El santo de Asís está representado de una manera poco tradicional, pues si bien la mansedumbre fue una de sus características, el cordero no es un atributo con el que se lo identifica. De todos modos, el resto de la figura sigue los esquemas tradicionales de la imagen: joven y barbado, delgado, con el hábito de la orden y los estigmas visibles en ambas manos.