Santa Rita está arrodillada frente a un altar. Sobre éste, entre un cortinado rojo se ve un crucifijo. Desde allí sale una luz que se dirige hacia la frente de la Santa. Es evidente que está haciendo referencia al momento en que sintió que una espina de la cruz de Cristo se clavaba en su frente. La santa lleva las dos manos al pecho y la mirada se eleva hacia la cruz. El interior de una iglesia vacía da mayor intimidad a la escena, que tiene una perspectiva bastante bien lograda y una relación armoniosa entre las partes. Hay un juego interesante de luces, especialmente notorio en la cortina roja que se abre para dejar ver el cuerpo de Cristo.
Observaciones del bien mueble
Sin Información
Materiales constitutivos
pigmentos al óleo, tela
Técnica de manufactura
Óleo sobre lienzo
Alto 1
2.08
Ancho 1
1.45
Profundidad 1
0
Responsable del levantamiento de información del bien mueble