Nombre del Inmueble
Santo Domingo
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001523
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001523
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Paralelamente a la fundación de la ciudad en 1531, los religiosos de diferentes órdenes se dieron a la tarea sistemática de la evangelización, cuyo precursor había sido el franciscano Fray Alonso Rangel. Conocida es la disputa que se originó en la lucha por la primacía de la evangelización de la zona, y que finalmente correspondió a la orden franciscana. Por ello, las demás órdenes dirigieron sus esfuerzos a las zonas aledañas a la nueva ciudad, muchas veces a riesgo de la vida de sus propios representantes. Así, una de las congregaciones que conoció primeramente las vicisitudes de la pacificación y la evangelización de los indios fueron los dominicos. No puede negársele a los franciscanos el mérito de haber emprendido la obra de la civilización de los naturales que por entonces se resistían a la conversión. Juntamente con otras dos órdenes religiosas -agustinos y dominicos- fueron los primeros, además, en fundar las primeras congregaciones y en construir los primeros templos y conventos en la ciudad.
Ocupémonos ahora de los dominicos: se les solía conocer en España, al lado de las otras dos órdenes fundadoras en la Nueva España, con el nombre de Mendicantes. Su denominación misma sugiere que sus propósitos eran predicar la pobreza y el retorno a un estilo de vida similar al de Cristo y sus apóstoles (1), tendencia que las diferenciaba de otras órdenes que conservaban férreamente el retiro monarcal y la opulencia del clero secular, del cual se decían herederos en línea directa.
Los dominicos llegaron a la Nueva España en 1526, donde fundaron conventos en Atzcapotzalco, en Coyoacán, y el famoso convento de Santo Domingo, en el centro de la ciudad. Posteriormente, en el año de 1692, obtuvieron la Real Cédula para fundar conventos en tierras del actual estado de Querétaro, en donde se ocuparon primeramente de la evangelización de la Sierra Gorda. Debido a la resistencia de los indígenas, fueron pocos los frutos que obtuvieron los religiosos.
Fundaron en tanto, dos conventos: el de Nuestro Señor Jesucristo en San Juan del Río y el de los Santos Apóstoles en la ciudad de Querétaro.
2.-EMPLAZAMIENTO
Actualmente son 300,000 los habitantes de la ciudad histórica de Querétaro, la cual se encuentra ubicada a 1,800 metros de altura sobre el nivel del mar y cuenta con una temperatura promedio de 20º C. Esta zona fue considerada como adecuada para la construcción de una ciudad en el siglo XVI, conservando aún la traza original inspirada en el diseño caracerístico de la época, que responde a una forma reticular cuadrangular, notándose en ésta que el tiempo y desarrollo de la traza urbana de la ciudad, no la han afectado. Dentro de esta zona se ubica el predio donde está emplazado el Templo y Exconvento de Santo Domingo, definido específicamente por las siguientes calles: al sur por la calle V. Guerrero (antes segunda calle de Santo Domingo), hacia el sureste de la manzana se encuentran edificios antiguos del exconvento en ruinas, ocupados como casas habitación de un solo nivel, agregándose los edificios antiguos ligeramente restaurados en la misma calle conformando un entorno propicio para el monumento a pesar del contraste que produce algunas construcciones modernas de uno y dos niveles, todos estos edificios destinados a vivienda. En este recorrido hacia el norte se llega a una plaza, que es un espacio abierto de recepción que permite jerarquizar el acceso principal del monumento y apreciar una perspectiva completa de la fachada principal del templo. De esta misma perspectiva destaca el conjunto de torres y portadas que caracterizan a este conjunto conventual, completándose este ambiente colonial religioso con una hermosa cruz en cantera emplazada en la esquina noroeste de la plaza; la cual presenta un trabajo muy bien elaborado con una decoración en bajo relieve con símbolos de la pasión, sostenida por un pedestal con cornisa. Al norte del predio está limitado por la calle Pino Suárez (antes calle de la Estampa de Santo Domingo), donde la fachada lateral de la Capilla del Rosario se presenta lisa, pero se llega a apreciar la linternilla de la cúpula de esta capilla, continuando con un edificio de dos niveles, destinado para vivienda; esta construcción es antigua pero se conserva en buen estado, integrándose y enriqueciendo el entorno histórico que requiere el conjunto. Otro elemento de contexto importante se encuentra emplazado hacia el noroeste del predio, siendo éste una pila de agua del siglo XVII. Deteriorando todo este ambiente, existen algunos edificios habitacionales de dos niveles en mal estado.
