El Templo de Santo Domingo Tlachitongo ha sufrido transformaciones a lo largo de su existencia, motivadas por los destrozos causados por los frecuentes sismos que azotan el lugar.
Está construido con gruesos muros de mampostería ahora reforzados con pesados contrafuertes. La nave está cubierta con bóveda de cañón corrido separada en tramos por arcos fajones; y una bóveda de pañuelo en el tramo que antecede al presbiterio.
La portada que observamos no es la original. Toda la fachada se recorrió hacia el frente; sólo se conserva un relieve colocado arriba del acceso, con el símbolo dominico de la cruz foliada y la fecha de 171.
A un lado de la sacristía, a la intemperie, se encuentran restos de columnillas estípite que debieron haber pertenecido al retablo principal.