Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003931
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora del Rosario
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVII
Siglo de creación
Antecedentes históricos
La capilla dedicada a la devoción de Nuestra Señora del Rosario tiene la apariencia de ser la antigua "capilla de hospital" que debió completar el arreglo y el diseño de los primeros espacios dedicados al culto en la población. Esta obra, sin embargo, no se encuentra en el mismo eje de composición de la parroquia, como fue habitual en las propuestas de los evangelizadores de la zona aunque sí, desde luego, ocupa un lugar de importancia en la plaza central de la población. Y, por otra parte, la capilla de la Virgen del Rosario parece no corresponder a las decisiones de los hermanos menores franciscanos, que, en su oportunidad, preferían sujetar sus obras y establecimientos, en particular los de las capillas de hospital, o de indios, a la Purísima Concepción. Aún así, y sobre todo por su antigüedad y por su ubicación en el centro del pueblo, esta obra es una fuente de sugerencias no esclarecidas sobre la historia de la localidad.
El pequeño templo forma parte de un predio relativamente grande, espacio que se amplía, o se diluye, en la medida en que continúa las áreas abiertas de la plaza y, de cierta forma, las aperturas de los terrenos en la sección poniente de la calle Guadalupe Victoria también frente a la plaza. Su atrio propiamente dicho fue delimitado por una sencilla reja montada sobre un murete, lo que contribuye sin duda a darle una transparencia que acentúa la continuidad del espacio religioso frente a la plaza de uso civil y ciudadano.
Como todo en Ajijic y en general en la zona, el atrio de la capilla es un espléndido jardín en el que son evidentes no sólo las bondades climáticas del área sino el cuidado que invierten y aún empeñan quienes están encargados de esa parte de la imagen urbana de la localidad, como se sabe prácticamente un enclave estadounidense y canadiense en pleno corazón de Jalisco. La capilla, así, se alza mirando al sur y en medio de una vegetación pródiga y hasta espectacular según la época del año: en el primer semestre, cerca de la primavera, el edificio comparte sus colores con las jacarandas, las primaveras, las buganvillas y otras especies que podrían parecer nativas de la zona.
La fachada de la obra refleja el trazo de su planta, que es rectangular y del tipo más sencillo. Ese paramento también deja constancia de su edad pues comienza con una portada verdaderamente clásica y culmina con una espadaña de un solo vano por demás interesante. El muro que contiene al acceso, en esa perspectiva, se muestra construido de piedra y en el que sobresalen las piezas de cantería especialmente trabajadas, es decir, el conjunto del arco de la puerta, la ventana del coro y las molduras de la portada y del remate.
Es una lástima que edificios como éste pierdan sus aplanados de manera inexplicable. Aún así, ha de decirse que la portada está formada por un arco de medio punto inscrito entre pilastras que se prolongan hacia arriba y que culminan en capiteles sobre los que aparece un entablamento de cierto primitivismo en su factura si bien su diseño es ciertamente gracioso toda vez que incluye motivos vegetales a todo lo largo de su friso. La pieza de cantería podría recuperar buena parte de su esplendor si contrastara con un paramento liso terminado con aplanado y acaso con pintura a la cal: su mimetismo respecto de las piedras que forman el paramento es un reto a la comprensión de la composición toda vez que hasta en las enjutas del arco aparecen las "rajuelas" que suelen formar parte de los paramentos que han debido reconstruirse -o reconstituirse- por efectos del tiempo, de los deterioros o de los malos usos.
La ventana del coro va inscrita, a su vez, en un marco de piedra suave y porosa de color vino muy parecida al tezontle. Su eje de composición vertical es el mismo que fue utilizado para el trazo y aún para la decisión de situar -y en sus dimensiones- a la espadaña, elemento que más bien parece relativamente reciente y al que se agregó un barandal para completar el diseño de su único vano. La portada, en suma, es una propuesta inspirada -o influida- en composiciones similares de la época del virreinato. Es obvio, sin embargo, que la obra ha atravesado por varios periodos de intervención, uno de los cuales, terminado en el pasado inmediato, sirvió entre otras cosas para renovar los acabados y la pintura de los muros y de buena parte de las bóvedas.
El interior de la capilla, como corresponde a la espacialidad de una planta rectangular, es sencillo, estrecho y relativamente largo. El espacio de culto fue dividido en tres tramos estructurales, espacios a los que separan -o unen- pilastras adosadas terminadas en cantera y a partir de cuyos capiteles se arranca y corre un arquitrabe de un entablamento inexistente pero suficientemente interesante por su antigüedad y por su autenticidad. Así mismo, con cantera, fueron resueltas las dovelas de los arcos formeros que dan lugar y apoyo a las bóvedas vaídas que integran la cubierta del edificio.
Entre las obras recientes de cierta relevancia, o por su presencia en la comprensión del interior del recinto, destacan, desde luego, el pavimento a base de piezas de mosaico de pasta de cemento y, sobre todo, el arreglo a manera de retablo que ocupa el lugar central del presbiterio. Si bien el mobiliario es de una modestia tradicional y popular, el retablo del presbiterio crea una zona de contraste un tanto exagerado pues fue concebido y construido con apoyo en las influencias de un neogótico tardío que francamente no tendría lugar en el recinto.
Vale anotar, empero, que esa creación de una escuela neogótica no sólo superada sino ya anacrónica, contiene tres esculturas de mérito que es necesario mencionar: se trata de las imágenes de la Virgen del Rosario, en el nicho central, de una Purísima Concepción, al lado del Evangelio, y de un personaje no identificado -pero que evoca al mártir San Sebastián-, al lado de la Epístola.
El presbiterio se halla en un nivel ligeramente superior al de la nave y el coro, en el pie del espacio a cubierto, está soportado por dos pinjantes y por el muro de la fachada, sin duda un recurso de muy hábil utilización dadas, sobre todo, las dimensiones de ancho del recinto. También es de lamentar que el coro esté fuera de uso y que su presencia en un espacio tan notable haya quedado como un testigo mudo de la evolución del templo. Por lo demás, y como se acostumbra en esta zona de Jalisco, la obra es, ahora, un modelo de austeridad o de sencillez quizá acorde con la nueva situación cosmopolita de Ajijic.
Todas las fachadas de la capilla revelan tanto la utilización de sus materiales como el empleo de una única técnica constructiva: no se trata desde luego de una propuesta singular sino de la aplicación de las tradiciones regionales en la materia. Vale la pena, por ello, subrayar el valor de las influencias entre áreas geográficas en un momento maduro del periodo virreinal, en especial entre el sur y el centro de Jalisco con el occidente de Michoacán, zonas en las que se construyó con piedras de distintas calidades en medios en los que predominó el adobe.
Planta arquitectónica (original)
Rectangular
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Guadalupe Victoria
Número y/o identificador de la vialidad o calle
6
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
45920
Tipo de uso del inmueble
Uso inicial del inmueble
Culto público
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Clero Secular