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Nombre del Inmueble
Señor de Santiago
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000538
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000538
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La etimología del nombre de esta población proviene del purépecha y es clara, ya que lo refiere a una planta del tipo de junco o tule; así, Alberto Oviedo Mota, en su obra Nombres de algunos poblados de Michoacán lo hace provenir de Tupata, junco o espadaña, en tanto que, reafirmando esto, Romero Flores dice que significa cierta especie de tule.
Ligado a Pátzcuaro en su historia, Tupátaro no tiene datos ciertos y confiables en cuanto a su fundación y devenir en el tiempo, y las fuentes de información disponibles presentan ciertas discrepancias y obscuridad. Algunos informantes sobre el pasado de esta población aseguran que fue fundada en el año de 1641, como José Guadalupe Romero, en tanto que Lejarza, en su Análisis Estadístico dice que para tal año, ya estaba fundado el pueblo. Por último, la Relación de Michoacán da como buena la fecha de fundación en 1541, ubicando al barrio de Pátzcuaro llamado Curíngaro exactamente en el sitio donde se asienta actualmente Tupátaro.
Era tal barrio de Curíngaro tradicional enemigo de Pátzcuaro y su cacique, y por tales conflictos, Tariacuri arrasó eventualmente la población rival, de la cual nos dice la citada relación que nunca más fue reconstruida. Izcabalceta nos dice por su parte que Curíngaro era dependencia de Tiripetío, y que contaba en esa época con 145 contribuyentes a dos leguas de la casa grande, en tanto que Tupátaro en la misma época tenía solamente 27 contribuyentes.
Lo cierto es que Tupátaro fue parte de la zona en que Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán y apóstol de los indígenas purépechas, derramó su valiosa labor de evangelización, enseñanza y protección de sus habitantes, por la que aun se le venera en el estado. Durante la época de la evangelización, el pueblo pasó a la jurisdicción eclesiástica de Tiripetío, y durante los siglo XVI y XVII constituía de hecho un barrio de la cercana ciudad de Pátzcuaro, contando ya para esa época con lo que describen los cronistas como una capilla pobre dedicada al apóstol Santiago (1). El transcurso de los siglos parece no haber aportado al poblado beneficios suficientes para desarrolo amplio, ya que en la actualidad sus dimensiones y economia siguen muy restringidas.
2.-EMPLAZAMIENTO
La población de Tupátaro se encuentra dentro de la jurisdicción de Pátzcuaro, en el estado de Michoacán. Se llega a ella siguiendo la carretera que comunica a esta ciudad con Tiripetío, tomando una desviación que se encuentra a siete kilómetros de este último poblado, y a través de un camino de terracería transitable en todo tiempo que llega a Cuanajo, se arriba a Tupátaro a tres kilómetros de camino. El camino citado asciende por la serranía de suaves pendientes, donde el paisaje circundante hace bello marco a la pequeña población.
De reducidas dimensiones en su origen, el poblado no ha tenido en los siglos de vida sucesivos un crecimiento considerable, por lo que conserva más el aspecto de un pequeño caserío que el de una población formalmente definida, lo que se refleja en su traza, irregular y desordenada. Las casas del poblado, de un solo piso y con la tradicional construcción de adobe o piedra, cubiertas con la roja teja de barro en techados de dos aguas con gran pendiente, dan marco a la iglesia cuyo volumen y torre de destacan del perfil bajo del poblado.
El templo del Señor Santiago se encuentra ubicado dentro de un amplio predio irregular enla manzana, mas irregular aun, que limitan las calles de Emiliano Zapata, que conduce tanto al camino a Cuanajo como a la carretera Tiripetío - Pátzcuaro, al norte; la plaza de la población, si así se puede llamar al casi baldió terreno cubierto por árida placa de concreto, al poniente; la calle de Benito Juárez al oriente, y la de Justo Sierra al sur.
La orientación del templo es oriente-poniente, viendo su fachada y la única puerta del atrio hacia este punto, situación que permite contemplar desde la fuerte pendiente del camino a Cuanajo, ya en las goteras del poblado, aprecian el conjunto de este y su templo desde el eje mismo de este, destacando los altos y frondosos árboles de su atrio y su torre por sobre las techumbres de teja y sobre el verde fondo de las planicies y laderas del campo que los circundan.
3.-HISTORIA
Como es frecuente en la historia de la arquitectura religiosa de México debido a la pérdida o destrucción de archivos parroquiales, no se conoce de manera certera la fecha de fundación y construcción del templo de Tupátaro; sin embargo, anotaremos dos versiones que, con distintos fundamentos, nos señalan fechas que distan entre sí casi un siglo. La primera nos dice que la iglesia fue construida en el año de 1641 (y)... tiene una pobre y pequeña capilla dedicada al apostol Santiago... que fué su original advocación, sin embargo, sabemos que desde el siglo XVI dependía del convento de Tiripetío, lo que remonta su existencia a esa época, aunque su actual construcción data del siglo XVII, y que el año de 1725, siendo cura D. Diego Fernández Blanco, se reconstruyó según consta en uno de los tirantes de las vigas en honor del Santo Señor del Pino (2), imagen hoy desaparecida.
En lo que respecta a la segunda, la tomamos de González Glaván, quien asienta que A la pequeña población que es Tupátaro, se la menciona desde el siglo XVI, pero será hasta el XVIII que se construya su actual templo, ya que una inscripción en él, nos dice: Se hizo esta santa iglesia en el año de 1725, siendo cura el Sr. D. Diego Fernández Blanco y Villegas. (3)
Consideramos mas probable la fecha de 1641 como la de fundación y erección del original templo, así haya sido reconstruido, ampliado o modificado en diversas épocas, entre ellas las anotadas en párrafos anteriores, ya que en este tipo de edificios aparecen una primera historia a la que se van sumando segundas, terceras y demás historias de su construcción (o reconstrucción), atribuyéndose frecuentemente los autores de la última de ellas el merito de la totalidad de ella y dejando su nombre y la fecha de los trabajos realizados en el edificio para su personal glorificación ante la posteridad.
La leyenda de la aparición del Santo Cristo llamado el Señor del Pino, relata que un indígena llamado Rafael, al quitar la corteza de un pino que tenía forma de cruz, encontró la imagen tallada en su interior; Aunque sin documentación, el relato de la aparición... debe datar de principios del siglo XVIII, pues el suceso debió motivar la construcción del actual templo, en 1725, así como el fino retablo principal tiempo después; el frontal está fechado en 1761 (4). Como se ve, el autor deduce que el templo fue construido en honor del Señor del Pino, olvidando que su advocación al Señor Santiago es anterior a la supuesta aparición.
El alfarje del templo fue decorado en 1772, fecha que consta en uno de los tirantes de las vigas, ejecutándose las pinturas primorosamente al temple, y los temas pasionarios que preominan en él si recuerdan que su realización obedeció al culto y honra del Señor del Pino, que debió aparecer en los albores del siglo XVIII.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El gran espacio atrial del templo se encuentra delimitado por una aplanada barda de regular altura, en la cual sobresalen las puertas de acceso, con arco de medio punto y remate trapezoidal, un sendero empedrado conduce de la entrada principal a la del templo, y a la mitad del recorrido la cruz atrial de cantera se asienta en pequeño zócalo del mismo material. La cruz, con los extremos de brazos y tronco rematados con un perfil trapezoidal que los hace mas notorios, no ostenta bajorrelieves, y una ligera entrecalle se rehunde marcando una cruz menor en su cuerpo.
Construida de adobe sobre un embazamiento de piedra, y con techo de teja con doble pendiente, la iglesia tiene adosados, al lado izquierdo, la bella torre con teja a cuatro aguas y del derecho, una barda de adobe con rústica puerta que conduce al pequeño jardín que antecede a las dependencias del templo; sacristía y antigua casa cural, hoy dedicada a diversas dependencias. Pesados contrafuertes de adobe refuerzan, distribuidos en forma irregular, los muros laterales.
La fachada, como todo el exterior del templo, no revela el extraordinario tesoro artístico que su interior conserva. La sencilla fachada, rematada en muro piñón y con aplanado liso al que solo cortan dos horizontales vigas que acusan la estructura de madera de la cubierta, tiene una puerta enmarcada en lisas pilastras de bajo basamento y volado capitel, sobre las que descansa un arco de medio punto con sucesivas molduras remetidas en sus extrados. Sobre este, y con el mismo esquema en su enmarcamiento, aparece la pequeña ventana atrial, completándose el esquema de ésta que no llega a conformarse como portada, con dos bajorrelieves en cantera, a la altura de la imposta de la puerta, en que sobre un cuadrado resaltan las figuras de un sol y un luna de inconfundible sabor indígena, tanto en su fábrica como en la reminiscencia de religiones prehispánicas.
La torre, de planta cuadrada y pesado volumen, cuya altura no rebasa la del muro piñón del templo, es de lisos paños de los que sobresalen refuerzos de madera, y en los que se abren a la altura de su cerramiento cuatro vanos de forma rectangular para alojar campana, sobre los que descansa directamente su techumbre.
El interior del templo, de una sola nave iluminada por dos ventanas altas en su muro izquierdo y una en el derecho, costa de coro alto de viga y tablón,encontrándose al lado derecho del coro bajo la reciente escalera de caracol que le da acceso, y en el derecho la puerta que lo da a la torre.
En el presbiterio, elevado sobre el nivel de la nave se encuentra el magnífico retablo currigueresco de madera dorada del siglo XVIII, y el espacio se cierra con el alfarje de madera en forma de batea invertida, en el que la policromía de su decorado hace explosión de belleza y fervor religioso. Al lado derecho del presbiteiro, una puerta se abre a la sacristía y edificio ya mencionados. Ningún altar o retablo corta la desnuda limpeza de sus muros laterales, como evitando distraer al visitante de la belleza de alfarje y retablo.
5.-Nueva sección
Texto de nueva sección
6.-OBRAS DE ARTE
Dos son las grandes obra artísticas contenidas en el templo que nos ocupa, y ambas son posteriores, a la fundación del mismo, así como a la construcción del actual edificio. La primera es el retablo dorado fechado en 1761, y la segunda al alfarje de 1772.
El retablo, de gran calidad aunque actualmente muestre alteraciones y fallas en su restauración, especialmente en los elementos que cierran su parte alta, corresponde al estilo barroco propio del siglo XVIII, que en Michoacán se manifestó de manera sobria y con tendencias arraizantes, y donde mejor se acusó e hizo anidar su filigrana expresiva fue en los refulgentes retablos, posteriormente expulsados, unos por fobio neoclásica, otros asesinados por la ignorancia, y los aún supérstiles, agonizando en el abandono, confirman la impresión del paso de un barroco escaso aunque presente y no sin rasgos propios. (5)
De tres cuerpos y tres entre-ejes flanqueados por columnas salomónicas, con el abigarrado labrado característico del barroco, contiene en el primer cuerpo y al centro, dentro de encristalado volumen saliente quizá posterior al retablo, un calvario con las tallas de San José, María y Jesús Crucificado de buena calidad. En los tableros laterales, al igual que en los tres del segundo cuerpo, magníficas pinturas al oleo, de extraordinaria calidad, ilustran pasajes de la vida y pasión de Jesús, tales como la Adoración de los Reyes, la Oración del Huerto y Jesús cargando la cruz. El cuadro único que remata al conjunto en la parte central del tercer cuerpo, es un hermoso Santiago ecuestre en plena batalla. Se cierra el retablo en lo que fuera un semicírculo de rico labrado, y al centro aparece, como es frecuente en tales altares dieciochescos, la imagen del Padre Eterno cuya cara, única parte policromada de su imagen, acusa rasgos indígenas.
Del alfarje pintado, capítulo en el que Michoacán destaca por la abundancia y calidad de los existentes en su territorio, como el de Naranja de Tapia o el de Santa Rosa en Zacán, podemos decir que su función didáctica es de gran importancia, y en este caso se ilustra en sus bellas pinturas la Pasión de Cristo y los Misterios Marianos. Dice González Galván: Entre la tupida fronda polícroma que prolonga en pintura las tallas del retablo, se enfilan en el área inclinada de las alfardas, como el número de años de Cristo, 33, Arcángeles de ricas y agitadas vestiduras; con un fondo de chinescas nubes, todos portan símbolos pasionarios y hacen, en lo alto, noble guardia celestial al Cristo venerado en el retablo. (6)
Partiendo del coro hacia el altar, se encuentran en el almizate cinco cuadros de secuencia Mariana; la Inmaculada Concepción, la Sagrada Familia de María, La Visitación, la Asunción de María y su Coronación. Los siete restantes se refieren a Cristo, y son: la Anunciación, el Nacimiento (hoy perdido), la Adoración de los Reyes, Adoración de los Pastores, Ultima Cena, Resurrección y Ascención. El alfarje con su iridescente color y su pulular de alas es un canto al Señor de los cielos y a la Reina de los Angeles. (7)
7.-NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1. Romero, José Guadalupe. NOTICIAS PARA FORMAR LA HISTORIA Y ESTADISTICA DEL OBISPADO DE MICHOACAN. Pág. 76.
2. S.E.D.U.E. SUPERVISION DE OBRAS EN SITIOS Y MONUMENTOS DEL PATRIMONIO CULTURAL. Expediente del Templo del Señor Santiago en Tupátaro, Mich., Pág. 2
3. González Galván, Manuel. ARTE VIRREINAL EN MICHOACAN. Pág. 147.
4. IBIDEM. Pág. 149.
5. IBIDEM. Pág. 259.
6. IBIDEM. Pág. 151.
7. IBIDEM. Pág. 151.
8.-BIBLIOGRAFIA
Romero, José Guadalupe. NOTICIAS PARA FORMAR LA HISTORIA Y ESTADISTICA DEL OBISPADO DE MICHOACAN. Fimax Publicistas. Morelia, 1972.
S.E.D.U.E. SUPERVISION DE OBRAS EN SITIOS Y MONUMENTOS DEL PATRIMONIO CULTURAL. Expediente del Templo del Señor Santiago en Tupátaro, Mich. Morelia, 1983.
González Galván, Manuel. ARTE VIRREINAL EN MICHOACAN. Frente de Afirmación Hispanista, A.C. 1978.
ELABORO: ARQ. RAMON M. BONFIL
FECHA: 1985.
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Señor de Santiago