En 1569 dependían de la doctrina de Uruapan entre otros el barrio de San Lorenzo. "El Obispado de Michoacán" en 1765 nos dice "...Esta cabecera y curato de Uruapan se compone de tres pueblos: San Fco. Xicalan... San Fco. Cucutacato... El tercero San Lorenzo, éste se compone de 75 indios e indias; dista de la cabecera tres leguas...", fue doctrina de frailes franciscanos. Poco tiempo tardó en manos de la orden, debiendo ésta entregarla al clero diocesarno a raíz de la ley de secularización de bienes; el despojo se completó durante el agrarismo en que el antiguo curato fue entregado a la Secretaría de Educación Pública fundándose en él la Escuela Federal del pueblo. La comunicación hacia el hospital fue clausurada convirtiéndose el antiguo convento franciscano y el hospital en dos inmuebles distintos y separados por una barda ciega. El conjunto consta de nave con su torre y sacristía además de la casa cural, originalmente formaba parte del mismo conjunto hospitalario de indios con su respectivo Iuritzio y lo que hoy funge como plaza en realidad se trata del espacio atrial.
El atrio debió medir lo que las actuales construcciones con su paramento constituyen como límite, está circundado por una calle perimetral que recientemente fue asfaltada perdiendo así su típico empedrado; situada enfrente de la nave se encuentra la cruz atrial soportada por una peana piramidal, ésta última es de reducidas dimensiones, y muestra en su base la fecha 1822; no obstante el travesaño parece formar parte de la cruz original del siglo XVI, pues conserva aún huellas de la corona de espinas que las caracterizaba. El predio tiene uso de plaza cívica y fue pavimentado por el Municipio con cuadros de cemento. En la década de los ochenta se construyó una pérgola de concreto que imita con poco éxito las invariantes arquitectónicas de la localidad: los árboles que aún se conservan están delimitados por arriates de piedra que soportan rejas y son ajenos a la tipología del pueblo.
La fachada es de pañería con remate mixtilíneo de corte dieciochesco y una cruz en la cúspide flanqueada por una solitaria almena de perillón ubicada al lado sur. La composición de éste paramento nos muestra uno de los más bellos diseños de arte mudéjar con tallas platerescas en la región. Se delimita en sus extremos por una doble moldura vertical de media caña que remarca los contrafuertes y remata en una molduración horizontal formando un recuadro que se repite en su parte inferior a base de un alfiz moldurado que enmarca el vano del acceso. Este último es de medio punto, desplantado sobre jambas monolíticas que muestran finas tallas platerescas de flores lisadas unidas por cordones similares a las que tienen las ventanas de las Huatáperas de Zacán y de Uruapan lo que nos indica a pensar que fueron del mismo autor, que aplicó en la obra fuerte influencia mudéjar; el vano se delimita en el interior por el cordón franciscano, sólo el capitel carece de decoración; las dovelas son amplias y destacan en el paño liso que bellamente delimita el alfiz. Al centro sobre la portada se encuentra un vano del coro rectangular tallado con una guirnalda de vid, cuyo intradós es mixtilíneo. En el imafronte se observan huellas de lo que debió ser el nicho patronal, no obstante haber sido alterado para "modernizar" el paramento con un diseño mixtilíneo, seguramente del siglo XVIII formado a base de cantera moldurada de talla no inferior al ya descrito.
La nave es de un solo cuerpo, de las comúnmente denominadas como rasas, de ábside delimitado por gruesos muros de piedra volcánica y lodo, aparente por el exterior y aplanada con cal y lodo por el interior, pintado a la cal en blanco con guardapolvo almagre en el lado sur vemos un vano enmarcado con piedras talladas de reutilización que seguramente provienen de otro sitio y que fueron colocadas adoptándolas al lugar; el piso es de mosaico y sube hacia el presbiterio, en el cual, apoyado sobre el muro absidal vemos un altar de diseño barroco manierista casi planimétrico, sobre cuyas peanas se encuentra la Inmaculada Concepción y San Francisco flanqueando al patrón del pueblo, San Lorenzo; interesantes esculturas virreinales, que presiden el altar que se desplanta de un basamento forrado con azulejo tipo Talavera con diseños azul y blanco y que remata con la imagen estofada del Padre Eterno coronado con su triple tiara.
La cubierta de la techumbre es una de las pocas que conservan diseño de cañón con doble venera en ábside y coro; desplanta sobre una hilera de canes que soportan un elemento mensulado apoyado a su vez sobre una fajilla de cordón. Este artesón muestra una media esfera de estrechos gajos sobre el presbiterio formada sobre un anillo semicircular que modifica los cuadrales, a diferencia de la venera del coro que surge de madera cortada en arista. La decoración debió cubrir todo el artesón, antes de haber sido raspada para dejar solamente pequeñas estrellas de cuatro puntas surcando el gran espacio sobre la madera al natural. Las cerchas o arcos fajones aún muestran decoración al temple en rojos y azules sobre fondo blanco de claro origen neoclásico.
El coro es de madera apoyado sobre canes de doble hilera que conservan el corte de una ya inexistente tabica, que debió simular por su inclinación faldones de alfardas, se delimita por un barandal tallado en madera y pintado con esmalte; la ventana del coro muestra vidrios romboidales sobre estructura de ángulo en tonos blanco y ámbar. En el presbiterio se encuentra un vano de piedra en talla lisa, de medio punto que comunica a la sacristía, en cuyo centro está una pila de vaso cuadrado, ornamentada con flores en guirnalda y desplantados sobre una columnilla rectangular; al fondo se ve un lienzo Guadalupano de buena calidad con marco de maque.
Al lado norte de la iglesia se ubica la escuela del pueblo ocupando los espacios que una vez pertenecieron al curato. El diseño arquitectónico a base de dos niveles de columnas cuadradas de concreto con balconería metálica a pesar de tener cubierta de teja a dos aguas choca con la armonía del pueblo que aún conserva su tipicidad a pesar de las múltiples agresiones a la arquitectura local que se han suscitado en los últimos años. Una barda de mampostería serpara el templo del hospital y el elemento de liga que era constituido por el atrio ha sido segregado rompiéndose el antiguo conjunto religioso fundado por los franciscanos.
