La Presentacion de la Virgen en el Templo

Descripción del bien mueble

En la parte izquierda de la obra se puede ver a San Joaquín de pie vistiendo una túnica azul y un manto rojo, los brazos los lleva al frente con los que sostiene dos palomas, su rostro se dirige al frente. A su derecha se puede ver a Santa Ana hincada vistiendo una túnica azul, manto ocre y velo blanco que le cubre la cabeza con una mano apoyada en un escalón que tiene al frente. En la parte derecha de la obra, en alto, se puede ver un pórtico donde se encuentra un sacerdote vestido de blanco y azul con un manto rojo que inclina su cuerpo hacia el frente. Las dos manos hacia abajo muy cerca de la Virgen Niña que se encuentra en la parte alta de una escalinata vistiendo una túnica blanca, un manto azul y un velo rosa que le cubre la cabeza, su cuerpo de perfil y su cara girada hacia la derecha y hacia arriba mirando al sacerdote. La Presentación de la Virgen en el Templo o la Virgen de la Escalera. El tema, tomado de los Evangelios apócrifos (Protoevangelio de Santiago, caps. VII y VIII; y Evangelio del Seudo Mateo (cap. IV), en la Edad Media fue popularizado por la Leyenda Dorada. Cuando María tuvo tres años, sus padres la condujeron al templo con el objeto de consagrar a Dios. Para llegar al altar de los holocaustos que se encontraba en el exterior del santuario, era necesario ascender quince peldaños (quindecim gradus) que corresponden a los quince Salmos graduales, también llamados Cánticos de los Grados (cantica graduum) porque eran cantados por el pueblo de Israel cuando ascendía en peregrinación a Jerusalén. María los subió sola, sin la ayuda de nadie, y sin volverse hacia atrás, hacia sus padres, como lo hacen normalmente los niños de esta edad. Así, la Presentación de la Virgen se distingue claramente de la del Niño Jesús. María tiene más años, asciende sola los peldaños y se ofrece ella misma al Señor.