Al oeste se encuentra la calle Ocampo (antes calle del Diezmo) donde se emplazan edificios que pertenecieron al exconvento, hoy ligeramente restaurados y en mantenimiento, logrando integrarse al entorno histórico de esta área. El actual uso está destinado para vivienda y una fábrica. En el recorrido sobre esta misma calle se encuentra en el paramento de enfrente, la Capilla del Espíritu Santo y construcciones antiguas sin mantenimiento, funcionando éstas, como habitación de un sólo nivel.
Concluyendo el recorrido, al sur tenemos la calle General Arteaga (antes calle de Santa Rosa), donde se encuentran edificios antiguos, ligeramente restaurados y edificios pertenecientes al exconvento, funcionando actualmente como escuela.
La extensión del emplazamiento actual de este conjunto está completamente fraccionada, ya que los dominicos, siguiendo la dirección del crecimiento de la ciudad, que iba de oriente a poniente, se situaron en este útlimo punto aprovechando el hallarse despoblados, pudiendo adquirir basante terreno disponible pa ra huertas donde cultivar hortalizas y árboles frutales, así como donde tener animales que les proporcionarían lo necesario para vivir sin molestar a los feligreses.
3.-HISTORIA
Los padres dominicos habían vuelto los ojos a la ciudad de Querétaro, donde supusieron que sus jurisdicciones podrían avanzar sin tantos problemas y, por la intervención del Conde Revillagigedo, quien, en consideración a los esfuerzos de los dominicos por consolidarse en la región, intercedió ante el Rey de España para que les permitiera fundar un colegio o convento, pudieron por fin, los dominicos contar con el permiso tan anhelado. Gracias a la intervención del renombrado benefactor Don Juan Caballero y Osio, se dispuso de un edificio que originalmente había sido dedicado a San Pedro y San Pablo, y cuya construcción no había podido concluirse. La iniciativa, de Fray Felipe Galindo y Chávez, natural del puerto de Veracruz, propició la fundación de dicho convento, el cual pudo finalmente dedicarse en el año de 1697, siendo primer prelado al predicador Fray Andrés del Rosario.
La ubicación del convento al poniente de la ciudad, para entonces en pleno descampado, permitió a sus moradores la asignación de una huerta para cultivar hortalizas y árboles frutales, lo necesario para vivir sin molestar a los feligreses.
Contamos, además, con las actas que demuestran que en este convento vivían de ocho a diez religiosos, los cuales se dedicaban al ministerio dentro y fuera de la ciudad, predicaban mucho, daban retiros y tenían florecientes la cofradía (Congregación o Hermandad Piadosa de Personas Devotas), del Rosario y de la Tercera Orden; enseñaban además, las famosas artes liberales: retórica, dialéctica, aritmética, geometría, astronomía y música (2).
En cuanto al criterio que presidió la construcción del convento, es claro que fue de acuerdo a los postulados cristianos de humildad y pobreza del Nuevo Testamento. Se lee en el frontispicio: Nos autem praedicamus Christum crucifixum (Nosotros predicamos a Cristo crucificado). Y, en efecto, los elementos arquitectónicos que componen el monumento son de una sobriedad inusitada: Se concreta al marco de piedra de la puerta, al de la ventana del coro, al escudo de la orden y a una cruz de remate (3). Una prueba de dicho criterio de pobreza es el claustro tradicional del convento, que carece de todo ornato al punto de que puede decirse que es en realidad el esqueleto de un claustro. A mediados del siglo XVIII construyeron en lo que era cementerio, la capilla de la Tercera Orden, ahora de Nuestra Señora de Fátima, obra del arquitecto Ignacio Mariano de las Casas.
No se sabe aún la razón por la que los restauradores cambiaron el nombre del convento primitivo, sustituyéndolo por el de Santo Domingo.
Se sabe que en el interior del templo existían un altar y un retablo destruídos, al igual que los de Santa Clara y Santa Rosa de Viterbo, durante el siglo XIX. El retablo de piedra que actualmente se aprecia, fue creado a principios de este siglo por los canónigos del templo y bendecido el día 5 de agosto de 1905. Al año siguiente, un presbítero francés de nombre Grall se encargó de la decoración del interior de la iglesia, de acuerdo con el estilo italiano entonces prevaleciente.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
Este conjunto conventual está compuesto por el templo, exconvento y una capilla anexa al templo, teniendo una orientación ste-oeste en dirección del eje de la nave. Entre la capilla y el exconvento se encuentra el templo, construído en el siglo XVII. Este presenta planta de cruz latina, la cual se comunica con la plaza exterior mediante el acceso principal orientado hacia el oeste. Desde esta plaza se puede apreciar la portada del templo de estilo renacentista, toda ésta, elaborada en cantera y compuesta por tres cuerpos: el primero presenta dos columnas adosadas con estrias, éstas sobre pedestales con pequeñas cornisas enmarcando todo el vano de la puerta, adornado por arco de medio punto con clave, resaltando dentro de ésta, un escudo, todo ésto remata con una cornisa, la cual divide el primer cuerpo del segundo, continuando con un friso y nuevamente cornisa. El siguiente cuerpo caracterizado por un tablero con ventana cuadrangular, y dos pilastras adosadas estriadas, remata con cornisa y con el último cuerpo que presenta una cruz adosada sobre un medallón.
Atravezando el acceso principal del templo, inmediatamente se encuentra la nave principal, sencilla, limpia, sin altares laterales, que se define por sus muros y una sucesión de pilastras adosadas, rematando con una cornisa y continuando en lo alto con su cubierta que presenta bóveda de arista con luneto. A los lados se abren ventanas rectangulares con arcos de medio punto hacia el interior. Estas bóvedas están unidas entre sí por una sucesión de arcos rebajados. A continuación de la nave, hacia el oeste se presenta el crucero con cúpula octagonal y linternilla, creando un espacio iluminado de transición entre la nave y el presbiterio. Al lado sur del crucero, existe la comunicación del templo con el exconvento, encontrándose en los muros laterales oriente y poniente, pequeños retablos de madera, cuyo diseño es muy sencillo y reciente. Dirigiéndose al lado norte del crucero, se encuentra anexo, un espacio integrado al templo que alberga una pequeña capilla con un altar dedicado a la Virgen de los Remedios, ésta jerarquizada por una cúpula octagonal también con linternilla. Cabe hacer notar que existe al costado norte del templo una capilla anexa, llamada del Rosario, construída por el arquitecto Mariano de las Casas.
Continuando con el interior, se llega al presbiterio que se cubre con bóveda de arista y se diferencía con escalones del resto del templo. Aquí se encuentran un retablo de piedra y el altar hechos a principio del siglo, y reemplazando a los originales, que no se sabe como fueron, por haber sido destruídos el siglo pasado. Ubicado hacia el muro sur, en el presbiterio se eencuentra la puerta de comunicación con la sacristía, la cual está techada con bóveda de arista, integrándose también con el exconvento. Como toda construcción destinada a funcionar como templo, no se puede prescindir del coro, que se presenta como coro alto,ubicado por encima de la entrada principal hacia el este. Se encuentra cubierto con bóveda de arista y limitado con un barandal del fierro forjado de diseño muy sencillo. El coro se comunica con el exconvento por medio de una puerta ubicada en el muro sur, y se ilumina con una ventana rectangular con marco, orientada hacia el oeste.
La actividad religiosa de este templo ha sido completamentada por la construcción de la capilla del Rosario que se integra directamente con el templo por medio de un acceso ubicado en el muro lateral norte de la nave del templo, el mismo que se usó como junta constructiva para solucionar el sistema estructural de esta capilla, misma que también presenta, hacia el exterior, un acceso notable compuesto por un marco de dos cuerpos divididos por cornisas. En el primer cuerpo se aprecia una composición de jarrones sobre pedestales con varios adornos hasta llegar a dos cornisas a ambos lados respectivamente, para continuar con el segundo cuerpo del marco, formado por dos esculturas, mismas que rematan con una cornisa recta que completa horizontalmente al marco, adornada al centro con un pequeño medallón. Completando el interior del marco descrito se tiene la puerta, a su vez con su marco de cantera, presentando arco de medio punto, en cuyo centro, hacia la parte superior empieza un medallón muy suntuoso en su acabado, continuando con un tablero rectangular de piedra, donde se pronuncia una ventana redonda, rematando finalmente con un elemento adosado en forma de jarrón.
Esta capilla presenta planta de una sola nave cubierta con bóveda de arista, inmediatamente a ésta se encuentra el presbiterio jerarquizado por una cúpula octagonal, con linternilla, la cual permite la iluminación del altar que alberga a la Virgen de los Remedios. Completando, se tiene un retablo lateral, con el nicho formado arquitectónicamente con el muro del templo anexo.
El exconvento ubicado paralelamente al monumento, hacia el sur, funciona actualmente como casa cural y anexo del templo. Presenta un patio porticado muy amplio con dieciseis arcos de medio punto, cuatro por lado, apoyados en columnas muy anchas.
Los corredores están techados por bóvedas envigadas y el local que sirve como antesacristía con bóveda de arista.
El conjunto conventual exteriormente se jerarquiza por sus dos torres. La primera pertenece al templo, ubicada entre los dos accesos principales. Esta torre se compone por tres cuerpos acabados en aplanado de cal y divididos con doble cornisa de cantera. Estas presentan columnas adosadas y arcos de medio punto en los vanos para las campanas, rematando todo ésto con una pequeña cúpula con linternilla. La otra torre, ubicada al lado norte del acceso de la capilla es de un solo cuerpo, con dos columnas adosadas que enmarcan un vano con arco de medio punto a cada lado, rematando con cornisa, cuatro alfiles en las esquinas y uno de mayores proporciones al centro.
5.-NOTAS
(1) KUBLER, George. Arquitectura mexicana del siglo XVI. Fondo de Cultura Económica. México, 1983, p.14.
(2) DE LA ISLA, Arcediano Ezequiel. Templos de la ciudad de Querétaro. Imprenta Cimatario, Querétaro, 1982. p.20.
(3) RAMIREZ Alvarez, José Guadalupe. Querétaro: visión de mi ciudad. Editorial Provincia, Querétaro, 1956. p.166.
BIBLIOGRAFIA
ANGULO Iñiguez, Diego. Historia del arte hispanoamericano. Salvat Editores, Barcelona, Buenos Aires, 1945.
DE LA LLATA, Manuel. Así es Querétaro. Editorial Nevado. Querétaro, 1981.
ROJAS, Pedro. Historia general del arte mexicano. Editorial Hermes, México, 1969.
SEPTIEN y Septién, Manuel. Querétaro, descripción. Ediciones Culturales del Gobierno del Estado. Querétaro, 1966.
SEPTIEN y Septién, Manuel. Historia de Querétaro. Ediciones Culturales del Gobierno del Estado. Querétaro, 1967.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Santo Domingo