La imagen perteneció al altar de la Magdalena, que debió haber tenido más, pero sólo quedan dos. Este en posición de vuelo, con una pierna doblada y otra extendida, le faltan casi todos los dedos. En la pierna izquierda sale una espiga con la cual se fijaba al retablo. La cara está moldeada con pasta de estuco, y carneado al temple. Se encuentra totalmente desprendida con riesgo de perderse. El estuco está sucio y deteriorado. El cuerpo se cubre con un manto rojo, que baja del hombro y cruza entre las piernas.
Sería recomendable recolocarlo para evitar su pérdida.
Observaciones del bien mueble
Perteneció al altar principal. Se encontraba escondido tras otros objetos.