Santiago Miltepec, pueblo prehispánico, fue encomendado al conquistador Juan Tello de Medina; la encomienda pasó a la corona entre 1570 y 1579. Los dominicos, con extraordinario valor y gran inteligencia, se pusieron desde el principio de la conquista, a la cabeza de los que exigían el derecho de libertad y de humano trato de los conquistados. Los frailes dominicos se colocaron frente a los conquistadores, los encomenderos y hasta los monarcas mismos, para proclamar que la espada no debía abrir el camino del Evangelio, ni la esclavitud y la dura explotación de los vencidos podían ser las armas de la cristiana conquista ni del católico monarca.
Como consecuencia de este trabajo, los frailes levantaron como muchos otros, el Templo de Santiago Miltepec. Su planta es de cruz latina cubierta con bóveda de cañón con lunetos; al lado norte tiene bautisterio, y al sur una torre campanario.
Su portada de estilo Renacentista es plana, con acceso de medio punto enmarcado en cantera, ventana coral y remate semicircular.
