Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-002995
Nombre del Inmueble
San Gervasio
Periodo legal del inmueble
Registro Federal Inmobiliario (RFI)
31 125 5
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVIII
Siglo de creación
Antecedentes históricos
El templo actual es el segundo que se construye en el mismo lugar, el primero fue demolida a consecuencia del asesinato de dos personas que se efectúo dentro del templo en el año de 1702 estaba orientado hacia el poniente pero en actual presenta su acceso hacia el norte el conjunto consta de atrio el templo y un anexo.
La siguiente información fue tomada textualmente del Catálogo de Construcciones Religiosas del estado de Yucatán. Editado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Dirección General de Bienes Nacionales. Formada por la Comisión de Inventarios de la Cuarta Zona 1929 - 1933. Recopilado por Justino Fernández.
"DEL CENTRO O DE SAN GERVASIO
PARROQUIA
HISTORIA. En los primeros tiempos de la Conquista, por el año de 1542, los jóvenes Montejo, hijo y sobrino del Adelantado, emprendieron la campaña que tenía por objeto someter la región oriental de la península, en gran parte dominada por los Cupules, caciques de ese extenso territorio.
Poco tiempo después, vencidas una parte de las muchas dificultades y privaciones que encontraron en su avance, Montejo hijo, obligado por otras atenciones que lo reclamaban en Mérida, se separó de su primo, y éste siguió al frente de la expedición hasta conseguir el completo dominio de toda esa importante región.
El 28 de mayo de 1543, reunidos en un pueblo de indios llamado Chauacháa o Cbouac-há (agua larga) distante seis leguas del puertecito llamado entonces El Cuyo, resolvieron fundar en ese lugar la población española a la que dieron el nombre de Valladolid, dando por titular de la iglesia que en él se fundara, a Nuestra Señora de los Remedios, y por abogado de ella a San Gervasio, por ser ese día el del santo.
Encontrando los españoles muy enfermizo ese lugar, tal vez por estar muy cerca de la ciénega, empezó a despoblarse, y como recurrieran al Adelantado pidiendo se cambiara la población a otro lugar, éste les señaló la villa de Conil, en la que, desde un principio se había fijado. No contentos los colonos con esta decisión que los empeoraba, puesto que esa villa estaba en la costa de la que trataban de alejarse, lograron al fin, por mediación del Cabildo y Capitán General, autorización para trasladarse al pueblo de Sací o Zací (nombre de un ídolo), al que llegaron el 24 de marzo de 1544, fundando en definitiva la villa de Valladolid.
Como llegó la víspera de la Asunción de Nuestra Señora, fue cambiado por éste el titular de la iglesia, aunque siendo siempre el abogado de ella San Gervasio.
Se dice que el lugar donde fundaron la villa fue donde existió antes la población de Ticibalam, fundada por Eek-Balam (tigre negro).
26 años después de fundada la villa, el año de 1570 se terminó la primera iglesia de Valladolid. Empezó a construirla el encomendero don Juan de Contreras, que sólo vio terminadas la sacristía y la capilla, habiendo sido mayordomo de ella hasta su muerte. (1)
Según las noticias que se tienen de esa época, la iglesia ocupaba el mismo sitio que la actual, pero con frente al poniente, y era de tres naves cubierta de teja, con pilares de piedra y arcos de cantería. El retablo del altar mayor era obra antigua, no así la del sagrario que era moderna, habiendo existido, además, dos altares colaterales, uno con la imagen de la Purísima Concepción, de talla entera, que los conquistadores trajeron de España, y otro con la de San Juan Bautista, también de talla entera.
La primitiva parroquia fue teatro de uno de los crímenes que por rivalidades políticas se cometieron en esa época, de la que resultaron víctimas el agente de negocios (tinterillo) Gabriel de Covarrubias y el comerciante español don Fernando HipóIito de Osorno, Alcalde de Valladolid el año de 1701, quienes perseguidos por las autoridades, estaban refugiados en la parroquia donde se creían seguros. Don Eligio Ancona, en su Historia de Yucatán, T. I. Cap. XI, Pág. 317 y 318, dice así: "En la noche del 16 de julio de 1702, los dos refugiados dormían tranquilamente en la sacristía del templo, cuando les despertó un fuerte ruido que se dejó oír en el atrio. Osorno se asomó a la puerta y distinguió un grupo tumultuoso compuesto, según se asegura, de ciento cincuenta y seis hombres. Disparó sobre ellos su arcabuz; pero comprendiendo que estaba perdido si permanecía en aquel lugar, corrió al interior de la iglesia, subió las escaleras del coro y se escondió debajo del órgano. Covarrubias también huyó; pero sólo tuvo tiempo de subir al altar mayor y de abrazarse a las columnas del sagrario. Algunos instantes después se oyeron crujir las puertas del templo, y una turba de asesinos, encabezada por Ayuso y Tovar, invadió en tropel el recinto sagrado. Covarrubias fue distinguido inmediatamente al siniestro resplandor de algunas teas que traían consigo los invasores. Una lanza se le introdujo en el pecho; brotó de la herida un arroyo de sangre que inundó el altar, y el desgraciado tinterillo, no teniendo ya fuerzas para sostenerse, rodó casi examine sobre las losas del pavimento. Enseguida la turba se puso a buscar a Osorno, y no tardó en sorprender su escondite. Allí mismo le infirieron algunas heridas; pero los alcaldes, que quisieron dar a su venganza el carácter de una ejecución oficial, hicieron entonces trasladar a sus víctimas a la cárcel pública. En aquel lugar, les dieron garrote antes de que exhalaran el último aliento, y sus cadáveres amanecieron colgados de las ventanas del edificio... " Era entonces obispo de Yucatán don Fr. Pedro de los Ríos y Lamadrid, quien mandó cerrar el templo profanado y en son de protesta, ensordeció a la ciudad con toques de campanas. (2)
Algún tiempo después y para borrar la mancha del crimen cometido en el templo, fue destruido éste totalmente, construyéndose desde luego el actual que tiene su frente al norte.
Hasta el año de 1846, la ciudad de Valladolid ocupaba uno de los primeros lugares en la península, por su población y prosperidad, no interrumpida ni aún por la rebelión india del año 1546 y revolución de 1848, (3) pero desde enero de 1847, se vio envuelta en la terrible guerra que, iniciada por rivalidades de partido, dio lugar después a la llamada de Castas, que había de causar la ruina de Yucatán. En los múltiples y sangrientos combates que las fuerzas del gobierno sostuvieron con los rebeldes, la iglesia fue el principal baluarte de los sitiados, y refugio de familias cuyas casas eran incendiadas, pero aunque los indios cometieron toda clase de salvajismos en personas y propiedades, siempre fue respetada.
Llegó el año de 1915, y lo que no hicieron los fanáticos salvajes, lo hicieron los fanáticos civilizados que, en su ciego furor, destruyeron cuanto encontraron a mano; saquearon el templo, y de los altares e imágenes, entre lo que había mucho de gran valor artístico, hicieron leña para alimentar la máquina del ferrocarril que les condujo a Mérida, después de haber cumplido ampliamente con las órdenes de los entonces dueños de Yucatán. Todavía se ven restos de los retablos que destr uyeron y que, aunque remotamente, dan idea de la importancia que tenían. Las alhajas y objetos de valor no sólo artístico sino efectivo, no fueron destruidos, pero han desaparecido quizá para siempre.
DESCRIPCION. Consta el predio de iglesia, un pequeño anexo y atrio, ocupando una superficie total de 6,658.80 metros cuadrados.
Iglesia. Rodeada la iglesia por el atrio, da su frente al parque Francisco Cantón, situado en el centro de la ciudad.
Alturas. Por el interior, la altura de la cubierta es de 17.50 metros en la nave y crucero; de 24.50 metros en la cúpula y 8 metros el coro. Por el exterior, la altura hasta el remate de la linternilla de la cúpula, es de 28.70 metros; la altura de los muros laterales con el pretil, de 19.12 metros, y la de las torres, hasta la cruz, de 39 metros. El atrio está 1 metro más alto que el nivel de la calle, el crucero un escalón sobre el piso de la nave y el presbiterio tres escalones sobre el del crucero.
Claros. En la fachada principal, debajo del coro, está la puerta principal y a los costados de la nave, junto al crucero, las laterales. En el crucero, junto al ángulo formado por los muros oriente y sur, está la puerta que comunica con una pieza de la sacristía, y al fondo del presbiterio ésta se comunica por dos puertas colaterales del altar mayor. Iluminan la iglesia cinco ventanales altos, correspondiendo uno al coro en la fachada principal y cuatro al crucero en sus muros oriente y poniente. Además, la cúpula tiene cuatro ventanas y la linternilla otras cuatro.
Cubiertas. Cubre la iglesia bóveda de mampostería en forma de cañón, interrumpido en el crucero por cúpula esférica con linternilla.
Pavimentos. El piso es de mosaico menos los escalones del presbiterio que son de losas y algunas partes en donde todavía existen lápidas de mármol de las criptas. El mosaico, aunque viejo, se conserva bastante bien.
Presbiterio. Ocupa el presbiterio el fondo de la iglesia y lo limitan uno de los arcos torales del crucero y barandal de fierro que tiene un púlpito en cada uno de sus extremos. En la pared del fondo está el retablo que cubre gran parte de ella y delante de éste, el altar mayor sobre plataforma con dos escalones.
En el costado poniente, junto a uno de los púlpitos, hay un pequeño monumento con los restos del Cgo. Dr. Dn. Manuel Luciano Pérez y Rosado, nativo de Valladolid, y muerto en 1907.
Dos puertas, ya citadas, comunican con la sacristía.
Coro. A la entrada de la iglesia y en alto, está el coro de madera con barandal. Es estrecho y no corresponde a la importancia de la parroquia. Se sube a él por las mismas escaleras para la azotea y torres, pero como no existe órgano no se utiliza.
Bautisterio. Cerca de la entrada principal, en el muro oriente, hay una pequeña capilla destinada a bautisterio. Está cubierta con bóveda de cañón y recibe luz por una ventana muy chica que da al atrio. En el centro se encuentra la pila bautismal de piedra, de 1.25 metros de diámetro con pie del mismo material.
Capilla. En el costado poniente, frente al bautisterio, hay otra capilla igual a la anterior y en ella restos de un altar que, a juzgar por lo que queda de él, debe haber sido muy hermoso.
Sacristía. La sacristía está situada detrás de la iglesia, comunicada con ella por las puertas ya citadas, y con el atrio por otras dos correspondientes a una de las dos piezas de que está compuesta. Recibe luz una de ellas por dos ventanas hacia el atrio y la otra por dichas puertas.
L a pieza comunicada con el presbiterio está cubierta con bóveda de cañón y la otra con vigas de madera, siendo ambos techos más bajos que los de la iglesia. La primera tiene una parte de su piso de ladrillo y la otra de hormigón, y la segunda todo de hormigón, estando el de ésta cuatro escalones más bajo que el de aquella y uno sobre el atrio.
Fachadas. Los muros de las fachadas laterales son lisos y sólo coronados por pretil calado de mampostería con ligeros remates. El de la fachada principal correspondiente al cuerpo central, tiene chapa de piedra labrada y lo remata, bien proporcionada, cornisa con balaustrada. En esta fachada se destaca la portada principal, de dos cuerpos, con pilastras platerescas dobles en el primero y sencillas en el segundo. Estas, así como la arquivolta de la entrada, pedestales y frisos, presentan finos labrados en la cantería. Sobre el segundo cuerpo y labrado en la piedra, está un escudo con arabescos, corona real, cordón franciscano, y en el centro una pequeña aguilita y la palma que siempre figura en los escudos de las iglesias hechas en esta región, por la Orden Franciscana.
Otra portada mucho más sencilla se ve en la fachada lateral poniente, compuesta por un arco de medio punto con arquivolta labrada, como la del frente, y rematada por tres pequeñas figuras de santos en pie, sobre la clave.
Torres. A uno y otro lado del cuerpo central de la fachada principal, se levantan las dos torres, de planta cuadrada y compuestas de tres cuerpos y un sencillo remate.
Los primeros cuerpos son de muros completamente lisos, en los que se ven las pequeñas claraboyas alargadas que dan escasa luz a las escaleras del interior. Están rematados por sencillo cornizuelo de cantería.
Los otros dos cuerpos que constituyen los campanarios, tienen cortadas sus esquinas, habiendo en cada una de ellas, columnas de cantería con base ática algo estilizado y capitel sumamente original, en el que se nota cierta influencia moruna, mezclada con reminiscencias mayas. Terminan el segundo y tercer cuerpo, cornisas de cantería bien proporcionadas y, por último, se encuentra el remate de mampostería piramidal, escalonado, con cuatro esquineros y cruz sencilla de cantería. En estos cuerpos están las arcadas simples para las campanas, con arquivoltas de piedra labrada. Sólo hay tres campanas en el segundo cuerpo de la torre del poniente, sin ninguna inscripción.
Para subir a la cubierta de la iglesia, se utilizan dos escaleras de piedra en forma de caracol, alojadas en el interior de las torres, con 37 escalones hasta el coro, 35 más hasta la cubierta de la iglesia y 23 hasta el segundo cuerpo de dichas torres, siendo en total, 95 escalones.
