San Juan de Dios

Antecedentes históricos

l conjunto religioso fue fundado por los hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en 1621, un siglo después D. Pedro de Ibarra le heredó bienes consistentes en fincas y efectivo para su mantenimiento pagando también la dotación de agua para su servicio, recibió otras donaciones de particulares que permitieron su funcionamiento hasta nuestros días sin que se haya modificado su vocación original de Hospital.

Se ubica en la esquina de Nicolás Romero y San Juan de Dios, orientado de manera irregular con la fachada principal hacia el Sureste, consta de templo con torre, sacristía y hospital, carece de atrio y su frente da hacia una plazuela frente a un parque que fue construido en 1891, que por lo frondoso de sus árboles no permite apreciar la fachada en su totalidad.

Esta última es de un solo cuerpo, consiste en un paramento liso rematado en un frontón curvo moldurado. El arco de acceso es rebajado sobre jambas tableradas, encima de él se ven molduras mixtilíneas que parecen ser vestigios del acceso original, las jambas se ocultan parcialmente por dos pilastras de capitel dórico con fuste estriado con canaladuras en los dos tercios superiores y media caña en el inferior desplantadas sobre basas sencillas que soportan un entablamento de cornisa en saledizo.

El friso se decora con triglifos y metopas con flores pares al centro, encima se ubica la ventana rectangular flanqueada por dos perillones con su marco moldurado y acanalado, seguramente construido en el siglo XIX que se remodeló el edificio.

La volumetría del paramento es interesante por el remetimiento de la calle central resaltando el paño de la torre y el paramento del lado opuesto, ambos conservan gárgolas de piedra.

La torre desplanta de un basamento cúbico con una pequeña ventana con derrame hacia el exterior que ilumina la escalera, soporta dos cuerpos: el primero, de planta cuadrada de 4 vanos de medio punto sobre impostas que albergan las campanas, todas posteriores a la primera mitad de este siglo; el segundo de planta octagonal, se separa del inferior por una cornisa moldurada con un medio punto al centro siguiendo la silueta del frontón de la fachada; los vanos también de medio punto se alínean sobre los inferiores, aunque son de menor tamaño. Remata en un chapitel piramidal sobre basamento liso horadado también por cuatro vanos más pequeños a eje de los otros cuerpos; el sentido ascendente se acentúa escalonando con molduras simples que surgen a la altura de las impostas. En el vértice está una cruz de hierro forjado.

La fachada lateral fue clausurada, el acceso es de arco de medio punto con el extradós decorado con canaladuras y una cruz en la clave, apoyado sobre pilastras tableradas que se prolongan hasta una cornisa moldurada con dos remates piramidales.

La nave según la descripción del libro de juntas y consultas del hospital del siglo XVIII, se describe así: “... la iglesia es de mampostería con bóveda en el crucero y capilla mayor, coro con barandal de madera, una caja de órgano vieja, torre con tres campanas medianas ...” El esquema arquitectónico se conserva, la planta es de cruz con cúpula octagonal con lucarnas alternadas en los gajos. En el crucero, desplanta el tambor ciego sobre pechinas formadas por arcos de medio punto apoyados sobre columnas toscanas que al igual que los arcos se decoran con una canal; remata en una linternilla de planta cuadrada con vanos de medio punto y columnas adosadas a nivel de la imposta ligados a través de una moldura, se cubre por bovedilla de media naranja con una cruz de cantera.

La nave se divide en tres tramos cubiertos con bóveda de arista con luneto, separadas por arcos fajones desplantados de ménsulas unidas por una cornisa, el presbiterio y los cruceros tienen el mismo sistema de cubierta.

El piso es de mosaico cambiando de nivel en el presbiterio, donde se encuentra el altar neoclásico con un ciprés que alberga a la virgen del Carmen, de orden compuesto y cúpula rematada por la Caridad símbolo de los juaninos sobre un paramento liso enmarcado por columnas jónicas que soportan un arco de medio punto decorado a la manera neoclásica

Los altares del crucero se conforman de columnas compuestas con imafronte, el del Norte tiene a Sta. Rita de Casia y Sta. Mónica, el del Sur a San José y San Cipriano.

Estos retablos substituyen a los que describe la crónica y fueron hechos en 1841 a expensas del B. Manuel de Leyva “... con muy buen gusto...” dice la crónica, o sea de cantera con filos dorados. Esta intervención eliminó los originales retablos “... tenía cuatro retablos, el del altar mayor era de madera dorada, con un sagrario con la puerta guarnecida en plata ..." y varias imágenes de talla que representaban miembros de las órdenes evangelizadoras.

Había otro altar dedicado a Ntra. Sra. de los Dolores, “... de talla, pintado de azul y dorado...”; “...con un Señor Crucificado y siete imágenes de talla y seis cuadros de la pasión...”; el altar de San José “...de talla pintado y plateado con un nicho y vidrieras... con San José y el niño... y siete santos de talla y doce lienzos de la vida del Santo Patriarca.

El altar de San Antonio de Padua tenía un retablo de talla pintado de vermellón y dorado; con un nicho y cuadro de San Antonio... imágenes de Sto. Domingo y Sta. Gertrudis.

El altar de las Animas tenía un retablo de perspectiva de varios santos y las ánimas ...”

Actualmente no quedan huellas de estos retablos descritos en la crónica y las imágenes que se conservan son muy pocas: San Juan de Dios, San Nicolás Tolentino, San Rafael y la Virgen del Carmen, el resto pertenecen al siglo XIX y XX. D. Manuel Toussaint dice que las pinturas de San Agustín fueron transferidas a este edificio.

El coro ya no cuenta con el órgano y se encuentra vacío, apoyándose sobre un arco rebajado, en el sotocoro en la antepuerta se conserva un cancel gotizante con el escudo juanino, los muros se recubren de aplanado blanco en el interior y en la fachada principal.

El hospital, actualmente llamado Dr. García en honor al filántropo y benefactor del nosocomio, se ubica a un costado de la nave, frente a una plazoleta formada por un quiebre en la calle, la fachada se alinea con la del templo y deja ver un paramento liso con la parte inferior de piedra y mezcla y la superior aplanada y encalada. Contiguo a la plaza está el acceso, conformado por un zaguán cuadrado con marco de amplias molduras acanaladas que desplanta sobre basas cuadradas, sustenta un repisón en saledizo ornamentado con guirnaldas en relieve simulando un frontón curvo; en la parte central se encuentra un círculo dividido en cuatro cuadrantes, en los dos superiores vemos el círculo y la estrella, y en los dos inferiores las cinco llagas de Cristo y la granada, símbolo de su sangre y salvación, propia de todos los edificios hospitalarios; sobre el círculo está la cruz de doble travesaño. Encima del acceso está una ventana rectangular; el resto del paramento presenta ventanas alineadas a eje, las inferiores con marco sencillo de cantera y sobre ellas balcones de arco rebajado y repisa moldurada con herrería de forja. El acceso desde la iglesia está tapiado, según el libro de inventario de 1810: “... El convento hospital se componía de dos salas de enfermería, de una alacena, una despensa, cocina, sala de depósito de los difuntos, celda prioral en los altos, una pieza contigua a la anterior, que servía de asistencia a un archivo y celda de religiosos. La enfermería de hombres era una sala bastante amplia, en los bajos, donde había diez camas surtidas de ropa, un altar con un cuadro de Nuestra Sra de los Dolores. La cocina, la despensa y la pieza para la cocinera ... doce viviendas en planta baja y doce en la alta y no estaba concluido (1801); los claustros viejos tenían pilares de madera podridos, una fuente... Los claustros altos, aunque eran nuevos. amenazaban con venirse abajo por haberse fabricado sobre los cimientos de la primera planta que ya estaban muy maltratados. En las salas y en los corredores había 5 imágenes de lienzo, una de ellas representando a los 5 señores, y una campana de comunidad...”

De acuerdo a este informe el padre Antonio de Lecuona apoyado por el Obispo Fray Antonio de San Miguel repararon el hospital en “... las celdas, el pesebre, puertas, ventanas, barandales de corredores, pilares de viguería ...” Durante todo el siglo XIX se hicieron reparaciones en la nave, y en 1824 se volvieron a reparar los altos del convento que amenazaban colapso.

En mayo 29 de 1860, se expidió un decreto en el que el hospital se secularizaba al igual que otros similares conservando para su manutención los bienes acumulados por sus donantes a través del tiempo, consistentes en: “...veinte fincas urbanas, muy miserables ... y los réditos de un capital de 13,737 pesos ...” Al convertirse en hospital civil, se le asignaron fondos por parte del gobierno y se nombró una junta de beneficencia con nombramiento de prefectos para su mantenimiento.

El esquema arquitectónico es el mismo del tiempo en que se fundó, las habitaciones rodean un patio central con andadores y áreas verdes que convergen en una fuente de cantera, rodeados por un pórtico formado: al este por columnas estriadas que soportan zapatas y vigas de arrastre, carecen de basa y se apoyan en un murete corrido, esta es la sección más antigua del edificio y el resto con columnas lisas todas de madera; la parte baja es ocupada por las áreas de servicio y la alta por la vivienda de las monjas.

La escalera sufrió alteraciones pero muestra el arco de acceso moldurado y decorado con elementos fitomorfos enmarcados por un cordón, al centro se encuentra un mascarón; el acceso a la capilla tiene similares características.

La construcción es de adobe con estructura de madera y techo de tijera a dos aguas recubierta de teja, los vanos se enmarcan en cantera, hacia el segundo patio que conserva la tipología del poblado aunque es reciente, vemos un arco conopial de buena talla, sus características constructivas han requerido de un buen número de intervenciones para su consolidación.

El estado actual del inmueble denota buena conservación, el hospital atiende a gente de escasos recursos y es muy socorrido por el núcleo indígena, aunque carece de los modernos servicios de los edificios de este género.