Pintura en la que se observa a un hombre vestido con el hábito mercedario descubierto del torso; se encuentra de rodillas y tiene un cilicio en la cintura; en el piso vemos parte del hábito, un rosario y un flagelo. A su alrededor la presencia de dos ángeles y la Virgen María, vestida de rosa y manto azul con corona imperial roja, quienes lo consuelan y curan sus heridas. En la parte superior izquierda, sobre nubes, encontramos a Santa Úrsula vestida de verde y que porta un estandarte y una flecha; de lado derecho vemos a Santa Catalina de Alejandría vestida de verde con manto rojo sosteniendo una palma y una rueda con garfios; se encuentra junto a una santa mártir no identificada, vestida de amarillo y que porta la palma del martirio y una corona de flores en la cabeza. La pintura es de estilo barroco, aunque el manejo del claro-oscuro es discreto, encontramos gran interés en los detalles como los querubines que rodean la cabeza de la Virgen María, movimiento de las vestimentas logrado con el manejo de luces y sombras, entre otras características de la pintura de esa época. Se trata de una escena de la vida de San Ramón no nato, este santo nació en Portell, Cataluña, en 1204. Murió en 1240 en el castillo de Cardona, Barcelona, cuando se dirigía a Roma por haber sido nombrado cardenal y confesor del Papa. Uno de los primeros religiosos que ingresaron en la orden de la Merced cuando ésta se fundó y pasó a África para auxiliar y liberar a rehenes apresados por los musulmanes. Fue encarcelado y martirizado en Argelia, atravesando sus labios con un hierro al rojo, luego pasaron un candado por los orificios, para impedirle que predicase el Evangelio. Rescatado volvió a España en 1239 y el Papa Gregorio IX lo nombró cardenal. Su hábito es el de mercedario, aunque sobre él pueda llevar la muceta roja y el capelo cardenalicio. Su atributo constante es la custodia con el Sacramento. Como alusión a las torturas que le infligieron los moros de Argel puede llevar un candado en la boca e incluso palma de mártir con tres coronas. Puede llevar cadenas rotas a sus pies, como alusión a su labor entre los esclavos. Se ha representado su muerte, en la que un ángel o Cristo le trae la comunión. Se le llamó nonato -no nacido- porque nació a pesar de haber sido extraído del vientre de su madre difunta. Por ello, es considerado el protector de las parteras y de las mujeres embarazadas.
Observaciones del bien mueble
Se aprecian barnices oxidados que impiden la lectura correcta del colorido original de esta pintura.
