Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-002027
Nombre del Inmueble
San Francisco de Asís
Periodo legal del inmueble
Registro Federal Inmobiliario (RFI)
31 2232 6
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVI
Siglo de creación
Antecedentes históricos
Compone este conjunto atrio, templo, ex convento, casa cural, ex cementerio, capilla y huerta. El convento fue fundado hacia 1581 y solo contaba con chozas de palma, para 1588 fecha en que es visitado por el padre Ponce el conjunto ya contaba con una crujía de cuatro celdas y la capilla abierta con su ramada, según placa que se encuentra fuera. La iglesia fue concluida hacia 1699, el conjunto siguió creciendo hasta los primeros años del siglo XVIII.
La siguiente información fue tomada textualmente del Catálogo de Construcciones Religiosas del estado de Yucatán. Editado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Dirección General de Bienes Nacionales. Formada por la Comisión de Inventarios de la Cuarta Zona 1929 - 1933. Recopilado por Justino Fernández.
"SAN FRANCISCO DE ASIS.
HISTORIA. El convento franciscano de Oxkutzcab es uno de los más antiguos de Yucatán, habiendo sido hecha su erección en el Capítulo celebrado en Mérida el 5 de mayo del año de 1581, dándosele por titular a San Francisco de Asís. (2)
Al fundarse el convento, los misioneros tuvieron por asilo alguna choza de bejuco y huano, y después, con muy escasos recursos y la ayuda de los indios convertidos al catolicismo, construyeron el convento con la capilla abierta, indispensable para poder continuar en sus trabajos de catequización.
Esta primera construcción era muy pequeña según el P. Ponce que la visitó el 15 de septiembre dé 1588, quien la describe diciendo:
"El convento cuya vocación es de San Francisco, es una casa pequeña sin claustro; nueva y fuerte, de cal y canto y muy alegre y aseada, con 4 celdas altas y una sala en que está el Santísimo Sacramento; para los indios hay en el patio que está cercado de naranjos, una buena ramada, con su capilla, coro y sacristía, como en los demás conventos. La huerta es pequeña y recién plantada y se riega con agua de una noria de las dos del pueblo.
Moraban allí dos religiosos. (3)
Ocupado el pueblo por los españoles y siendo mayor su importancia que cuando sólo era exclusivamente de indios, fue necesario construir la iglesia y agrandar el convento ya insuficiente para la comunidad.
Según el historiador Cogolludo, fue el R. P. Fr. Cristóbal de Rivera, ministro de los indios y gran reparador de conventos, quien hizo desde sus cimientos la fábrica de la iglesia y ampliación del convento, sin verlos terminados, pues murió el año de 1645. (4)
A juzgar por las inscripciones que se encuentran dentro y fuera de la iglesia, aquella se terminó entre los años 1693 a 1699; y, probablemente, hasta los primeros años del siglo XVIII se terminó la ampliación del convento con la actual casa cural y posteriormente el cementerio y capilla de la Soledad.
Durante el tiempo que permanecieron los frailes en el edificio, éste se conservó bien, pero al ser abandonado por ellos, comenzó a destruirse hasta llegar al estado de ruina en que hoy se encuentra.
Al construirse la iglesia, fue techado con vigas de madera sin labrar, llamadas en Yucatán rollizos, pero con el tiempo y el abandono, llegó a estar en tan mal estado, que por el año 1870, aproximadamente, el P. Barceló, como encargado del templo, mandó desechar éste e intentó techarlo provisionalmente con huano. Pasado algún tiempo, el párroco D. J. Antonio Piñeiro en 1903, con la ayuda de los vecinos de la población, lo techó con viguetas de fierro, menos el presbiterio cuya bóveda de mampostería se conserva muy bien.
Hace aproximadamente como 9 años, la pieza destech ada que se encuentra al fondo de la capilla de la Soledad, estuvo a punto de ser reconstruida y convertida en templo protestante. Pues el Ayuntamiento del pueblo, creyéndose con derecho a ella, la cedió para tal fin, pero la mayoría de los vecinos se opusieron, amenazando con destruir el nuevo templo si los protestantes insistían en establecerlo en su lugar.
