La antigua capilla formada parte de una hacienda del siglo XVIII que tuvo su auge durante el siglo XIX, y daba a uno de los patios de la misma. En la actualidad sólo quedan en algunos de sus muros perimetrales.
Desde el interior de la hacienda, la capilla estaba cerca de unos locales portificados de los que aún quedan en pie varios pilares.
La capilla estuvo construida de mampostería; era de una sola nave y debió estar cubierta por una bóveda de cañón, pues el muro testero, con su óculo en el tímpano es un vestigio de estas evidencias.
Desde el exterior del casco de la hacienda el ábside de la capilla se distinguía por un macizo ábside de piedra.
En la actualidad la vegetación parásita se ha adueñado de lo que fuera un inmueble religioso; las demás dependencias de la hacienda corren el mismo destino.
El culto religioso, y la imagen del Señor de la Misericordia, fueron trasladados a la capilla nueva que se construyó en los años 70s hacia el norte de la localidad.