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Nombre del Inmueble
Señor del Tepozán
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001933
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001933
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
El municipio de Asientos de Ibarra, tiene su origen en la explotación de minas de plata y cobre en el siglo XVI, fue poblado por algunos buscadores de estos minerales e impulsado por la donación de tierras a unos cuantos españoles, como ocurrió con Diego de Ibarra, pero no tuvo verdadero auge hasta principios del siglo XVIII, en 1712, cuando Benito Gaspar Larrañaga adquirió la mina La Descubridora y fijó su domicilio en el pueblo (1). El auge minero fue acompañado del crecimiento de la población y de un mayor cuidado por parte de las instituciones religiosas por atenderla. Esto también era necesario por la devoción especial de los mineros afortunados, quienes normalmente agradecían sus descubrimientos a algún patrón determinado. De ese modo, el 13 de junio de 1723 se reunieron varios prominentes mineros, entre los que estaba Larrañaga hijo y proclamaron como soberano patrón y abogado de la minería a San Antonio de Padua, acordando también realizar en su honor dignas fiestas, costeadas por mineros y comerciantes. Pero cuando acabó ese auge también terminó el culto a dicho santo. (2)
A fines del siglo, la actividad minera nuevamente creció, y la población llegó a ser de 1649 habitantes, con cinco minas de plata en actividad. En 1791 se le reconoce esa importancia y es elevada a cabecera de curato. En estos años la población aumentó de manera rápida, llegando a ser en 1813 de 5935 habitantes. Su crecimiento se detiene de nueva cuenta, ahora por la guerra de Independencia, en la que Asientos se convierte en municipio de partido perteneciente a Zacatecas. Un hecho memorable de aquellos años se produce en 1833, cuando una gavilla bajo el mando de Islas robó el mineral, por lo que los vecinos, con ayuda de algunos habitantes de Agostadero los persiguen y capturan recobrando el botín. En señal de agradecimiento compran un reloj para la iglesia de Belen, la cual en 1837 es elevada a la categoría de parroquia.
A fines del siglo, la actividad minera nuevamente creció, y la población llegó a ser de 1649 habitantes, con cinco minas de plata en actividad. En 1791 se le reconoce esa importancia y es elevada a cabecera de curato. En estos años la población aumentó de manera rápida, llegando a ser en 1813 de 5935 habitantes. Su crecimiento se detiene de nueva cuenta, ahora por la guerra de Independencia, en la que Asientos se convierte en municipio de partido perteneciente a Zacatecas. Un hecho memorable de aquellos años se produce en 1833, cuando una gavilla bajo el mando de Islas robó el mineral, por lo que los vecinos, con ayuda de algunos habitantes de Agostadero los persiguen y capturan recobrando el botín. En señal de agradecimiento compran un reloj para la iglesia de Belen, la cual en 1837 es elevada a la categoría de parroquia.
A fines del siglo XIX, Asientos conoce una última bonanza debida a la llegada de una compañía norteamericana, de los Guggenheim, que explota en gran escala las vetas y exporta el mineral al vecino país del norte. Esto termina prácticamente con la Revolución, aunque esta compañía abandona el lugar hasta 1923. En este aspecto sólo cabe anotar que en 1962 la compañía Real de Asientos y Anexas todavía seguía explotando alguna veta.
2.-EMPLAZAMIENTO
La capilla de Santo Cristo de Tepozán forma un conjunto con el convento, el cual se localiza a 2 kilómetros aproximadamente de la población de Asientos y casi enclavada en la famosa mina La Francisca. Los terrenos inmediatos están forestados, formando un pequeño oasis en la aridez de toda la zona. Queda a 27 kilómetros de la población de Rincón de Romos que a su vez queda a 10 kilómetros al norte de la ciudad de Aguascalientes y se puede llegar a través de carretera pavimentada hasta sus inmediaciones.
Desde el convento pueden verse las instalaciones de la compañía minera, pero a una distancia que no interfiere con el entorno apacible del conjunto. Es importante, sin embargo, el preveer que cualquier expansión de las instalaciones mineras no dañen ni al paisaje ni la contemplación del monumento que actualmente se piensa en convertir en una zona de esparcimiento de la población de Asientos, para lo cual el gobierno del estado ha realizado obras a su alrededor para que se puedan realizar días de campo y audiciones.
El terreno en que se desplanta el conjunto está un poco a desnivel, aún cuando la zona tiene una serie de lomeríos que anuncian las estribaciones de la Sierra Madre Oriental en donde existe otro poblado llamado Tepozán, por lo que a éste se le denomina el Tepozán de abajo para diferenciarlo.
El clima es fresco y con vientos, pero debido a que normalmetne el cielo no está nublado, el sol provoca calor cuando no se está a cubierto.
3.-HISTORIA
Según los indicios de que disponemos, la devoción al Santo Cristo del Tepozán parece estar vinculada al hallazgo de una veta minera a la que se le puso ese nombre. Por esa razón se erigió esta capilla en la época del primer auge, cuando vivían los señores Larrañaga. Entre otras señales de su antigüedad está una piedra en el atrio que tiene la inscripción sepulcro del Padre Luis Joseph Canegas, Capellán que fue de esta capilla del Señor del Tepozán, Enero 16 de 1736.
Es interesante señalar que el 30 de Junio de 1823, el obispo de Guadalajara concedió licencia para la creación y celebración del viacrucis, con indulgencia de 40 días en cada cruz o estación y en cada vez que los fieles practicaran tal devoción.
Por otra parte, también se formó una archicofradía para su culto, enriquecida con cuantiosos donativos, a la cual le fueron concedidos algunos privilegios por el Papado, los que constan en circular del 31 de Enero de 1833, y con los siguientes: Indulgencia Plenaria para la hora de la muerte; declarar perpetuamente privilegiado al altar mayor; indulgencia plenaria por visitar y hacer oración en la iglesia el miércoles después de la Octava de los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo en que se celebra la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo; e idulgencia a los Administradores de la Cofradía que visitaran alguna iglesia, oratorio o capilla en cada una de las festividades de Jesucristo que ocurren en el año. (3)
Otra de las celebraciones del Señor del Tepozán fue una Novena compuesta por el cura Domingo Gutiérrez. Se comenzaba el 17 de Enero y se concluía el 26 del mismo mes, fecha de celebración de la fiesta de Nuestra Señora del Tepozán, y que posteriormente fue trasladada al primer domingo de Julio.
Persiste la tradición de cuando se acerca el tiempo de lluvias también se recurre al señor del Tepozán: Se saca en procesión para implorar la lluvia, haciendo un recorrido por el lugar, que culmina el 13 de Septiembre en un lugar denominado La Palma Mocha, en Jarrillas, donde se celebra una vigilia a campo abierto.
La iglesia fue reconstruida por el cura Luis G. Maciel el año de 1868; la torre fue concluida por el cura José María de Jesús Portugal, quien fue párroco de Asientos por 19 años y posteriormente obispo de Aguascalientes, al mismo tiempo que construyó el Convento de Tepozán, lugar en que pasaba largas temporadas de meditación y producción literaria. Esto fue alrededor de 1880. (4)
En 1940 hubo necesidad de emprender nuevas labores de conservación que en esta oportunidad dirigieron los curas Gregorio García y Jesús Rodríguez, procediendo a decorar y colocar el pavimento.
Actualmente un patronato formado por comerciantes de Asientos de Ibarra, el Gobierno Estatal y la Jerarquía eclesiástica acaban de restaurar el pequeño convento al que para evitar que se deteriore se le está buscando un nuevo destino aún cuando no sea el original, pero sí uno congruente con su estructura y dignidad, de tal manera que ese nuevo uso garantice su mantenimiento de ahora en adelante.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La capilla es un edificio que impone por su sobriedad, en la que contrasta la magnificencia de su torre y la abundante decoración interior.
La capilla del Santo Cristo de Tepozán está formada por una nave de seis tramos, dividida por arcos de medio punto, y en cuyo crucero se encuentra una cúpula octagonal. El conjunto lleva una torre en el lado derecho de la fachada y está orientada al noreste.
La fachada, extremadamente sencilla, recuerda su origen franciscano ya que sólo consta de una puerta con arco de medio punto y una sobria ventana rectangular que pertenece al coro. La única torre a la derecha es claramente de estilo neoclásico a base de un solo cuerpo de planta cuadrada con arcos de medio punto en sus cuatro lados, llevando arriba frontones rectos interrumpidos al centro, con mecatones en las esquinas y rematada con un cupulín. Esta torre fue bien diseñada y denota el profesionalismo del arquitecto, probablemente el mismo que intervino en el pequeño convento, que es verdaderamente una construcción muy bien lograda, si bien parece ser el resultado de épocas diferentes, (inclusive con ciertas influencias neogóticas), pero perfectamente armonizadas, que le permiten conservar un encanto muy especial.
La nave tiene seis tramos dentro de los cuales se cuentan el del coro y el del presbiterio que es rectangular. El sotocoro tiene cuatro pequeñas columnas que sostienen un arco de tres centros, llamado así porque para su trazo se ocupan tal número de puntos de apoyo, uno al centro y los otros dos a un tercio del espacio restante a cada lado, al lado derecho una pequeña puerta de acceso a la escalera de la torre y al coro, el cual cuenta con una amplia ventana con derrames, aquellos cortes sesgados en el muro, hechos para proyectar la luz al interior. En el crucero se levanta una cúpula octagonal pero de planta alargada y no cuadrada, por lo que en su arranque, a partir de las bóvedas de la capilla se forman las clásicas pechinas para pasar de la planta cuadrada a la octagonal, que en esta ocasión no sólo son las secciones curvas de diseño triangular que sirven para transmitir el peso de la cúpula a las pilastras del crucero, sino que además, por la forma rectangular de ésta, se necesitaron otras curiosas secciones triangulares.
El interior de la nave tiene en cada tramo un par de medias columnas ranuradas o estriadas a todo lo alto, rematando en capiteles de órden jónico, lo cual no es común en la época en que se construyó el templo, por lo que no sería remoto que se hayan modificado los originales capiteles, de estilo toscano, probablemente. El resto de la decoración en los muros es a base de pintura indicando supuestos relieves góticos como se usaba a fines del pasado siglo.
El altar mayor es de corte neoclásico, con un templete circular con columnas, sosteniendo una cúpula semiesférica. Atrás de este pequeño altar se encuentra un amplio salón que se supone era un camarín, pues presenta como éstos una cúpula también octagonal pero inscrita en una planta cuadrada y de dimensiones mayores a la cúpula del crucero de la capilla. Esta circunstancia nos lleva a pensar en que en el presbiterio existía un altar mayor que el actual y además que la advocación puede ser inicialmente a la Virgen, ya que son las iglesias dedicadas a ella las que tienen camarín para cambiar a la imagen con diferentes atuendos, lo cual no es necesario con una imagen del crucificado.
En este camarín existen pinturas de los cuatro doctores de la iglesia en las pechinas que sostienen la cúpula y se ha cambiado aquí la pileta o lavamanos que existía en la sacristía, pues ahora el camarín hace las veces de ésta.
La sacristía original, a la izquierda del presbiterio es un local abovedado con dos secciones separadas por un arco que se apoya en ambos lados en medios capiteles o pinjantes, bajo uno de los cuales estaba empotrado el lavamanos que se trasladó al camarín.
En las pechinas existen pinturas al óleo de escenas de la Pasión, probablemente de principios de este siglo y tal vez de Teodoro Ramírez, quien pintó los dos murales que están al fondo de las capillas que forman el crucero. Las bóvedas son de medio cañón con intersección a un nivel más bajo de otra semejante pero perpendicular, con lo que se forman los lunetos. Estos lunetos se remarcan con pintura en sus aristas y al centro llevan un círculo del que penden candiles de prismas de cristal. El resto de las bóvedas se ornamentan con roleos inspirados en la decoración de Pompeya, descubierta a mediados del siglo XVIII y puesta de moda en México en el siglo XIX.
5.-OBRAS DE ARTE
Esta capilla, como la mayoría de las de la región, está casi desnuda de objetos pertenecientes a su época de apogeo, y estando en una zona en que la producción de las minas daba plata y cobre en abundancia, no es probable que las iglesias carecieran de objetos valiosos y obras de arte. Sin embargo, los cambios de gusto del barroco de elementos muy ornamentados al neoclásico de formas simplificadas y las continuas guerras y saqueos han acabado con todo lo que era posible de ser sustraido. La obra de arte más significativa que resta en el interior de la capilla es un viacrucis compuesto de 14 óleos de aproximadamente 60 x 40 cms. pintados por Francisco Zacarías Ascona aproximadamente en 1823, pues así se hace constar en una tabla que pende en el templo y mediante la cual el obispo de Guadalajara, José García, lo autoriza en esa fecha.
Por otra parte, las decoraciones murales que se mencionan tanto en el fondo de los brazos, en ambos lados del crucero, como en las pechinas de ambas cúpulas, pueden ser todas obras de Teodoro Ramírez, ya que las del crucero sí lo son. Estas pinturas, ejecutadas a principios de este siglo en el estilo naturalista que demandaba el academicismo de la época, tiene un franco sabor popular aún cuando la de la capilla en que se encuentra el Descendimiento ha sido muy dañada al restaurarla, no así la de la Crucifixión con los dos ladrones y las santas mujeres.
También es conveniente mencionar la existencia en el camarín de una cómoda para vestiduras sacerdotales, así como un sillón antiguo de sabor popular. También es muy interesante el lavamanos de cantera que en su parte superior lleva un resplandor, el cual se considera debe ser una obra la influencia neoclásica.
6.-BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
(1). TOPETE del Valle, Alejandro. Aguascalientes. Guía para visitar la Ciudad y el Estado. Aguascalientes. Ed. del autor. 1973. p.15.
(2). GONZALEZ Sánchez, José. Crónicas de Asientos. Ed. Jus, México, 1965.
p.53 y 54.
(3). GONZALEZ Sánchez, José. op. cit. p.79 a 83.
(4). GONZALEZ Sánchez. Ibidem. p.100.
BERNAL Sánchez, Jesús. Apuntes históricos, geográficos y estadística del Estado de Aguascalientes. Aguascalientes. Imprenta Pedroza, 1928.
GOMEZ Serrano, Jesús. Aguascalientes: Imperio de los Guggenheim (estudio sobre la minería y metalurgia en Aguascalientes 1890, 1930. El caso Guggenheim-Asarco). México, SEP/FCE, 1982.
GONZALEZ, Agustín R. Historia del Estado de Aguascalientes. Aguascalientes.
Ed. Francisco Antúnez, 1974.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Señor del Tepozán