Imagen principal
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Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-000679
Nombre del Inmueble
Santiago
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVII
Siglo de creación
Antecedentes históricos
Podríamos comparar lo dicho por el cronista anónimo y el conjunto actual dándonos cuenta de las notables diferencias que se han producido, primeramente, el atrio se encuentra convertido en plaza cívica conservando aún la cruz en lo que fué su centro. Una breve escalinata conduce al templo, formado éste último por nave y sacristía; de la torre no queda rastro aunque algunos ancianos de la comunidad afirman haberla conocido; pos lo que se deduce que desapareció a mediados del actual siglo, aún hay dispersas piedras que la conformaban. La C. Arq. Gloria Alvarez localizó recientemente una pieza que con toda seguridad representa un águila bicéfala, (misma que se mandó guardar en la sacristía) que debió decorar ésta torre a que hacemos referencia. Las casas reales que constituyeron la casa del pueblo fueron demolidas y en su lugar se empieza a edificar una construcción de tabique y concreto armado que rompe con la imagen urbana por lo ajeno a los materiales del lugar. A espaldas del templo se ubica la pequeña capilla del hospital, siendo su advocación la inmaculada concepción, pieza única por la belleza y originalidad del decorado interior; se conserva aún la troje que constituía la casa cural, ocupada por los vigilantes del templo; el terreno que fué la huerta está invadido por una escuela y propiedades privadas.
La fachada del templo es muy sencilla y por lo mismo señorial, se divide en dos cuerpos, el bajo presenta el centro del cuerpo del arco de medio punto del acceso decorado en su clave central por un Santiago Apostol representado como peregrino. Dicho acceso se fanquea de medias pilastras y se remata por un friso con la fecha 1639 y un texto casi ilegible, en el segundo cuerpo una ventana rectangular ilumina el coro, se puede determinar que no es de a misma época ya que los bien elaborados elementos del resto de la portada difieren grandemente de ella en su diseño y talla, el remate mixtílineo estuvo una vez coronado por ánforas, las cuales se han caído, todo el paramento es de pañería de cantera y se recubre de aplanado con mezcla de cal y arena.
La nave es de planta rectangular, conserva el "entablado inferior" en buen estado, los muros son de piedra con mezcla de topure (barro amarillo) y huinumo (aguja de pino), recubiertos al interior por enjarre de lodo y desnudos al exterior; el coro alto en la parte correspondiente al sotocoro aún conserva la más bella policromía de la región realizada a base de temples posiblemente de clara en listón aplicados sobre una base de blanco de españa, data posiblemente del siglo XVII. En él están representados San Agustín y Sta. Catalina de Sena, ambos relacionados con la orden religiosa de los agustinos, y si para 1631 ya estaba en manos de seculares es probable que pueda datarse antes de ésta fecha. El órgano ha desaparecido así como el artesón viejo y maltratado, quedando de éste último sólamente los canes que lo sostenían y dos de los tirantes originales decorados con la misma técnica que el soto-coro. En lugar del artesón se colocó un cañón corrido con media naranja en el presbiterio, formados a base de tablazón y cerchas de madera, no presenta decoración alguna, la cubierta exterior a base de láminas de asbesto substituye al tejamanil propio del edificio. De los ocho altares sólo quedan dos y el principal, éste último de reciente factura y bastante mala calidad, no así los laterales que presentan bellos lienzos al óleo.
Los fuertes sismos y el abandono, éste último provocado por la reducci ón del pueblo que ya no está en posibilidades de mantener un edificio de tan considerables dimensiones han dado como consecuencia severos daños estructurales estando a punto de perderse éste extraordinario edificio.
Las grietas verticales se multiplicaban y en sentido horizontal corriendo paralela al piso otra más indicaba la ruptura del muro norte amenazando colapsar, ya que los desplomes rebasaban los límites de tolerancia admisibles para su ancho y altura. Los muros longitudinales se observaban desgajados por grietas en su núcleo y la techumbre en su parte central había colapsado parcialmente. La Sedue aportó recursos para la restauración del monumento, aplicándose estos a consolidaciones prioritarias, la intervención fué reforzada con apoyo económico de la Institución denominada Caritas, a pesar del enorme esfuerzo para rescatar el edificio, ya que estos recursos eran súmamente reducidos no hubiera podido consolidarse sin el decidido apoyo de la comunidad, que a base de faenas y jornales concluyó la reposición de la techumbre.