Reloj. Sobre la fachada principal y en el de ella, se encuentra la caseta del reloj, fea y pesada. Dicho reloj es ya viejo, sin ser antiguo, siendo el único público de la ciudad.
Cúpula. La cúpula, por el exterior, se ve asentada sobre la base cuadrada, de la que parte tambor circular con remates y las cuatro ventanas ya citadas antes. Es muy chaparra, como la generalidad de ellas, y su linternilla muy pequeña.
Anexo. Constituyen el anexo, dos pequeñas piezas y un patio. Situado en la esquina nordeste del atrio, sobre la calle 41, ocupa en total una superficie de 174.36 metros cuadrados.
Las dos piezas con muros de mampostería están techadas con vigas de madera (rollizos) y sus pisos son de hormigón, bastante destruidos.
El patio está limitado por barda de mampostería que, por el o riente y sur, colinda con propiedad particular, y por el poniente, con el atrio. Separado de la iglesia por dicho atrio, dista de ella 15.36 metros.
Atrio. Rodea el atrio a la iglesia por sus cuatro lados, ocupando en total una superficie de 4,984.15 metros cuadrados.
A un metro de altura sobre el piso de la calle se sube a él por dos pequeñas escalinatas correspondientes a la puerta principal y lateral del poniente. En la primera existen dos pilares y en la segunda, restos de otros dos.
En la esquina de las calles 41 y 42, existe un monumento levantado en julio de 1925 a la memoria del señor José María lturralde Traconis, que fue gobernador de Yucatán y que hizo varias mejoras en Valladolid, de donde fue nativo. Al construirse este monumento, quedó cortada la esquina del atrio, restándole una superficie de 2 metros.
Decoración. Salvo la fachada principal en su mayor parte ocupada por la portada, los muros son lisos, con las piedras irregulares aparentes juntadas con mezcla.
El labrado de las portadas es fino; y de escultura, sólo es de notarse, sobre la clave de la portada lateral, las figuras de tres santos de las que ya se ha hecho mención.
El interior está pintado a la cal, a colores, imitando grandes sillares en los muros y tableros con molduras y figuras en las bóvedas, pechinas y cúpula. Las pilastras, arquivoltas y cornisas de cantería que se destacan, aunque medrosas, no fueron pintadas de esa profusión de colores y dibujos vulgares.
Altares y retablos. El retablo mayor es de madera pintada con pequeños dorados corrientes. Ocupa gran parte del muro de fondo del presbiterio enmarcado en gran arco, pero incompleto, pues sólo llegan hasta un poco más de la mitad de la altura de éste, los dos cuerpos que lo componen, faltándole dos más. Cada uno de estos cuerpos está formado por tres nichos entre columnas dóricas ornamentadas. Es relativamente moderno y de poca importancia. Sólo el nicho central del primer cuerpo está ocupado por la imagen de un santo de manufactura moderna y corriente.
El altar mayor frente al zoclo de mampostería donde descansa el retablo, es de madera pintada con poco dorado y sin importancia.
En los muros oriente y poniente del crucero, hay dos altares, siendo uno de ellos del mismo estilo del retablo mayor, pero más chico y el otro sin ninguna importancia.
Todos los demás nichos antes ocupados por los altares que desprendieron y quemaron, están vacíos y sólo en algunos de ellos hay una que otra imagen moderna.
En uno de ellos se encuentra el remate aislado de un retablo que debe haber sido importante y que no pudieron desprender durante el saqueo del templo.
En la capilla que está frente al bautisterio, se encuentran restos de un altar churrigueresco, que conserva aún de lo que queda de él, hermosas columnas salomónicas. En su mayor parte fueron quemado, como lo fueron las imágenes y cuadros, algunos de los cuales eran de mérito.
Mobiliario y platería. Como en todos los templos, después de los años de 1915 y I916, en que desaparecieron todos los objetos de algún valor, en éste no se encuentra nada de valor. Una tosca y pesada cajonera en la sacristía, con ornamentos corrientes y algunos útiles para el servicio, sin valor real y menos artístico, es lo único que puede verse.
CONDICIONES MATERIALES. No siendo de las más antiguas esta iglesia, se conserva mejor que la mayoría de ellas, y sin embargo, debido al poco cuidado, se notan algunas goteras en sus bóvedas y humedad en s us muros. Salvo esto, su estado de erigió esta santa iglesia con título de la Anunciación de conservación es bueno."
Planta arquitectónica (original)
Cruz Latina
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
41
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
N/A
Código Postal
N/A
Otra localización
Valladolid
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar