La talla es completa para vestir, se encuentra de pie sobre una base cuadrada de esquinas ochavadas; sostiene en su mano la vara florida que le otorgó el privilegio de desposar a María. Sin embargo más que vara o báculo es un tubo con varias piezas ensambladas que remata en una media esfera calada con hojas en forma de capullo, cerrada hacia arriba, es de bronce. Lleva en brazos al Niño Jesús, tallado en madera y policromado, cuyo rostro carece de la armonía de otras piezas similares y puede verse la deformación del rostro achatado de frente muy ampliado con un leve prognatismo. Ambas esculturas, tanto José como el Niño, están bien conservadas y protegidas atrás de una puerta de cristal, y se iluminan con tubos de neón que dan un feo aspecto.