Al parecer se trata de la representación plástica de una escultura, ya que se encuentra la Vírgen de pie sobre un pedestal al parecer de plata en forma de luna en cuarto menguante con traje blanco y manto negro, ceñido por un listón con aplicaciones de oro, sus manos se encuentran entrelazadas al frente a la altura del pecho. De su cuello pende una cruz. En la cabeza ostenta un resplandor dorado, de fondo, se puede ver una vidriera (vitrina) con unos cortinajes en color violeta. A los lados de la Virgen, en el suelo, hay dos grandes floreros con flores. Esta advocación viene desde la Edad Media y nos presenta a la Santísima Vírgen María vestida de luto y con el rostro lleno de dolor por la muerte de su hijo.