Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-000658
Nombre del Inmueble
San Pedro
Periodo legal del inmueble
Registro Federal Inmobiliario (RFI)
16 8086 2
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVI
Siglo de creación
Antecedentes históricos
La isla de Jarácuaro, se ubica frente al pueblo de Arocutín, hace pocos años se terraplenó el tramo de casi dos kilómetros que la comunica hacia la carretera que conecta los pueblos ribereños y que remata exactamente en el acceso atrial, éste camino ha propiciado el desecamiento de una amplia porción del lago.
Su nombre en tarasco significa "Lugar Aparecido", se ha mencionado frecuentemente en las relaciones con el nombre Uarutaten Hazicurín, la Relación de Michoacán nos dice que sus habitantes eran pescadores y en el lugar estaba el más importante adoratorio de la diosa Xaratanga, aunque su dios principal era Hacuize Catapeme.
La isla estuvo relacionada de manera importante en la lucha de las tribus cazadoras y recolectoras contra los isleños. Según la crónica, los jefes de los pueblos ribereños Paúacume y Uapeani los reconocieron como parientes, sin que Caricaten el Señor de Xarácuaro aceptara el parentesco expulsándolos de la isla, lo que dió lugar a una guerra tribal.
En este sitio nació Tariácuri, hijo de Patzimba y nieto de Paúacume, siendo su padre Curiparanchan, pescador isleño. Las relaciones entre las islas y tierra firme no mejoraron, y Tariácuri en su lucha expensionista tuvo que enfrentarse a la alianza encabezada por Xarácuaro, Curíngaro y La Pacanda. La lucha cesaría cuando los sobrinos de Tariácuri, Hiripan y Tanganxoan conquistaron la isla.
Durante la evangelización, los franciscanos de Erongarícuaro pusieron especial interés en adoctrinar la isla cuyos vecinos todavía a fines del siglo XVII a pesar de tener ya fincada iglesia aún acudían al convento a las funciones religiosas. El pueblo fué dado en encomienda a Juan Infante y en 1547 todavía le tributaba un marco de plata baja y 1 1/2 mantas. García Pimentel nos dice que durante la colonia fué lugar de recreo, a fines de siglo XVIII según La Inspección Ocular, "...el pueblo era de jacales de junco y casas de adobe, contaba con escuela y hospital anexo a la iglesia...".
En la actualidad los vecinos fabrican sombreros de palma y siembran sus escasas tierras, llama la atención ver pastoreando en el lomerío, como si fuera ganado, pequeños y enjutos cerdos, negros y peludos, descendientes de los que formaron parte de la encomienda de cría porcina de Juan Infante.
El inmueble que actualmente vemos, conserva las características arquitectónicas del siglo XVI evidentes en sus elementos constructivos; La Inspección Ocular nos dice al respecto: "...tiene iglesia de una nave con entablado superior, de tierra el pavimento, coro alto con mala escalera, ruín sacristía, paredes de adobe, techo de tejamanil, su altar mayor con retablo dorado...fuera está una torrecilla de piedra y lodo que sirve de campanario...".
El atrio es cuadrado con tres accesos, sirve de paso peatonal a los vecinos que lo atraviesan cotidianamente. La carretera remata en el acceso atrial poniente, enmarcado por un arco de medio punto del siglo XIX, hecho en cantera con un medallón al centro y almenas de perillón en los extremos; al centro del atrio está la cruz atrial de la misma época, a excepción de los andadores, el área es jardinada.
La fachada es lisa con remate en frontón triangular, consta de una portada formada por vano de medio punto sobre impostas, en las jambas se encuentran los relieves de San Pedro y San Pablo inmersos en vanos con veneras, la talla tipo sello está hecha con tal libertad que el apóstol Pedro se sale del enmarcamiento; las dovelas del arco denotan haber sido d esmontadas y recolocadas, ya que algunas de ellas tienen tallas vegetales. De la imposta surge la moldura que conforma el alfiz, sobre el que se encuentra la ventana ajímez, con vanos de medio punto decorados con hojas de acanto y conchas sobre columnillas de grueso capitel y al centro está una columna de capitel corintio y fuste abalaustrado de diseño plateresco. Sobre la geminada está una talla de San Pedro en medio torso y rematando restos de una moldura que pudiera indicar la presencia de un segundo alfiz.
En la cumbrera del frontispicio a dos aguas se encuentra una cruz de cantera.
La torre, se integra en su basamento a la fachada, sobre el cual desplantan los dos cuerpos que la conforman; se ingresa a ella por un acceso al sur que conduce a una escalera helicolidal. Los paramentos sur y oeste muestran tallas en cantera que posiblemente hayan estado en la fachada original; entre ellas vemos el águila con la serpiente, las llaves de San Pedro, y la presencia franciscana del sol y la luna. El primer cuerpo es cuadrado con vanos de medio punto sobre impostas, una cornisa lo separa del segundo que al ochavar las esquinas se vuelve octagonal, los ochavos son planos con pináculos en el arranque y las caras con vanos apuntados. Remata en cupulín apuntado de planta circular con aristas nervadas y cruz en la cúspide.
La nave es de un solo cuerpo, de ábside plano, los muros son de piedra volcánica y topure hasta los arrastres en saledizo que se apoyan en canes, de madera empotrados en el muro; de donde surge el medio cañón también de madera que conforma la bóveda separada por cerchas sobre las que se apoyan los tablones en sentido perpendicular. Rebasando el arrastre, los muros continúan en adobe hasta el arrastre superior en el que descargan los tirantes y la armadura fijados con cuña en clavo, la cubierta es de fajilla y teja.
Por el interior los muros se cubren de aplanado decorado a la manera neoclásica igual que el medio cañón. Actualmente, se realizan obras de substitución de las cerchas, que han quedado mal colocadas.
El piso de la nave es de mosaico de pasta en forma de recuadros simulando tapíz, sube tres escalones hacia el presbiterio donde se encuentra el ciprés neoclásico de columnas compuestas y frontón curvo sobre el entablamento con la imagen de San Pedro en el primer cuerpo al centro. La nave se ilumina apenas por tres vanos abiertos recientemente, lo que le da un aspecto obscuro y acogedor.
El retablo se estaba construyendo en 1849 y substituyó al retablo dorado que tuvo en la época colonial, algunas imágenes lograron salvarse de la renovación, entre ellas se destaca un Santiago Caballero y el Señor del Calvario con sus acompañantes, María y Juan; también San Francisco y La Inmaculada Concepción que una vez ocupó el Iuritzio. El nuevo altar las despojó de su sitio y tuvieron que ser colocadas en andas procesionales. Aún encontramos a la Santa Martha, del Iuritzio y la pequeña representación de Nuestra Señora de la Salud pintada en una piedra, que según los vecinos apareció por milagro.
Notamos la ausencia del lienzo de San Cristóbal que ocupaba el muro del ábside y que vimos hace apenas seis años, así como el enorme lienzo del Juicio Final que se hizo en 1859 a devoción del Teniente José María Lorenzo.
La casa cural al norte de la nave, es de planta cuadrada en dos niveles con patio al centro y pórtico perimetral, una de sus habitaciones hace las funciones de sacristía.
El entrepiso y la techumbre son de vigas y tablones, la cubierta inclinada se cubre con teja de barro, se apoyan en pies derechos de madera con zapatas y basas de piedra tallada. La escalera y los barandales son de madera labrada y torneada, el jardín mezcla empedrado y vegetación lográndose un agradable ambiente. En planta alta el pórtico se convierte en un espléndido mirador desde donde se domina el lago, la estructura es a base de muros de adobe aplanados en barro y pintados a la cal; la crujía frontal se usa como escuela primaria.
Planta arquitectónica (original)
Una Nave
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Domicilio conocido
Número y/o identificador de la vialidad o calle
N/A
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro del poblado
Código Postal
61630
Otra localización
Jaracuaro
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar