Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-002192
Nombre del Inmueble
San Juan Bautista
Periodo legal del inmueble
Registro Federal Inmobiliario (RFI)
24 3940 3
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVIII
Siglo de creación
Antecedentes históricos
Antecedentes históricos
Se dice que en donde ahora se localiza el municipio de Venado hace muchos años, en tiempo de los aguerridos guachichiles, existía una comunidad llamada Mazatepec que en náhuatl significaría Cerro del Venado, de ser cierta tal información, nos encontraríamos ante un hecho inusitado, que los guachichiles hallan tenido un centro de población entable pues es de sobra sabido que este grupo humano se caracterizó precisamente por llevar una vida nómada, de no haber dejado por lo tanto vestigios materiales de su cultura y por no se afectos a congregarse en un asentamiento.
El nombre del lugar, Mazatepec, representa, por se de clara ascendencia náhuatl otro fenómeno extraño pues es igualmente sabido que los huachichiles y en general todos los habitantes del Gran Tunal, tuvieron pocos contactos con las civilizaciones de más al sur de lo que ahora es México en donde ese idioma alcanzó gran difusión.
Pasando ya a los tiempos posteriores a la conquista, diremos que la región de Venado, con toda seguridad por carecer de importantes asentamientos humanos, ya que como hemos dicho los guachichiles eran nómadas, los misioneros no consideraron necesaria su presencia en la región, prácticamente durante todo el siglo XVI. Fue bajo el gobierno del Virrey Don Luis de Velasco, cuando por solicitud de Fray Diego de la Magdalena, que ya había andado predicando desde hacía cuarenta años, se logró, cosa insólita, que cuatrocientos tlaxcaltecas casados por voluntad propia vinieran a habitar en tierra guachichilas.
Los Indios tlaxcaltecas venían investidos de todos los privilegios, ventajas y libertades que tenían en Tlaxcala incluso podían portar armas como los españoles y andar a caballo ensillado y frenado. A su llegada a tierras guachichilas, Rodrigo del Río de Loza, en cumplimiento de las órdenes virreinales de acuerdo con los frailes, ordenó que se hicieran cinco poblaciones, una de ellas sería Saltillo, por lo que ese rumbo tomaron algunos de los recién llegados tlaxcaltecas; pero ya estando en camino al pasar por la congregación guachichila de San Sebastián del Agua de Venado, se decidió que una parte se quedara ahí.
Los recién llegados tlaxcaltecas no llegaron a despoblado pues ahí los franciscanos habían fundado una doctrina en 1591 y en 1593, el convento del Venado. A los pocos años encontramos que la situación de los ilusos tlaxcaltecas era muy diferente a como se la habían pintado los falaces españoles, en vez de seguir gozando como en su tierra, de hidalguías y de prebendas, eran por el contrario objeto del desprecio de los guachichiles, que se negaron a relacionarse con ellos y, por otro lado, sufrían también del abuso de los españoles que los consideraban y trataban como a esclavos y mediante triquiñuelas, se les fue despojando de las tierras que como merced habían recibido; en las que según se les había prometido, no podían asentarse ni españoles ni indios de otra nación .
Tantos fueron los despojos y los abusos que los españoles cometían en contra de los guachichiles y tlaxcaltecas, que Juan de la Hija se irguió en su defensor y trató de protegerlos de las invasiones a sus tierras, de los despojos y los abusos a los que codiciosos hacendados los sometían. Los indios se quejaban de que los españoles les ocasionaban discordias y revueltas, se quejaban también "de que echaban las bestias caballales y mulares en las sementeras, entraban a cualquier hora en las casas de los indios, alborotando a sus mujeres e h ijas, y por que les resistían, los maltrataban de obra y de palabra".
La historia ha registrado los nombres de algunos de los abusivos transgresores de las leyes protectoras de los indios, entre ellos destacan por sus abusos y sus crueldades: Alonso de Ávila, Pedro Monzón, Bartolomé de Mendoza Diego Coronado, e Isabel de Coca, de ellos y de los demás de su calaña, se quejaban continuamente los indios de El Venado al alcalde de San Luis, Don Pedro Salazar, quien conmovido giró precisas órdenes a Juan de la Hija.
Descripción arquitectónica del inmueble:
Construcción del siglo XVIII, de la orden franciscana, de fachada barroca, con portada formada por arco de medio punto, enmarcamientos con entablamento; la fachada remata con imafronte mixtilíneo, la portada presenta las impostas con ornamentación vegetal, la ventana del coro se localiza en el centro, su forma es en vano vertical con enmarcamiento y cornisa, en el remate se encuentra un nicho sin escultura. La base de las torres presentan un vano tipo óculo mixtilíneo; presentan las torres un cuerpo y remate en chapitel con tambor octagonal. El primer cuerpo se forma con un vano de medio punto, en cada uno de sus lados, flanqueado por pilastras adosadas con capitel jónico que soporta un entablamento de friso liso y almenas en los ángulos que forman la escuadra; rematan en chapitel que se encuentra sobre el tambor y que además presenta una linternilla de base cuadrada, con pequeños vanos formados por arco de medio punto y el entablamento, nuevamente un chapitel de base cuadrada donde se localiza la veleta. La torre poniente es la original y la oriente es contemporánea.
La planta del templo es en forma de cruz latina con un acceso lateral en el muro oriente, su cubierta se forma con bóvedas de cañón a excepción del sotocoro que presenta bóveda de lunetos; la cúpula semiesférica presenta un falso tambor, con cuatro vanos y remata nuevamente con una linternilla similar a la de las torres, y la sacristía de planta rectangular se localiza al lado oriente del presbiterio, presenta una bóveda de cañón y un acceso que se ubica en el muro norte.
Estado de conservación:
El inmueble en su interior, muestra los muros con desintegración de aplanados y pintura, como consecuencia de la humedad ascendente por la presencia del piso de mosaico y por ser una zona de mantos acuíferos poco profundos; el intradós de las bóvedas de cañón también presentan desprendimiento de aplanados y pintura como consecuencia del deterioro en la azotea.
La azotea, formada por el extradós de las bóvedas de cañón, y la cúpula se encuentran muy deterioradas por la falta de mantenimiento y envejecimiento propio del material; presentan desprendimiento y desintegración de la planilla además de líquenes y musgo. No se observan grietas o fallas estructurales: en los pretiles no presentan acabados y está a la intemperie el muro de caliche. Las bocas de bajada de agua no presentan desprendimiento.
En la torre poniente (original), presenta desintegración y exfoliación de la cantera; en la oriente (construida por los años sesenta y que es similar a la original), se encuentra en buenas condiciones. El extradós de la cúpula muestra los acabados de la planilla muy deteriorados, y en las ventanas la cancelería de madera muy reseca y sin vidrios o protección para evitar el paso de las palomas. La azotea en general presenta la acumulación de basura y deyección de palomas, así como la torre y el cubo de escaleras.
Planta arquitectónica (original)
Cruz Latina
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Domicilio conocido
Número y/o identificador de la vialidad o calle
N/A
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
N/A
Código Postal
N/A
Otra localización
Venado
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar