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Nombre del Inmueble
San Agustín
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000299
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
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Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Asentada en parajes antiguamente poblados por tribus indígenas, entre otras los Matlatzincas, Morelia se encuentra ubicada en el Valle de Guanyangareo, enmarcado por montañas que forman un semicírculo más alto en su lado sur y más bajo en el norte. Fundada por D. Antonio de Mendoza en el año de 1541, un miércoles 18 del mes de mayo, se le dió el nombre de Valladolid de Michoacán, y nos dice Manuel González Galván que fue trazada en 1543, por el alarife Juan Ponce (1)
El título de ciudad y su escudo de armas fueron otogados a Valladolid en los años de 1545 y 1553, respectivamente, a pesar de que entonces era aún, una población muy pequeña.
Entre las primeras familias de los conquistadores se encuentran la de Luis Dávila, sevillano; Juan Pantoja, de Medellín; Luis Calero, de Palos de Moguer; Pedro Moreno, de Galicia; Domingo de Medina, de Medellín; Juan Alvarado, de Badajoz; Gregorio de Aviña, de Galicia y Francisco Moreno, de Aragón. Su origen y regionalismo se funden en el valle de un criollismo que deja su marca en la nueva ciudad.
Siendo su primer Obispo Don Vasco de Quiroga (1470-1565), quien fue además oidor y pacificador de Michoacán, urbaniza muchas poblaciones, principalmente la Ciudad de Mechuacán, concentrando sus principales barrios en el de Pátzcuaro, proveyéndolas de Hospitales y asignando industrias a algunas de ellas, después de un adiestramiento adecuado.
A principios del siglo XVII se concluyen los grandes conventos de San Francisco, fundado en 1531 y San Agustín, fundada en 1566 de las mismas órdenes religiosas y a mediados del mismo siglo los conventos de El Carmen, y La Merced, ademá de algunas iglesias tales como la Compañía, San Juan y La Cruz.
Ya en el año de 1579 se trasladan los poderes civiles, de Pátzcuaro, a la ciudad de Valladolid, y la sede episcopal en el de 1580.
El nombre de Valladolid se conserva hasta el 12 de septiembre de 1828, en que se cambia por el de Morelia, en honor y memoria d D. José María Morelos y Pavón, héroe de la Independencia.
2.-EMPLAZAMIENTO
Ya que el trazo de la ciudad se efectuó en 1543, y la erección del actual templo se sitúa entre 1566, fecha de su fundación, y principios del siglo XVII en que se concluye, su ubicación dentro de la ciudad fue privilegiada, ya que la ciudad les dió (a los Agustinos) un solar que iba desde la plaza hasta el río Chiquito. (2)
El extenso predio que originalmente fue asignado a los agustinos para su fundación fue perdiendo áreas con el paso del tiempo, llegando a reducirse al área que actualmente estaría limitada por las calles de Corregidora, Abasolo, Guerrero y García Obeso. Esperanza Ramírez nos dice que al norte se encontraban el templo y convento, además del cementerio, y que la parte restante, en el sur, estaba ocupada por la huerta. Esta extensión permaneció en poder de los agustinos hasta 1857, en que por virtud de la Ley de desamortización de bienes de manos muertas, expedida el 25 de junio de 1856, se dispuso abrir una calle nueva a través de dicha huerta, a la cual se le dió el nombre de Comonfort y posteriorment el de Aldama. Atrio y cementerio sufrieron múltiples modificaciones, construyéndose en 1885 un mercado, y en 1891 se abre la calle de Matamoros, que se inicia frente al templo y desemboca en la calle de Aldama.
El mercado mencionado desaparece en 1972, quedando actualmente la arquería de cantera que aloja puestos para venta de antojitos típicos de la región. Con la liberación del muro norte del templo de los locales comerciales que lo ahogaba, se logró recuperar la vista de la fachada y contrafuertes laterales y se integró un conjunto que, por estar en el centro comercial y turístico de la ciudad, recuperó la dignidad y el lucimiento que en alto grado había perdido, recobrando al mismo tiempo la unidad con el espacio urbano que la circunda, a través de los espacios abiertos de la arquería mencionada.
3.-HISTORIA
La Orden Agustiniana tuvo en la Nueva España a sus siete primeros representantes en el año de 1533, y no es sino hasta 1537 cuando es introducida en Michoacán, encargándose de esta misión Fr. Juan de San Román y Fr. Diego de Chávez. Su primer convento fue el de Tiripetío, donde fundó la Universidad Fr. Alonso de la Veracruz, anterior a la de México que fuera creada por la Real Cédula del 12 de septiembre de 1551.
Rivera Cambas nos dice: Contaban ya diez años los conventos de Tiripetío y Tacámbaro cuando el padre Fray Alonso de la Veracruz, siendo provincial, procuró fundar otros, deteniéndose hasta entonces por falta de misioneros y porque se necesitaba ocupar en la tierra caliente los que había; entre los conventos nuevamente fundados se contó el de Vallodolid en 1550. (3)
Este convento fue el segundo que se fundó en la ciudad, después del de San Francisco. Con la licencia del Obispo Quiroga Fray Alonso de la Veracruz inicia las obras en el solar que la ciudad les había asignado, repartiendo la administración de los indios, señalándoles a Undameo con sus visitas, Santa María, Jesús (del Monte) y Atecuato. También se fundan dos pueblos para el servicio de la obra, con el nombre de Santa Catalina y San Miguel. (4)
La construcción del convento se inició en el año de 1566, haciéndose cargo de la obra Fray Jerónimo Marín, quien había sido embajador de Carlos V en China, y quien ejecutó gran parte de la construcción del convento, así como la bóveda y portada de la iglesia.
Inicialmente se construyó un edificio de adobe con carácter provisional, el cual tuvo una vida corta. El edificio definitivo llegó a tener hacia 1626 y siendo Prior del convento Fray Diego de Basalenque, veinte celdas con tres dormitorios y buenos claustros, según relaciones de la época, y el edificio del templo estaba ya dispuesto para recibir la bóveda.
Según Esperanza Ramírez, fué el mismo fraile el autor de la cúpula, quien también terminó el claustro bajo, sacristía, portería y un pequeño dormitorio del coro. Durante el priorato de Fray Marcos de la Fuente se realizó la construcción de los claustros altos, y se terminaron los dormitorios con algunas celdas. Antes de 1774, la torre de San Agustín era la más alta de la ciudad, hasta que en ese año las de la Catedral la superaron en altura. Esta torre la inició Fray Antonio Flores terminándola Fray Simón Salguero.
En el templo y al lado del Evangelio, en el presbiterio, yacen los restos de Ray Juan Bautista, misionero fallecido en 1567. Frente a su sepulcro se encuentra el de Fray Diego de Basalenque.
Contaba el interior del templo un retablo con cinco calles en el primer tercio del siglo XVIII, época en que se le dotó también de sillería, fascistol. -atril- y órgano del coro.
En el año de 1838, el templo fue reparado y redecorado por el padre maestro Fray Salvador Agustín Perea, con mejor gusto según opiniones de la época. Se renovaron los altares y se prolongó al oeste el ábside del templo, siendo el arquitecto D. Rafael Piña, albañiles mayores los hermanos Lucas y Eugenio Carmona y encargados de hacer raya y proporcionar los materiales para la obra los Sres. D. José Joaquín Teobaldo Ruíz y D. Esteban García. (6)
La iglesia se decoró nuevamente en 1930, por Fray Raymundo Pardo, como conmemoración del XV Centenario de la muerte de San Agustín.
En el convento estuvieron presos los reos políticos muertos en 1830, encabezados por D. José Trinidad Salgado, gobernador de Michoacán a quien desconoció el Ayu ntamiento de Morelia, y quien logró evadirse de la fuerte guardia que lo custodiaba y huir de la sentencia de muerte que pesaba sobre el.
Actualmente, el convento aloja la Casa del Estudiante Universitario, ocupando los religiosos la sección baja del ala este del convento. La Portada del Templo se restauró hacia 1964, primer caso de una actividad de este tipo en la Ciudad de Morelia.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El conjunto de San Agustín consta de plaza, templo y ex-convento, y se integra como una armónica unidad en su aspecto arquitectónico con los portales y edificios cercanos.
La portada, de sobrio estilo plateresco, así llamado por utilizar en la ornamentación formas de la orfebrería, especialmente estilizaciones de candelabros en columnas, es de fines del XVI y de cantera en su totalidad, está formada por una puerta con arco de medio punto enmarcada por dos esbeltas columnas que rematan en una sencilla cornisa, con dos pináculos o remates triangulares. Su composición, a modo de arco triunfal, y su sencilla decoración, denotan una influencia marcada del renacimiento en el plateresco al que corresponde. En los intercolumnios laterales se localizan dos óculos o ventanas ovales, los cuales son de época posterior.
Sobre la puerta se encuentra la ventana del coro, que repite el esquema de la portada, sólo que su enmarcamiento consta sólo de una columna a cada lado, con el mismo estilo y elegancia de la principal. Sobre ella se encuentra un nicho construido posteriormente, con una escultura de San Miguel Arcángel, mismo que se construyó en la época y estilo barrocos. De la gran masa del templo y ex-convento de San Agustín sobresale su torre, de tres cuerpos y esbelta proporción, que ocupa la esquina Noroeste del templo. Del lado derecho de la fachada se encuentra un pequeño campanario, original del siglo XVI, en tanto que la torre corresponde al siglo XVII y se inscribe ya dentro del estilo barroco, -caracterizado por líneas curvas y basta ornamentación-. Entre ambas torres se perfila el remate de la fachada, resuelto en forma de frontón triangular bordeado por una ligera cornisa que acentúa su forma.
La fachada lateral norte, en la que se localiza la puerta de acceso, está bordeada de los recios contrafuertes rematados con pináculos que se repiten a lo largo del muro, y que en el ábside tienen una elegante solución al partirse en la esquina con una intersección que define los paramentos del muro lateral y el del ábside mismo.
Actualmente el total del monumento muestra la cantera expuesta sin recubrimiento de aplanado ni color alguno, lo que la integra en color y textura al resto de la ciudad.
El templo es de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón corrido, misma que se desplanta a partir de una cornisa moldurada que remata a los muros, que son de gran altura y espesor. Por debajo de esta cornisa se encuentran, en el muro norte, ventanas que dan al interior del templo una discreta iluminación.
El templo se compone de un coro alto, el cual está soportado por un arco de medio punto de cantera con una molduración sencilla. Este coro avanza sobre la nave con dos pequeñas galerías laterales que se soportan por ménsulas de madera molduradas ricamente, y consta de un barandal de fierro, fundido artísticamente, cuyas características lo ubican como del siglo XIX.
Antes de llegar al presbiterio, nos encontramos con la cúpula del templo, que esde gajos y planta octogonal y se desplanta de un cimborrio -tambor-, apoyado en pechinas, estando rematada por un cupulín. Esta cúpula debe ser la construída por Fray Diego de Baselenque de quien Escobar dice que siendo prior de Valladolid (Morelia), mandó construir sobre la capilla mayor una media naranja que tira gages de cimborrio. (7)
Al oriente de la nave, y conectados a ella bajo la cúpula, se encuentran el confesionario y la Capilla del Sagrado Corazón, que consta de una nave con cubierta baja d e cañón corrido, que no tiene, con respecto a los muros, ninguna separación formal de no ser una cenefa pintada con motivos grutescos, -dibujos que semejan las formaciones en una gruta-. En ella se encuentra un altar de manufactura reciente y una imagen de bulto del Sagrado Corazón de Jesús.
El presbiterio que se encuentra dividido de la nave por un desnivel resuelto con escalonamiento, se remata con un muro recto, y aloja un altar neoclásico de cantera rosa, formada por columnas estriadas rematadas por capiteles compuestos, sobre los cuales se apoya una cornisa quebrada que a su vez soporta dos arcos concéntricos de medio punto, separados entre sí por un vacío que genera, al descender por la columnas dos nichos semicilíndricos que bordean al ciprés
-especie de baldaquino-, soportado por columnillas de fuste liso, en el cual se entroniza la Virgen del Socorro, patrona del templo.
Su cubierta a diferencia de la nave, está formada por una bóveda de arista y tiene a los lados dos amplios ventanales que acentúan la iluminación en esta área. Es probable que la diferencia de cubiertas obedezca a la prolongación al oeste del ábside del Templo efectuada por el padre Perea de principios del XIX.
5.-OBRAS DE ARTE
En el ábside y bajo el ciprés neoclásico o sea el altar mayor aislado con vista por los cuatro lados que ocupa el centro, se encuentra una imagen de la Virgen del Socorro. Esta escultura, casi de tamaño natural de buena talla y con rica vestidura y ornamento, proviene aparentemente del siglo XVIII, en cuyo primer tercio se colocó la imagen, misma que fue regalo que hizo Santo Tomás de Villanueva al convento de Valladoli (8) Es probable que de esta misma época sea el bello e impresionante Cristo, que sobre el mismo altar mayor, remata el arco que lo corona.
Fue durante esta misma época que se dotó al templo de la sillería y facistol, o atril grande para los libros con que se canta la misa y órgano al coro, todo de nogal y de buena calidad. Rivera Cambas nos dice que posee (el templo) varios retratos entre los cuales está el de Fray Alonso de la Veracruz (Gutiérrez), quien fundó la Universidad y la biblioteca de Tiripetío y en el año de 1552 la Universidad de México (9). Igualmente se encuentran, a ambos lados del altar de Nuestra Señora de la Consolación, los retratos de Fray Juan Bautista Moya y Fray Diego de Basalenque, beneméritos Agustinos: bajo los retratos, y en urnas de madera tallada artísticamente se encuentran sus respectivos restos mortales.
Las imágenes que ocupan los retablos laterales, tanto esculturas como pinturas, tienen diferencias notorias en cuanto a antiguedad y calidad artística, la que en general es bastante aceptable, destacando en este aspecto las pinturas.
Alojadas actualmente en el área dedicada a confesionarios, se encuentran varios cuadros al óleo, todos de buena calidad. Entre ellos destacan, en primer lugar, un cuadro de 4.50 x 1.50 mts. aproximadamente, que parece provenir del siglo XVII, y en el que se representa en una composición bella por su sencillez y que acusa su carácter eminentemente didáctico, el juicio de Jesús, el cual es presidido por Poncio Pilatos.
No se localiza firma ni fecha de la obra. Los otros cuadros corresponden a una Virgen con Cristo descendido, en San Eugenio, una Virgen no identificada, un San José con el Niño Jesús y un San Sebastián. Todos ellos parecen ser de fines del XVIII, y no aparece firma en ellos, a excepción del San Sebastián, que tiene la de Bartolomé Gutierrez. Es este cuadro el de menor calidad y de carácter más popular entre los mencionados, siendo el resto de ellos de una factura notable.
Mención especial merece la decoración de la Capilla del Sagrado Corazón, anexa al templo. A ella se llega a través del área de confesionarios, y sobre el muro de entrada, se encuentra un tríptico al óleo sobre tela, que siguiendo una composición en arco, representa, en su parte central y como tema rector, a la Virgen María con Jesús crucificado en el Monte Calvario.
El tablero derecho contiene el descenso de la cruz, y en el correspondiente al lado izquierdo se representa su resurrección. Tanto la composición del cuadro como las expresiones de los personajes, el dibujo y color de los mismos, le confieren una alta calidad al conjunto, que pobablemente corresponda al siglo XVII.
La bóveda de la capilla, por su parte, está totalmente decorada al fresco con una serie de temas y motivos religiosos, en una composición que converge sobre un Espíritu Santo que la preside y centraliza, alrededor del cual se desarrolla un círculo con los signos del Zodiaco. Angeles en diversas actitudes, todas ellas representando júbilo y alegría y llenas de gracia singular, se dedican a alabar al Espíritu Santo y al Sagrado Corazón de Jesús, imagen de bulto de escaso valor artístico. Toda esta decoración del cañón de la cubierta es rematada por una cenefa de grutescos que recorre el perímetro de la nave, en la que, al igual que la decoración toda, predomina el color negro sobre fondo blanco.
6.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
1. González Galván, Manuel. LA ARQUITECTURA DE MORELIA. en Artes de México. Págs. 32 a 42.
2. Ramírez Romero, Esperanza. CATALOGO DE CONSTRUCCIONES ARTISTICAS, CIVILES Y RELIGIOSAS DE MORELIA Págs. 161-162.
3. Rivera Cambas, Manuel. MEXICO PINTORESCO, ARTISTICO Y MONUMENTAL. Vol. III, Pág. 401.
4. Ramírez Romero, Esperanza. Op. Cit. Pág. 162.
5. Rivera Cambas, Manuel. Ibid. Pág. 403.
6. Kubler, George. ARQUITECTURA MEXICANA DEL SIGLO XVI. Pág. 283.
7. Ramírez Romero, Esperanza. Op. Cit. Pág. 162.
8. Rivera Cambas, Manuel. Op. Cit. Pág. 403.
* González Galván, Manuel. LA ARQUITECTURA EN MORELIA, en ARTES DE MEXICO. Año XIV No. 100-101, México, 1967.
* Diccionario Porrua. HISTORIA, BIOGRAFIA Y GEOGRAFIA DE MEXICO. Editorial Porrua, México, 1976.
* Ramírez Romero, Esperanza. CATALOGO DE CONSTRUCCIONES ARTISTICAS, CIVILES Y RELIGIOSAS DE MORELIA. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1981.
* Morelos Z., Rafael. GUIA PARA VISITAR LA CIUDAD DE MORELIA Editorial Morelia, 1951.
* Rivera Cambas, Manuel. MEXICO PINTORESCO, ARTISTICO Y MONUMENTAL. 3 Vol. Imprenta Reforma, México 1883.
* González Galván, Manuel ARTE VIRREINAL EN MICHOACAN Frente de Afirmación Hispánica, A.C. México, 1878.
* Kubler, George. ARQUITECTURA MEXICANA DEL SIGLO XVI. Fondo de Cultura Económica. México, 1983.
ELABORO: ARQ. RAMON M. BONFIL
FECHA: 1985.
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