En febrero de 1927, el mismo Ayuntamiento giró oficio a esta Secretaría de Estado, solicitando permiso para prolongar la calle 48, para lo cual era necesario tirar la parte del ex convento que la interrumpe.
Pedían, además, que de los terrenos que quedaran segregados del predio, se les cediera una parte para la instalación de la planta de luz, otra para una casa escuela oficial, y el resto que fuese fraccionado en Iotes para dárselos a algunos vecinos de la localidad. Se contestó ese oficio en marzo de ese mismo año, diciendo que no era posible acceder a lo solicitado, con lo cual se libró el ex convento de desaparecer por completo y el templo de ser destruido, pues si pretendían seguir el mismo alineamiento de la actual calle 48, hubiera habido necesidad de destruir el fondo del citado templo, o sea la parte más antigua de él.
Tanto el convento como el templo han sufrido algunas transformaciones con el curso del tiempo y las necesidades que a ellas obligaron. Entre las más importantes, podemos citar las siguientes:
El convento, como se ha dicho antes, fue muy pequeño, componiéndose solamente del portal, que todavía puede verse al norte de la torre campanario, y de unas cuantas celdas altas a las que se subía por la escalera de la citada torre; celdas más que suficientes para los dos religiosos que habitaban en ellas. Al aumentar la comunidad, que llegó a contar hasta 16 frailes, se hicieron nuevas construcciones en terrenos, que probablemente formaban parte de la pequeña huerta, resultando de esto el claustro y las numerosas piezas destinadas a habitaciones y servicios.
Al sur del nuevo edificio existió otro portal frente a la enorme plaza del pueblo, el cual desapareció al ser invadida dicha plaza por nuevas construcciones que llegaron hasta muy cerca del convento por esta parte, dando lugar a la actual calle 51. De este portal, demolido por el Ayuntamiento, todavía quedan algunas pequeñas huellas que han servido para localizarlo. La pequeña huerta fue ampliada, quedando dentro de ella una de las norias del pueblo, mencionadas, por el P. Ponce en su relación, cuyo pozo tiene 28 metros de profundidad.
Al norte del atrio y primitivo convento, se hicieron otras construcciones destinadas a habitación, con extenso patio y caballerizas; y al poniente de este patio y habitaciones, se estableció el cementerio con una pieza y portal hacia la actual calle 50, frente a otra extensa plaza. El portal fue cerrado posteriormente y convertido en lo que es hoy la Capilla de la Soledad, la cual, juntamente con la pieza hoy en ruinas, quedó separada del cementerio por la barda que todavía limita a éste por ese lado.
El templo primitivo era la capilla abierta con coro y sacristía, donde los religiosos decían misa y doctrinaban a los indios que se reunían en la gran ramada adosada a ella. Al construirse el que hasta ahora existe, se aprovechó la citada capilla como presbiterio, quedando el gran arco de su fachada como el actual arco de triunfo, en el que todavía existe el escudo con la imagen de San Francisco.
Así fueron creciendo y transformándose las antiguas fábricas del convento y tem plo de San Francisco de Asís, hasta llegar a tener la gran extensión e importancia que todavía pueden apreciarse al visitar éste y recorrer las ruinas de aquél.
DESCRIPCIÓN DEL PREDIO. Los componentes actuales del predio son los siguientes: atrio, templo, ex convento, casa cural, ex cementerio, capilla de la Soledad y huerta.
Atrio. El atrio ocupa una extensión de 3,999.51 metros cuadrados. Está a 1.50 metros sobre el nivel de la calle y limitado por pretil bajo de mampostería interrumpido por tres pequeñas escaleras y la escalinata principal que dan acceso a él. De su piso primitivo de losas sólo conserva las partes correspondientes a las entradas del templo.
Templo. La superficie ocupada por el templo y las piezas destinadas a sus servicios, es de 1,495.39 metros cuadrados. Es de planta rectangular alargada que se reduce en el presbiterio y dividido en 3 naves que forman longitudinalmente 9 tramos. Sus muros son de sólida mampostería y los techos, planos en las naves laterales y en arco rebajado en la central, son de viguetas de fierro, apoyadas en los arcos torales intermedios, con pequeñas losetas de mampostería entre ellas. Sólo el presbiterio está techado con su antigua bóveda de mampostería en forma de cañón seguido, de altura 1 metro más bajo que la de la nave central. De 2 series de 8 altos pilares de piedra labrada, octagonales con bases cuadradas, arrancan los arcos que dividen transversalmente las naves, siendo rebajados los de la central y de medio punto los de las laterales.
En el primer tramo, apoyado en los dos primeros pilares y sobre bóveda de cañón, se encuentra el coro, al cual se sube por escalera de caracol, embutida en el muro lateral, con 33 escalones de madera. En este mismo tramo, en la nave lateral derecha y debajo del coro, se encuentra el bautisterio con hermosa pila de piedra labrada y rejas de madera torneada muy viejas.
Dan acceso al templo, además de la puerta principal, 4 laterales, recibiendo luz y ventilación por 9 ventanas altas, de las cuales una, al frente, corresponde al coro.
En el presbiterio, cubriendo la pared del fondo, puede admirarse el hermoso retablo mayor de estilo barroco, compuesto de tres cuerpos y un pequeño remate. Estos cuerpos están divididos verticalmente en 5 partes, por columnas salomónicas, ocupando los espacios intermedios, nichos con esculturas y bellos bajorrelieves tallados en la madera de que todo el conjunto está hecho. En 1923, siendo el encargado del templo el P. Miguel de los Santos Mir, fue comisionado para retocar dicho retablo el señor Tomás Gómez, y lo hizo de tal manera, que no faltó color que no pusiera en él. Esto, por supuesto, le ha restado mucho de su mérito.
En los costados de la iglesia se encuentran 8 altares, con las imágenes de la Virgen del Pilar, la Purísima, la Virgen del Carmen, del Rosario, de San Nicolás, San Vicente, la Virgen de la Esperanza, San Francisco, San Juan, la Dolorosa y el Cristo de Amor. 6 de estos altares están en nichos sacados del grueso del muro, y ninguno tiene la menor importancia, como tampoco la tienen las esculturas del retablo mayor y las ya citadas, que son todas modernas y corrientes.
El púlpito parece ser antiguo, pero es feo y sin ningún valor.
Al costado izquierdo del presbiterio se encuentra una pieza que sirve de sacristía, techada en parte con bóveda de cañón y en parte con vigas de madera, lo cual hace presumir que en algún tiempo le fue agregada esta última. Junto a ella hay otra pieza dest echada que ahora sirve como patio.
Todo el templo tiene piso de mosaico nuevo, estando sus muros y techos pintados al temple, con tal profusión de colorines, alegorías y máximas religiosas, que le dan un aspecto detestable e impropio del carácter que debe tener. Es de lamentarse, también, que, con el afán de pintarlo todo, no se escaparan los pilares de cantería que quiso el citado señor Gómez hacer aparecer como de mármol sin conseguir más que una burda imitación.
Por el exterior, la fachada principal es de muros lisos en los que se destacan la sencilla y hermosa portada, y las espadañas con tres arcos para campanas, ligadas por un frontón de medio punto con remates. La portada se compone de dos pilastras con pedestal, base y capitel toscanos, encuadrando el arco de medio punto de la entrada principal, y sencillo cornizuelo con remates y frontón. En la clave del arco se encuentra el escudo franciscano con las 5 llagas, y en el frontón otro con los brazos cruzados y la cruz. Continúa la portada con la ventana del coro de medio punto, achaparrada, con dos remates sobre la moldura en que descansa y más arriba, otro pequeño cornizuelo con dos remates, dos leones coronados con una cruz finamente tallada en medio de ellos, y a los lados y junto a los remates, las figuras del sol y de la luna. En el frontón que liga las espadañas, se encuentra un nicho con la escultura de San Francisco.
Los muros laterales son lisos con pretil recto y macizos contrafuertes.
Las piedras son de un color rojizo que, con las manchas negras producidas en los muros por las lluvias y el tiempo, dan al conjunto un aspecto de una belleza indiscutible.
Ex convento. Lo que en la actualidad comprende el ex convento, ocupa una superficie de 1,850.39 metros cuadrados. De vieja mampostería, sólo conserva en pie el campanario que aún es utilizado por la iglesia, los muros de sus numerosas piezas y las arcadas del claustro. No queda un solo techo, y en los vanos han sido arrancadas las piedras de mochetas y cerramientos; viéndose por todas partes escombros y árboles que en el interior han crecido, con la feracidad propia del clima y el abandono en que se encuentra.
La torre del campanario es de planta casi cuadrada, de dos cuerpos rematados por una cupulilla semiesférica. En el segundo cuerpo, se abren cuatro arcos de medio punto, donde se alojan las cinco campanas que están en uso y a las que se llega por escalera recta de mampostería.
Casa cural. Comprende la casa cural, parte de lo que fue el primitivo convento y las construcciones que se encuentran al norte del atrio, ocupando una superficie de 2,375.83 metros cuadrados. De la misma época que la fábrica del ex convento, o algo posterior, se encuentra en ruina la mayor parte de ella, estando en condiciones habitables sólo las piezas que han sido reconstruidas.
Al frente y en escuadra, se encuentran dos portales: uno, junto a la torre-campanario, que fue probablemente la entrada del convento en su primera época; tiene sus arcos de medio punto descansando sobre gruesos pilares, y el otro, menos antiguo pero destruido en gran parte, sólo conserva tres arcos como los anteriores, pero sobre columnas de base y capitel muy sencillos y originales. El primero está destechado y el segundo tiene techo de vigas de madera en muy mal estado. De las piezas y pasillos que forman la construcción, cuatro y un pequeño corredor sirven de habitación al encargado de templo, estando dos de ellas techadas con viguetas de fi erro y viguetillas de madera, dos con sólo vigas de madera en mal estado, y el corredor con lámina de zinc. Las primeras tienen piso de cemento y las demás de hormigón y tierra.
Detrás de estas piezas, hacia el norte, se encuentra un extenso patio con barda de mampostería hacia la calle 49; y al costado oriente de éste, las ruinas de las caballerizas. Está en gran parte cubierto de yerbas, entre las que se ven unos cuantos árboles frutales.
Ex cementerio. Al norte del atrio y poniente de la casa cural, se encuentra lo que sirvió de cementerio con superficie de 1,271.05 metros cuadrados. Su frente lo forma barda de mampostería con una hermosa puerta (ya clausurado), rematada por un arco de los llamados isabelinos, que tiene la particularidad de tener en su interior otro del mismo estilo, lo cual da a dicho remate un aspecto sumamente original. Al fondo se encuentra una pequeña capilla destechada, con campanario del mismo estilo que la puerta ya mencionada, y a uno y otro lado, las criptas o sepulcros de los religiosos. Gran cantidad de yerbas y malezas cubren por completo el terreno, no encontrándose ni las huellas de las tumbas que en él existieron.
Capilla de la Soledad. Al poniente del antiguo cementerio y como límite del predio por la calle 50, se encuentra la capilla de la Soledad que, con sus anexos, ocupa una superficie de 393.18 metros cuadrados.
Es la capilla una pieza alargada, de mampostería, con techo de vigas y viguetillas de madera y piso de hormigón; con un pequeño altar de mampostería, en el que por temporadas es colocada la Virgen de la Soledad, que por lo regular se encuentra en la parroquia. Su fachada es sencilla, con arco de medio punto y rematada por espadaña de dos cuerpos con tres arcos para campanas.
Detrás de la capilla se encuentra una larga pieza destechada, y al costado oriente, dos pequeños patios con barda de mampostería que los separa del viejo cementerio.
