La capilla parece haberse fundado en el siglo XVII bajo la advocación de la Soledad de Nuestra Señora. Sin embargo, ahora funciona como Santuario de Guadalupe. La capilla tiene un gran interés arquitectónico, y si bien su interior está muy bien cuidado, el exterior ha sufrido un enorme deterioro que habría que intentar detener.
Como puede verse en las fotografías, en la torre se ve con claridad cómo han crecido plantas que salen entre las canteras y que terminan abriendo cada vez más las hiladas. En el lateral izquierdo se apoyan desde cables de electricidad del pueblo, como toda la infraestructura del comercio ambulante. En el lateral derecho, un terreno abandonado permite que la basura se acumule sobre el muro y mantenga la humedad de la lluvia.
La fachada está formada por la portada de la iglesia y el cuerpo de la torre. La portada, formada por un arco de medio punto limitado por pilastras dobles, acanaladas, remata en un friso de cantera labrada. Desde allí se abre una pequeña ventana coral, alrededor de la cual se disponen tres nichos con las devociones originales: La Virgen María, Cristo y San Juan, totalmente oscurecidas y semiderruidas.
El remate mixtilíneo, amplio, conserva varias canteras con inscripciones que quisieron guardar la memoria de los constructores, aunque ya son difícilmente legibles. En la central, se puede rescatar la fecha de construcción 1767 y posiblemente el nombre del maestro cantero, Juan Sebastián, y en las laterales los nombres del alcalde Gaspar, así como Juan Baltazar y Pedro, regidores.
El interior es de una sola nave, con un arco triunfal anunciando el presbiterio, así como un coro que abarca un tramo de la planta. En el lateral una portada interior de cantera labrada aloja hoy una imagen de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
En la bóveda, del cuerpo de San Miguel se descuelga una lámpara. Un cromo de la Virgen de Guadalupe está colocada en el muro frente a la portadilla interior.
