Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003939
Nombre del Inmueble
San Pedro
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XIX y XX
Siglo de creación
Antecedentes históricos
El edificio que ahora ostenta la categoría religiosa de cuasi parroquia -una clasificación que estaba prácticamente en desuso pero que revela los avances en las demandas de la población- es una obra que procede de los últimos años del siglo XIX y de los primeros del XX, justamente de la época en que varias comunidades de la cuenca de Chapala transitaron de ser accesorias y complementarias de varios grupos de haciendas a convertirse en poblados independientes.
La obra, en efecto, fue construida como una sencilla capilla en una localidad igualmente reducida en varios de sus alcances. La nueva constitución del asentamiento, que coincidió con la etapa final de las haciendas como administradoras del campo y productoras de alimentos, alentó la erección del recinto que luego, particularmente en la primera mitad del siglo XX, debió ser consolidada para transitar a la nueva categoría que corresponde a su calidad de residencia de un párroco permanente. Si bien esa condición no ha sido cumplida a cabalidad, el edificio recibió alguna atención y ahora, en 2009, funciona con la poco frecuente designación de cuasi parroquia.
Como la obra fue concebida y construida asociada a algunos otros espacios comunitarios, es comprensible que se trate de una propuesta del todo popular y a la que distingue su particular disposición con un nártex relacionado con un andador porticado, elemento que ahora forma parte de las dependencias de la parroquia que próximamente tendrá allí su residencia.
El principal elemento de la iglesia es el nártex que incluye un pórtico de planta cuadrada en planta baja y la torre de campanario en lo alto. Ese componente formalmente procede de la influencia que ejerció la parroquia del cercano poblado de San Cristóbal, un sitio en el que se resumen las intenciones constructivas de las poblaciones ribereñas en el lado sur del Lago de Chapala.
Por su ubicación y sus dimensiones, el nártex hace las veces de fachada y de portada así como desde luego de campanario. De esa forma, la fachada de la iglesia es el elemento que incluye al mencionado pórtico y al vano de acceso, que es sólo un arco de medio punto de extrema sencillez y sobre el cual se abre la ventana de un coro igualmente modesto si bien dispuesto como el espacio tradicional que es el área para la emisión de música y para el conjunto de voces.
El pórtico que proporciona el nártex es de arcos de medio punto a los que caracterizan las impostas sobre las que se desplantan las dovelas así como las pilastras adosadas que destacan de los pilares que soportan la construcción del campanario. La torre se alza sobre el entablamento que remata la composición de los arcos y luego consta de un cuerpo relativamente pesado, de planta cuadrada, al que siguen las dos bases del remate, de planta circular y ocho vanos que parece apoyarse, también sobre la molduración que aloja el reloj que fe una de las características de la arquitectura comunitaria y religiosa de los primeros años del siglo XX.
Los vanos del único cuerpo del campanario son también arcos de gran sencillez a los que flanquean dos pares de columnas medias muestras cuyos capiteles terminan sin haber tocado al entablamento que se inicia en ellas y que aquí luce representado sólo por una moldura saliente: esa cualidad remite a los efectos de claroscuro que los elementos arquitectónicos también debieron desempeñar aún después de que fuera superada la escuela barroca en la región.
El interior de la nave es el de un salón de regulares dimensiones en el que se ensayaron varias técnicas constructivas totalmente modernas: si bien los muros fueron concebidos y construidos con mamposterías de piedra y con el apoyo de dos arquerías longitudinales, es un hecho que el recinto fue resuelto finalmente con el apoyo de bóvedas catalanas a las que se aplanó cuidadosamente para aparecer, como lo hace, notablemente plana y lisa.
A diferencia de lo que se hizo en otros templos similares, los muros no representan ni alojan a la estructura principal del templo. Se trata de paramentos continuos que sencillamente integran una arquería longitudinal cada uno: ello no representa ni significa nada distinto de una voluntad plástica peculiar. El presbiterio, sitio al que conducen las perspectivas del recinto, y acaso hasta la presencia de las arquerías convertidas en muros y en paramentos en los que se abren las ventanas laterales, es sólo una insinuación del valor de las formas del pasado en el ánimo de los constructores espontáneos.
Ese sector del templo, que está dedicado al oficiante, consta de un altar tradicional y, al fondo, sobre el testero, del resumen de un retablo de cantera: es de un solo cuerpo y de tres calles que se integran con el blanco y la simplicidad del muro de fondo. La calle central, que va flanqueada y definida por dos pares de esbeltas columnas, aloja la imagen de San Pedro Apóstol mientras las mencionadas columnas soportan la interpretación popular de un entablamento ciertamente complejo pero muy audaz de concepción pues los elementos laterales terminan empotrados en los muros sin que haya columnas o dispositivos estructurales o visuales para soportarlo. La creación de ese espacio y de su elemento principal es una aportación de los años más cercanos al final del segundo tercio del siglo XX, lo que desde luego revela la preocupación de la comunidad por integrar su templo sobre una primera estructura y una primera integración del espacio procedente, como se indicó, de los lustros finales del XIX.
La cuasi parroquia lleva coro, sacristía y otros elementos tradicionalmente constitutivos del espacio de culto: esos componentes, como otros objetos entre los que deben contarse las ventanas y sus arreglos a manera de vitrales son, aparentemente, los más recientes agregados a la estructura sobre la que se prepara la formación de una parroquia. La imagen escultórica de San Pedro, el mayor de los apóstoles, es una creación popular influida por la escuela de aliento neoclásico que prosperó en varios sitios de Jalisco particularmente en la segunda mitad del siglo XIX. Quizá la pieza no proceda de entonces, pero sí desde luego de una escuela que no ha terminado por desaparecer en muchas comunidades asentadas en la zona y en torno de iglesias a las que se interviene con regularidad.
El andador lateral al nártex, que se extiende de sur a norte, es decir, del pórtico de acceso hacia la calle lateral del templo es también una obra de la modernidad que adquiere valor en la medida en que también comunica a la vía pública con el acceso al templo y gracias, igual, a que contribuye a precisar los límites de un atrio concebido como una plaza pero a la que pronto habrá de reconocerle la categoría de jardín pues es sede de numerosos árboles y hasta de algunas palmeras alimentadas por el clima y las circunstancias de los terrenos frente al Lago de Chapala.
Planta arquitectónica (original)
Rectangular
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Hidalgo Oriente
Número y/o identificador de la vialidad o calle
42
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
45830
Tipo de uso del inmueble
Uso inicial del inmueble
Culto público
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Clero Secular