Huerta. La vieja huerta del convento ocupa una gran extensión de terreno, cuya superficie es de 8,912.24 metros cuadrados, estando cercada con barda de mampostería que se conserva en regular estado. Sin cultivo de ninguna clase, se encuentra en completo abandono y por consiguiente, cubierta por abundante vegetación entre la que se encuentran diseminados algunos árboles frutales. Perdido entre yerbas y malezas está el pozo, ya sin la noria que servía para el riego, y junto a él, las huellas de lo que debe haber sido un hermoso tanque.
Estado do conservación. Por todo lo expuesto, se desprende que, salvo el templo reconstruido, así como las pocas piezas habitables de la casa cural que se conservan bien; y la torre-campanario y capilla de la Soledad que están en regular estado, todo lo demás se encuentra en completa ruina.
Estilo de la arquitectura. Claramente se notan en el convento franciscano de Oxkutzcab, las dos épocas correspondientes a su construcción: la de la fábrica primera en los últimos años del siglo XVI, y la de la ampliación hecha de mediados del XVII a principios del XVIII.
En la primera, dominan la sencillez y la fuerza, debidas: aquélla, a los escasos recursos de los primeros tiempos, y ésta, a la imperiosa necesidad de hacer comprender a los indios que sus nuevos predicadores eran poderosos, a fin de conseguir mayor sumisión y respeto. Y como resultado, la construcción de la gran capilla abierta junto al convento que, aunque pequeña en extensión, no lo fue en apariencia, a juzgar por los macizos muros almenado s, que aún pueden verse, y la alta torre que era a la vez atalaya y campanario. Esta es de un sabor árabe tan marcado, que nos hace pensar en la posible influencia de los bellos torreones construidos por los moros en España.
En la ampliación, correspondiente a la segunda época, el convento llegó a su mayor extensión, quedando comprendido entre los más importantes de Yucatán; pero su aspecto cambia con las condiciones de la época. No siendo ya necesario resistir como en una fortaleza los posibles ataques de los indios idólatras, puesto que una gran mayoría de ellos había sido convertida a la nueva religión, los frailes, ya más tranquilos y con mayor dominio, pensaron, no en construir altos y gruesos muros, sino celdas y departamentos amplios y cómodos apropiados al clima y al número de los religiosos ya aumentado. Contando con un ejército de servidores que contribuían con su trabajo y los materiales necesarios, construyeron conventos que, como éste, ya no fue para los primeros misioneros que sufrían hambres y exponían su vida a cada paso, sino grandes casas donde con toda comodidad y seguridad vivían y ejercían su ministerio. El estilo, por consiguiente, cambió y fue el mismo que el de las grandes mansiones de los poderosos conquistadores.
El templo, terminado a fines del siglo XVII, corresponde a la misma época de la ampliación del convento y, por lo tanto, a aquella en la que misioneros y conquistadores ejercían pleno dominio sobre los indios. Siendo numerosos los vecinos del lugar y muchos los contribuyentes, la obra pudo ser grande y buena, como en efecto lo fue, aunque de materiales pobres por no existir otros en la región.
Por sus grandes muros lisos, sus características espadañas y portada principal, puede incluirse este templo entre los del estilo franciscano colonial muy propio de Yucatán, en el que, con frecuencia, se notan entre lo herreriano y plateresco, según las épocas, influencias árabes y mayas, siendo estas últimas más marcadas en las esculturas y detalles ornamentales.
El interior, severo y majestuoso, entra también en el estilo cuya sencillez es característica, pero en éste, como en otros de la misma región, han tenido verdadero empeño en desvirtuar estas bellas cualidades, pintarrajeando los muros y cubriendo las dobles piedras de sus pilares, arcos y cornisas, con techadas de cal o aceite.
CONDICIONES MATERIALES. Salvo el templo reconstruido, así como las habitaciones de la casa cural que se conservan bien y la torre-campanario y capilla de La Soledad, que están en regular estado, todo el resto del predio se encuentra en estado ruinoso."
Planta arquitectónica (original)
Tres Naves
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
50
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
N/A
Código Postal
N/A
Otra localización
Oxkutzcab
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar