El caserío de San Jerónimo se encuentra sobre una pequeña planicie al extremo sur del valle de Miahuatlán. Como dato histórico sabemos que fue reconocido oficialmente como pueblo en el año de 1879.
La planta del templo es de una nave, de forma rectangular, dividida en cuatro secciones con otro local más, adosado al fondo, para la sacristía. La capilla está dispuesta en sentido oriente-poniente, en el frente de una explanada nivelada artificialmente que sirve como atrio y plaza cívica. En el lado norte, existe un campanario construido con horcones de madera cubierto de teja de barro.
Las fachadas son sumamente austeras, la principal es la única con aplanado y pintura de cal. La composición es horizontal con un remate triangular muy rebajado que señala el contorno de la techumbre a dos aguas. Sobresalen del paramento, los gruesos contrafuertes que ciñen las aristas y el marco de la puerta con arco de medio punto. Las demás fachadas dejan aparente la mampostería de grandes lajas de piedra unidas con mortero de barro, se dividen en tramos por contrafuertes muy esbeltos. Solo existen dos pequeños vanos laterales para iluminar la nave.
El interior es un espacio de cortas dimensiones y escasa iluminación natural. Los entrejes se definen por las pilastras laterales que sostienen armaduras muy sencillas de vigas de madera. Sobre éstas, se tiende una cama de tablones para recibir las tejas de barro. El presbiterio se diferencia de la nave por un escalón y una barandilla de fierro. En el muro testero se encuentra el presbiterio con el altar y la imagén en escultura de San Jerónimo dentro de un nicho.
