Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003952
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de la Candelaria
Tipo de Monumento
Época
Siglo XIX y XX
Siglo de creación
Antecedentes históricos
La parroquia de Quitupan es, como varias otras obras de su género en muchos sitios de Jalisco, un espacio que procede de por lo menos dos periodos de construcción de importancia. El primero debió tener lugar en los últimos lustros del siglo XIX y el segundo cerca de la mitad del XX. La iglesia ocupa una de las esquinas -la suroeste- que forman las calles que limitan la plaza central de la población.
El templo no tiene atrio propiamente dicho sino sólo una zona que hace las veces de su vestíbulo en un área de ampliación de las banquetas frente a sus fachadas oriente y la lateral al sur. De cualquier modo, y la importancia de sus dimensiones, la obra no sólo complementa la organización de la plaza sino que remata su andador sur, probablemente el más importante de ese diseño urbano pues coincide -siendo su paralelo- con la calle que da acceso al centro de la población.
La fachada de la parroquia fue compuesta con dos elementos básicos, la portada y la torre del campanario. La primera fue planteada, como fue práctica corriente durante muchos tiempo, sobre un eje vertical que determina los espacios y las dimensiones de la puerta de acceso -en forma de arco de medio punto y flanqueada por pilastras adosadas-; la ventana de coro -que va inscrita en un marco prácticamente cuadrado y al que definen varios juegos de molduras-; un pequeño nicho -en el que se aloja una imagen de la titular del templo-, y el pretil que remata la composición con una curva delineada por una moldura que vuela un tanto sobre el paramento.
La portada podría ser considerada como uno más de los productos tradicionales de la construcción popular en esta y en otras zonas del Estado de Jalisco; hay que destacar, sin embargo, que en época reciente le fue agregado un pórtico al que se compuso con columnas que comparten los ejes de las pilastras originales y con apoyo en las fórmulas plásticas de un frontón a la manera clásica. El frontón, por cierto, se prolonga desde el alineamiento de la propiedad con la calle hasta resolverse en el muro mismo de la fachada, lo que sin duda constituye una falta de respeto al edificio histórico y un desatino desde el punto de vista estructural.
El pórtico creó un nuevo volumen adosado al volumen de la fachada, así como una sombra adicional frente al acceso. Es probable que la comunidad demandara una zona de sombra, o de protección frente a la lluvia antes y después de las celebraciones, pero es un hecho que esta clase de edificios no fue diseñada para proporcionar esas áreas y es obvio, por otra parte, que elementos como ese distorsionan las funciones plásticas y simbólicas de uno de los componentes principales de la iglesia.
La torre del campanario es, a su vez, una de las piezas de la principal época de construcción -o de integración- del recinto: es una obra de dos cuerpos y un remate; en los trazos en planta y en fachada de los dos cuerpos predominan los cuadrados mientras en el remate fueron incluidos un cupulín y una linternilla. Las dos secciones del campanario llevan vanos en forma de arco de medio punto en cada cara: las aperturas para las campanas desde luego son suficientes para el cumplimiento de sus funciones y las pilastras y los capiteles que integran sus jambas son de buena calidad: a pesar de ello, las dobles pilastras que flanquean ambos lados de los vanos atribuyen una pesantez especial a la torre, de la que se hicieron destacar los rasgos básicos de sus entablamentos con la aplicación de pintura en el color terracota que contrasta con el blanco básico del fondo de los muros.
La parroquia, como se anotó antes, procede de una serie de intervenciones, trabajos a los que debe, a fin de cuentas, muchas de las apariencias que ahora la caracterizan. Cada una de las etapas de la obra dejó no sólo aportaciones sino un sello determinante en la integración final del espacio de culto. Ninguna de las labores en el espacio religioso fue tan influyente como la que agregó áreas adicionales a la nave -en ambos lados de la nave principal- y a las que tuvo que dotarse de cubiertas adecuadas. Es probable que esos trabajos incluyeran, además, la sustitución de la techumbre principal y original del edificio. En el momento actual, a principios de 2009, la parroquia se muestra techada por dos clases de aportaciones: losa de casetones en la nave central y en el presbiterio, y losa plana (quizá bóveda catalana aplanada) en las ampliaciones a la nave.
El edificio fue diseñado sobre la base de utilización de un planta en forma de cruz latina; en esa medida, fue previsto resolver el crucero con una cúpula, en especial de una de trazo octagonal con cuatro lados paralelos a los elementos de la estructura y con cuatro, en diagonal, sujetos a las dimensiones y a las orientaciones de las pechinas, concepción en general que consagra el modelo que se hizo habitual desde una primera época del siglo XVII y que fue perfeccionado hasta convertirse, incluso, en una de las divisas del diseño de espacios de culto en el XIX, cuando se consolidaron los rasgos de aliento neoclásico que muchas comunidades adoptaron como representativos de la arquitectura religiosa. Si bien la cúpula de la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria sigue la mayor parte de aquellos lineamientos, es un hecho que también ese elemento ha sido objeto de alguna intervención, como lo demuestra la alteración de las superficies de los muros en los que se abren las ocho ventanas que iluminan el área del tambor.
El espacio interior luce presidido por un arco a manera de fragmento de retablo entre el fondo del presbiterio y el muro testero, paramento que incluye un arco cegado y hasta pechinas, de seguro en previsión de que la cubierta del presbiterio se resolviera como una bóveda de cierto peralte, como también es observable en otros sitios del inmueble. Se trata de una propuesta de extrema modestia plástica, pero a la que salva la buena calidad de la imagen de la Virgen de la Candelaria que se encuentra en la parte superior del arco y en un eje que incluye un pequeño Cristo en la Cruz y desde luego el sagrario. La intervención en el presbiterio incluyó dos peraltes frente a la nave central y una quizá innecesaria escalinata de cinco peraltes que conduce a la parte posterior del arco a la manera de una circulación de servicio y de mantenimiento.
La apariencia actual de la parroquia es la de un edificio moderno y en el que se han preferido las soluciones eficaces sobre los contenidos de valor simbólico que son consustanciales a los espacios de culto. Este punto de vista no trata de señalar deméritos de las inquietudes y aún de las posibilidades de la comunidad, sino a destacar la importancia de conducir las necesidades de áreas adicionales en edificios de valor patrimonial por el camino de la planeación y de la integración de los trabajos de arquitectura en un medio de respeto a los antecedentes.
Planta arquitectónica (original)
Cruz Latina
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Juárez
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
49570
Tipo de uso del inmueble
Uso inicial del inmueble
Culto público
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Clero Secular