La importancia del inmueble dentro de la región amerita no cejar en el empeño de restaurarlo en forma integral ya que la originalidad del edificio lo convierte en algo distinto al común de nuestra arquitectura Virreinal y máximo exponente de los edificios religiosos monumentales en la región Purépecha.
La característica principal que le confiere originalidad a Nurío se fundamenta en el plafon, una de las más bellas piezas de policromía de la sierra tarasca, fué realizado con técnica de temple sobre fondeado de blanco de españa, el sistema pictográfico asemeja un tapiz corrido dibujado directamente sobre la tabla preparada con el enlucido y perfectamente sellada, su estructura en forma de "L" está diseñada de manera que el extremo largo avanza hacia el altar al lado izquierdo del espectador; los recuadros que lo conforman difieren del resto del plafon y representan primeramente a un Obispo, presuminos la presencia de San Agustín vestido totalmente de blanco y con la voluta del báculo hacia abajo, indicando una orden de recogimiento como en la agustina; le siguen tres arcángeles: San Gabriel, con la azucena de la anunciación, San Miguel con la coraza y la palma de la victoria, con la lanza en reposo y Rafael con el pequeño tobías y el pez de la curación en la mano.
Santa Catalina de Sena separa en dos el plafon, está representada con el mortero de los unguentos, y la rosa en la frente, en éste caso roja, símbolo de su martirio. La representación de ésta imagen no se entiende en ésta iconografía, ya que el lugar debía ser ocupado por Sta. Cecilia patrona de los músicos, dejemos sembrada la duda para que investigadores más capacitados la aclaren y pasemos a la segunda parte del plafon que conforma el soto-coro, toda esta sección se decora en sus extremos con ángeles portando textos o instrumentos musicales, en afectadas poses y revuelos de vestimenta, características poco comunes en los plafones historiados. En los extremos de arranque del cañón, las figuras son de cuerpo completo y los recuadros centrales presentan solo caritas de alados querubines que rodean el símbolo central que representa al Sol, sus rayos se orientan hacia los cuatro puntos cardinales, los rostros de este coro celestial se enmarcan en recuadros o tarjas que semejan estandartes por sus diseños y roleos de flores lisadas, algunas de las cuales, más que de lis parecen inspiradas en flores de cactus.
Este bellísimo plafon sirvió de inspirac ión a los poblados aledaños, como es el pueblo de Cocucho, donde los recuadros son similares pero de mano más popular en el trazo y aplicación de colorido.
Los diseños de Nurío fueron seguramente sacados de algún texto europeo en su contexto general, ya que los enmarcamientos de las figuras nos recuerdan los estandartes de cuero y hebillas metálicas decorados con guirnaldas, que salían a desfilar a las calles en los días de festejo religioso de las ciudades europeas del medievo; por otra parte, la técnica de la aplicación cromática determina una mano experta de trazo seguro y excelente policromía única en la región por sus características, que amerita un estudio más concienzudo por parte de los historiadores de arte, quienes quizá se aventuren a tan lejanos parajes con la humilde invitación de éste escrito.
El templo de Nurio formó una sola unidad con la capilla del hospital de la Inmaculada que se ubica a sus espaldas, el conjunto original constaba de atrio, templo, torre, curato, y el Iuritzio anexo que contaba con su propio atrio y la Huatápera, en la actualidad la torre ya no existe ni la Huatápera, el curato funge como escuela y el atrio ha pasado a convertirse en plaza pública.
El atrio como muchos otros en la región tarasca se ubica al centro del poblado y junto con el templo es el eje de distribución de una traza que empezó a definirse apenas en el siglo XIX en una retícula de calles sin pavimentar que hace solo tres años era transitable, al no existir plaza cívica el atrio ha cedido su función religiosa para fungir como tal. La cruz atrial ocupa el punto central, desplanta sobre tres escalones decrecientes en los que se ubica un elemento cúbico con pilastras en las esquinas y un angelito en la parte central bajo la cornisa moldurada sobre la que desplanta un talud en pirámide trunca sobre el que se ubica una cruz que fue rearmada con pedacería de cantera y cuyo único elemento original es el crucero y parte de los tres brazos superiores. Recientemente se pavimentó a su alrededor con adocreto y se construyó una "pérgola" o kiosko para actividades culturales en uno de sus extremos, seccionándose de este modo en dos grandes áreas mediante el andador central a que nos referimos.
El templo está colocado más alto que el nivel de la calle y se ingresa a él por un vestibulo escalonado de huellas con fuerte pendiente que le dan diseño piramidal y se angostan abarcando la portada.
La fachada es un elevado paramento liso que conserva restos de enlucido, mismo que fue respetado al rehacerse el nuevo aplanado de mezcla de cal con tierra roja que cubre el resto del muro, en la parte central la portada de cantera muestra en el friso su fecha de construcción "1639 AÑOS", consta de un arco de medio punto que descansa sobre pilastras de capitel toscano y paños tablereados igual que el extradós del arco que se delimita por molduras de media caña que se cortan a la altura de la clave que se ornamenta con una talla resaltada. Se flanquea por dos medias muestras desplantadas de basas cuadradas con fuste también tablereado y capitel corintio que soportan un entablamento con el texto de la dedicatoria y la fecha de construcción; sobre la cornisa se ubica la ventana del coro, de jambas molduradas y dintel escarzano coronado por una moldura en saledizo, un poco más arriba está una tarja ovalada. El remate del paramento es mixtilíneo y se decora con una gruesa cornisa en saledizo en
cuyos cortes horizontales ostenta almenas de perillón y una cruz en el remate.
La nave es de planta rectangular con ábside plano, es una de las más grandes de la meseta y quizá por lo incomunicado que estuvo el pueblo durante muchos años conserva aún sus retablos barrocos, los muros son de considerable grosor hechos de grandes piedras volcánicas y mezcla de lodo se refuerzan en las esquinas del ábside con grandes contrafuertes circulares, solo dos vanos a la altura del presbiterio permiten alguna iluminación al altar dándole un misticismo poco común al interior.
Los paramentos se recubren con mezcla a la cal de buena consistencia y se dejaron de color de la tierra misma, rescatándose una pintura mural de San Cristóbal que había sido mandada hacer por un donante, único elemento que los decoraba además de los retablos; por el exterior son aparentes quedando visible la piedra volcánica junteada con lodo; en uno de los muros encontramos un nicho que está muy deteriorado por ubicarse frente al patio de la escuela anexa.
El piso es de madera y sube un escalón hacia el amplio presbiterio en el que se ubican tres retablos, dos neoclásicos y uno plateresco.
Recargado en el ábside está el altar principal, de tres cuerpos separados por columnas de capitel corintio, las dos calles laterales están ocupadas por una sucesión de nichos sobresalientes colocado sobre pilastras de ascendencia ultrabarroca con ellos vemos imágenes estofadas de interés entre las que destaca Santa Catalina de Alejandría y un fraile. La calle central muestra un sagrario de ascendecia barroca y sobre el fanal susperior el patrón Santiago Caballero con la espada en alto. Rematando el imafronte bajo una tosca moldura de doble roleo que sigue la curvatura del tímpano se encuentra un lienzo guadalupano y en la cúspide un resplandor dorado que rodea un círculo del que emerge la imagen del padre eterno.
El altar del lado derecho es de gran belleza, desplanta de una predela decorada con imágenes y escenas litúrgicas, consta de una calle flanqueada por columnas pares de capitel corintio y fuste labrado en petatillo, entre las columnas destacan tres grandes flores que ornamentan las entre calles; el entablamento es anástilo profusamente moldurado y sobre él surge un tímpano que simula un frontón trunco en cuyo centro desplanta una peana sobre la que se colocó un lienzo de San Sebastián de excelente calidad, mientras en el único cuerpo vemos la Inmaculada Concepción con su vestido rosa simbolizando la inocencia con una bella cabellera cayendo sobre sus hombros; ambos lienzos denotan una mano de maestro calificado aunque lamentablemente carecen de firma.
El altar que se encuentra a la izquierda del presbiterio es también neoclásico con dos columnas corintias en los extremos y un fanal con dos peanas formando tres calles, en él parecen haberse reutilizado algunas columnillas de características ultrabarrocas; alberga en su parte inferior la urna del Santo Entierro. Está dedicado al calvario y sus imágenes son en su mayoría de pasta de caña, ocupando el tímpano del imafronte en un nicho se encuentra el Sr. de la Ascención, pieza única en la región.
Vemos también el altar de la dormición mariana cuya parte central encontramos como frente de un confesionario y recolocamos en su sitio, su predela está constituida por una cripta que alberga la Dormición Mariana, en el nicho central está San Antonio y frailes franciscanos; se flanquea por columnas pariadas de dieseño salomónico que soportan un entablamento profusamente decorado sobre el cual desplanta un tímpano semicircular rodeado de orlas y decorado en tono azul con orlas y roleos dorados; al centro está Jesús de pie sobre la rosa mariana. El último altar que se encuentra en el cuerpo de la nave está dedicada a Ntra. Señora de Guadalupe, está formado por tres calles separadas por barrocas columnas de fuste salomónico, la calle central está ocupada por un gran lienzo guadalupano y las laterales con cuatro pinturas mas pequeñas con las apariciones de la Virgen, sobre el entablamento destaca el tímpano orleado por molduras en grecas con un lienzo de San José en su sección media flanqueado por dos ánforas de las que emergen guirnaldas; cuando conocimos este altar su basamento de mampostería estaba recubierto con tablones decorados provenientes del antiguo artesón del techo.
Bajo el coro se ubica un bautisterio francamente excpecional se arrincona en una de las esquinas de la nave, se ingresa a él por un escalón de cantera; está compuesto de una predela inferior en donde está representados los apóstoles con el símbolo de su martirio, el cuerpo superior está formado por una serie alternada de columnillas ahusadas, unas más gruesas de capitel corintio y otras más delgadas de diseño toscano. Sobre ellas se encuentra una cornisa moldurada en la que se apoya un volúmen de pirámide trunca decorada en la parte superior con un diseño geométrico de rombos en colores. Cuando conocimos este extraordinario inmueble estaba totalmente encalado, al liberarse la capa de cal surgió el magnifico colorido y el dorado fino. El cielo interior representa al padre eterno enmedio de angelitos y querubines que flotan en un cielo florido.
El coro es uno de los más importantes de la meseta diseñado con los extremos curvos en arco rebajado, se apoya sobre una solera sobre canes de la que surgen cerchas que soportan tablones decorados con tarjas ovales en las que están representados ángeles músicos, San Miguel Arcángel y Santa Cecilia en una iconografía y técnica a base de temple a la clara sobre base de estuco; se quiebra en escuadra apoyándose en columnas circulares doradas y policromadas; se ingresa a él a través de una escalera de madera de doble alfarda, delimitándose ambos por un barandal torneado.
La cubierta es un artesón de media batea avenerada de tablas sin decorar pintadas de blanco sobre cerchas apoyado sobre doble hilera de canes profusamente decorados y labrados. Los tirantes se tienden por pares unidos con nudos en tramos intermedios fijados con clavos en cuña de madera. La techumbre superior se abre en dos, se carga en tijeras que cargan el caballete o hilera con nudillo sobre el cual se apoyan otros pares que soportan la cubierta de láminas de asbesto.
La sacristía se ubica del lado izquierdo del presbiterio consiste en una reducida habitación cuadrada con muros de piedra y lodo con cubierta de vigas protegida por láminas de asbesto y tejamanil que se prolonga al frente soportándose en pies derechos de madera apoyados en un vestibulo escalonado de concreto.
Planta arquitectónica (original)
Una Nave
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Plaza Principal
Número y/o identificador de la vialidad o calle
N/A
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro del poblado
Código Postal
60250
Otra localización
Nurio
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar