Oleo sobre lámina de cobre, cuyo tema es la presentación de la Santísima Vírgen en el templo; en la escena se aprecia a la vírgen niña, hincada ante el rabino, quien está sentado en un trono y con los brazos extendidos hacia ella; el trono se encuentra sobre un podio de tres escalones que se extienden por los tres lados y sobre los cuales hay regadas flores de varios tipos. El rabino tiene capa roja y túnica verde y sobre la cabeza una especie de diadema con un manto blanco. A la derecha del rabino hay un acólito con hábito blanco sosteniendo un candelabro con una vela encendida, atrás una segunda figura prepara algunos objetos de la liturgia, a la vez que Santa Ana y San Joaquín observan el suceso desde el fondo a la derecha. El acontecimiento ocurre en un ambiente conformado por elementos arquitectónicos clásicos incluyendo columnas. balaustres y vanos que dan al espacio una monumentalidad muy al estilo de la escuela italiana de fin del siglo XVIII.
Observaciones del bien mueble
Ligeramente abollada en la esquina superior derecha. El marco es reciente; esta pintura es la primera de una serie de catorce.
