Nombre del Inmueble
Santo Angel Custodio de Analco
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000414
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000414
Contenidos
1.-CONTEXTO URBANO
La parroquia del Santo Angel Custodio ocupa la mitad de la gran manzana ubicada entre las calles 10 Sur, 5 Oriente, 14 Sur y 7 Oriente, en el corazón mismo del barrio de Analco, uno de los primeros barrios de indios que hubo en Puebla. Frente al conjunto religioso se encuentran dos manzanas arregladas para su función de jardín público. A ellas acuden los habitantes del barrio en busca de sano esparcimiento. Es frecuente ver ahí ferias de aparatos mecánicos y puestos semifijos de comerciantes en diversas épocas del año.
Hacia el poniente, el barrio está claramente delimitado por el Boulevard Héroes del 5 de Mayo, que corre por lo que anteriormente era el cauce del rio San Francisco.
Las manzanas circunvecinas al templo parroquial conservan todavía muchas casas de uno y dos niveles, representativas de la arquitectura doméstica tradicional de este barrio poblano. La mayoría aún conserva sus patios interiores, pero muchas se han transformado en vecindades y una buena parte muestra deterioros y signos de abandono o de escaso mantenimiento.
No obstante el predominio de usos habitacionales, no es raro encontrar también talleres de artesanos y algunos comercios de artículos de primera necesidad.
El empedrado tradicional de las calles de Analco es otra de las características que remiten a su pasado barrial.
2.-ANTECEDENTES E HISTORIA
El barrio de Analco (nombre que significa al otro lado del río) fue un asentamiento de indios, situado precisamente sobre la banda oriental del río San Francisco. Integraban al asentamiento cuatro arrabales o parcialidades, que se llamaban: Huilocaltitlan, o lugar de las palomas; Xochitlán, lugar de las flores; Yancuitlapa, o la tierra nueva; y Tepetlapan, que significa, cerca del cerro.1
En 1560 se edificó en el barrio una ermita dedicada a las Animas. Era la época en que la cura de almas en el territorio correspondía, a los franciscanos. A fines del siglo XVI y principios del XVII, el asentamiento comenzó a prosperar, poblándose de nuevos habitantes, la mayoría indígenas pero también un número apreciable de españoles. Con las limosnas que proporcionaron los nuevos vecinos, y la mano de obra de los indígenas del barrio, fue posible levantar un templo más grande y de mejor calidad, lo cual se llevó a cabo, en 1618, por iniciativa del regidor Alonso Ribera Barrientos. La iglesia fue inaugurada al año siguiente con el nombre del Santo Angel Custodio, advocación que se relaciona indirectamente con los atributos angélicos que tiene Puebla, ya que se consideraba que entre todos los demás mensajeros2 y ministros de Dios en sus relaciones con los hombres, el angel custodio o ángel de la guarda es aquel que Dios tiene señalado a cada persona, institución o población para protegerlos y auxiliarlos.
Hacia 1627, el obispo Gutierre Bernardo de Quiróz erigió el templo en parroquia, dejando su administración a cargo de los religiosos franciscanos. Sin embargo, poco más de una decada después, en 1640, el obispo Palafox y Mendoza secularizó las parroquias, incluyendo la del Santo Angel Custodio. El primer clérigo encargado del curato fue el licenciado Fernando Díaz de Talavera. La jurisdicción parroquial comprendía al templo de los Remedios, en el límite oriente de la población, a la capilla de San Baltazar, y la ermita de las Animas, estas dos últimas fuera de la traza, hacia el oriente.3
La decoración del templo la financiaron los vecinos. Ellos costearon la ejecución alrededor de 1704 del retablo principal, a cargo del ensamblador indígena José de la Cruz, y a su muerte por su viuda y sus hijos.4 El retablo fue modificado ligeramente en 1775, cuando el maestro Francisco Antonio de Illueca hizo un trono de madera para colocar una nueva imagen del ángel titular. El resto del interior también fue decorado con retablos barrocos. Uno de ellos, ubicado del lado del Evangelio, fue financiado por el obispo Palafox, y en él se puso una imagen de Jesús Nazareno con la cruz a cuestas.
