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Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-002126
Nombre del Inmueble
San Ildefonso (Catedral) y Cap. El Divino Maestro
Periodo legal del inmueble
Registro Federal Inmobiliario (RFI)
31 275 3
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVI
Siglo de creación
Antecedentes históricos
El 16 de noviembre de 1561 por bula del Papa Pío IV y a petición del rey Felipe II se erigió la iglesia de catedral de Mérida dándosele por titular a san Ildefonso
Esta vino a sustituir el sencillo edifico techado con guano en que estuvo ubicada, la capilla de San José contiguo al palacio episcopal, hoy desaparecido, al oriente de la plaza mayor el actual edificio se comenzó a construir en 1562 para poco después verse interrumpido por falta de fondos las obras se reiniciaron con el gobierno de Don Diego de Santillán debido a la llegada de una cédula real..
Donde se solicitaba la conclusión de la obra el arquitecto encargado era con Pedro de Aulestía. En 1579 los muros estaban en pie y las naves comenzaban a cerrarse. En 1586 el obispo don Gregorio de Montalvo trajo de la Habana al arquitecto Don Juan Manuel de Aguero, encomendándole la dirección de la obra.
En 1597 la obra de cantería se hallaba terminada, sin embargo no se consideró concluida hasta el año de 1598, en esta fachas aun le faltaban algunos elementos como una de las torres y el remate de la puerta principal.
El año 1998 la arquidiócesis de Yucatán celebra los cuatrocientos años de su conclusión para lo cual se prepararon solemnes eventos.
La siguiente información fue tomada textualmente del Catálogo de Construcciones Religiosas del estado de Yucatán. Editado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Dirección General de Bienes Nacionales. Formada por la Comisión de Inventarios de la Cuarta Zona 1929 - 1933. Recopilado por Justino Fernández.
"CATEDRAL DE MÉRIDA.
BREVE HISTORIA DE MÉRIDA Y SU CATEDRAL.
RESUMEN HISTÓRICO DE LA CONQUISTA DE YUCATÁN.
Para dar una idea de lugar, tiempo y condiciones relativas a este hermoso monumento representativo de la arquitectura colonial de Yucatán, hagamos un resumen histórico partiendo de los primeros días de la Conquista, y apuntando los grandes acontecimientos que dieron lugar a la entrada de la civilización europea a una pequeña parte del Continente americano llamado, desde entonces, LA PENINSULA DE YUCATAN.
Por el año de 1511, una carabela capitaneada por un Regidor del Darién llamado Valdivia, naufragó a la altura de los Alacranes, salvándose catorce de los viajeros que desembarcaron en la costa oriental de Yucatán. Hechos prisioneros por los naturales, fueron sacrificados doce de ellos, quedando sólo dos, llamados Gerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero. Estos fueron los primeros españoles que habitaron tierras yucatecas.
Seis años después, el 8 de febrero de 1517, una expedición mandada por el Gobernador de Cuba, Diego Velázquez, capitaneada por Francisco Hernández de Córdova, y en la que iba un clérigo aventurero llamado Alonso González, zarpó del Puerto de Joruco con rumbo al occidente, desembarcando el 3 de marzo en un lugar de la costa al que pusieron el nombre de Cabo o Punta de Catoche. Mal recibidos por los guerreros mayas y después de una dolorosa odisea por la costa de Campeche, volvieron a Cuba escasos en número, con sólo dos prisioneros indios a quienes pusieron por nombres Julián y Melchor, y unos cuantos ídolos y piezas de oro recogidos en Catoche por el padre González.
Esta expedición, aunque desastrosa para quienes la emprendieron, despertó, sin embargo, la ambición de muchos aventureros ansiosos de hacer fortuna, ¡qué de sobra los había en Cuba!, y dio lugar a una nueva expedición preparada por el mismo Gobernador Velázquez, y que, mandada por Juan de Grijalva, salió de M atanzas el 15 de abril de 1518. El 3 de mayo arribó a una isla llamada por los indios Cuzamil (tierra de las golondrinas), a la que los españoles pusieron por nombre Isla de Santa Cruz, por haberla descubierto en esa fecha. El padre Juan Díaz, que acompañaba dicha expedición, rezó la primera misa celebrada en Yucatán. Más afortunados en esta expedición, pues lograron descubrir poblaciones importantes a las que antes no habían podido llegar, regresaron a Cuba llevando mejores noticias y más oro, lo cual despertó la codicia del citado Gobernador de esa Isla.
Armada una tercera expedición al mando de un hidalgo natural de Extremadura, llamado Hernán Cortés, partió del Puerto de la Trinidad, el 10 de febrero de 1519, llegando a Cuzamil, donde recogió a Gerónimo de Aguilar, uno de los dos cautivos españoles, quien tan buenos servicios prestó como intérprete de la lengua maya. En esta ocasión logró Cortés dominar a los indios derribándoles sus ídolos, e hizo que en un altar hecho en el mismo adoratorio maya, dijera misa el Padre Díaz, que también iba en esta expedición, y se elevara sobre ese improvisado altar, una gran cruz de madera, que impresionó vivamente a los indios.
En esta tercera expedición, iba capitaneando una de las naves un hidalgo español, natural de Salamanca, llamado don Francisco de Montejo, que acompañó a Cortés a la conquista del Anáhuac. En ella estaba, cuando fue comisionado a la Corte de España para arreglar algunas dificultades entre Cortés y el gobernador de Cuba, las cuales logró resolver satisfactoriamente. Poco después de su regreso a México, volvió a España con nueva comisión, consiguiendo durante su permanencia en la Corte, y mediante las magníficas influencias que tenía, la autorización de Carlos V para emprender la conquista de Yucatán, firmándose para el efecto, la capitulación el 8 de diciembre de 1526.
Hechos todos los preparativos necesarios, a fines del año de 1527, salió Montejo para Yucatán, llevando como capellán de la armada al clérigo secular Francisco Hernández y a su hijo natural, llamado como él, Francisco Montejo, arribando a las playas yucatecas en marzo de 1528.
Muchas fueron las fatigas y calamidades que pasaron Montejo y todos los que le acompañaban, hasta tomar posesión definitiva de las tierras que, a pesar de todo, con gran valor y perseverancia, defendían sus antiguos poseedores los mayas. Emprendida la conquista de Tabasco y sintiéndose Montejo ya viejo y cansado, delegó el poder que Carlos V le había conferido en su hijo legítimo, llamado como él Francisco de Montejo, quien continuó desde luego, la campaña por el año de 1540.
Salvada la distancia entre Champotón, de donde partió, y la nueva población que debía fundar por indicación de su padre, así como todos los obstáculos que encontró a su paso, llegó a la ciudad maya llamada T-Há, que el adelantado había elegido para fundar en ella la capital de Yucatán.
FUNDACIÓN DE MERIDA.
El 6 de enero del año de 1542, se fundó la ciudad de Mérida, en el asiento de T-Hó, de la antigua provincia de Ceh-Pech.
El acta de fundación de la ciudad, según Cogolludo, dice, en parte:
" ... Que por cuanto el Ilustre señor D. Francisco de Montejo, Adelantado, Gobernador y justicia mayor por su Majestad en estas provincias de Yucatán y Cozumel, con sus poderes le había enviado a ella, así a conquistar y pacificar, como a poblarlas de cristianos, y fundar las ciudades, villas y lugares, que al servicio de Dios y de su Majestad viese que convenía. Y por que después de venido y efectuado lo que le fue mandado, conquistó y pacificó la provincia de Campeche y Acanul,... Y que después que estaba bien poblada y aquellas provincias pacificadas, por que era necesario venir a esta provincia de Quepech, vino y la había conquistado y traído de paz con otras muchas a ellas comarcanas, ...Usando de los poderes que para ello tenía, y por que así se le había mandado por el ilustre señor Adelantado por una instrucción suya, firmada de su nombre; poblaba y edificaba una ciudad de cien vecinos, la cual fundaba a honor y reverencia de Nuestra Señora de la Encarnación, y a la dicha ciudad le daba nombre a tal. LA CIUDAD DE MERIDA, que nuestro Señor guarde para su santo servicio por largos años". Hasta aquí el acta.
