Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003668
Nombre del Inmueble
San Mateo
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVII
Siglo de creación
Antecedentes históricos
El atrio de la actual parroquia de San Mateo es un vasto terreno ubicado en el centro del poblado, en el cruce de todos los caminos que lo comunican con la capital del Estado. Esa disposición también corresponde a la primera ocupación del suelo y, probablemente, a la más importante decisión en la organización y el desarrollo posterior del conjunto urbano. El atrio desempeña funciones sociales y religiosas de la mayor importancia en la medida en que es centro de reunión, lugar de encuentros y, finalmente, vestíbulo principal de las celebraciones, pero infortunadamente ello no ha bastado para que se le conserven también sus calidades plásticas: esa gran explanada es, ahora, una plaza prácticamente toda cubierta con pavimentos de cemento y limitada con una reja de muy mediana calidad en lugar de seguir siendo una zona de circulación, en efecto, pero también un jardín que en mucho contribuiría a mejorar la imagen y el ambiente del centro de San Mateo Atenco.
La iglesia propiamente dicha es un gran espacio como se anotó de planta rectangular. Esa condición produjo unas fachadas tan interesantes como importantes sobre todo por sus dimensiones y la naturaleza de los materiales que se emplearon, desde luego todos pétreos pero de diversas calidades y entre los que destaca el tezontle, esta piedra porosa y de origen volcánico que asume una vasta gama de colores que van del rojo al negro.
La fachada principal es, desde luego, el paramento más importante del conjunto. Está formada por dos alas laterales, una peculiar espadaña y la portada de acceso al templo. El muro de fachada se extiende, lateralmente, más allá de los límites del volumen gracias a la perdurabilidad de una portería del lado sur y a la reciente anexión de un volumen adicional en el lado norte. La espadaña propiamente no tiene cubo, pero se alza sobre una sección de muro que no ornamentos o complementos sino una masa equivalente en ancho a la de la espadaña. Este último elemento, cabe agregar, es producto de una doble construcción, es decir, no es un muro sencillo y calado como fueron la mayor parte de estos componentes; en efecto, consta de dos muros paralelos en cuyo espacio intermedio se colocaron algunos de los mecanismos que hacen posible el tañer de las campanas. La espadaña, en suma, lleva dos vanos relativamente grandes para su tamaña y dos perforaciones menores que los flanquean; todas esas aperturas terminan en arcos de medio punto y, en conjunto, todos se alínean, también, bajo un nivel desde el que se elevan un remate triangular, al centro, y dos pináculos sencillos, en los extremos.
La portada señala la sección del muro frontal que aloja el acceso al templo. Como el cubo, este elemento parece no destacar del muro pero, visto en detalle, se encuentra inscrito en una especie de alfiz delimitado por líneas de piedra de la misma calidad y que muy probablemente no sólo determina la portada sino que establece hasta qué punto se llegó en la construcción del muro original que sólo cubría el acceso al recinto de planta y, en general, de forma rectangular.
La portada, además, y como fue habitual en el diseño del virreinato, aloja a la puerta en su primer nivel y a la ventana del coro en la parte alta. La obra no tuvo remate pero ahora -y desde principios del sigo XX- lleva un reloj inscrito en un cubo también de piedra. La obra situada al sur de la portada parece haber sido la construcción más primitiva o la portería de una instalación precursora de la parroquia: hoy se usa como vestíbulo cerrado y hasta como capilla en la que se conserva un Cristo en la Cruz bajo una techumbre de vigas de madera como el que probablemente tuvo la parroquia hasta antes de la intervención que le transformó el techo en la losa de concreto que lleva hasta la fecha.
El interior de la parroquia ha dejado de ser, probablemente desde mediados del siglo XIX, un espacio unitario para convertirse en una sucesión muy interesante de áreas de culto entre las cuales, desde luego, destaca la que se organizó en el sector principal, es decir, en la nave original. El primero de esos sectores se encuentra sobre el muro lateral norte: es la capilla del Sagrario, un área que se ha sumado al conjunto con una notable sencillez. La nave central conserva los rasgos que le atribuye la planta rectangular y, por su actual decoración, puede considerarse como un homenaje a las influencias de carácter neoclásico que ahora lo abarcan todo, desde la solución plástica de los muros hasta la configuración y los acabados del cielo que cubre el espacio y que evita la presencia de un objeto de concreto.
El presbiterio se encuentra tras el arco triunfal que separa a la nave en dos áreas diferentes. Desde luego ese sector fue transformado en un sector luminoso cuando se modificaron los colores de la pintura sobre los muros y cuando se adaptó un arreglo neoclásico a manera de retablo que consta de un ciprés central y de dos angostos pero altos pórticos de dos columnas y remate en forma de frontón cada uno. La caja del ciprés, que es de planta circular, conserva la figura de San Mateo. Los dos espacios laterales, que de seguro fueron planeados para recibir otras imágenes, permanecen vacíos.
Paralela a la nave principal se encuentra la capilla del Santísimo Nombre de Jesús, un espacio agregado al que se tiene acceso desde el bautisterio. Este último local también se abre a la nave central por medio de un arco de pequeñas dimensiones situado a la altura del tramo inmediatamente contiguo al presbiterio. Esta capilla es también un salón de planta rectangular y alargada que termina en un ábside curvo y con una cubierta de forma semiesférica. El resto del espacio lleva una bóveda de cañón de medio punto corrido apoyada en una moldura longitudinal de la que destacan influencias de linaje neoclásico.
El presbiterio de esta capilla lleva solamente un ciprés que también presenta columnas y elementos neoclásicos aunque debe destacarse que lo más importante es la imagen que conserva, un Nazareno de tamaño natural y de muy buena calidad.
Entre los objetos artísticos de valor sobresaliente en el recinto han de mencionarse varios lienzos colocados en los muros laterales de la nave central -como el que se encuentra sobre el acceso al bautisterio- y los que acompañan al ciprés en el presbiterio, piezas todas de origen académico y probablemente anteriores al siglo XIX. Otros bienes muebles, como pinturas más recientes y esculturas situadas en distintos sitios del edificio, son creaciones populares muy apreciadas por la comunidad pero de escaso valor plástico y artístico.
Planta arquitectónica (original)
Rectangular
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Plaza principal
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
52100
Otra localización
N/A
Tipo de uso del inmueble
Uso inicial del inmueble
Culto público
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar
Responsable del levantamiento del inmueble
Fecha del levantamiento del inmueble
1 octubre, 2005