En la iglesia había otras capillas. Hacia el costado del Evangelio se hallaba una de ellas, dedicada a las Tres Caídas de Jesús. La reja de este anexo fue donada por el maestro Roque Jacinto de Illescas, en 1767. Ya en el siglo XIX, esta capilla se dedicó a la Virgen de Tzocuilac, que se colocó en un altar neoclásico. El mismo Illescas mandó labrar un retablo dorado, que se instaló en la misma capilla, el cual fue dedicado a San José. Hacia el lado de la Epístola de la iglesia principal, se encontraba otra capilla con el título de la Verónica. Esta dependencia estuvo comunicada exclusivamente con el templo hasta 1775, en que se le abrió una segunda puerta que la conectó con el patio. Ya en el presente siglo fue conocida como capilla del Calvario. Muy cerca de la entrada, del lado de la Epístola, se encuentra el anexo que sirve como bautisterio, donde la reja lleva insc rita la fecha del 16 de marzo de 1780.
En el ángulo norponiente del atrio, los indígenas construyeron otra capilla por sugerencia del cura de Analco, Tomás Victoria de Salazar, parece ser que con el objetivo de dedicarla a Santo Tomás. El pequeño templo nunca se decoró, ni se inauguró para el culto religioso. Hacia 1780, Veytia narra que el edificio se utilizaba como bodega.5 A partir de 1835, Santo Tomás era utilizado como escuela para niñas, funcionando con los donativos de los vecinos, hasta 1858, en que el Ayuntamiento dotó a esa intitución educativa.
El conjunto parroquial fue nacionalizado en 1861, cuando se puso en marcha la aplicación de las leyes de Reforma.
Durante el profiriato se construyeron, según Pablo Almendaro- las torres de la parroquia, pero Manuel Toussaint señala que la primera data del periodo colonial, y la segunda fue levantada en el presente siglo, a semejanza de la que ya existía.6
En la primera mitad del presente siglo, el interior de la parroquia fue redecorado y según Toussaint echado a perder en su integridad.7 Para el 26 de noviembre de 1943, el templo del Santo Angel Custodio fue declarado monumento nacional. El 4 de agosto de 1979 se concluyó otra rehabilitación interior del edificio parroquial. La obra fue encargada por el presbítero Roberto Espinoza y se realizó gracias a la ayuda económica de doña Esther viuda de Mendoza, quedando las labores a cargo de los hermanos Huitle, decoradores.8 En nuestro días, el templo sigue funcionando como parroquia, mientras que la capilla de Santo Tomás es utilizada como bodega, y permanece prácticamente abandonada, en un lamentable estado de conservación.
1 Marín Tamayo, La división racial..., p. 29-30.
2 El término castellano ángel proviene del latín angelus, y este a su vez del griego ággelos, que quiere decir mensajero.
3 Villa Sánchez, Puebla Sagrada y profana, p. 23.
4 Castro Morales, n. 195, en F. de E. y Veytia, Historia de la fundación..., t. II, p. 252.
5 F. de E. y Veytia, op. cit., t. II, p. 256-257.
6 Cfr. Pablo Almendaro, Indice de las iglesias..., p. 38, y M. Toussaint, La catdral y las iglesias..., p. 98.
7 M. Toussaint, op. cit., p. 99.
8 El dato aparece resñado en una placa que se encuentra en el coro del templo.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El conjunto parroquial cuenta con un atrio muy grande, similar a los que se usaban en el siglo XVI en los pueblos de indios. Además, ese espacio abierto forma una plataforma que lo deja elevado en la parte frontal casi dos metros respecto a las calles que circundan al recinto religioso. Está delimitado por una barda atrial con remate de balaustres, rasgo que probablemente forma parte de las intervenciones de principios de este siglo. Las portadas atriales son de distintas épocas. La principal, hacia el poniente, también es de principios de siglo. El vano de ingreso, protegido por finas rejas, está delimitado por jambas y arco de medio punto desprovisto de relieve. Esto a su vez está enmarcado por un par de toscos plintos sobre los que se alzan pilastras y traspilastras de pesados capiteles jónicos. El sencillo entablamento encima se prolonga hacia las mochetas, y está rematado a su vez por un medallón sobre soporte abalaustrado, del que baja la moldura de remate hasta los tramos balaustrados que coronan a las mochetas.
Las portadas atriales al norte y al sur son más sencillas; prácticamente se trata de las jambas, el arco de medio punto, las mochetas y el cerramiento que sigue el perfil del arco. Al parecer, substituyen a otras más importantes, porque del lado sur se aprecian los restos de lo que pudo ser una de estas portadas, ya tapiada, junto a la que está en funciones.
En la esquina noroeste del atrio se halla la capilla que nunca llegó a dedicarse a Santo Tomás. Su estado es ruinoso, y como carece de aplanados permite constatar el tipo de materiales y sistemas constructivos que se empleaban en el siglo XVIII. Es de tres tramos, los dos extremos cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos y el intermedio con cúpula.
Construcciones de muy diverso tipo conforman la pricipal parte edificada, al oriente del recinto atrial: la parroquia propiamente dicha, sus capillas anexas, otras dependencias y habitaciones parroquiales y la escuela particular Basilio Rivera.
El templo parroquial sigue una disposición de nave única con seudotransepto. Es de cinco tramos con la disposición clásica de poniente a oriente. En el primero se encuentran el coro, cubierto por bóveda vaída, y el sotocoro, con bóveda de cañón con lunetos. El segundo y tercer tramos siguen con bóvedas vaídas en lo alto de la nave, provistas de cuatro lucarnas cada una, al parecer en época reciente. En el cuarto tramo se alza la cúpula hemisférica, sin tambor, apoyada en los arcos torales y las pechinas entre ellos. También está perforada por ocho lucarnas, cuatro de medio punto y otras cuatro ovales. A los lados hay tramos cortísimos de un metro a manera de brazos de transepto, cubiertos por cañón corrido. Entre el cuarto y el quinto tramo hay una embocadura de medio punto que enmarca bien al presbiterio, cubierto por otra bóveda vaída.
La nave está desprovista de las yeserías que seguramente tuvo. Sin embargo, los arcángeles en las pechinas no solo se relacionan con el titular de la iglesia, sino que se representaron con penachos de plumas a la usanza indígena. Por lo demás, ostentan la vestimenta típica de militares romanos, de acuerdo con la convención iconográfica del virreinato.
A la altura del tercer tramo de la nave, del lado del Evangelio, se encuentra la capilla antiguamente dedicada al Señor de las Tres Caídas, en la que ahora se venera a la imagen de la Virgen de Tzocuilac. Su planta es de una sola nave de cuatro tramos; todos ellos, con excepción del terc ero, donde van la cúpula y el seudotransepto, están cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos. Los brazos del seudotransepto son de poco más de un metro de longitud, dimensión suficiente para lograr el efecto visual de un verdadero crucero.
La construcción de la cúpula gallonada de esta capilla muestra ingenio y talento. El anillo octogonal que la soporta muestra un curioso decorado a base de dentículos. En los vértices del octógono surgen impostas que reciben los nervios abocelados entre los gallones. Por su parte, los derrames entre los vanos de medio punto de las ocho lucarnas y la superficie de cada gallón se hicieron de tal manera que generan interiormente perfiles ojivales.
La misma portada de ingreso a esta capilla desde la nave es digna de mención, no sólo por su sobria composición a base de jambas y arco de medio punto enmarcados por pilastras toscanas y entablamento, todo labrado en cantera, sino también por la reja de hierro forjado que protege el vano de ingreso, de muy buena calidad artesanal.
En el segundo tramo, del lado de la Epístola, está la capilla del Calvario. Se trata de una nave de tres tramos muy similar a la de Santo Tomás, es decir, el primero y el último son cañones mientras que el intermedio lleva cúpula octogonal con cuatro lucarnas.
Del mismo lado, pero entrando por el sotocoro, está el bautisterio, un recinto cuadrangular provisto de cúpula hemisférica, con dos lucarnas.
El aspecto exterior del templo parroquial y sus capillas es muy atractivo por su volumetría llena de accidentes y sorpresas. El Dr. Atl, que lo pintó en las primeras décadas de este siglo, captó con justeza esa visión topográfica de cúpulas y torres que hace de Analco uno de los conjuntos más originales de Puebla.
La fachada principal del templo es el elemento que avanza hasta el atrio, con el par de cubos de las torres flanqueando claramente al imafronte. Este último se plantea como un arco triunfal que, de paso, anuncia el espacio interior de la nave. En su interior hay una sobria portada de cantera en dos cuerpos de ancho descendente. En el primero, las jambas y el arco de medio punto delimitan el vano de ingreso, y se ven flanqueadas a su vez por un par de pilastras toscanas cajeadas, es decir, provistas de canaladuras perimetrales en los fustes. Entre el arco y las pilastras se generan enjutas labradas con puntas de diamante. Un entablamento de buenas porporciones con triglifos sobre el eje de la portada y encima de las pilastras cierra la composición de este cuerpo. El segundo cuerpo es más bien un remate. Hay pináculos en los extremos y el marco de cantera de la ventana del coro al centro, además de un pequeño ángel labrado sobre el entablamento.
Corona al imafronte un pretil horizontal, sobre el que se eleva un medallón ocular, y del que bajan molduras hacia los lados siguiendo un trayecto sinuoso.
Los campanarios son muy sencillos, de tres cuerpos, cada uno de planta rigurosamente cuadrangular, pero de dimensiones gradualmente menores. En el primer cuerpo, los vanos de medio punto en cada cara se ven flanqueados por pares de pilastras además de las pilastras esquineras. En el segundo y tercer cuerpos sólo se ven pilastras esquineras. El remate parte de un zócalo cuadrado, con perillones en las esquinas, sobre el que se eleva el cupulín, el zócalo de remate, el orbe y la cruz.
De las cúpulas, la que menos se ve es la del templo parroquial, oculta tras el imafronte y las torres. Solo es posible verla en vistas lejanas y en escorzo. En cambio, la de la capilla de la Virgen de Tzocuilac es muy atractiva, no solo por los elegantes marcos de las ocho lucarnas, provistos de pináculos de remate, sino también por la elaborada linternilla octogonal, en la que se ubicaron arbotantes con más pináculos frente a cada vértice. El cupulín y la cruz de hierro forjado también hablan de la calidad de quien edificó esta capilla.
Comparativamente, las cúpulas de la capilla del Calvario y del bautisterio son mucho más sencillas. Sin embargo, su distinto tamaño y posición complementa adecuadamente el equilibrio de todo el conjunto.
4.-OBRAS DE ARTE
El retablo mayor de la parroquia del Santo Angel Custodio es de un neoclacisismo bastante ortodoxo. Cuatro columnas de orden compuesto definen las tres calles del primer cuerpo y soportan un entablamento que cruza el testero de lado a lado. Frente a la calle central hay un ciprés formado por cuatro columnas, entablamento anular y cimborrio aperaltado, donde se aloja una imagen del Santo Angel Custodio. Las calles laterales sólo muestran jarrones sobre plintos. Arriba, al centro del tímpano del testero, se forma un nicho vacío, enmarcado por pilastras y frontón.
En los muros laterales del presbiterio hay sendos lienzos con motivos relacionados con la Ultima Cena. Fuera de ello, no hay otras piezas de valor significativo.
Lacapilla de la Virgen de Tzocuilac no solo es interesante desde el punto de vista arquitectónico, sino por la decoración pictórica del testero, un buen ejemplo de trompe l' oeil, de pintura para engañar al ojo del observador, ya que en este caso se imita la perspectiva, el relieve y la iluminación de un retablo en el que lo único verdadero es el cimborrio sostenido por sendas columnas bajo el cual se aloja el cuadro de la Virgen venerada.
Pinturas con esa misma intención también se encuentran en la capilla del Calvario y en el Bautisterio. Podrían ser de la misma época y el mismo autor que tuvo a su cargo otro ejemplo del mismo tipo en el testero de San Ildefonso.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Santo Angel Custodio de Analco