"Y como encontraran alguna similitud entre las ruinas de T-Hó, y los monumentos levantados por los romanos en la Emérita Augusta de Extremadura, de consuno acordaron llamar a la nueva ciudad, Mérida de Yucatán, nombre que Montejo consignó en el acta de fundación".
"Erigida la capital de la Colonia y nombrado el Ayuntamiento, fue trazado el plano de la ciudad en un gran pergamino, por el mismo Montejo, resolviendo desde luego en que tendría una gran plaza principal que fue erigida en donde se alzaba el cerro mayor, llamado Bakluumchaan, allanándolo en forma de cuadro, y de esta plaza saldrían cuatro calles principales, dos de oriente a poniente y dos de norte a sur. Esta plaza debía estar circundada por portales. De los cuatro solares de los costados, el del oriente se reservó para edificar la Catedral, el del norte para Casa real y habitaciones de los gobernadores, el del poniente para el Ayuntamiento y edificios concejales, tales como Matadero, Alhóndiga y Cárcel y el del sur para vivienda de don Francisco de Montejo padre.
TITULO Y ESCUDO DE LA CIUDAD DE MERIDA
Por carta del Rey Felipe III y con motivo del nacimiento de Felipe IV, se otorgó a Mérida el título de:
MUY NOBLE Y LEAL CIUDAD DE MERIDA DE YUCATAN
el 30 de abril de 1605.
Este título fue confirmado por cédula real de 13 de julio de 1618, y por merced real de 18 de agosto de ese mismo año, se señaló armas a dicha ciudad, consistentes en un escudo con un león rampante en campo verde y un castillo torreado en campo azul.
ERECCION DEL OBISPADO
El P. Mariano Cuevas, en su obra titulada "Historia de la Iglesia en México", dice:
"A fines de 1517 llegó a Carlos I de Castilla, la nueva del descubrimiento de Cozumel y costa yucateca, hecho a principios de marzo del mismo año por Francisco Hernández de Córdova. Se pensó desde luego, en erigir un obispado en la tierra descubierta, de cuyas dimensiones, cabida y habitantes no se tenía sino ideas muy confusas e inexactas. Accediendo León X a las pretensiones del Rey Católico, expidió en 24 de enero (nono Kalendas Februarii), de 1518 su insigne bula "Sacri Apostolatus Ministerio", en la cual, después de declarar que se interesa mucho por el Nuevo Mundo, recuerda el celo de los Reyes Católicos y erige, a petición de Carlos rey de Castilla, una iglesia en esa tierra.
"Poco tiempo después se presentó ante Carlos V, un tal Benito Martín, clérigo enviado por el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, con el objeto de dar informes y hacer algunas peticiones en nombre de éste. Le pidió por su cuenta y riesgo, el pobre clérigo, que le concediese "en gracia" la abadía de Culúa, tierra que había descubierto Grijalva al poniente de Yucatán. Accedió el Monarca, firmando al efect o una cédula en Barcelona, a 13 de noviembre de 1518.
"Quedaba, pues, según esta división, un obispado en la microscópica isla de Cozumel y una triste abadía para Culúa que era, nada menos que todo el inmenso territorio de la Nueva España. Por obispo fue electo en 1519 Fr. Julián Garcés, dominico, predicador de Carlos V. No llegó a tomar posesión de esa su diócesis; ni salió de España sino hasta 1527. Entre tanto, conquistada ya toda la tierra y conocido el error, se obtuvo de Clemente Vll, la bula "Devotionis tuae probata sinceritas" de 13 de octubre de 1525. En ella se declara que, por haberse pasado los cristianos a otra provincia interior llamada Temixtitlán, y por convenir a la decencia de su cargo (episcopal), a esta ciudad de Temixtitlán, se traslada la sede Carolense, teniendo por distrito y límites los de Temixtitlán u otros que se le asignasen y que él y los sucesores, obispos carolenses no lo fueran de Santa María de los Remedios (siendo de tanta grandeza que aún no se sabe si es isla o continente), donde Pedrarías (léase Francisco Hernández de Córdova), había levantado una iglesia con título de Santa María" de los Remedios... Los límites de su diócesis (añade), serán los que señale Carlos, rey de Castilla... Fijémonos en que la bula dice: "Temixtitlán aut de aliis limitibus consignandis" o de otros límites que se señalasen a voluntad, se entiende del Emperador.
"Ateniéndose a esta frase, Carlos V expidió una cédula en Granada con fecha 19 de septiembre de 1526. Al pie de la bula "Devotionis tuae", añade: "Por ende, nos usando de los dichos Bula y Breve y declaraciones de Su Santidad, de suso van incorporadas y de cada una de ellas..., de suplicación y expreso conocimiento del dicho Obispo Fr. Julián Garcés, señalamos por límites del dicho Obispado de Yucatán y Santa María de los Remedios (nótese que no llama de Temixtlán), primeramente la provincia de Tlaxcaltechle (TIaxcala) inclusive, y San Juan de Ulúa que confina con aguas vertientes hasta llegar a MatIata (Maltrata) inclusive, y la Vilia-rica de la Veracruz y la villa de Medellín con todo lo de Tabasco y dende el río Grijalva hasta llegar a Chiapa..."
"Resulta de todo, que la primera diócesis que hubo en nuestro territorio fue la de Santa María de los Remedios de Yucatán.
"Nunca tuvo límites designados ni podríamos fijar el sitio de su sede.
"No puede, sin embargo, decirse que la «actual diócesis» de Yucatán sea la más antigua. En la traslación de la diócesis Carolense, se le dieron a ésta límites de los cuales quedaba excluida la península maya. De hecho hubo y tuvo que haber otras bulas en 1551, o por lo menos en 1561 para erigir el Obispado de Yucatán, lo que prueba que las antiguas habían caducado por anulación práctica y simultánea de la misma diócesis a que se referían".
El señor Gustavo Martínez Alomía, en su obra "Historiadores de Yucatán", dice a este respecto:
... que el primer Obispado de la República fue el de Tlaxcala, trasladado después a Puebla, pero tal verdad histórica no quita en nada su gloria al de Yucatán, de haber sido «el primero en la gracia»".
El 16 de noviembre del año de 1561, por bula del Papa Pío IV y a petición del rey Felipe II, se erigió la Iglesia de Mérida en Catedral, dándosela por titular a San Ildefonso. Don Juan Francisco Molina Solís en su obra "Historia de Yucatán durante la dominación española", reproduce la Bula de Pío IV dada en Roma el día, mes y año asentados antes. Dicha Bula dice así: ..."por nuestra autoridad apostólica, y en virtud de las presentes letras, erigimos e instituimos el dicho pueblo en ciudad que ha de llamarse Yucatán y Cozumel, y en ella una iglesia catedral bajo la invocación de San Ildefonso, para un obispo que será llamado de Yucatán y Cozumel, a fin de que lleve a efecto la construcción de dicha iglesia; y en la misma ciudad y diócesis predique la palabra de Dios..., etc.".
El 11 de noviembre de 1906, por Bula del Papa Pío X y debido a las gestiones hechas por el Ilmo. Sr. Dr. D. Crescencio Carrillo y Ancona, quedó elevada a la categoría de Arquidiócesis el antiguo Obispado de Yucatán, fijándosela como sufragáneas las diócesis de Tabasco y Campeche. Fue nombrado primer Arzobispo el Ilmo. y Revmo. Sr. Dn. Martín Tritschler y Córdova, erigiéndose el 14 de abril de 1907 en Catedral Metropolitana de Mérida.
PRIMERA IGLESIA
Fundada la ciudad de Mérida, el Teniente de Gobernador, justicia Mayor y Capitán General, D. Francisco de Montejo hijo, ordenó, nos dice el historiador Cogolludo, que: " ... para que la dicha Ciudad de Mérida no decaiga, y de continuo permanezca: mando al reverendo padre cura, Francisco Hernández, que en lo mejor de la traza, que en la dicha ciudad se hiciere, tome solar y sitio para hacer la iglesia mayor, adonde los fieles cristianos oigan doctrina, y les administren los Sacramentos, y le doy por apellido nuestra Señora de la Encarnación... "
Poco después de esto, el 23 de enero de 1542, se presentó a la ciudad el cacique de Maní, Tutul-Xiú, sometiéndose a Montejo y aliándose a él. Con motivo de este acontecimiento, y por ser ese día el de San Ildefonso, Arzobispo de Toledo, proclamaron a este santo como protector de la Colonia y patrón de la iglesia.
El 11 de junio de ese mismo año*, después de sangriento combate, fueron derrotados los indios que, reunidos y capitaneados por Nachi-Cocom, señor de Sotuta y caudillo de los Cocomes, atacaron a los españoles en la recién fundada ciudad. Como aquel día fuere el de San Bernabé, apóstol, lo proclamaron patrón de la ciudad y de la Iglesia, aunque seis meses antes habían reconocido con el mismo título a San Ildefonso.
Escogido el solar y sitio para la iglesia, se procedió a levantarla; pero estando tan escasa de elementos la Colonia, se construyó un sencillo edificio techado de guano. Este ocupaba el lugar donde estuvo después la Capilla de San José y el ala derecha del desaparecido Palacio Episcopal. En pocos meses fue levantada la mencionada iglesia, pues Cogolludo nos dice: "Hasta el 18 de noviembre se reunió el Cabildo y en él se determinó fundar la Cofradía de Nuestra Señora de la Encarnación, para lo cual se reunieron todos en la iglesia...". Esto nos da a entender que, para entonces, ya existía la citada primera iglesia.
La batalla del 11 de junio de 1542, en Mérida que refiere Molina Solís, corrigiendo el año de 1541 que cita Cogolludo, no parece haber sucedido en esos años. Pedro Alvarez, uno de los conquistadores de Yucatán. Refiere en su probanza haber estado en la batalla de San Bernabé, cerca de Campeche y en el año de 1531. Se hizo entonces voto de dar el nombre del santo a una de las ciudades que se fundasen y hasta muchos años después se les acordó y le dieron ese patrón a la capital de Yucatán.
CATEDRAL ACTUAL
A mediados del siglo XVI, cuando ya la Colonia adquirió mayor importancia y contaba con suficientes elementos, se pensó en construir nueva y más grande iglesia que fuera el templo máximo de Yucatán, la cual se comenzó el año de 1562.
Por carta que el entonces gobernador don Diego Quijada escribió al Rey en marzo de 1563, sabemos lo siguiente: ..."Luego que vino el Obispo (Francisco Toral), se dio orden en el hacer de la Iglesia Catedral por Cédula que ante mí presentó el Cabildo della. Di orden para que se comenzase, y como la costa se ha de repartir por tres tercias partes, la una cave a V. M. y la otra a los vezinos, y la otra a los naturales repartí veinte y cuatro mil pesos de minas en que me parece se podrá tasar la obra; y por que los vezinos están muy pobres y necesitados, y la caja de V. M. está muy empeñada con ayudas de costa que dio el Licenciado Loaisa, Oidor de los Confines, acordé de sacar de los indios su tercia parte, por que sin discordia pudiese comenzar esta obra; y porque los indios son muchos he repartido este precio entre todos, que no les cave a cada uno más de dos reales de plata, por que de cincuenta mil tributarios poco más que hay, no les viene a caver a más; y si hubiera de comenzar por los vezinos, no me pudiera valer con ellos ni se comenzara la obra; y lo que se puede dar de la hacienda de V. M. son hasta dos mil pesos, porque lo demás que renta la hacienda de V. M. se distribuye en salarios y limosna de Religiosos y en otras cosas que V. M. ha proveído. Hase murmurado que empezase por los indios, y no faltará émulos que dello den noticia a V. M.: mi deseo es comenzar esta iglesia, y por caver tan poco a cada un indio, comenzé por ellos é ya lo tienen pagado y sin alguna molestia..."
