Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003953
Nombre del Inmueble
San Cristóbal
Tipo de Monumento
Época
Siglo XIX y XX
Siglo de creación
Antecedentes históricos
La parroquia de San Cristóbal, que es el edificio principal en la tierra que hizo famosa el arquitecto Luis Barragán, es una obra de prácticamente dos siglos a la que le han sido practicadas varias intervenciones hasta modificarla de una manera verdaderamente alarmante. La parroquia, por lo demás, forma parte de la imagen urbana en el primer cuadro pues se encuentra en el paramento sur de la plaza: en esa posición, es evidente que ocupa un lugar de relevancia en la organización de los espacios y, desde luego, en la distribución visual de las circulaciones que conducen a los varios espacios en el pueblo.
Por esas y otras razones, llama poderosamente la atención que el edificio de mayores dimensiones y de más justificados contenidos simbólicos en la población proceda y se muestre como una creación caprichosa y desde luego anacrónica, por lo menos en los detalles de composición de sus torres de campanarios, los elementos más prominentes de su volumen. La fachada principal de la parroquia, en efecto, es la fachada sur de la plaza, después o enseguida de algunos portales comerciales que se encuentran al oriente. El muro que contiene el acceso al templo ve al norte y se encuentra en la parte superior de una escalinata de poco más de un metro en su punto más alto respecto del nivel medio de la plaza, que se extiende sobre un terreno con pendiente de oriente a poniente, prácticamente como todos los predios en Mazamitla.
La fachada, en suma, está constituida por una portada de proporciones horizontales y por las dos torres de sus campanarios. La portada es ancha en correspondencia a la importancia relativa de las tres naves del interior, y, a diferencia de otras obras similares, lleva diez vanos: los de los extremos son los encargados de alojar a las ventanas que iluminan las capillas laterales, abajo, y las escaleras de los campanarios, arriba; los elementos centrales son el arco de acceso -que es de trazo de medio punto- y la ventana de coro, que es de forma rectangular vertical. A esos dos grandes vanos los flanquean otros dos, en los que se ensayaron las formas y los recursos de los nichos pero cuyas dimensiones están más bien vinculados con las funciones de ventanas. En el eje vertical de la composición de la portada se alza un pesado volumen al que se terminó en una pirámide a modo de remate; en la cara principal de ese cubo fue montado un reloj como los que se utilizaron para servicio público en muchos edificios en los primeros años del siglo XX.
En los extremos de la portada, y sobre las ventanas de sus cubos, se alzan las torres: si bien se trata obviamente de los campanarios, en esos elementos son más ostensibles los rasgos de sus estructuras de concreto reforzado y los vacíos de los segundos cuerpos, áreas a las que se terminó como si fueran miradores, o balcones pues no sólo no alojan campanas sino que tampoco indican la existencia de escaleras o de otros medios para su acceso. Las torres son iguales entre sí y terminan, cada una, en remates que podrían pasar por terceros cuerpos, en balaustradas de alturas variables y, sobre todo, en unos elementos apuntados que no coinciden plásticamente con ningún otro componente del volumen.
Las fachadas laterales y complementarias del templo -como la parte posterior del volumen de las torres y de la fachada posterior-, fueron terminadas con una serie importante de recursos ornamentales que sólo contribuyen a la confusión visual del volumen: se trata de piezas que simulan ser cabezas de vigas que no continúan en los interiores y a las que, además, se pintó de color terracota, con lo que, lamentablemente, se subraya unja calidad que no tiene relación con el proyecto, el contenido y la trascendencia del edificio.
En el interior de la nave no son menores los cambios, en especial en las soluciones de las cubiertas de las tres naves: en esos elementos las modificaciones consistieron en agregar losas planas que probablemente proceden de un sistema constructivo a base de bóvedas catalanas y de aplanados convencionales de cemento y arena y hasta de yeso. La nave central, como fue desde el trazo de la planta basilical, es más alta que las laterales y entre una y otras aparecen columnas de sección circular que, mediante capiteles del tipo más sencillo, soportan muros que contienen ventanas que se abren por arriba del nivel de las cubiertas de las naves laterales. Como también fue habitual en las plantas de trazo basilical, el presbiterio del templo ocupa un área adicional, al extremo sur de la nave central, y asume los efectos de una planta semicircular, lo que siempre conduce a acentuar la ilusión de la ampliación del espacio. En el presbiterio de esta parroquia, que desborda un tanto los límites que le señala la misma planta del edificio, se encuentra un altar respaldado por una estela a la manera de un monumento conmemorativo y que evoca un fragmento de retablo.
Se trata de una pieza de mampostería que afecta la forma de un pórtico de un solo vano que se utiliza como marco de un cuadro. El espacio central va flanqueado por columnas que soportan un entablamento y éste a un frontón semicircular en cuyo remate aparecen el anagrama de María y una corona que puede confundirse con una peana. El motivo central de este inusual diseño de retablo es una reproducción del lienzo que conserva la imagen de la Virgen de Guadalupe. Como se trata de un objeto que ocupa algo menos de un tercio del ancho del presbiterio, el resultado visual es de gran interés y vale la pena subrayarlo.
En el lado oriente del presbiterio se encuentra la puerta que conduce a la sacristía; al pie de la nave central, y en la parte alta, fue dispuesto el coro, que se extiende al mismo nivel de las ventanas que son posibles entre las cubiertas de las naves. El conjunto arquitectónico interior se completa con las capillas que se abrieron justo a la entrada, a ambos lados de las naves laterales y desde luego en las plantas bajas de las torres: son las dedicadas a Jesús Nazareno, del lado oriente, y a la Purísima Concepción, en el poniente.
A pesar de los cambios y acaso hasta de las alteraciones al espacio litúrgico que podría considerarse como original, la parroquia conserva, en su fachada lateral oriente, y del lado interior, un marco de puerta que ha de considerarse entre los elementos de mayor valor en la estructura arquitectónica histórica. Los otros ámbitos del edificio, lo mismo que sus objetos simbólicos y utilitarios, y hasta las imágenes de los minúsculos altares laterales proceden de intervenciones recientes más bien superficiales.
Planta arquitectónica (original)
Basilical
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Gómez Farías
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
49500
Tipo de uso del inmueble
Uso inicial del inmueble
Culto público
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Clero Secular