El inmueble que hoy vemos no es ni la sombra del edificio original las alteraciones que le han hecho los vecinos lo han reducido a una caricatura de mal gusto; la capilla se encuentra frente a un atrio consistente en una plazuela escalonada rodeada de un terreno rregular bardeado por tecorrales formados de piedra labrada que indudablemente proviene de la antigua construcción; se ubica de sur a norte, delimitándose por un murete al lado oeste y otro frente a la fachada. Las viviendas han ocupado gran parte del predio aislando la capilla remetiéndose al limite de los paramentos de sus muros.
La fachada es de un solo paño rectangular con acceso enmarcado por un vano de medio punto de grandes dovelas sin clave central desplantado sobre pilastras entableradas apoyadas de basas molduradas; que se prolongan hasta una cornisa también moldurada, sobre la cual se encuentra la ventana mixtilínea del coro alterada por un recuadro interior de mala factura. El paño exterior fue despojado de sus aplanados calavereando las juntas de las piedras con cemento resaltado con una capa de cal como acabado final.
Sobre un grueso contrafuerte en la esquina de la fachada, desplanta el campanil de medio punto que alberga la campana.
El interior de una nave con ábside plano es de buenas proporciones, un ancho por dos de largo, con muros laterales de sillarejo regular de piedra de cal y canto, la puerta metálica de lámina negra es uno de los elementos nuevos que afean aún más el edificio ya de por si dañado por la pérdida de los aplanados interiores y el horroroso gusano que le pusieron a las juntas. Dos largas ventanas con dintel de concreto y proporción alargada iluminan el interior, en él solo se conserva la pequeña pila de agua bendita junto a la puerta. En el muro absidal sobre un basamento de múltiples escalones, se encuentra un altarcillo de columnas sencillas que cargan un arco de medio punto con su frontón piramidal en la cumbre, alberga una imagen de Cristo Rey.
La techumbre, más baja de su nivel original, apoya láminas de asbesto sobre vigas con estructura de tijera y par formando un paño de frontón trunco que simula un alfarje.
El inmueble no presenta daños estructurales y sólo una adecuada restauración podría devolverle parte de su dignidad. A la altura del presbiterio un acceso con arco de medio punto conduce a la sacristía que es pequeña, rectangular, con muros de piedra recubiertos con aplanados de cal y techumbre de vigas planas con terrado. No conserva bienes muebles de relevancia en su interior.
