. Prudencio de Orobio y Basterra. En el año de 1747 siguió de vicario, juez eclesiástico y administrador de los caudales de fábrica el bachiller Don Miguel Guajardo. El maestro Hernández trabajó en ésta iglesia como veinte años, falleció y siguieron otros y la acabó el maestro Cayetano Yáñez el año de 1785, según parece dejando por concluir la portada mayor y la torre (10)
Esta gran iglesia desde un principio estuvo trazada en el terreno propiedad de la capilla anexa, templo del Santo Cristo y se construyó con dinero de donaciones de los feligreses y de algunos hacendados, y con algún dinero que el clero guardaba.
No cabe duda que el padre Suárez de Estrada, quien dio a la parroquia proporciones de catedral pensaba en su majestuosidad. Grandes ideas tenían los maestros Hernández y Yáñez, este último fue el que realizó las bóvedas, la cúpula y las dos sacristías, que hasta en los menores detalles de su decoración formaron un espléndido conjunto (11).
En la sacristía del lado sur aparece sobre la piedra del muro el nombre de Yáñez. También en el botarel que sobre la sacristía del lado norte refuerza el ábside, puso el maestro Yáñez su nombre y la fecha de 1782, en otro medallón de esa sacristía.
Continúa el padre Fuentes El maestro Angel Galín hizo la puerta mayor y el entarimado y la reja del coro, la del bautisterio, el portón que divide la parroquia, el púlpito, el colateral desde un principio, todo en espacio de ocho años. La puerta del costado la hizo Don Juan Esteban de Avila y costó como 180 pesos y el portón que divide la Capilla de la Parroquia costó más de 200 pesos (12).
Exactamente no se sabe quién fu el cantero de la fachada, pero se cree que fue el maestro Galín quién hizo los altares, exper to carpintero y magnífico entallador cuyo arte se revela en la obra de madera de la ahora catedral. Esta tenía que ser un templo bajo la advocación del santo patrono de la ciudad, Santiago Apóstol. Desde un principio el proyecto era que la nueva parroquia se comunicara con la antigua capilla del Santo Cristo y efectivamente durante su construcción las adaptaron para comunicarse.
Perteneciente a un estilo muy difundido y creativo como lo fue el barroco, la catedral cuenta con un estilo muy personal, con características propias incomparables ya que su ornamentación parece estar en continuo movimiento.
Al padre Felipe Suárez le sucedió en la parroquia el padre Agustín de Acosta y en 1781, año en que murió, fue sustituido por don José Sánchez Lucas, quién además de continuar la construcción del templo comenzó la reedificación de la capilla situada al lado norte, hasta que expiró su período en 1792. El Bachiller Pedro Fuentes quién le relevó, terminó la construcción del templo en el año de 1800, pero sin construir las torres donde está el campanario, que fue hecho posteriormente (13).
La torre sólo constaba del primer cuerpo hasta 1894, año en que se inició la construcción de los dos cuerpos restantes y el remate. Tuvo un costo aproximado de 28 mil pesos, recabado de fondos y limosnas; se concluyó el 26 de febrero de 1897. Tiene una altura de 71 metros 25 centímetros y domina la belleza del paisaje hasta gran distancia (14).
La cúpula y retablos forman un conjunto valioso, ya que los que construyeron la catedral no eran arquitectos ni escultores, sino aprendices de oficiales y maestros, formados de la práctica y herederos de una rica tradición técnica y artística que va desde el siglo XVI.
Saltillo perteneció en sus primeros años a la jurisdicción religiosa del obispado de Guadalajara fundado en 1548; de este obispado fue segregada en 1620 una sección para erigirla en diócesis con cabecera en la ciudad de Durango, y se le asignó jurisdicción sobre las provincias de Nueva Vizcaya, Nuevo México las Californias y Sonora, pero también estuvo comprendida la parte de Coahuila, que actualmente corresponde a las poblaciones de Saltillo y Parras, incluyendo por lo consiguiente una estrecha faja de terreno, cruzando los municipios de torreón, Matamoros, Viesca, San Pedro, Parras, Saltillo y Ramos Arizpe.
Posteriormente el Papa Pío VI por medio de una Bula Relata creó un nuevo obispado con sede en Linares, Nuevo León, el 25 de diciembre de 1977 y el territorio de Coahuila antes mencionado, fue sustraído a la diócesis de Durango para adjudicarlo al nuevo obispado. El 26 de enero de 1862 la diócesis de Guadalajara fue elevada a la categoría de arzobispado y el de Linares quedó como sufragáneo dependiendo de él. El 23 de junio de 1891 siendo Papa León XIII se erigió el obispado de Saltillo siendo su primer titular Don Santiago Garza Zambrano; su jurisdicción abarcaba todo el estado, en 1958 se segregaron de la diócesis las regiones Laguneras de Coahuila y Durango para formar un nuevo obispado con sede en Torreón.
Los obispados que han gobernado esta diócesis desde su fundación a la actualidad, han sido don Santiago Garza Zambrano, quién tomó posesión de su cargo el 9 de junio de 1893, casi dos años después de haber sido erigida la diócesis, cuando éste fue promovido al obispado de Monterrey, fue sustituido por José María de Portugal y Serratos, quién asumió su función el 4 de abril de 1899. Le siguió don Jesús Mora Chavarría nombrado por el Papa Pío X, el 9 de noviembre de 1904, después de largo tiempo le sucedieron varios, entre ellos don Luis Guízar Barragán (15).
Al formarse la diócesis, un templo de la misma debía ser erigido en catedral, pero el decreto declarando catedral el templo e Santiago no fue expedido hasta el 30 de octubre de 1897, se ignora cual haya sido la causa de este retardo pero es muy probable que viendo el señor garza Zambrano incompleto el templo más importante de la ciudad, pues en esa fecha no se habían construido las torres, retardara su declaración hasta verla terminada en 1897 (16).
Por el año de 1970 se le hicieron reformas interiores a la catedral, con intervención de la SEDUE, cambiando pisos y colocando lambrines pero lo que más contribuyó a su buena apariencia fue la limpieza de la cantera amarilla en la fachada y la demolición de unos cuartos de adobe por el lado de la calle Juárez (17).
4.-DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA
La fachada atrae por lo recargado de las formas barrocas que subrayan los elementos principales, ninguna línea, ningún volumen, ha quedado sin ornamentación en esta composición churrigueresca, y sin embargo, las formas no presentan la fluidez y ligereza que caracteriza al estilo, porque su proporción es más pesada. Las columnas extremas que corresponden a los límites de los muros de la nave son mucho más gruesas que las columnas centrales y tienen una base más alta, la ventana del coro se encuentra enmarcada por estípites (así llamadas cuando las columnas son en forma de pirámide cuadrangular truncada), que en este caso presentan la peculiaridad de ser casi cúbicas. Esta ventana lleva al exterior una antigua reja de hierro forjada. El remate de la fachada está formado por tres nichos vacíos sobre los cuales, y siguiendo un ritmo ascendente hacia el centro, van una serie de cornisas interrumpidas que terminan en angostas almenas. Un detalle a destacar en la fachada es la inscripción que indica las fechas de 1745 y 1800 que marcan el inicio y la conclusión del templo. Estas se encuentran sobre la magnífica puerta de madera, con dos medallones tallados en relieve con las imágenes de San Pedro y San Pablo.
El acceso lateral al sur, da a un pequeño atrio limitado por el crucero y la torre, pero más cercano a esta última, queda enmarcado por dos contrafuertes y presenta sobre la puerta una gran concha y a los costados, columnas en espiral o salomónicas con algunos nichos sin imágenes, sobre los cuales están, a la izquierda, el monograma I.H.S. (Iesus Homo Salvatoris) y a la derecha V.M.R. (Virgo María Regina).
La torre de la fachada principal tiene en la parte baja dos ventanas cuadradas cargadas hacia el lado izquierdo, acusando los descansos que dan acceso a la escalera, en planta baja y al antecoro en planta alta; esta sección y el primer tramo con arcos, se construyeron al mismo tiempo que la iglesia, pero se puede suponer que cuando se deseó concluir la torre, queriendo realizar un elemento muy notable, agrandaron las bases de los muros a base de arcos, esto se puede deducir al observar que la columna extrema a la derecha de la fachada principal queda ahogada por esta reforma. Los siguientes tramos se hicieron cada vez más altos y un tanto más angostos, a diferencia de otras torres cuyos cuerpos superiores se van reduciendo a medida que quedan más arriba, aunque conservando la misma idea de llevar dos vanos con arcos de medio punto, separado por dos columnillas a cada costado, para remate se escogió un cúpula semejante a las empleadas en la arquitectura eslava con un trabajo de labrado superficial en recuadros que le dan un original manejo de luces y sombras, todo lo cual constituye un obra singular que mide setenta y un metros.
La nave es de cruz latina y está techada a base de bóvedas de medio cañón que se interceptan perpendicularmente y al mismo nivel, formando las llamadas bóvedas de arista. Esta nave tiene cinco tramos incluyendo el primero para el presbiterio y el último que corresponde al coro con un notable arco escarzano (rebajado). Hacia el interior, cada tramo se divide por medias muestras, es decir, medias columnas, que rematan en un friso y cornisa con ornamentación a base de flores en estuco; por el exterior, en cada tramo se acusa un contrafuerte que recibe los empujes de los arcos que sostienen las bóvedas.
La cúpula del crucero es de gajos con tambor y ventanas, remata con una linternilla. En el exterior, su s aristas están remarcadas por arabescos de cantería, terminando en un fantástico reptil. Esta cúpula transmite parte de sus esfuerzos a los muros del crucero a través de arcos botareles que se apoyan en la parte superior del tambor octagonal, el cual lleva en cada uno de sus lados, columnas ricamente labradas y ventanas ovaladas. En el interior las pechinas que permiten el paso de la planta cuadrada de la nave, a la octagonal de la cúpula, están decoradas con relieves de las imágenes de los cuatro evangelistas y sobre ella se encuentra una serie de balcones con balaustres y tras ellos, también en relieve, la representación de los grupos con los coros de patriarcas, profetas, ángeles, mártires y vírgenes, este último que mira hacia el presbiterio, tuvo una intervención en el siglo pasado por lo cual se rompió el balcón y se pintó sobre esa zona del muro una imagen de la Inmaculada Concepción. Todas estas pinturas tienen figuras con aspectos netamente popular tanto en el dibujo como en el colorido. Del lado del presbiterio, existen en la parte baja del tambor, tres pinturas representando de izquierda a derecha: la institución de la Eucaristía, el Misterio de la Santísima Trinidad y la Crucifixión con toda la ingenuidad de la pintura popular mexicana, la cual nos recuerda los curiosos ex-votos de nuestras iglesias. El crucero del templo es corto en proporción al gran espacio que constituye la nave central, las techumbres de los brazos son también de bóvedas de arista y se encuentran a la misma altura que las del resto de la iglesia. Ambas capillas del crucero tienen al fondo altares barrocos de madera dorada que han sido modificados en diversas épocas habiéndose puesto en los nichos que había vacíos, diversas esculturas en su mayoría recientes. En la parte baja llevan frente a la mesa del altar unas láminas de plata que según informes del deán de la catedral pertenecieron a l capilla del Santo Cristo y al altar principal de esta iglesia y que reparados se han colocado aquí para evitar su deterioro. Están profusamente labrados en forma vegetales entorno a tres óvalos que representan la crucifixión, Nuestra Señora de los Dolores, Cristo en la Cruz y San Juan Evangelista.
La sacristía y el bautisterio, a ambos lados del presbiterio, están techados a base de dos tramos de bóvedas de cañón, separadas por una nervadura al centro, y en la segunda bóveda, la linternilla es más esbelta en el bautisterio, en éste, a ambos lados de la nervadura se representan en estuco dos niños jugando a la pelota, uno que la lanza y el otro que quiere atraparla, además, en cada esquina hay figuras de niños en diferentes posiciones. La sacristía, en cambio, tiene en la primera bóveda, relieves en forma de corderos con leyendas en latín que se refieren a la perennidad de la iglesia, cada cordero lleva al pecho un libro con diferentes textos y se apoya en un pedestal poligonal, bajo éste, una concha y formas vegetales que se angostan hasta terminar en la forma colgante de un cordón, y en la segunda hay pelícanos, que parecen águilas, lo que nos muestra la ignorancia del autor sobre el particular y nos refieren a la portada de la capilla del Santo Cristo anexa a esta catedral. En ambas habitaciones todas las figuras son blancas y las formas son de una pureza infantil, de autor vernáculo, además, en diversos sitios aparecen los nomogramas de Jesús (I.H.S.) y María (V.M.R.)
5.-NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA
1.- VILLARELLO, Ildefonso. Historia del estado de Coahuila. Impresiones del Norte, Saltillo, 1978. p. 14
2.- CUELLAR VALDES, Pablo. Historia de Coahuila. Universidad Autónoma de Coahuila, Saltillo, 1974. p. 12
3.- MARTINEZ DEL RIO, Pablo. La cueva mortuoria de La Candelaria. Cuadernos americanos, México, 1980. p. 177
4.- DAVILA AGUIRRE, Jesús. Crónica del Saltillo antiguo. Impresora Saltillo, Saltillo, 1974. p. 22
5.- IDEM p. 24
6.- CUELLAS VALDES, Pablo Historia de la ciudad de Saltillo. Universidad Autónoma de Coahuila, Saltillo, 1975. p. 20
7.- Idem p. 22
8.- CUELLAR. Hist. de Coahuila p. 22
9.- ALESSIO ROBLES, Vito. Coahuila y Texas. Porrúa, México, 1982. p. 48
10.- RECIO, Sergio. Historia de relación de Saltillo, Impresora del Norte, Saltillo, 1983, p. 98
11.- Idem p. 100
12.- Idem p. 102
13.- CUELLAR. Hist. de cd. de Saltillo. p. 200
14.- Idem p. 201
15.- Idem p. 202
16.- Idem p. 202
17.- Idem p. 203
Elaboró: Arq. José Alfonso Liceaga
1984
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