El Obispo don Crescencio Carrillo y Ancona en su libro "El Obispado de Yucatán" (Tomo l, págs. 201, 202, 269 y 270), dice así: "Sin embargo, por aquel tiempo el trabajo se redujo a la preparación de materiales, reuniéndose algo más sobre los que el Deán D. Cristóbal de Miranda había conseguido amontonar, aprovechando una buena parte de sillares en las ruinas de los antiguos templos y palacios indígenas que existían en la misma plaza y que habían dado renombre a la ciudad. El Obispo trazó el edificio y solemnemente colocó y bendijo la primera piedra, aunque no encontramos determinado el día en que esta ceremonia se practicó; pero que entonces tuvo lugar es indudable, porque a partir de aquel tiempo aparece la prosecución y la demora alternativa del trabajo, habiéndose equivocado los que han creído que más adelante fue cuando se inició la obra de ésta, es también indudable, por lo que dejamos referido, que se encuentran piedras monumentales de la antigua arquitectura maya, tomadas de los suntuosos templos paganos... "
"...y porque consta por la carta del Gobernador al Rey en el año de 1563, cómo desde el mismo instante de la llegada del Sr. Toral a Mérida, se empezó a recaudar la parte de costo que entonces se fijó a los indios, que como eran numerosos, se hizo mucho con el poco que cada uno daba respectivamente. El trazo de la obra se hizo sin quitar por entonces la pobre Iglesia que de Catedral servía en el propio local, al costado Este de la Plaza mayor... "
Poco después se suspendieron las obras emprendidas por el Obispo Toral, no habiéndose hecho nada sino hasta el gobierno de D. Diego de Santillán, durante el cual llegó una Cédula Real urgiendo la conclusión de la Catedral. Era entonces encargado de la obra, como Maestro Mayor, el arquitecto Pedro de Aulestia; y como ya los indios habían contribuido con la parte que les correspondía, y los encomenderos no podían con las suyas por las condiciones en que se encontraba n, el Tesoro real tuvo que hacerse cargo de los gastos. Fincó el remate por ocho mil pesos en un maestro alarife pero, por intervención del Gobernador, se consiguió que para aligerar el trabajo se rematase otra porción, y así trabajasen, al mismo tiempo, dos maestros alarifes con oficiales de albañilería que mandó traer de Nueva España. En los años de 1571 a 72, se gastaron en la obra siete mil pesos.
En 1579, al morir el Padre Landa, siendo Obispo de Yucatán, la obra de la Catedral iba adelantada; los muros estaban en pie y se comenzaba a cerrar las naves, pero si en cuanto al edificio había progreso, no era así en la parte económica que andaba escasa de recursos: la pobreza de la Iglesia era tal, que escaseaba de ornamentos y campanas.
El fraile dominico D. Gregorio de Montalvo, sucesor del Padre Landa en la silla episcopal de Yucatán, trajo de La Habana, donde entonces se hallaba, al arquitecto don Juan Miguel de Agüero, de origen montañés, encomendándole la dirección de las obras de la Catedral el año de 1586. A dicho arquitecto por sus buenos servicios en esta obra, le concedió el Gobernador de Yucatán la asignación anual de doscientos pesos de oro de minas ($449.00), de doscientas fanegas de maíz y cuatrocientas gallinas.
Sucedió en el Obispado al señor Montalvo don Fr. Juan Izquierdo, siendo entonces gobernador don Antonio Vozmediano. Este destituyó a Diego de Magaña del empleo de Veedor de las obras de la Catedral, nombrando en su lugar a su hijo mayor don Alvaro Vozmediano con $200.00 anuales de sueldo... "Decíase que mientras Magaña era hombre muy solícito, conocedor de la lengua maya y apto para mandar 300 indios que trabajaban cada semana en las obras, don Alvaro no entendía una palabra y era aficionado a rondar calles y ojear ventanas, que no encargarse de la dirección, vigilancia y cuidado de los operarios".
Avanzadas las obras y siendo necesario derribar la primitiva iglesia que ocupaba una parte del terreno, se habilitó de Catedral la pequeña iglesia de San Juan de Dios, actualmente ocupada por el Museo Histórico y Arqueológico de Yucatán.
Desde el 19 de enero de 1597 se decía concluida la obra de cantería de la Catedral; sin embargo, no se dio por terminada sino hasta 1598, y aun entonces faltaba por concluir el remate de la puerta principal y el de la única torre que existía. Faltaba, también, proveerla de retablos, ornamentos, órgano y coro. El gobernador don Diego Fernández de Velazco (1597 a 1600), mandó concluir dichos remates; compró un órgano en $ 1,500.00, y viendo que el presupuesto de lo demás llegaba a $ 30,000.00, suspendió su ejecución hasta consultar al Rey.
No se sabe exactamente el día en que se dio por terminada la obra de la Catedral, pero en la cornisa interior de la cúpula existe grabada, aunque apenas puede distinguirse, una inscripción que dice:
REINANDO EN LAS ESPAÑAS E INDIAS ORIENTALES Y OCCIDENTALES, LA MAJESTAD DEL REY FELIPE SEGUNDO Y SIENDO GOBERNADOR Y CAPITAN GENERAL EN SU LUGAR - TENIENTE DE ESTAS PROVINCIAS D. DIEGO FERNANDEZ DE VELAZCO, SE ACABO ESTA OBRA. FUE MAESTRO MAYOR DE ELLA JUAN MIGUEL DE AGÜERO. AÑO DE 1598.
CONSAGRACION DE LA CATEDRAL
Siendo gobernador de Yucatán el Teniente de Rey de Campeche, don José Alvarez, el Obispo Fr. Antonio Alcalde consagró con la mayor solemnidad la Catedral el 12 de diciembre del año de 1763.
El 20 de septiembre de 1687, el Ilmo. Sr. Cano de Sandoval celebró consagración de campanas (seguramente las que hasta hoy existen) ; y el viernes 11 de marzo de 1736, el Ilmo. Sr. Fr. Francisco de San Buenaventura Martínez de Tejada, Obispo auxiliar de La Habana y Florida, de paso por Yucatán, consagró la campana mayor.
COSTO DE LA OBRA
El costo de la obra fue, según algunos historiadores, de más de $200,000.00 que dieron por tercias partes el Rey, los encomenderos y los indios; y añade el Padre Cogolludo: "En esta conformidad, se han dado para esta Sta. Iglesia y su adorno, desde su fundación hasta el año de mil seiscientos y cuarenta y tres, trescientos y sesenta y tres mil pesos que se han gastado en ella como consta de la instrucción que la Ciudad remitió aquel año a sus procuradores en corte, y sin esto hay cédula real para que en la misma forma se den veinticuatro mil pesos para sus obras y aumento..."
Refiriéndose al costo de la Catedral de Mérida comparada con la iglesia de Valladolid, (la primitiva), dice uno de los encomenderos de ese lugar: "...Hácese en la Ciudad de Mérida un suntuoso templo de gran costa, para el cual solo esta Villa ha dado veinticuatro mil tostones, habiendo hecho aquí un templo muy bueno con menos de doce mil tostones, y se espera se pedirán más a esta Villa para proseguir en la obra, estando treinta y tres leguas de la dicha Catedral..."
Entre los llms. Obispos que más se preocuparon por la Catedral, debe citarse al señor don Juan Ignacio de Castorena y Urzúa, que murió el 13 de julio de 1733, y que se dice gastaba sus rentas episcopales en el embellecimiento de la Catedral y obras de beneficencia.
Como datos curiosos relacionados con los trabajos que en esa época ejecutaban los operarios, consignamos los siguientes anotados por el historiador don Juan Francisco Molina...,."Según vemos en un documento antiguo, el carpintero Francisco Xol, que trabajaba en la Catedral de Mérida en 1595, ganaba un real diario, y el carpintero Diego Can ganaba dos reales diarios; un platero por arreglar el incensario ganaba quince tostones, o sean tres pesos y medio plata. Francisco Pool por empastar dos libros ganaba un peso; el herrero Juan Sánchez por varios trabajos en la misma Catedral cobraba veintinueve pesos; el sastre Jerónimo Pérez pedía nueve pesos por hechuras de unos ornamentos, y una cruz de plata mediada para los entierros, producía al platero que la hizo trescientos treinta y cuatro pesos..."
Planta arquitectónica (original)
Tres Naves
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
60 (entre la calle 61 y Pasaje de la Revolución)
Número y/o identificador de la vialidad o calle
N/A
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro del poblado
Código Postal
N/A
Otra localización
Mérida
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar