Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003652
Nombre del Inmueble
Santiago Apóstol
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVIII
Siglo de creación
Antecedentes históricos
El templo parroquial de Santiago Apóstol ocupa un vasto terreno en el costado norte de la plaza principal de Temoaya; como en otras muchas localidades del Estado de México, el conjunto de carácter religioso forma parte fundamental del arreglo del complejo urbano y desde luego, por las dimensiones de sus elementos, preside buena parte de las perspectivas del centro del poblado.
El primero de los componentes importantes de la parroquia es el atrio, un extenso espacio que ahora se encuentra dividido en dos áreas a las que separa un desnivel que se inicia en el lado poniente, se acentúa hacia la mitad del área y se resuelve, en la fachada de los anexos, mediante una escalinata cuyos elementos, huellas y peraltes, siguen las pendientes del terreno, hacia el poniente frente a la iglesia y hacia el oriente frente a la casa cural. Ello determina dos zonas en el atrio, una alta y otra baja: sólo la primera presenta portadas, una, antigua, en el lado norte, cerca de la esquina noroeste y otra, en construcción en octubre de 2005, en el sur, justo al lado de la esquina suroeste del espacio. La sección alta es el vestíbulo del templo mientras la baja ha sido utilizada como cancha deportiva o sólo como ampliación de la plaza.
Si bien todo el espacio ha sido pavimentado con cemento, sólo el sector de acceso a la iglesia contiene varios árboles que se conservan sin protecciones y probablemente hasta en peligro pues el diseño de los exteriores no incluyó sino unos cuantos pequeños arriates para los árboles más jóvenes. En el atrio alto -o norte- se encuentra una zona de jardín que permite, mediante una guarnición de unos 40 cm, evocar los caminos principal y procesional que alguna vez debió tener el conjunto abierto.
La instalación parroquial está constituida por el templo propiamente dicho y por varios anexos, como la casa cural y otros, todos dispuestos en un edificio de dos pisos situado al lado sur de la nave del templo y con acceso desde la plaza.
El volumen presenta varias fachadas compuestas con las combinaciones de varios elementos, como la posterior, que se integra con el muro del ábside y en cuya parte alta se construyó un nicho sobre una peana y que ahora se ostenta vacío. En las laterales dominan los contrafuertes de la nave del templo tanto como los volúmenes cubiertos por bóvedas y cúpulas si bien en cualquiera de los ángulos destacan los elementos de mayor peso y altura, como la cúpula sobre la nave y la torre del campanario norte.
La fachada principal, o de acceso, es el paramento más importante de todos: consta desde luego de los volúmenes que soportan los dos campanarios -el nuevo, al norte, y el antiguo, al sur- y del paramento que contiene el espacio de la iglesia propiamente dicha. Entre esos elementos ha de destacarse el muro que aloja la portada, obra de linaje barroco en el que se ensayaron por lo menos dos soluciones peculiares: la diferencia de nivel entre el muro y los paños de los cubos de las torres, y la prolongación, hacia el exterior, de la curva de la bóveda sobre el coro. Esas dos condiciones crean una propuesta de claroscuro y la sensación de que la portada fue compuesta como retablo, como en efecto se diseñaron muchos de estos objetos en el virreinato.
La portada, pues, es una pieza de dos cuerpos: el primero aloja al arco de acceso, el que va flanqueado por dos pares de columnas que soportan un entablamento y, luego, un frontón curvo roto en cuyo tímpano se encuentra la ventana de coro, obra de trazo mixtilíneo acabada en tabique, material cuyo color contrasta con el gris de la cantera de fondo. Sobre el frontón corre una moldura que recibe el remate de la composición: se trata de otra interpretación de un frontón -esta de dos curvaturas- en cuya parte superior se aloja una representación del Padre Eterno. Ésta es, sin duda, una de las portadas más interesantes de esta región del Estado de México: a caracterizarla así colaboran desde luego sus materiales, la calidad indígena de la mano de obra -que incluyó lo mismo capiteles del orden corintio en las columnas que una representación ingenua pero vigorosa del Apóstol Santiago en la sección alta del cubo de la torre-, y desde luego su estado de conservación.
La iglesia, igual que otros muchos recintos de culto procedentes del siglo XVIII, es de una sola nave y de planta rectangular: el eje mayor del edificio, como también fue habitual durante el virreinato en esa región, determinó la ubicación del presbiterio en el extremo oriente del recinto y la constitución de su portada en el poniente. El área de feligresía está estructuralmente dividida en seis tramos: los cuatro primeros corresponden uno al coro y los otros tres a la nave; el quinto a la cúpula principal, y el sexto al presbiterio. El espacio principal de culto fue complementado con dos capillas laterales a las que se accede a través de puertas inscritas en sencillos arcos de medio punto abiertos a los lados de la nave a la altura que, en otro esquema, hubiera correspondido al crucero: la del lado norte está dedicada a Santiago Apóstol y la del sur a la veneración del Santísimo.
Los muros del templo son básicamente de piedra y fueron terminados con algunas áreas de tabique, especialmente en los cerramientos de las ventanas y en otros sitios. Los distintos tramos de la obra están señalados por medio de pilastras adosadas, elementos que también son de piedra y a los que, como todos los demás elementos de la estructura, se aplanó por dentro y se dejó aparentes por fuera. Las pilastras, que en las fachadas exteriores hacen las veces de contrafuertes, soportan los empujes de las bóvedas y de la cúpula que forman la cubierta del recinto. Las bóvedas son de arista si bien las intersecciones geométricas que las generan no se encuentran en las claves: ello da lugar a superficies transversales que asumen las formas de lunetos que se encuentran sobre los tímpanos de los muros laterales, arriba de las ventanas. La cúpula es de planta octagonal, lleva un tambor con cuatro pequeñas ventanas de trazo elíptico, gallones que se acusan por dentro y una linternilla relativamente peraltada en cuya composición intervienen columnillas medias muestras que soportan al fin un capulín. Esa cubierta está soportada por cuatro pechinas en las que fueron pintadas escenas que evocan a los evangelistas.
Los muros longitudinales llevan arreglos a modo de altares que recuerdan la presencia de retablos colaterales. Son tres de cada lado y se organizan en torno de imágenes principales: Nuestra Señora del Carmen, San Juan Diego y el Sagrado Corazón, de poniente a oriente del lado norte, y La Virgen de Fátima, un Jesús Nazareno y la Virgen de Guadalupe, del lado sur. Salvo las esculturas de las vírgenes del Carmen y de Fátima, que son obras neoclásicas de mérito, las piezas son creaciones populares.
El presbiterio está presidido por una composición a manera de retablo en la que dominan los rasgos y los elementos de linaje neoclásico: se trata de un conjunto adosado al muro testero que se integra con un nicho central, en el que va el Apóstol Santiago y dos nichos que lo flanquean; ambos parecen inadecuados para las dimensiones de las esculturas que los ocupan y están definidos por una concha, de fondo, y un par de columnas terminadas con capiteles corintios. Sobre las columnas descansan entablamentos sobre los que arranca la interpretación de un frontón semicircular que incluye versiones populares de jarrones y de candelabros en los sitios en los que habitualmente los entablamentos clásicos llevan triglifos y metopas, es decir, las placas que cubren las cabezas de las vigas y los espacios rehundidos entre ellas.
Hacia el lado sur del presbiterio, a la altura del altar, se encuentra un Cristo en la Cruz que acompaña a las pinturas murales que decoran el último tramo de la nave y los muros del presbiterio, las que recuerdan escenas del Antiguo Testamento.
Las dos capillas laterales fueron ubicadas de manera simétrica respecto del eje de la nave; ambas se alzan sobre un mismo esquema de planta de trazo rectangular y cada una consta de dos tramos: el primero está dedicado a la zona de fieles mientras el segundo contiene un espacio que se resuelve con una cúpula de ocho lados, caras que se encuentran integradas en un tambor de escaso peralte.
La del lado norte es prácticamente sólo un espacio de visita y está consagrada al Apóstol Santiago el Mayor, santo del que se conservan dos imágenes que lo representan a caballo, como lo recogió buena parte de las tradiciones: una, en la caja central, casi de tamaño natural y la otra, al lado, de dimensiones adecuadas para su participación en procesiones. La pequeña nave se ostenta casi vacía y desde luego está dominada por la cúpula a la que soportan cuatro pechinas en las que se aplicaron pinturas que recuerdan a los evangelistas. Si bien la capilla asumió las soluciones plásticas de la corriente que interpretó al neoclásico, en este recinto abundan las molduras y las ornamentaciones a base de follajes y acabados en hoja de oro.
La capilla al sur es el ámbito de veneración al Santísimo: su primer tramo es un área vestibular y contiene una puerta que se abre al patio de la casa cural; en los muros laterales del segundo se encuentran los confesionarios y la custodia ocupa un lugar principal en el altar que se aloja sobre el muro testero. La cúpula también desempeña un papel de relevancia por sus dimensiones relativas y sus acabados y llama la atención que en sus pechinas se encuentren representaciones gráficas y alusiones al Santísimo contenidas en textos del Antiguo Testamento.
Planta arquitectónica (original)
Una Nave Capillas Hornac.
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Plaza principal
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
50850
Otra localización
N/A
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar
Responsable del levantamiento del inmueble
Fecha del levantamiento del inmueble
1 octubre, 2005