Nombre del Inmueble
Señor del Hospital
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001064
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001064
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Asentada en la anigua Xidóo, término que significa tierra de tepetate, su origen se remonta a la llegada de los españoles, cuando el territorio se encontraba poblado por indígenas seminómadas, que vivían de la caza, la recolección de frutos silvestres y la rudimentaria agricultura.
Según algunos historiadores, la región del Bajío fue conquistada por tropas del capitán Rodrigo del Río y Don Nicolás de San Luis Montañez, cacique de Jilotepec, sin embargo, lo más probable es que los primeros españoles en pisar tierras salmantinas hayan sido los que envió Nuño de Guzmán, cuando acampó a orillas del Lerma.
Se estima que en la segunda mitad del siglo XVI fue poblada esta región del Bajío, durante el tiempo en que se otorgaron las mercedes, en tierras de la región, fundándose las estancias de Mendoza y Valtierra.
Hacia principios del siglo XVII, numerosas familias españolas habitaban la zona, pretendiendo fundar una villa, tomando la iniciativa Don Bartolomé Sánchez Torrado, y el 1º de enero de 1603 quedó fundada la villa, siendo su primer alcalde este mismo. La villa se erige como ciudad el 20 de mayo de 1895.
El Templo antiguo del Señor del Hospital data aproximadamente de 1690, erigiendo anteriormente el Curato el Ilmo. Sr. Dn. Vasco de Quiroga.
2.-EMPLAZAMIENTO
El templo del Señor del Hospital se localiza en Salamanca, villa situada en una espaciosa llanura rodeada de fértiles tierras que se inundan en tiempos de agua formando una especie de ciénaga a la que se da el nombre de Charca.
Salamanca, ubicada en las proximidades del río Lerma, conserva su traza urbana reticular localizándose dicho templo, frente a la plaza principal en cuyos laterales, edifcaciones porticadas conforman el entorno, siendo de todos ellos el más antiguo el denominado Portal Bravo, destinado como en la mayoría de los casos a comercios y servicios municipales.
La plaza, de buenas proporciones y densamente arbolada por laureles caracaterísticos de la región del Bajío, se engalana con kiosko central y numerosas bancas de hierro, donde la población se reune por ser éste el corazón de la ciudad, y por haber cerrado en forma reciente tres de sus calles incrementándose sus dimensiones y dedicándolas a tránsito peatonal.
La edificación de mayor importancia alrededor, es sin lugar a dudas, el Exconvento de San Agustín en cuyo interior sorprendentes altares churriguerescos de la mejor ejecución ornamentan sus muros; ésta es en el exterior una edificación masiva y sólida, ornamentada con un sencillo portal o retablo con dos torres campanario.
Otra edificación importante es el templo anexo de mayor antiguedad, que fue construido a instancias de Fray Bartolomé de las Casas, habiendo alojado ahí la imagen del Señor del Hospital que hoy se venera en el nuevo templo; su proporción con respecto a éste último es aproximadamente la mitad de su altura.
3.-HISTORIA
La consagración y estreno del nuevo Templo del Señor del Hospital, se llevó a cabo en el mes de abril de 1924, trasladándose la imagen que había permanecido en el templo chico desde el siglo XVI, al nuevo templo, cuya construcción se había iniciado mucho tiempo antes, habiéndose inerrumpido en numerosas ocasiones, reanudándose por medio de los donativos de Doña Emeteria Valencia y Doña Cayetana Gasca, así como por los esfuerzos de los padres Ramón Partida y Tiburcio Hincapié, bajo proyecto realizado de acuerdo a su idea inicial, pues se tenían previstas dos cúpulas: una mayor a la actual y dos torres, de las cuales solo se edificó una. Los trabajos se interrumpen nuevamente, reiniciándolos esta vez el Padre Benedicto Medrano.
La consagración del templo estuvo en manos de Don Leopoldo Ruíz y Flores, Arzobispo de Michoacán; Don Luis María Martínez, Obispo auxiliar del mismo; Don Emeterio Valverde Tellez, Obispo de León y Don Francisco Banegas, Obispo de Querétaro.
Los mármoles de los altares son obra de los talleres de Ponzanelli en la ciudad de México, resaltando su bello altar; las canteras labradas fueron trabajadas en Salamanca, los óleos del templo fueron obra de Don Candelario Rivas, pintor leonés residido en Salamanca; la decoración mural y de las bóvedas es obra del Padre Ives Grall, decorador francés, el cual había vivido primeramente en Haití y que intervino primeramente en la decoración del Templo de las Tres Caidas, del cual fue capellán los seis años que residió en la ciudad.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El interior, resuelto por medio de tres bóvedas de arista avanza por encima del coro hasta el crucero, sustentándose por medio de tres arcos fajones que se disimulan con los paramentos por su decoración pictórica sobre cantera; a la altura del crucero, una cúpula con linternilla, profusamente decorada con ángeles y querubines se apoya sobre pechinas con las imágenes de la Virgen de los Dolores, Ecce Homo, San Juan y María Magdalena, uniendo los arcos torales que bajan por medio de pilastras de capitel toscano sosteniendo entre sí, entablamento de amplia cornisa y friso con triglifos.
Los brazos del transepto, de sección rectangular, se encuentran cubiertos por bóvedas vaidas, en ellos se ubican altares laterales realizados en cantera dorada con un nicho central para imágenes religiosas.
El área del presbiterio se delimita claramente por medio de gradas que elevan aproximadamente 80 centímetros sobre el resto de la nave, y por una balaustrada de motivos vegetales realizada en mármol de carrara, al igual que las pilas de agua y el altar mayor, fueron realizados por Ponzanelli. Destaca ante todo la decoración pictórica y el diseño de dicho altar, el cual fue proyectado por el Padre Ives Grall; en él, recuadros de escayola dorados enmarcan pinturas alusivas a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, obra del pintor Don Candelario Rivas. Los cuadros del Viacrucis son obra de su hijo Don José Rivas y fueron colocados con motivo de la bendición del templo.
Sobre el lado izquierdo de la nave se abre una puerta que da paso al bautisterio anexo al templo, de igual decoración pictórica y apoyado en el mismo lado sobre los arcos torales se encuentra el púlpito con tornavoz realizado en madera de caoba con las imágenes de los cuatro evangelistas. El altar mayor situado bajo las imágenes del Señor del Hospital y rematado en su tímpano con Nuestra Señora de Guadalupe.
El sotocoro, resuelto por un arco de medio punto rebajado, sustenta una bóveda vaida por columnas pares de capitel jónico y fuste estriado, dejando en su espacio intercolumnio las pilas de agua bendita realizadas en mármol de carrara en forma de ángeles; el coro se asoma hacia la nave principal y única a través de balconería en herrería de fina realización, y por encima de él se localiza una bóveda de arista.
La iluminación está resuelta por medio de vitrales de fina realización que guardan perfecta armonía con el dibujo en granito del piso, de finas líneas art nouveau, logrando un todo armónico con la ornamentación de los muros.
La fábrica exterior del Señor del Hospital, es de mampostería de piedra de tezontle y tabique aparente con sillares de piedra cantera, observándose sus contrafuertes, entre cuyo espacio se abren los vanos con vitrales; la cúpula de forma ovoide con linternilla, se recubre en su totalidad por azulejo de talavera blanco y verde, está soportada por un tambor cilíndrico con pilastras a los lados de los vanos.
La torre campanario se compone de cuatro cuerpos descendentes en proporción en sentido ascendente y se remata con un cupulín y linternilla de esbelta silueta. En el primer cuerpo, un arco de medio punto abre, por tres de sus lados, su paso al nártex, éste se encuentra flanqueado por columnas pares. Hacia el segundo cuerpo, se repite el arco con columnilla intermedia flanqueado por columnas pares de orden corintio; en el tercero, un reloj de números arábigos en las tres caras, se enmarca por columnas del mismo orden que el anterior, ochavándose en sus esquinas; en el cuarto elemento encontramos el campanario que remata finalmente con una balaustra con jarrones realizada en cantera. El cupulín se recubre del mismo material que la cúpula del crucero.
5.-OBRAS DE ARTE
El altar mayor del Templo del Señor del Hospital es un claro ejemplo del estilo de finales del siglo XIX.
Finamente trabajado en mármol, está compuesto por tres elementos: el primero de ellos, el basamento donde se integraba la mesa de celebraciones, cuenta con finas ornamentaciones en alto relieve dorado. Sobre éste, cuatro columnas de fuste liso y capitel corintio abren un espacio central en arco de medio punto al camarín de la Imagen del Señor del Hospital, dejando a su vez en su espacio intercolumnio dos pequeños nichos con imágenes que se rematan en forma aconchada; sobre todo ésto, un friso sostiene el tímpano donde la imagen de la Virgen de Guadalupe flanqueada por dos ángeles interrumpen el arco de medio punto, en que un ojo de buey ilumina parte del conjunto; dos jarrones con guirnaldas ornamentan también los costados de la imagen, destacándose sus líneas en oro.
El conjunto en general guarda armoniosa proporción resaltándose su fino trabajo.
6.-BIBLIOGRAFIA
ROJAS Garcidueñas, José. Salamanca, recuerdos de mi tierra guanajuatense. Editorial Porrúa. México, 1982.
RAZO Oliva, Juan Diego. Salamanca, Dimensión Económica Municipal. Edición del H. Municipio de Salamanca. Guanajuato, 1977.
ROMERO, José Guadalupe. Noticias históricas de los pueblos del Estado de Guanajuato. Editor Vargas Rea. México, 1949.
GONZALEZ, Pedro. Geografía local del Estado de Guanajuato. 1904.
Inmueble de pertenencia
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Señor del Hospital