La descripción del siglo XVIII nos dice "... La capilla del hospital es de piedra y lodo, techo nuevo de tejamanil, destruído en entablado inferior, empezado el superior, y un altar con su retablo dorado de mala escultura y notale desaseo. Existe todavía adjunto el antiguo Hospital destinado hoy a alojar al cura ..." (12 p. 95)
El conjunto actual consta de acceso, plazuela, Capilla, hospital y huerta; funciona el anexo como una tele-secundaria y uno de los locales alberga la jefatura de tenencia, el predio fué delimitado por la SEDUE en fechas recientes para evitar así los intentos de ocupación de algunos vecinos.
El vestíbulo exterior consiste en un local cuadrado con las esquinas ochavadas, construído en mampostería y techado con vigas y lámina de asbesto, éste elemento debió ser el control y vigilancia del antiguo hospital; la capilla es de reducidas dimensiones, lamentablemente fué despojada de su fachada principal posiblemente a consecuencia de alguno de los sismos que han afectado la zona, el arco de medio punto que debía constituír el acceso ha desaparecido y su lugar lo ocupa un marco de madera sin ninguna intención artística, en la parte superior del mismo se encuentra una ventanita formada de piezas labradas de reutilización que fácilmente se pueden identificar como parte del antíguo alfíz. Carece de campanario.
Los muros datan sólo parcialmente del siglo XVI, y estuvieron recubiertos de enjarre de topure y guinomo (lodo y hoja de pino), en sustitución del enlucido de la cal que originalmente tenía, y del que quedan vestigios en la parte correspondiente al ábside.
El interior se encuentra aplanado con mezcla de tierra y pintura de agua-cola; la techumbre es a base de una sencilla armadura que se protege de la intemperie con recubrimiento de láminas de asbesto, plafoneada con un elemento de madera a modo de alfarje decorado al temple con tonos predominantes de azul, correspondientes a la inmaculada concepción, advocación del hospital. La secuencia iconográfica representa la letanía mariana con las virtudes atribuidas a la virgen que generalmente se rezan al terminar los rosarios.
La fecha en una de las vigas que están en el coro corresponde al año de 1857 y aunque es obvio que la pintura no es de autor conocido, ni de escuela, resulta sumamente original en su ingenua interpretación de los atributos marianos.
Los anexos, correspondientes al antíguo hospital han sido reconstruídos parcialmente con toda seguridad ya que en algunos lugares se ven claras muestras de anastilósis, sobre todo en las ventanas francamente platerescas aunque de corte de fuerte influencia mudejar y de ejecución planimétrica tipo sello, o sea de relieve sin molduración escultórica y si con incisión o labrado a base de ranuras. Esta guatapera, nombre con el que generalmente se conoce a los edificios hospitalarios del virreynato en Michoacán, como ya dijimos, es de gran similitud a la de Uruapan aunque no tan famosa ni conocida como ésta última, conserva aún sus características originales que la hacen ser un edificio de alta relevancia en la arquitectura franciscana del siglo XVI en la entidad.
El inmueble presenta daños de características similares a los edificios que cuentan con el sistema constructivo a base de piedra, lodo y estructura de madera, como son grietas en muros y desplazamientos de la armadura que protege el artesón.
La techumbre de asbesto presenta fracturas, por lo que se requiere reposición de piezas. La polilla y fauna parásita como son los murciélagos han dañado cabezas de vigas provocándose rupturas en los ensambles, el artesón presenta manchas de humedad y pérdida parcial de la policromía.
El objetivo principal del hospital era atender a los enfermos y alojar a los peregrinos; se administraba también los sacramentos. El gobierno del hospital estuvo en manos de indígenas que elegían anualmente a un prioste, vigilante, a un mayordomo y a un fiscal.
En este lugar se reunían los justiciales indios para resolver los asuntos conforme a su gobierno político y económico. La atención de la enfermería era realizada por semaneros. Fue fray Sebastián de Trasierra quien funda el hospital y la capilla del Rosario en Zacán que, en lo arquitectónico, ornamental y decorativo debe mucho a su vecino de Uruapan.
El conjunto consta de acceso, atrio, capilla y crujías en forma de escuadra que delimitan un patio abierto porticado en dos de sus lados, cerrado el tercero por la nave del templo, y en el cuarto abierto hacia el espacio libre que delimita una barda. Uno de los más importantes elementos del conjunto es el pórtico campanario que funge como elemento vestibular, por el exterior es cuadrado mientras en el interior ochava las esquinas lográndose un espacio irregular; lo preside una espléndida portada de arco en medio punto de amplias jambas molduradas de indudable factura del siglo XVI correspondiente a las primitivas fundaciones de fray Juan de San Miguel. Está techado con vigas y lámina metálica colocada sobre tablones de manera provisional.
La capilla es de reducidas dimensiones con una sencilla fachada lisa horadada únicamente por el acceso que inicialmente debió ser de medio punto y que fue convertido en un vano rectangular con un dintel de madera sobre el que se ubica la ventana del coro hecha a base de retacería de canteras labradas seguramente extraidas de otro lugar del antiguo conjunto.
La nave es rasa, rectangular delimitada por muros de adobe, enjarrados por el interior y aparentes por el exterior ya que en la década de los ochenta fue despojada de sus recubrimientos de enlucido a base de lodo y cal; en el muros testero se encuentra un altar de características neoclásicas que alberga interesantes imágenes de pasta de caña. Actualmente la Inmaculada Concepción es denominada como Santa Rosa, en parte debido a la ignorancia y a la vieja costumbre de "enrosar" la imagen de la Concepción en las fiestas marianas.
Otro retablo con un interesante lienzo guadalupano se apoya en uno de los muros laterales. El piso es de ladrillo muy gastado y por lo mismo con asentamientos irregulares que lo hacen ondulante. Sobre el acceso se ubica un reducido coro al que se ingresa mediante una escalera de desván.
La cubierta interior es de lo más interesante ya que presenta una clara ascendencia mudéjar, separada por columnillas que crean un espacio de tres naves jerarquizadas por el tipo de techo, plano con vigas en los laterales y de tercio de hueco al centro; está profusamente decorado con la letanía lauretana decorada al temple. El hospital forma una escuadra perpendicular al templo con crujías laterales y pórtico de columnas de cantera que soportan zapatas talladas de madera en las que se apoya la techumbre a dos aguas formada por vigas y recubierta de teja; conserva aún las ventanas de alfíz bellamente labradas con flores y motivos vegetales de profunda ascendencia mudéjar. La habitación colindante a la calle fue modificada al aumentarse un piso con muros de tabique y losa de concreto, para albergar la Jefatura de Tenencia.
